Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

sábado, 18 de enero de 2014

TESTIMONIO


Brasil es mi nuevo país de residencia. Un mundo a descubrir incorporando lenguaje, hábitos y experiencia. Pertenece a dos continentes que amo, y a los que debo cultura, emociones y avatares. También pérdidas y dolor, balanceados por la decisión de superarlos, aunque en el alma se guarden cicatrices y en el cuerpo menos lozanía que en los días juveniles.
Es inexorable que cierta vejez vaya apagando el desarrollo celular. Pero una mente abierta de espíritu inquieto aprovecha mejor lo que va quedando, a menos claro, que la biología haga de las suyas.
Creo, no obstante, que pensar en positivo estimula el deseo de vivir aprovechando el tiempo, como si las horas, los minutos y los segundos fueran no los ultimos, como se da en decir, sino algo eterno y luminoso, propio de un milagro. El compromiso social lo afirma por una razón. Aunque no haya justicia para todos, el concebirla empieza contigo y los que son capaces de hacerlo. Es lo que verdaderamnete te abre al mundo, la naturaleza y las personas. Ese sentimiento, puro goce, comprende la suprema noción de la belleza, seas o no artista. Es el que permite amar y ser amado, o al menos respetado. Y sin duda odiado, por quienes no creen que en el mismo radica el auténtico valor de una raza humana fundida a la naturaleza y sus criaturas.
Lo mío, ya saben, es pensar y escribir, sin abandonar la socialización. Desembarqué en la literatura a una edad en que otros la abandonan, o ya dijeron lo que tenían que decir y no ofrecen nada nuevo. Llevo once libros entre ensayos y novelas, y siento que me falta decir muchas más cosas. El no acreditar suceso mediático, fatalidad que muchos colegas lamentan, me ha favorecido. La fama y la fortuna son el mejor estímulo de la pereza y el conservadurismo. Algo en mi interior lo palpitó siempre. Ahora, créanlo ustedes o no, constituye mi oxígeno creador.
Hoy la gente lee muy poco. Es una pena. En cambio, yo no paro de hacerlo. Luego, entre libros o periódicos y visionados de cintas jugosas, escribo. Sea en el blog, el muro o mi maravillosa herramienta virtual, prodigio con el que no contaron la mayoría de los escritores. Es como la cámara para los cineastas y no precisa de gran inversión para entregarse a tu imaginación. Y de eso se trata, de emplear la imaginación, para que aquello que digas mediante renglones sirva a la gente que se parezca a tí.

No hay comentarios: