Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

martes, 27 de noviembre de 2007

EL RIDÍCULO

Época pródiga en la materia, nos la reflejan tres damas. Dos de ellas políticas. Una, patética. Quiero decir, más en ridículo que las otras.
Empecemos por el grotesco.
Lo protagonizó Elisa Beni, la esposa del juez Gómez Bermúdez.
¿A quién se le puede ocurrir, mediando un doble vínculo con la judicatura (Beni es además, jefa de Prensa del Tribunal Superior de Madrid) faltar a la ética de la obligada discreción sobre las actuaciones del TC y las de su Presidente?
Sólo a alguien que carece del sentido más elemental del ridículo.
Otra cosa es que lo hubiese perpetrado cuando ni ella ni el marido desempeñaran ya función alguna.
La jubilación o el retiro voluntario autorizan a hacerlo. El ejercicio de cargos públicos también; aunque no es de recibo.
La mayoría de los hombres de Estado o funcionarios de importancia que en su momento ejercieron, escriben sus memorias. Algunas venden mucho...
Y aquí, chavales, abordamos el otro aspecto del presente ridículo: la desmedida ambición.
La que busca con desesperación la notoriedad, y con ella el money, money, money...
Desde meses atrás Elisa planeaba -con pleno acuerdo conyugal- la edición de su libro; titulado "La soledad del jugador", en acuerdo con la Editorial Temas de Hoy.
O sea que, de hecho, el alto magistrado, encargado de presidir el Tribunal que enjuició a presuntos actuantes que se fallaron actores y culpables, del mayor atentado perpetrado en la Europa moderna, era un jugador solitario. ¿Jugador de qué? ¿Póquer, lotería, tragaperras, etc, etc?
No el circunspecto funcionario al que todos le pagamos el sueldo para que cumpla con su deber aplicando la ley.
El virtual rechazo a tal conducta de la pareja (una por promoverla, el otro por tolerarla), desploma la credibilidad de Gómez Bermúdez ante sus pares, ensombreciéndole el futuro.
Pero esto no es cosa de los jueces y su tan visible espíritu de cuerpo, sino del estado real de la justicia, y el respeto de los ciudadanos por un Poder Judicial a menudo criticado en su dependencia política de los partidos mayoritarios.
Otros ridículos, conectados a un par de ministras comportan la desvergüenza de la candidata Magdalena Álvarez, poco avenida a renunciar (al cargo y la lista electoral sureña que viene), y la torpe y xenófoba justificación de su temperamento andaluz por Carme Chacón, ilustre catalana empeñada en enlodarse.
El verdadero responsable de ambos desaguisados es Z, declarado feminista y tan arrogante como Felipe González a la hora de arropar a su tropa.
No es casual que ambos desfilen codo a codo en la campaña electoral, oficialmente en ciernes y ya declarada en los hechos.
Parecen exultantes con las recientes encuestas que dan el triunfo al PSOE en marzo del 08.
Yo que ellos, no estaría tan seguro. Digo de nada. Tampoco de que gane el PP; capaz de convertir, con ayuda de las folclóricas de la COPE, y los sagaces pesquisas de El Mundo, a 62.000 personas en medio millón durante la manifestación de Alcaraz y el AVT.
De seguir así, con el costo de la vida en alza imparable y ellos enredados en su laberinto, auguro que la mayoría absoluta será la de la abstención y los votos en blanco.
Y esto, lejos está de parecerme ridículo. Más bien forma parte de la tragedia que nos envuelve.

