Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

sábado, 28 de febrero de 2009

FABIÁN BIELINSKY Y SU ÚLTIMO ¡HURRA!

Las dos cubiertas de los extraodinarios dvd de Bielinsky que nos obsequió el diario "Público" el pasado año.
Entregado en cuerpo y alma a finalizar una novela, emprender otra y atender este espacio tan refrescante, descubro tarde a un extraordinario narrador. En realidad nunca es tarde para volcar emociones si algo te conmueve o deslumbra. Y Fabián Bielinsky, argentino y ajeno a la vida a causa de un infarto en Brasil, hace ya casi tres años, ha conseguido ambas cosas. De ahí que este humilde reconocimiento de un escritor que ama el buen cine, sea en realidad mi póstumo y sentido homenaje a quién, más alla del mero existir, nos legó lo mejor del ánima...
En el Séptimo Arte, al igual que en todos, basta un ejemplo para consagrar el genio artístico de un narrador. La prueba viviente que me viene a la memoria es La noche del cazador ( The Night of the Hunter/1955), pieza única del gran actor Charles Laughton.
Hay otros magnos ejemplos. Pero el del malogrado director argentino Fabián Bielinsky (1959/2006), por ejemplo, recoge dos muestras irrepetibles de film noir criollo: Nueve Reinas (2000) y El aura (2005).
Más elaborado y complejo, el segundo filme combina con gran precisión elementos psicológicos y extraordinarios con una áspera violencia, sórdida e inmanente hasta que, promediando el relato los elementos en juego deflagran espectacularmente.
Ricardo Darin compone aquí a Espinosa, el taxidermista solitario y dotado de una memoria visual sobrecogedora, que no consigue mitigar periódicas crisis epilépticas en las que pierde el sentido. Resignado a vivir solo, según desvelan los minutos iniciales, rechaza la fusión sentimental del emparejamiento.
Por contra, su capacidad de observación, fundida a una introversión apenas quebrada por el laconismo y las pocas palabras, le llevan a planear prodigiosos atracos bancarios, fuga paranoica que jamás realizará por propia iniciativa. Para el caso, la profesión que procura una existencia virtual a los extintos ejemplares del reino animal -realizada con precisión- se proyecta en sus precisas fantasías, vacías de contenido real.
En el despegue nocturno del filme y echado en el piso de un cajero automático con los brazos en cruz, el héroe de la tenebrosa fábula y nosotros mismos abrimos los ojos a su peripecia. La epilepsia le desvaneció tras percibir segundos antes el aura; esa suerte de haz de luz que precede el ataque.
Un inmediato viaje a un coto sureño acompañando a un colega de fatigas (otro fracasado emocional francamente mediocre y envidioso, con quien desarrolla una ríspida relación) en su partida de caza, le sitúan en el epicentro de un trágico accidente, causado por error al confundir en la maleza a otro cazador con un ciervo. Víctima de una nueva crisis se desploma, y en el solitario despertar boscoso se agita la trama.
La relación entre el difunto (un tal Dietrich), propietario de la remota cabaña en la que [el inmenso] Darin y su ácido colega (retornado a la vivienda minutos antes del accidente, y después a Buenos Aires por dramas conyugales) se hospedan, planta su estructura mediando una intriga en la que, los planes de atraco real a un casino establecen el nexo con otros personajes -no menos siniestros o desangelados-, que van asomando en la narración.
Quizá los únicos que se revelen víctimas de la pobreza, la soledad, y los salvajes castigos del propietario (de quién sólo se enfoca el cuerpo yaciente o su imagen sexagenaria en algunos retratos) sean su jovencísima mujer Diana (encarnada por una martirizada Dolores Fonzi) y el medroso hermano adolescente.
El registro que realiza reservadamente nuestro hero noir del cadáver, y el posterior descubrimiento en otra pequeña cabaña boscosa de una serie de anotaciones con claves numéricas, nombres y localizaciones -realizadas en secuencia que precede la mala muerte de un agónico asaltante de fábricas, otra pieza del plan observado por él con mórbida frialdad-, arrojan, junto a la existencia de un celular abierto, nuevas piezas que el protagonista encaja como si se tratara de un puzzle, guardando celosamente el funebre secreto y la naturaleza de sus propios planes.
Sujeto de cuidado, la víctima accidental de su rifle tramaba junto a tres zaparrastrosos pistoleros (y estupendos actores) y un entregador, el atraco a un camión blindado, transportando caudales del Casino local. A medida que desvela la trama, crece en su interior la idea de realizar, sirviéndose de los cómplices de Dietrich, el aparcado proyecto.
El dúo restante (y el restante compinche, empleado del Casino, acreedor del muerto por deudas de juego y aledaño al plan, de breve aparición durante una precedente incursión de Espinosa a la timba) no tardarán en asomar el cerviz, mientras él finge ser correo oculto del muerto, precipitando la desembocadura de una trama compleja y tentacular, en la que no escasean la sordidez y ciertos símbolos, como el del oscuro perro lobo, tan huraño y solitario como el tarxidermista, aunque aficionado a escoltarle en paralelo, bosque traviesa.
El caso es que gracias a su retentiva memoria y la capacidad de encajar datos, planillas dinerarias, nombres, rutas y fotografías que hacen al asunto, convence a los más peligrosos de que Dietrich abandonó la escena, delegando en él su intervención en el asalto.
Tras la inevitable carnicería final, de la que sólo se salvan Darín, la Fonzi y un bolsón de cuero marrón con el producto del atraco (en el que este héroe singular apenas interviene, aunque al final remate por activa o pasiva a los pistoleros), Espinosa volverá a lo suyo, esta vez junto al can de ojos tan brillantes como los objetos del oficio: su virtual alter ego.
Contada a vuelo de pájaro, El aura semeja una trama más de misterio criminal con toque psicológico y final apocalíptico. Pero en manos de Bielinsky (coautor de un script bosquejado en 1984) y un equipo participativo en el que destaca Darín, asume su aspecto fascinante, fundido a la densidad emocional de una meticulosa pesadilla desarrollada en 126 minutos, donde el típico romance o el ligue transitorio -tan frecuentes en el género- están ausentes por falta absoluta de intención.
Salvando al par de asesinos, obligados a compincharse por necesidad y ultimados casi al unísono, nadie (ni siquiera Diana y su hermano menor) precisa del otro para vivir.
El bosque frondoso y apartado del sur austral, enmarca el espacio común del desarraigo, el pesimismo existencial y la muerte.
Como todo creador, Bielinsky testimonia la atmósfera de su tiempo y circunstancia, proyectada desde un país violento e insolidario, de clases polarizadas por la crisis, e inmersas en la ambición desmedida, el delito o la exclusión social, vinculando la trama y sus personajes a esa partitura; bien musicalizada en el metraje por el sugerente piano de Lucio Godoy.
La característica del genio cinematográfico -entregado a cualquier género- es ésa justamente: el provocarnos con alevosía, mediando el trasvase testimonial, la emoción, y un interés irrefrenable urdido en cada escena que imprima su cámara, y nos ofrezcan sus criaturas; aunque por momentos la lectura del códice nos angustie u oprima hasta el punto de visionarlo varias veces con tal de atrapar sus claves.
En tal sentido, la rompedora cinta es obra única en el cine argentino, y nada debe envidiar a los mejores trabajos de Hitchtcock, Lang, Dassin o Welles. Así lo ha reconocido la crítica universal, refrendándolo varios galardones, pese a que el metraje -que su autor confesó con modestia "experimental y de curso impovisado"- no acreditase el rotundo éxito que acompañó a Nueve Reinas; una historia de timadores urbanos que lleva su sello inconfundible.
Quizá porque al común de los espectadores no les guste pensar ni dejar volar su imaginación ante el desconcertante sofoco que imponen la originalidad y sordidez testimonial de "El aura", es que tantas obras maestras (entre ellas La noche del cazador) demoraron su último ¡hurra!














