Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

viernes, 24 de enero de 2014

FELIPE GONZÁLEZ O EL DERECHO A LA PEREZA


Felipe González pertenece a la estirpe de los líderes que en el pasado manipulaban las esperanzas de cambio social mediante el voto pasivo.



Las ansias de renovación del PSOE se determinan por la reverencia a iconos del pasado reciente, vivitos y coleando. El más destacado es Felipe González Marquez, presidente seriado de España durante trece años.
A diferencia de lo que sucede en el PP con averiado José María Aznar, en la formación socialista lo respetan a González mucho más de lo que le respetan los españoles. Las razones abundan para el desdoro masivo.
Abandonó su última legislatura en medio de sonados procesos por financiación ilegal del partido, y casos de corrupción asociados a delitos varios, que compromerieron judicialmente a sus laderos, con penas de cárcel para algunos, como Barrionuevo, Rafeel Vera, Roldán y otros colaterales, involucrados los últimos en la formación de los tristemente célebres GAL, o escuadrones de la muerte, encargados de asesinar a  presuntos miembros de ETA en colaboración con pistoleros de alquiler y el propio general Galindo, prominente jefe de la Guardia civil en el País Vasco. En todo ello intervino, protegiendo celosamente la imagen presidencial, Alfredo Pérez Rubalcaba, siendo responsable máximo el "Señor X", presunto alter ego en la sombra del inquilino de La Moncloa.
Desde el retiro activo, el susodicho, ya despojado ante los ciudadanos del karma totémico del pasado, prosiguió los negocios de siempre con grupos empresariales locales y extranjeros (viene a cuento recordar el caso Cisneros, millonario pelotazo de jugosas cominsiones devengadas, y sus conexiones con el multimillonario azteca y hambreador de mexicanos, Carlos Slim).
Tras morder su destartalado partido la derrota a manos del PP, nuestro conocido lobysta y hombre de fortuna se entregó a potenciarla, disfrutando de favores ganados a pulso en el pasado inmediato.
Entre ellos, figura la gratitud de la privatizada Gas Natural, brindándole una jugosa paga como consejero. Mientras, en la Unión Europea, llena de saurios como él, le declaraban uno de sus prominentes "sabios"; a tenor que al mismo debían la integración de España en el tinglado, iniciado tras el camaleónico referendo de la OTAN.
Hoy, del socialista que vestía pana y desgranaba requiebros de izquierda y promesas de igualdad social a las multitudes, desbordando encanto, nada queda.
La emblematica rosa del Partido Socialista Obrero Español se había marchitado por asfixia, víctima del puño de hierro, asociado a las multinacionales y el abstruso capitalismo español.
González mismo acusa, con poco más de setenta años, ese desgaste feroz, propio de aquellos que traicionaron ideales a cambio del "pragmatismo". Resumido por él mismo evocando una recordada frase de Mao Ze Dong: "No importa que un gato sea negro o blanco, sino que sepa cazar ratones".
Ahora el felino de marras, canoso y con arrugas adiposas que lo asimilan bastante más a una imagen porcina, confiesa, displicente y con toda la cara, frente a quienes lo acusan de apalancarse con Gas Natural durante años, que "dejará el puesto, porque lo aburre".
Frente a seis millones de parados de toda edad, y multitud de familias sin recursos ni derecho a la pereza, sumidas en la deseperación, el muy chulo confiesa aburrirse. Es un lujo de ricos.
Claro, nadie echa cifras sobre las propiedades, cuentas bancarias y emolumentos que recibe el caballero, empezando por la pensión vitalicia como expresidente; amén de comisiones que le llueven en mérito a la proverbial "sabiduría" desde muchos centros financieros.
Vuelvo a lo que significa hoy el sujeto como referente en las filas del partido, en el que reinó "como Dios" (así lo confesaban sus ministros) durante muchos calendarios, para mensurar el destino que le cabe al PSOE, en manos del fiel Rubalcaba, servidor de varios señores, y entregado desde el aparato partidario al contubernio, con los oligarcas que mandan y mandaron siempre en España y Europa.

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