lunes, 26 de noviembre de 2007

JOSÉ LUÍS

"Yo nací en Granada, en el Padul, en el ´57 del siglo pasado, hace 49 años. A los 20 estuve un tiempo por Galicia, un año y pico, y poco después me fui a Catalunya, a trabajar de maestro. Allí he vivido hasta ahora en diferentes ciudades y pueblos. En barcelona, en Premiá de Mar, en Mataró, en Orrius, en Ger, en All, en Puigcerdá que es donde vivo ahora. Una ciudad pequeñísima y preciosa en medio del Pirineo y tocando con la misma frontera francesa. O sea que nací en el sur del sur y ahora vivo en el norte del norte. Me gusta vivir en la montaña, y a su amparo estoy."
Así dibujaba su tránsito de Granada a Catalunya y las entrañas comarcales el maestro José Luís Jiménez.
Le conocí hace unos doce años, cuando ya dirigía el Centre de Recursos Pedagógics en la ciudad pequeñísima y preciosa, donde se le conocía y amaba.
También se le estimaba mucho más allá. Entre los profesores comarcales, y allí por donde pasó "el Jiménez, o José Luís" dejó la misma estela, idéntica en los colores y el buen sabor.
José Luís, fallecido apenas ayer, era un mozo guapo y amable, con mucho mundo. Tenía mujer e hijos que lo disfrutaban en casa. Su unción al trabajo y el interés permanente por atender su área de competencia no restaban tiempo a su buen talante y amabilidad para con todos.
Lo ví por última vez cuatro meses antes de finalizar el curso pasado.
Un amigo común (Josep, del CRP del Ripollés) me había comentado que acababa de ganar el Premio Internacional de Poesía Gabriel Celaya. Eso lo hermanaba con mi oficio de escritor. La noticia me alegró de sobremanera, y previa charla telefónica, me desplacé a Puigcerdá con dos libros míos, rodeado de augurio primaveral en el tránsito de una mañana soleada, escogiendo el camino de montaña.
Hacía un par largo de años que no nos veíamos y él estaba como siempre: guapo y amable, con ese aire del sur sureño, y el seny norteño del norte destellando en su sonrisa.
Hablamos de literatura tomando un café en la cantonada del CRP, que está en los altos del Instituto Secundario. Cuando nos conocimos y mucho después, nadie supo de la afición común.
Él era un educador y yo su proveedor de material didáctico. Sin embargo, algo nos conectaba secretamente marcando una simpatía. Eran las letras, ocultas aún.
Probablemente ya escribiera poesía; yo nada desde 1984 hasta 1997, cuando me nacieron los tigres.
El que es poeta siempre lo fue. En cambio, el escritor raso, depende...
Esa mañana de Puigcerdá, José Luís se sentía feliz. Su libro de poemas "Las luces del norte", vencedor sobre 126 obras admitidas a concurso (sobre más de 3.000) y 13 finalistas, estaba imprimiéndose; de manera que me prometió un ejemplar para el próximo viaje.
Y a pesar de que el libro existe, no pudo ser.
La levedad del ser hace que el rayo de la muerte caiga sobre uno en cualquier instante.
Verle tan joven como cuando le conocí, me impedía pensar que el cáncer se estaba incubando a marchas forzadas en su organismo.
Poco antes de finalizar el curso aquél, Josep me anotició de la tragedia. Dijo también que el hermano médico de José Luís lo intentaba sanar en una clínica de Barcelona, donde se ensayaba un tratamiento experimental. En paralelo, hablé por teléfono con su ayudanta en el CRP. Ella estaba desolada, pero aún conservaba cierto optimismo.
Josep, que además de educador es psicólogo y hombre reflexivo, parecía más resignado dentro del dolor que le causaba la tragedia del amigo.
"La medicina experimental es éso", me dijo.
Las malas nuevas confirmaron su presunción.
"José Luís luchó a brazo partido por vivir. Tenía mucho coraje. Otro se hubiera derrumbado.", reiteró esta misma mañana, mientras fotocopiaba para mí estos versos, impresos en una revista literaria.
Yo he visto a tres seres queridos morir de cáncer. Mis dos padres y la madre de mi hija; con luminosos 33 años.
Sé lo que padecen, y con ellos padecí desde su atención en el día a día.
No contaré lo que conozco del Vía Crucis del maestro granadino hecho catalán, amigo y poeta. No alcancé a verlo de nuevo.
Lo sé de oídas y de experiencias...
Mejor, os transcribo unos versos del libro que la tan temida muerte no nos arrebatará jamás.
Son la parte más universal de su legado.
La materia viva del alma, de quien fue todo un hombre.
BAILARÉ PARA TI
Espinoso y garduño cruje el ritmo
y tu abrazo me ampara
con uñas de tijera y alfiler,
mientras bailamos solos en la pista
la música narcótica que suena
y da compás al ortigal de serte.
Trenzados en un baile de memoria,
no existe laberinto que me guíe
ni sinfín más cercano que tú misma,
me sobra turbiedad en la mirada
y nada aguardo.
No necesito nada salvo darme,
salvo las magnitudes milimétricas
de pudor, de saliva y de perdón,
con las que te susurro y te suplico
que interpretes la música y la danza
que se adueña sin rumbo de mis pasos,
de esos labios de sólo pronunciar
el misterio y el beso de los nombres.
Para ti bailaré
hasta quedarme quieto y en suspenso
sobre la estampa de bailarnos juntos.
Hasta siempre, José Luís...

domingo, 25 de noviembre de 2007

PUNTUALIZACIONES...

Insisto en escarbar en el conflicto con Venezuela.

Aznar hizo campaña política en un país que no es el suyo, y con el que manteníamos cordiales relaciones. Se trata de un ex Presidente que ejerció el cargo durante ocho años. Él era consciente de utilizar esa porción de autoridad, vinculada a la que España, monárquica, constitucional y especialmente observadora del Estado de derecho, impone mediante el prestigio que brinda el respeto.

No conozco a fondo las deposiciones del jefe espiritual del PP en Caracas, aunque las imagino. Un aliado espiritual de George Bush sólo maneja con algún maquillaje discreto el abstruso discurso del jefe.