FIEL A SÍ MISMA

La diva criolla Susana Giménez, partidaria de la pena de muerte... y algo más.
Camino a multiplicar el esperpento de Sara Montiel, la vedette y presentadora (nacida en 1944 y remozada por incesantes cirujías) manifestó, ni bien retornada de Miami, patente indignación por el brutal asesinato de su venerado florista, un joven de 32 años, a manos de adolescentes.
Empero, los matices de la congoja rebasan el estentóreo dolor.
"El que mata tiene que morir" -sostuvo, rematando (nunca mejor dicho) el concepto con estas reveladoras palabras: "Y basta con los derechos humanos, que los asesinos son menores y esas estupideces".
Que Amelia Bence masacrara mis sueños de la infancia con recientes dislates del tenor, determina un contraste inexistente con esta otra dama, producto mediático de la farándula y el palmito al aire.
En su pasado no hay actuaciones agradecidas ni asunto que destacar, salvo sus remotas relaciones sentimentales con el fallecido boxeador Carlos Monzón o un juvenil Ricardo Darin. Cierto es que, tras su trayectoria en la revista y varias cintas picantes, junto a Alberto Olmedo, Jorge Porcel y otros cómicos, triunfó clamorosamente en la tele como versión cutre y sexy de Mirtha Legrand.
Pero el bajo peso específico de esa fama no salva sus viejas carnes de un grotesco que, nuestra octogenaria Montiel -confesa socialista, con una legendaria carrera en el espectáculo- consigue en parte mitigar.
En este sentido, la reaccionaria Giménez, celebridad de un país empobrecido por malos gobiernos, sigue fiel a sí misma.

LAS LARGAS SOMBRAS DE PERÓN: LA MALA SALUD FAMILIAR DE OTRA PAREJA DE PODER

De izquierda a derecha, la "muñeca brava" Sandra Mendoza y su marido Jorge Capitanich, atribulados gauleiters peronistas de la provincia del Chaco.
En este revuelto avispero de carácer monopolista que ordena el ubicuo legado doctrinario, acaba de estallar un nuevo escandalo conyugal. Supuesto amante bandido de Cristina Fernández -según mentan algunos confidentes-, el gobernador Capitanich sostuvo en la víspera agria disputa con su consorte, de la que poco después brotaron rayos, truenos y un brote psicótico de la señora Mendoza, a la sazón ministra de Salud provincial -en el mejor estilo nepotista que acredita el legado parental de Juan Perón-, quién, al volante de una furgoneta Toyota Huilux, propiedad del susodicho ministerio, la emprendió en reversa contra una medianera de la Casa de Gobierno local, afectando la posterior embestida en primera marcha a seis automóviles allí estacionados, y el aparato de aire acondicionado de una oficina gubernamental lindante con su furia.
La ex diputada provincial se los llevó por delante en el mejor estilo peronista, sobreviviendo intacta al emprendimiento. Curiosamente en la mañana, marido y mujer habían sancionado durante magno acto un discreto programa de Salud Familiar, junto a la ministra nacional del rubro, Graciela Ocaña.
Las pendencias de la irascible Mendoza con otros miembros del gabinete y la diputación provincial eran célebres por su violenta deriva, aunque nunca llegaron a tanto cómo en la ocasión.
Mientras la salud familiar (y societaria) de los Capitanich empalidece con cierta levedad, el escandaloso pleito habido entre Zulema Yoma y el marido, entonces encumbrado jerifalte peronista y Presidente (hoy viejo y vencido) Carlos Saúl Menem, nos reitera desde el pasado más reciente la decadencia del modelo.
Ahora, las disputas entre las mafias conyugales que acredita el viejo credo, por leyenda y tradición, asumen proporciones inquietantes. Mientras tanto, serán las arcas públicas quienes restauren los daños del Chaco y el probable mal de cuernos (0 cualquier otro) de la irascible funcionaria.
Para éso están los votos...

sábado, 21 de febrero de 2009

OTRA DE BERLUSCONI

La patrulla salvaje de (Sam) Peckinpah era un pelotón de violentos y desencantados mercenarios con último gesto romántico que de sopetón los humanizaba, hasta volverlos entrañables en el recuerdo. En cambio, las patruglie que autoriza Berlusconi en caza y captura de violadores -quebrando el monopolio represivo y de vigilancia que el Estado de derecho acredita al estamento policial en salvaguarda de la seguridad colectiva- tiene una finalidad secreta que excede la persecución de los tan frecuentes predadores sexuales que se invocan en la Italia del presente.
No hay romanticismo alguno en esta caza y captura, fuera de la ley y la razón, tan cercana al fascismo.
La delincuencia política del Primer ministtro peninsular -conocido crápula y señor feudal de los medios- no conoce fronteras.
¿Quienes serán, inquiero, los verdaderos objetos del celo activado por estos ex policías, voluntarios a los que el Cavaliere da una repugnante carta bianca, que condena desde la izquierda hasta el Vaticano?
A no dudarlo, los sucios y libidinosos inmigrantes. O los parados, presentes y futuros según ordena la crisis global del sistema...
¡Bingo!

