La Troika manda al servil gobierno español bajar más los salarios, precarizando los empleos fijos. Ellos darán cumplimiento a esa orden, como hicieron otras veces.
Si hay algo que la Historia de los siglos recientes enseñan sobre Alemania, es su permanente e indetenible afán de dominación sobre el territorio europeo. El coste de dos guerras mundiales con sus cientos de millones de víctimas lo han demostrado. Repasar la historia de la Alemania Nazi es sumergirse en una marea de flamígero odio exterminador para con el resto de Europa y su población judía o disidente. Guardar memoria viva de tal comportamiento comporta responsabilidad exclusiva de los que hoy respaldan una política socialmente despiadada con las naciones europeas más débiles. Es un retorno al terror compulsivo, desenvuelto con las armas de la economía.
En el presente, la estrategia cambia el método de belicosidad tradicional por este otro, no menos destructivo, aunque no lo parezca, de carácter financiero.
Desde hace ocho años lo están consiguiendo, mediante la coacción financiera de los instrumentos creados en la Unión Europea, de los que el Euro es pieza fundamental. Su otra gran baza es su carácter acreedor ante deudores aterrorizados. España es de los más afectados por dos razones. Una, parte de su debilidad productiva, basada en los servicios, y la baja cualificación de su fuerza laboral, junto a la elevada tasa de paro consiguiente. La otra, radica en un desarrollo político y cultural de baja cota. Ambas debilidades condensan la mayor ventaja del IV Reich sobre los deudores sureños, encabezados hoy por nuestro ya devastado país.
La táctica de emplear peones nativos para someter las naciones al arbitrio imperial no es nueva. En la era moderna los EEUU lo hicieron al sur del Río Bravo durante un siglo largo. Aquí el enemigo imperial es una Alemania dispuesta a cobrar sus onerosas deudas e intereses, a cualquier coste para el deudor. Sólo puede detenerles la rebelión interior y el combate externo, desnudando la farsa de esta Unión Europea, puesta a su servicio imperialista.
De no acabar con el gobierno del Partido Popular, agencia local del brazo supervisor de ejecuciones sociales de la Troika-por cuenta de Berlín y Bruselas-, ellos acabarán con nosotros. Hitler en los años ´30 y parte de los ´40, o Stalin en el Este europeo a lo largo de casi medio siglo, se han probado inexorables a la hora de esclavizar naciones empleando títeres locales
Tan luego, es preciso que los españoles demostremos a los nuevos tiranos y sus agentes, que somos capaces de defender nuestros derechos. Y que en la tarea, no nos temblará el pulso.
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