viernes, 20 de febrero de 2009

IL PAGLIACCIO EN LA ONDA

Hoy retornado al pago, nos ofrece otra de sus deposiciones.
En su edición del 16 de febrero del 09, Libertad Digital inserta una broma pesada del pagliaccio, girada desde el Distrito Federal de Buenos Aires.
El pretexto es la naturaleza peronista del alcalde Mauricio Macri, pero en el fondo, pergeña su letra más de lo mismo; o sea, odio africano a Carlos Marx, el islamismo invasor del Tercer Mundo occidental y sionismo a tope, junto a un doble amor por la reaccionaria Iglesia vernácula y el viejo Ejército Argentino, que si bien le conocíamos, no había manifestado tan claramente.
Veamos, pour exemple, la defensa que ensaya de los matarifes.
"...Menem, un peronista de la cabeza a los pies, desarticuló los dos únicos elementos que mantenían estructuralmente unida a la Argentina:los ferrocarriles y el Ejército (como se sabe por la experiencia felipil zapateril, la desarticulación de los ejércitos ha sido en los últimos años una de las tareas a las que más afanes ha dedicado el peronismo universal). Ahora la nación permanece pegada gracias a los sindicatos y el movimiento*. Cuando eso se acabe (ni usted, querido lector, por joven que sea, ni yo veremos llegar ese momento) habrá que empezar de nuevo."
Ya sabemos en qué forma el Ejército preservaba la buena salud de ese país (y el nuestro durante el franquismo). Este farsante sin memoria aparente, pretende embellecer medio siglo de sujeción ciudadana al terror militar criollo (manifiesto o latente, sin contar con los genocidios indígenas del siglo XIX y los patagónicos con huelguistas del siguiente) .
Por otra parte, la consideración que hace del felipismo el otrora sirviente literario de sus gobiernos (desde su periódica columna en El País), y de la gestión de ZP, asimilándolas al peronismo, deviene grotesca. Más aún lo es su intento descalificador de Marx y la humanidad.
Reseñando los manejos mafiosos del ex Presidente peronista Eduardo Duhalde obsequiando zapatillas baratas de un pié antes de las elecciones locales, sirviendo el otro una vez se hubiese apreciado los resultados globales del voto en la Provincia de Buenos Aires, sostiene (reiterando cierta mención previa en otro artículo de una escena en I Compagni, el glorioso filme de Mario Monicelli).
"¿De qué manera se habrá sacado Karl Marx la idea de que los hombres, en situaciones extremas hacen una revolución? Lo que hacen con más frecuencia es el ridículo."
Harto de hacerlo en España sin rebasar la pobreza, el descrédito y muchas deudas, il pagliaccio ha vuelto a la tierra que le vio nacer. Ésa fue la forma en que resolvió su situación extrema de mercenario fracasado y elemento de poco fiar.
Me alegro por el pájaro que nos sacamos de encima, y lo siento por los argentinos, pueblo al que quiero y respeto desde siempre.
Pd* Se refiere al movimiento peronista.

LAS PIEZAS DEL ESCÁNDALO


El juez Garzón y el ministro Fernández Bermejo (cazadores de pro y contumaces socialistas) inspeccionando el camposanto de ciervos rendidos por sus carabinas durante la partie de campagne; celebrada mientras más de tres millones de parados (y los que vendrán) se arriman al ayuno forzoso en esta España nuestra...

LA VENGANZA

Algún cazador, como el que se cobró esta víctima de la taxidermia, se merece la suerte que hoy corren otros. Uno está ingresado con crisis de ansiedad, al otro le quedan dos telediarios en el Ministerio de Justicia.
El destino alcanza a quienes por placer abaten piezas inocentes de los manejos políticos que traman sus verdugos.

jueves, 19 de febrero de 2009

YA EMPEZAMOS...

El New York Post abre fuego sobre Obama y su plan económico. Las críticas a esta viñeta, racista y violenta, no cesan de llover, dentro y fuera de USA.

lunes, 16 de febrero de 2009

LA FRÁGIL VICTORIA DE HUGO CHÁVEZ

Como buen populista, quiere acapararlo todo. Incluso, la pendiente que conduce al ocaso.

Estudiar a fondo la trayectoria de Perón me permite entender a Hugo Chávez.
Ambos de humilde origen, son el resultado de una sociedad injusta, y con el pretexto de edificar otra de distinto signo reiteran la injusticia en un nuevo formato. La jauría y sus nuevos líderes -herencia no deseada de la previa etapa- cambian los collares, mas no su salvaje naturaleza.
La victoria de ayer promete reforzar el creciente autoritarismo del funcionariado "bolivariano" y su jefe. Él y ellos han conseguido en este referéndum número quince, el objetivo de perpetuar mandatos indefinidamente a traves del sufragio; consolidando una casta funcionarial voraz. No hay mayor enemigo para la democracia que tal providencia.
Si el pacto de Punto Fijo desdoblaba el juego tramposo, sellado por dos partidos de la clase media, encabezados por oligarcas políticos, Hugo Chávez simplificó el método concentrando a otros segmentos de la clase media, fracciones de la burguesía, la casta militar que él mismo representa y millones de desposeídos.
Los símbolos patrióticos, patrimonializados uno a uno con gran logronería y clamorosa espectacularidad, encajan con ciertas mejoras sociales que, en realidad huelen a soborno, aunque palíen males endémicos de la vieja estructura social.
Empero, el 54% por ciento de los votos que respaldaron en la víspera los caprichos del Presidente, no garantizan el arrinconamiento y la sumisión del 45% por ciento que no le votó. La fractura de la sociedad civil venezolana es una honda herida presta a sangrar en cualquier instante. El estímulo constante de Chávez y su bloque de poder aumentan el riesgo.
Con la caída de los precios del petróleo, una inflación disparada que reduce los salarios mes a mes y la corrupción que roe la casta funcionarial del chavismo -a la vez que fractura el Ejército-, los días del experimento populista están contados.
En 1952 y tras seis años de poder omnímodo, Perón aplastó en las urnas a sus rivales. Apenas tres calendarios después, un Estado Justicialista podrido hasta los huesos se derrumbó con estrépito, emprendiendo la fuga su arrogante dictador.
Meses antes el régimen y su General parecían eternos, hasta el punto de que ni los servicios secretos de Washington o el embajador en Buenos Aires se atrevían a apostar por su desaparición.
La fuerza del populismo latinoamericano es menos real de lo que aparenta.
Perón, con todo el oro acumulado en la inmediata posguerra -tan malgastado en sostener lo insostenible-, lo demostró con creces. Derrochando a espuertas el oro negro brotado de las entrañas de la tierra y saldado a muy buen precio, Chávez montó su escena prebendaria y corruptora durante los últimos diez años, sin realizarse dictador pese a las ganas.
Ayer mismo, el paracaidista y ex golpista avanzó en el afán, restándole (en dudosa lid) algún tiempo al azaroso destino que aguarda a su República Bolivariana.
En 1955, el maestro criollo de la Nueva Argentina se largó antes de que su menguada popularidad terminase mordiendo el polvo.
Menos cauto, el discípulo norteño se arriesga a que las fuerzas combinadas de la crisis económica mundial, la descomposición de su régimen, y la ira popular, encuentren la espada (tal vez la del disidente General Baduel, o en el peor de los casos algún gorila) que rasgue el tupido velo de la previsible realización dictatorial.
En el caso argentino, el tiovivo del odio social sustituyó el necesario régimen democrático. Por ende, las conquistas obreras y el reformismo peronista, junto al discurso nacionalista y sus símbolos, quedaron prácticamente abolidos.
El resto es de dominio público.
Lo que ocurra en Venezuela dependerá de la formación de una clase dirigente que, sin renunciar a la reforma social emprenda una ruta con futuro, sepultando uno a uno los males del pasado.

domingo, 15 de febrero de 2009

A PROPÓSITO DE ELUANA: MINISTRY OF FEAR (EL MINISTERIO DEL MIEDO); UN FRITZ LANG MUY ESPECIAL

La cubierta del DVD norteamericano de una excelente intriga criminal.

Sería un Lang menor (aunque siempre espléndido) impreso en 1944 por cuenta de Paramount, si no abordase accesoriamente el tema de la eutanasia.
En torno al personaje que encarna Ray Milland, gira en plena Guerra Mundial una trama de espionaje nazi en las altas esferas ministeriales de la Defensa británica, mediando su involuntaria conexión (durante una feria benéfica) a una entidad que auxilia a los refugiados alemanes y a los de territorios ocupados por las tropas de Hitler.
Auxiliado por Marjorie Reynolds, vocalista en bandas de swing y actriz de trocha corta encarnando a una refugiada austríaca, Milland consigue sortear hasta el final feliz una trama a- la -Hitchcock, servida por Graham Greene, que Lang resuelve con su pericia habitual.
La mención elíptica de la eutanasia arranca al comenzar la entrega, cuando el héroe sale de un asilo psiquiátrico tras unos años de encierro. La ley inglesa le había recluido bajo el cargo de enajenación y asesinato de su mujer, gravemente enferma y a la que había ayudado a morir en medio de enormes padecimientos.
Lo último se nos revela con detalle en una penumbrosa secuencia en el Metro londinense, durante un bombardeo del que la pareja se cobija junto a otros parroquianos.
Conociendo el humanismo de Graham Greene- aunque no su libro original, sino la adaptación que del mismo realizó el competente Seton I Miller- no me sorprende este detalle, por cierto insólito en los filmes que Hollywood producía en esos años.
Tratándose de Lang, El ministerio del miedo es un blanco y negro recomendable por más razones.
Salvando a Reynolds -que podría estar peor a tenor de su filmografía restante- asoman dos excelentes actores británicos, cómo Carl Esmond (hermano de la chica y emboscado cerebro de los espías), Percy Waran (el inspector de Scotland Yard que al principio cree a Milland un asesino), Dan Duryea ("malvado" fetiche del director en otras entregas), Erskine Sanford (miembro de la troupe de Orson Welles en la previa década), y la estatuaria rubia Hillary Brooks (apta brindando el tipo de hembra pérfida).
La atmósfera tenebrista y claustrofóbica del relato no tiene desperdicio, a pesar de los pocos dólares que se invirtieron escenificando fachadas lindinenses, y el Metro en horas nocturnas.
Junto a Manhunt (1941) y The Hangmen also die/Los verdugos también mueren (impresa en 1943, con guión de Bertolt Brecht), el director del monóculo completó su ciclo anti nazi en la pantalla.
El británico Milland tardó dos años en recibir un Oscar, luego de haber escalado trabajosamente el galanato en Paramount. Pese a su buen acabado, El ministerio del miedo obtuvo un suceso relativo en su año de estreno.
El mismo en que la extraordinaria Perdición (Double Indemnity) llenó los cines...
No obstante, hoy le consideramos un clásico que proyecta la inseguridad colectiva en esos años, prefigurando (junto a la obra maestra de Billy Wilder y Raymond Chandler) la irrupción en cascada del film noir de posguerra.




sábado, 14 de febrero de 2009

LUÍS HERRERO: "UNO DE LOS NUESTROS"...

El "cowboy de medianoche" enseñando las palmas antes de desenfundar con soporífera parsimonia el credo neocon.

Hace un tiempo fue cierta gira venezolana de Aznar la que levantó ampollas forzando la ira de Juan Carlos I ante el Presidente Hugo Chávez en una mortecina Cumbre. Ahora es otro ultraconservador, el eurodiputado del Partido Popular Luís Herrero - peón de Aznar, Esperanza Aguirre y su amigo Jiménez Losantos-, quien pretende aprovechar la invitación de los democristianos opositores del COPEI, para obscurecer las relaciones entre España y Venezuela.

La obsesión de la extrema derecha vernácula con Hugo Chávez tiene vieja data. En su momento apoyaron con fervor el golpe de Estado gorila ejecutado por militares sediciosos, políticos opositores y la Fedecámara contra el gobierno constitucional, y fracasaron con ellos. Sin embargo, no cejan en los intentos desestabilizadores de signo imperial, pretendiendo dictar nuestra política exterior a base de provocaciones que nos distancien de un país soberano, al que los españoles queremos y respetamos.

Mediocre comunicador fracasado en las ondas diurnas, y destinado por ello a espacios de madrugada -aptos para que los insomnes concilien el sueño de golpe y porrazo-, Herrero ha operado con la arrogancia del ex Presidente español, calificando al régimen populista de Venezuela como "dictadura" en vísperas de un referéndum..

Si bien son graves las deformaciones que -por varias causas- padece la plena vigencia del Estado de derecho en dicha nación, su calidad supera en mucho la farsa sangrienta que perpetran Álvaro Uribe Vélez y sus paramilitares en el patio de al lado.

Aznar o Herrero se manifiestan satisfechos ante un espécimen como el colombiano; jefe de una democracia criminalizada. A ellos, la miseria de millones de ciudadanos y sus constantes desaparecidos a manos de sicarios o tropas del Ejército les importan un carajo. En cambio, les obsesiona Chávez, al que suelen equiparar con Fidel Castro.

Pese a las distancias que me separan del populismo (y las mayores del comunismo o el fascismo) no puedo menos que censurar el comportamiento del señor Herrero en un país con el que guardamos fraternos lazos históricos y buen trato comercial.

Hoy España -que dicho sea de paso carece de pozos petrolíferos; abundantes en Venezuela- es una principal fuente de inversiones en América Latina. El hecho de ser una potencia (en puntual recesión), no autoriza al eurodiputado español este tipo de intervenciones en los asuntos internos de sus países, y menos ante un pronunciamiento ciudadano.

El discurso de Herrero suena a prepotencia de corte imperial, y en realidad lo es, aunque por fortuna no reviste carácter oficial ni oficioso, sino más bien sectorial, dentro y hasta fuera del PP. La posición del gobierno socialista, votado mayoritariamente por los españoles así lo expresa.

Sin duda alguna condeno la intempestiva detención y expulsión de este caballero. A lo sumo, el gobierno venezolano debió presentar quejas formales de tal proceder ante nuestro embajador, el canciller Moratinos y el Parlamento Europeo.

A quienes juzgan valeroso al dudoso héroe de fabuloso sueldo (sumado por la Eurocámara y los medios), les propongo instarle a visitar Irán, Libia, Siria, Zimbawe, Corea del Norte, o cómo no, la China "Popular" o la vecina Marruecos, empleando la misma audacia que desplegó en Caracas.
El valor de un auténtico demócrata no conoce distancias ni fronteras...¿o es qué sí?

Estoy persuadido de que, en el supuesto de aceptar el riesgoso envite, Don Luís no emprenderá en cualquiera de esos sombríos territorios la cruzada que inició con tan mal pié (aunque sin perderlo, por fortuna y a sabiendas) en la República Bolivariana.

Resulta más cómodo ocupar una poltrona en el primer mundo, o perorar supuestas verdades los sábados, de 1:30 a 2:30 desde la emisora de los obispos. Al menos frente al micrófono, el "Cowboy de medianoche"(así se llama el espacio) podrá desenfundar el credo neocon sin que nadie lo eche a patadas.

Al decir de sus patrocinadores y coleguis del sector: "Es uno de los nuestros".


miércoles, 11 de febrero de 2009

LAS REGLAS DEL JUEGO

La imagen pertenece a una secuencia vinculada a la implacable caza de liebres y aves, en la espléndida Régle du Jeu (La regla del juego/1939)
impresa por Jean Renoir.
Los medios de prensa españoles se hicieron hoy eco de una noticia que publicó la revista Época y amplió el diario El Mundo.
Al igual que los predadores burgueses y sus sirvientes, que Renoir expone en esta comedia dramática, quemada por los nazis tras ocupar Francia, se reunieron setenta años después en otra partida de caza (ésta vernácula y de ciervos), el Juez Garzón, el señor González Bermejo y una atractiva fiscal del Estado, prestos a desnudar tramas corruptas en el Partido Popular.
La formación opositora ha puesto -y con razón-, el grito en el cielo. La caza desbordaba la masacre de cérvidos, abordando otra de carácter político, contraviniendo en términos flagrantes la división de poderes.
El contubernio entre funcionarios con diferentes cometidos en cualquier causa, comporta una muestra más de la descomposición política que acusa el partido en el poder.
En la obra maestra de Jean Renoir,
casualmente visionada con afán documental la semana pasada, se enjuiciaba la corrupción generalizada de la sociedad francesa al borde de la Segunda Guerra Mundial. La citada partida de caza quebraba apenas el tono de comedia manifestando una violencia que correspondía al ciego egoísmo de la alta burguesía y sus servidores; bien reflejada en las relaciones entre gentes entregadas al timo y la traición.
Las conjuras amorosas y otros sucios mernesteres, culminaban con un asesinato que todos camuflaban de accidente por propia conveniencia.
Esta abolición generalizada de la moral social tan bien expuesta por el gran director, sus guionistas e intérpretes, fue la que acabó rindiendo el suelo galo a las tropas de Hitler.
La crisis económica que padecemos especialmente, que tanto deteriora nuestro corpus por la vía del paro rampante, la postración industrial y una gran incertidumbre sobre el porvenir, equivale a la devastación de otra guerra, en la que por ahora no median balas.
El sendero inicial del deterioro es otro; aunque a la postre no menos letal.
Ante el magma, la desazón y el desgobierno nos invaden sin que las formaciones políticas unan fuerzas en un imprescindible gobierno de concentración nacional.
Y no es que yo pretenda negar que los partidos estén exentos de ejemplares corruptos que procuran enriquecerse con frenesí. Lejos de constituir un patrimonio exclusivo de cualquier conglomerado o institución (en la esfera pública o privada), la corrupción, personal, mafiosa o corporativa, integra la médula ósea de esta brutal crisis universal.
Por ello, aunque hoy le toque a un PP en crisis de reconversión el ser observado con lupa, no habrá que descuidar la clara evidencia que proyecta esta impresentable partida de caza, en la que un juez, una fiscal y el ministro de Justicia se van de parranda - y tiro fijo durante el fin de semana- a un pazo de Jaén, para eliminar algo más que mansos cérvidos (que de paso no van a comerse, pues para eso están los restaurantes de lujo, que luego de gatillar escopetas y acumular cadáveres astados, frecuentaron tan orondos).
Enfocada por Renoir, de este vodevil de funcionarios entregados a perseguir venados y funcionarios venales podría brotar otra obra maestra.
En la de hace siete décadas, los aristócratas que encarnaban Marcel Dalío y Nora Gregor -propietarios de una villa esplendorosa- eran los anfitriones de otros, igualmente desangelados por el egoísmo, y una crueldad extendida a sus criados. En la que aún nadie ha escrito y rodó entre nosotros, el funcionariado de la cumbre y sus propios servidores han dado la nota, teñida de sangre como en todas las partidas de caza; con algún factor agregado -por cierto, el más reptante y avieso- que condenamos...

domingo, 8 de febrero de 2009

CAZADOR BLANCO, CORAZÓN NEGRO

Para el octogenario Ratzinger, la eutanasia es una "falsa solución", de ahí el saludo balconero que traducimos en simbólica clave de stop, proyectando todo lo que en realidad abarca.
Beppino Englaro ha invitado al crápula Berlusconi y al digno Presidente italiano, Giorgio Napolitano, el revistar los despojos vivientes de su hija.

Si edito este post encabezándolo con una foto promocional del cerril señor Ratzinger, es a causa de su autoría intelectual de corte teológico, en esta polémica que rodea la presente agonía de Eluana. Belusconi va más allá, exigiendo una profunda reforma constitucional que sustituya la actual Ley Fundamental peninsular -de corte soviético, según él- por otra que se adapte a la medida de la corrupción moral de su casta. La misma no se constriñe a su persona.

En buen romance, abarca una época universal que agoniza prohijada por la corrupción generalizada de los grandes burgueses y su corte milagrera e insaciable. La sórdida aspiración de Berlusconi -precisado de mayor libertad para sus despropósitos, partiendo del presente introito- ya promovió grandes manifestaciones ciudadanas en Italia que, de seguro van a multiplicarse.

La resistencia activa a la muerte del Estado de Derecho y su clásica división en tres poderes, es tan robusta como el clamor que defiende la digna transición de lo que queda de Eluana Englaro.

Arropado en su nívea y rica toga, confeccionada a la medida de su enorme vanidad de anciano a la cal, este reaccionario enemigo del Concilio Vaticano Segundo, bendice el viejo credo inquisitorial que castiga a quienes procuramos crecientes espacios de libertad en el estercolero al que nos han remitido personajes como Bush y Berlusconi. No obstante, creo que la causa del dolor y una penitencia de corte sádico y ejemplarizante, está perdida en el caso de Eluana, protegida por la valentía, tenacidad y amor de su padre durante estos años infames de agonía, manipulada por códigos injustos.

Conmovido por su afán de justicia y en decisión que le honra para siempre, la honradez y dignidad constitucional del Presidente Napolitano les puso un límite difícil de rebasar.

Por contra, desde el tenebroso púlpito del Palacio Vaticano, el cazador blanco de almas penitentes u opresoras que integran su grey, desnuda una vez más la espesa negrura de su corazón...


sábado, 7 de febrero de 2009

ELUANA Y LA PIEDAD


Eluana Yolanda Giuglia Englaro, la italiana de 38 años, cuándo apenas contaba con 21, instante en que un desdichado accidente de tránsito mutó su vitalidad por el estado vegetativo.

Entiendo la piedad como ejercicio ético. Eluana vegeta sin consciencia alguna en coma irreversible, alimentada artificialmente, y en permanente vigilia. En atención a la demanda paterna, el Tribunal de Apelación de Milán y luego el TC le concedieron el derecho a una muerte digna.

En la firmeza de la sentencia primó la consideración que, según el padre, tenía su hija de una existencia sin sufrimiento. La irreversibilidad del coma había determinado un estado vegetativo que atrapó a Eluana "en una trampa de mecanismos médicos" de los que el progenitor intentó, sin hesitar, liberarla para siempre.

Para el cavaliere Berlusconi, la eutanasia -consentida o no- es un crimen; concepto asumido previamente y como es sabido, por la Iglesia Católica y su actual Pontífice.

Según ellos, la piedad tiene otro significado: el del Via Crucis penitente para la víctima y sus seres queridos.

Por más que se intente probar lo contrario, Eluana existe sólo como referente del pasado desde 1992. La instantánea que encabeza el blog es una de las que recorre el mundo. Allí, sonríe una chica joven, llena de ansias de vivir. Poco después las perdió para siempre. Hoy sobreviven su sombra y el recuerdo de lo que fue; contraste especialmente doloroso para la familia y amigos.

¿Qué sentido tiene prolongar el drama de Eluana? ¿Dónde está el valor de atesorar cerrilmente el deterioro irreversible que padece día a día, aunque ella -como se menta, para espanto universal- abra los ojos sin expresión, como acto reflejo de tanto en tanto?

Es comprensible que ante la larga tragedia, el Presidente de la República, Giorgio Napolitano, se niegue a aceptar el decreto de Berlusconi suspendiendo el retiro de la alimentación artificial y la hidratación paulatina del cuerpo semi yaciente.

De él depende el curso de este drama en el que se juega el derecho a morir o no con dignidad, y que, a no dudarlo, sentará un precedente para el mundo civilizado.

Los partes indican que la península se partió en dos ante el caso. La presión del Vaticano sobre muchos italianos llegó hasta Berlusconi y su pandilla.

Ellos han cuestionado el Poder Judicial con la mayor desvergüenza. A Ratzinger los poderes que no emanan de su magisterio también le traen al fresco, en salvaguarda de la fe y su credo, extremadamente conservador.

Incluso, aquellos procedimientos que condenaron antaño a obispos y prelados fascistas o proznazis, son hoy reivindicados por magnos decretos papales.

Pero Italia es una República independiente de estos tejemanejes, y Napolitano un mandatario terco en los principios.

Por lo tanto, aguardamos que Eluana Englaro encuentre la muerte física digna, que de algún modo anticipó en lo esencial, un desdichado accidente años ha.






LA VOZ DE SUS AMOS

Catalina, la boxer de Cristina Fernández de Kirchner.

La foto -captada por un reportero de la Editorial Perfil- corresponde a un ángulo de la seudo conferencia de prensa que la Presidenta argentina ofreció al periodismo el 6 de febrero.
La crónica recoge el hecho de que las 40 preguntas señaladas por agenda fueran sorteadas con bolillero, tal como sucede en los eventos de lotería. Sin embargo, fue un vocero presidencial -el arrogante Miguel Nuñez- quien a dedo seleccionó al personal (quedando fuera de concurso el periodista de Perfil, empresa crítica con el poder).

De paso, consigna la crónica que la boxer de marras se manducó parte del catering.

Ahora reporta José Bono, encargado por el gobierno español de preparar la breve estancia de la señora en Madrid el martes 10 (dónde acudirá al Congreso, asistiendo a la sexta perorata del incombustible ZP sobre la crisis económica y financiera), que ella recibió un telefonema del marido, anoticiándole de otra incursión de Catalina, esta vez en los jardines de la residencia de Olivos, ultimando a dentelladas cuatro pacíficos cisnes del pequeño lago.

Es una perra muy mala!"- se oyó decir a la amiga de los Castro y Hugo Chávez.

Los canes, de buen o mal talante, sólo reflejan las costumbres y modales de sus dueños. Por ello, quizá el enfado de la Presidenta y el marido con Catalina radique... en que no se comió las presas.



viernes, 6 de febrero de 2009

EL ENJUNDIOSO PROFESOR CULLA I CLARA: OTRO ABOGADO DEL DIABLO

Al fondo, el programa más difundido del profesor. En primer plano, otra sonrisa proisraelí.

No es Rahola ni Oppenheimer, o el más vulgar Villatoro, pero equivale.

En El País de la fecha, Culla responde al colega Xavier Rius Sant, lúcido analista e historiador al que guían sus sentimientos analizando una masacre que condena la mayor porción del planeta.

En el arranque de su columna, sostiene el catedrático lo improcedente de las manifestaciones contra Israel en Barcelona, vinculándolas al antisemitismo. Luego bucea en el pasado catalán, destacando las simpatías de varias personalidades republicanas de Esquerra y el socialismo para con los judíos, o el antisemitismo de aquellos que vincularon la creación del Estado judío como "un triunfo del bolchevismo".

Siempre riguroso, y así lo destaca Rius Sant refiriéndose a Culla, aporta conocimientos que valoramos. Sin embargo, lo que interesa de su columna, torcida cual Torre de Pisa sin su arte y belleza, son ciertos reflejos del inconsciente. Refiriéndose al genocidio de Gaza, lo define como "tragedia". Sin duda lo es. ¿Pero para quién?

En lo inmediato, para las familias de 1400 muertos y 4000 heridos que se cobraron los ataques del Ejército israelí sobre los pobladores de la franja.

Muchos ciudadanos de este país creemos que la "tragedia" fue en realidad un genocidio equivalente al gueto de Varsovia o la destrucción de Gernika; tanto en su planificación como en su sistemático desarrollo, tortuoso, letal y repugnante.
Lo argüirán, es cierto algunos antisemitas prucurando agua al siniestro molino de la esvástica. Pero la mayoría de los que poblamos esta tierra, castigada durante 40 años por una de las dictaduras más crueles del siglo pasado, no padecemos el síndrome de abstinencia ante los palestinos de la franja. Por eso es que defendemos el derecho a existir de Israel, sin perjuicio de censurar con ajustado criterio aquellas acciones de su poderoso Ejército que rebasan el derecho internacional (por ende, en una guerra no declarada).

En descargo del Estado judío, el columnista aporta cifras de crecimiento de la población árabe en una Palestina histórica, que llega hoy a los cinco millones de almas, contra el millón doscientos que albergaba el territorio en 1948. Cuenta en la cifra actual a los refugiados en los países limítrofes (todo un detalle), sin descontar las víctimas habidas en poco más de un mes. por último, y en el colmo de la soberbia intelectual que proyecta helados sentimientos para con "la tragedia" y el dolor de un pueblo, desnuda su escasa piedad con los machacados palestinos de la franja.

"En cuanto a los crímenes de guerra, ocurre con ellos igual que con los crímenes comunes: que sólo lo son tras la sentencia firme de un tribunal competente e imparcial. ¿Constituyen el señor Rius y los que como él opinan dicho tribunal?"

Los asesinos condenados en Nüremberg, coautores de la Shoa y otras masacres que segaron millones de vidas, ya habían sido juzgados por la humanidad antes de que los jueces expidiesen su fallo.

Ningún crimen es "un exceso", aunque se recaben causas que intenten justificarlo bajo los conceptos más insólitos.

Cuando Culla nos habla de tribunales internacionales que se expidan en el futuro, licencia la brutalidad de Israel en el presente, ajeno al desprestigio y aislamiento que semejante proceder causará a su porvenir.

Es otro pensador de cátedra, que confunde el análisis de lo que acometen los seres vivos con asépticas menciones de laboratorio experimental, o ciertas visitas a la morgue.

En ese sentido, padece el mal de muchos catedráticos e intelectuales.

La historia humana es una cosa viva. Con ella palpitamos los analistas, o bien nos entregamos a la taxidermia apoltronados en nuestra torre de marfil. La misma suele excluír de hecho el sufrimiento humano (aunque habitar la torre sea parte del mismo).

Lo escribí hace años refiriéndome a un "intelectual" argentino* y sus desangelados análisis sobre el movimiento de masas en 1945; ahora le cabe el término al señor Culla, editor y presentador de un programa excelente al proyectarnos documentales de buena factura que, por fortuna, poco comenta...

Pd* Es Juan José Sebreli.




jueves, 5 de febrero de 2009

LOS ESCRÚPULOS DE LA BANCA

De guante blanco;así son...
Habiendo declarado ejercicios brillantes y ante la creciente miseria popular de los pueblos de España, tolerada (y financiada con dineros públicos) por El PSOE, y la oposición de centro derecha, estimo indispensable la nacionalización de la banca.
Quién se atreva a plantearlo recogerá muchos adherentes...

martes, 3 de febrero de 2009

NO TODOS LOS GATOS SON PARDOS

Marcha de judíos antisionistas en Jerusalén, exigiendo el cese de la ofensiva militar del Ejército en Gaza...

domingo, 1 de febrero de 2009

A INSTANCIAS DE PILAR RAHOLA, ANDRÉS OPPENHEIMER NOS CEDE EL DERECHO DE CRITICAR A ISRAEL

Oppenheimer y su sonrisa pro israelí


La cita del columnista estrella del Miami Herald viene a cuento de una amable referencia desgranada por la sempiterna Pilar Rahola en su blog. En ella, destaca al caballero como "un buen amigo y gran periodista", reproduciendo su columna referida al creciente antisemitismo, observado desde su periscopio en Latinoamérica.
En un párrafo esclarecedor de su intención, el Máster por la Columbia University "no descarta el derecho a criticar a Israel por emplear una fuerza excesiva (es mío el subrayado) en Gaza".
La fuerza excesiva resultó una masacre espantosa, tras el acorralamiento feroz e impiadoso de los hambreados palestinos en la franja. Lo hemos definido como un holocausto digno del Geto de Varsovia, y así lo reafirman 1400 muertos (muchos de ellos niños) y 4.000 heridos; aguardándose en perspectiva nuevas cargas por el estilo.
Oppenheimer y su sponsor vernáculo (en este caso la diligente señora Rahola) juzgan antisemitas a quienes condenamos esta tragedia perpetrada por uno de los Ejércitos más poderosos, mejor armados del planeta y nada respetuosos del derecho internacional y la condena de la ONU.
Para ellos, la vida de los palestinos vale menos que la de los israelíes, europeos o norteamericanos. Si así no fuese, serían justos en la evaluación. Lo de la fuerza excesiva aplicada a la brutalidad criminal, no deja de ser la liviandad conceptual que ampara el genocidio de un pueblo.
De paso, los coleguis, una desde casa, el otro apoltronado en el hemisferio norte, nos tachan de antisemitas.
He dicho en más de una ocasión que defiendo el derecho a existir del Estado Israelí, estimando especialmente a los judíos como pueblo. Pero esto otro es indefendible por alguien que valore la condición humana sin cortapisas.
Rahola y Oppenheimer ponen dudosos reparos a su defensa. Para ellos hay pueblos humanos, inhumanos o subhumanos. De acuerdo al baremo, Hamás y los palestinos de Gaza son terroristas, puros y duros.
Los inhumanos por acción; los subhumanos por delegación. La respuesta del Ejército judío vendría a encuadrarse en el apartado humano...
Nada es más falso. Los niños de la franja no votaron a Hamás. Quizá tampoco muchas mujeres despedazadas por el fuego enemigo. Y aunque muchas mujeres, viejos y hombres les votasen, lo hicieron democráticamente; hartos de las corruptelas y mangoneos de Al Fatah.
A Rahola, defensora de algunas causas nobles y otras menos, las concretas víctimas de Gaza le importan sobre todo en la esfera teórica. Echando mano del cerebro prescindiendo del corazón, es que relativiza temerariamente los hechos, justificando cualquier dislate de Israel.
El caso de Oppenheimer, un argentino bien afincado en la prensa norteamericana por su comprensible antipatía hacia Fidel Castro, y las más recientes para con Chavez, Lula, Correa y Evo Morales, le interesa la democracia según la ejerce el gobierno yanqui de turno, puertas afuera y adentro.
Las posiciones de uno y la otra ante el drama palestino establecen un compromiso con lo peor de la historia reciente. Es una cuestión política, aunque también de sensibilidad. En la de ambos mandan y ordenan las fobias...
Quizá, a algún cronista respetuoso de la verdad y la justicia se le ocurra escribir algún día otra versión de La Historia Universal de la Infamia; menos borgeana, que adaptada a las tristes jornadas de hoy.
En el relato, más de un cronista defensor de lo indefendible se dará de bruces con la letrina que se merece.

Pd.Pretender guarecerse de la lluvia de críticas ante la impostura invocando a Oppenheimer, equivale a encasquetarse un orinal...


VERSIÓN A PUNTO DE CRIMEN 12

VERSIÓN A PUNTO DE CRIMEN 11

VERSIÓN A PUNTO DE CRIMEN 10

VERSIÓN A PUNTO DE CRIMEN 9

VERSIÓN A PUNTO DE CRIMEN 8

VERSIÓN A PUNTO DE CRIMEN 7

VERSIÓN A PUNTO DE CRIMEN 6

VERSIÓN A PUNTO DE CRIMEN 5

VERSIÓN A PUNTO DE CRIMEN 4

VERSIÓN A PUNTO DE CRIMEN 3

VERSIÓN A PUNTO DE CRIMEN 2

MARK KANE: VERSIÓN A PUNTO DE CRIMEN 1


A continuación, llega otra descompresiva historia de de Mark Kane, detective en Hollywood.

El placer de guionarla y devorar la puesta en página de Oswal integra mis remebranzas favoritas. La serie de Mark Kane es una cruza de la serie negra con las comedias musicales de los años ´30. El ritmo a dos manos funcionó a pleno en los 6 episodios, la tira diaria y los previos capítulos de su antecedente:Floyd Stark.

Hasta hoy la huella del personaje no tuvo seguidores. En España se la criticó mal a causa de la baja cultura imperante en los años ´80. Lo más avanzado entonces eran algunas historias de "El Víbora", junto a las reediciones de comics clásicos y los álbumes de importación. Exceptuando Torpedo 1936, cronológicamente posterior a Stark, contemporánea de Kane y escrita en otra clave, nada nuevo se vió bajo el sol.

Para mí, el sol sale todos los días aunque esté nublado. El placer de vivir supera en optimismo cualquier mal momento. Releer Kane me hace feliz, aunque mis urdiembres de hoy hacen que el dibujo imaginario corra por cuenta de mi letra pelada...

EL FALLO DE LOS JUECES SUPREMOS

La balanza de la justicia y una gran oportunidad


Ha sido volteada por el Tribunal Constitucional la insumisión ante la Ley de Educación para la ciudadanía, vigente sin remisión como materia de estudio en la enseñanza media. Mediando el fallo, se terminan las maniobras del Partido Popular en las comunidades de Madrid y Valencia.

No hay mejor noticia que ésta para la salud democrática de nuestros jóvenes alumnos en los institutos secundarios. En adelante, todo dependerá de los profesores y la orientación del centro que regula el funcionamiento de los correspondientes seminarios.

Mediante los textos oficiales (de impecable factura según la evaluación de alguien como Carlos Herrera, poco sospechoso de izquierdismo alguno), será dado explorar en la naturaleza de la democracia en el mundo moderno y su necesaria evolución en nuestra tierra.

Esta piedra libre es un desafío a la imaginación y la creatividad enfocando un tema que hasta hace no mucho se omitió en los programas de estudio.

Ante el fallo del TC, se me ocurren preguntas a deslizar ante mis amigos, los sacrificados y voluntariosos profesores de la secundaria, de cara a su posterior trasvase.

¿Cuál es el alcance de los derechos civiles en un Estado de derecho y cómo enfocar la diversidad étnica, cultural o sexual, y la necesidad de capacitarse para enfrentar un futuro que amenazan el paro y el atraso social que aún padecemos en España? ¿En qué forma asumimos los derechos regionales dentro de un compromiso territorial de unidad, y rechazamos la violencia para dirimir cuitas con el vecino de al lado, o los del territorio colindante?

¿Qué relación guarda la autoridad funcionarial con el voto y la participación activa (o pasiva) de los ciudadanos en el destino común de una sociedad? ¿Cómo ensamblar la iniciativa individual y la propiedad privada con el bien común y lo que es de todos?

Hay muchas cuestiones más que la creatividad de nuestros docentes no debe descartar en aras del humanismo, el bien común y la realización individual.

En medio de una gestión vacilante y contradictoria, el gobierno socialista ha impuesto dos leyes que quiebran el tradicional silencio sobre importantes asuntos. Una es la Ley de Memoria Histórica, la otra, ésta.

En un país huérfano de polémicas constructivas que permitan superar los restos del franquismo y la huella de la Transición, la Educación para la Ciudadanía constituye una herramienta formativa de gran calado en la construcción de una sociedad participativa y cualificada, que remonte los silencios del pasado y sus ecos del presente.

Los jueces, hoy al borde de la huelga y bajo el fuego graneado de la crítica social, se han mojado en lo decisivo. Una elite competente se construye a base de principios democráticos que no se queden en la superficie de las cosas. La formación juvenil, preparatoria del tramo universitario y profesional precisa de estímulos que mejoren la calidad de vida familiar y social.

La introducción de fórmulas progresivas que incluyan el debate y la polémica induce a ello, en tanto se integren a planes de estudio huérfanos hasta hoy, del humanismo que requieren todas las esferas de la vida social y productiva.

Sí, señores.

Pues hasta las manufacturas de mayor o menor volumen cuentan (o no), para bien o para mal de nuestra competitividad productiva, con dicho valor agregado...


EL PODER DEL CONCEPTO

El sobrio estilo ético de un gran comunicador


Existe un acabado vínculo entre el neurólogo y el periodista avezado. La supresión radial de Nelson Castro indica su peligrosidad para un pensamiento dominante hecho poder, hoy en declive.

A diferencia del academicismo algo plúmbeo de Mariano Grondona o el estimable discurso profesoral de Natalio Botana (un pelín demodée), el expulsado del etéreo paraíso populista y su poca tolerancia, rezuma modernidad, junto a un pasado coherente del que sus referentes liberales carecen.

El tono bajo y modulado en la voz de Castro, unido a su imagen aséptica, propia del médico que ausculta al paciente en pos del diagnóstico tras renovar su higiene cada hora, se funde a un mensaje democrático esencialmente creativo, por lo crítico y modular.

Para alguien cómo él, la democracia nunca termina de realizarse. Tal es su virtud...

Se me dirá que Perfil, Crítica, La Nación o hasta incluso Clarín (en su alerón disidente), cuentan en plantilla con solventes críticos del autoritario kirchnerismo, y es verdad. Pero entre Joaquín Morales Solá y Nelson Castro median el estilo sobrio y la humildad de quién lejos está de imitar malamente a Jorge Luís Borges sentado en un inodoro.

Si el estilo es el hombre, y éste no puede menos que reflejar en sus acciones fragmentos de su tiempo, el señor Castro viene a representar el futuro, proyectado desde la resistencia crítica.

Del término se apropiaron los discípulos de Perón hace ya muchos años. Pero hoy, sin Ejército que dicte las normas de comportamiento político ni márgenes de maniobra para afincar definitivamente el populismo y sus males, aprovechando la crisis moral y material de la República, se impone el desafío de avanzar en la democracia o convertirla en una machietta de comedia bufa.

Ante la alternativa que nos dispone esta suerte de Patio de la Morocha al revés (con cafishio incorporado), se saldan cuentas con Nelson Castro, un peligroso enemigo de la oligarquización política, bien conectado a su público en la radio, la TV y los periódicos.

No todos los que acometen la azarosa y esforzada tarea de criticar al poder cuentan con el talento necesario. Se me dirá que el talento es un factor agregado, y con ello acuerdo. Pero cuándo se posee y destina a causas justas, asume un indivisible primer plano. Edward Murrow- tan bien plasmado en Buenas noches y buena suerte- lo demostró hace poco más de medio siglo destartalando a McCarthy.

Nelson Castro pertenece a esa tribu, tan bien retratada por Dashiell Hammett y Raymond Chandler mediante sus tercos y audaces private eyes.

Un gran periodista equivale ni más ni menos que a éso. La diferencia radica en que no está solo. La siembra de su mensaje le torna invulnerable ante las tramas corruptas y las ambiciones imposibles de quienes procuran enterrarle en vida...




LA VOZ DE UN DEMÓCRATA EN EL PANTANO POPULISTA


Nelson Castro, periodista liberal cesado en Radio Del Plata por los Kirchner & asociados

Durante mis viajes a Buenos Aires escuché con atención los equilibrados comentarios de Nelson Castro sobre la actualidad nacional. También le disfruté en la TV.
Este médico neurólogo y periodista de cátedra fue implacable enemigo del menemismo y los posteriores desmanes de la administración De La Rúa.

A diferencia de los falsos liberales que acreditamos en España, Nelson es una pieza auténtica y casi única en la Argentina actual. La altura de los apuntes en este ejemplar culto e ilustrado, contrasta con la chabacanería facilona de los ujieres oficiales; mayoritarios en casi todos los medios, a excepción de los diarios La Nación y Critica, o las azuzadas ediciones de la editorial Perfil.

Por ello, su valor periodístico excede la mera crónica, erigiéndose por derecho propio en un docente de la democracia avanzada; la que hoy (ayer y anteayer) falta en su país.

Desde los albores y tránsitos del populismo kirchneriano, señaló uno a uno sus males, junto a la soberbia autoritaria que los mismos conllevan. Por eso horas atrás fue cesado en Radio Del Plata, propiedad hoy de esbirros afines al poder.

El matrimonio gobernante reitera con pelos y señales la tradición peronista de merendarse los medios de prensa, radio y TV. Si en los dos primeros gobiernos de Perón, Evita, Carlos Aloé y Raúl Apold eran los encargados de ejecutar (nunca mejor dicho) el procedimiento, ahora se encargan de ello la vasta legión de íntimos del Matrimonio SRL.

En vista de la desvetebración política de sus opositores, la miseria de un tercio de los ciudadanos (condenados a malvivir o robar) y la corrupción reinante en las esferas de la vida pública, las listas negras del ayer no son necesarias.


Basta que alguien con calidad moral y autoridad pública -como la ganada por el señor Castro durante 35 años de honestidad profesional- señale la hondura de las carencias sociales y políticas de la joven democracia criolla, para que los kirchneristas de este peronismo logrero y carente de compromiso social, lo echen de la radio.
No creo empero, que el señor Castro se rinda.

En una forma u otra su pluma, voz e imagen llegarán hasta sus compatriotas, señalándoles desde su autoridad moral y celo periodístico aquello que agranda el Estado de derecho, empequeñeciendo a aquellos que una y otra vez, intentan desnaturalizarlo en su turbio afán de perpetuación.