La protesta del Presidente constitucional de Venezuela, Hugo Chávez Frías, destemplada y poco respetuosa del turno que, entre los ponentes de la Cumbre chilena correspondía al actual Presidente Rodríguez Zapatero, no deja de observar una base real.

Aznar fue a meter la nariz y la lengua donde no debía.

Una cosa es que vayan Acebes, Zaplana, Rajoy, Jiménez Losantos, o incluso el oficioso Ramírez, a parlamentar con los opositores de Chávez en nombre de la derecha ultraliberal. Pero un Presidente, aunque ya no ejerza (ni probablemente vuelva nunca a ejercer), debe observar el decoro de la representación.

Sabemos que Aznar agradeció a Z la defensa que hizo ante el militar lenguaraz y fallido clon de Bolívar. Con todo, echo en falta el reproche al abusivo intento -de momento exitoso- de marcar el derrotero de nuestra política exterior.

Esta es una prerrogativa del gobierno elegido por el pueblo, no de alguien que fue elegido en el pasado y que lejos estuvo de finalizar su mandato en loor de multitudes.
En el punto, reiteró la sombría retirada de Felipe González.
Por lo tanto, no le asiste derecho alguno a él, ni a su Partido, Tampoco le autorizan acosar al Rey, humano al fin, pinzándole con las folclóricas de la COPE, el pequeño Mundo de un ambicioso, y los simétricos radicales, siempre oportunos al disparar in extremis sobre el mismo blanco.

En el punto coincide Chávez, quién, lejos de ser un Rey con la talla democrática y cultural del nuestro -seamos o no republicanos, debemos admitir probadas virtudes, aunque nos parezcan insuficientes a otro efecto-, pretende virtualizarse como tal en su país.

En España, los vaivenes de Z, poco clintonianos pese a lo que se menta, son los de Montilla en Catalunya. Ni contigo ni sin tí, nos dicen, encajándonos de paso a Magdalena Álvarez, la barona de una región que poco tiene que ver con nosotros y la eficiencia, según lo observado y padecido.

En el ínterin, ERC despliega la consigna de independencia en las comarcas del país, echando cuentas del desastre barcelonés que nos asola en los rieles.

Carod, que en el fondo es un tramposo, como todos los inseguros, quiere venderme la libertad territorial a base de que lo reconozcan Josep Lluís. No es que lo diga así, pero lo representa, tal cuál.

Me quedo con Más, y con Durán i Lleida. Menos altisonantes pero con tradición de gobierno desde su coalición.
Quizá los años me han vuelto conservador, según estimarían los responsables (pero poco) que han franqueado a 22 Mossos de Esquadra la terapia hospitalaria con lesiones graves; gracias a los izquierdistas violentos y los canallescos okupas que vos, maese Saura, estimuláis desde vuestra parálisis ideológica.

Naturalmente, caballeros de la izquierda dubitante entre el pasado y lo que hay que hacer, me manifiesto conservador, pero eso sí caballeros, con seny. A pesar de que lo exprese en castellano, pues mi tiempo apremia.

Por eso amo la tierra y su progreso, ordenado y siempre perfectible dentro de la pasión por mejorar.

Las reformas señores, comportan las pequeñas batallas más grandes de ganar, aunque la letra que las enuncie sea pequeña. Representan ellas gramos de arena en el camino de la Historia, pero son en realidad pepitas de oro: el de la sabiduría, que no es otra cosa más que el reconocerse ignorante, y combatir sin tregua por serlo un poco menos afirmando el ser social.

La vida nos enseña que la modestia es más poderosa que el orgullo. Preguntárselo sino a Gandhi, o a Vâclav Havel, y si no os empacháis de tanta dignidad y falso amor a la patria, recurrid a Nelson Mandela. La historia de cada uno nos arrulla la nana perfecta que precede al despertar de la acción pura y dura.
La que transforma y tantas veces nos corrige el rumbo.

La lección y ejemplo de Mandela (el Montecristo del progreso surafiricano) son diáfanos. Encerrar a un hombre no es encerrar su pensamiento. Y el nuestro, sin rejas gracias a lo que supimos conseguir hasta hoy, vuela como una paloma.
Desde Catalunya y a la vera del Mediterráneo, para el mundo...



sábado, 24 de noviembre de 2007

LAS BUENAS Y LAS MALAS

Señalo el carácter de las noticias a comentar.



Entre las buenas, destaco la interposición de una importante demanda judicial contra Federico Jiménez Losantos y por parte de Juan Antonio Zarzalejos, director propietario del diario ABC.


Ya he señalado en algún post los agravios que Jiménez le destinaba. El damnificado ha reunido todos los que le dirigió su agresor desde enero del 2006 hasta los de la semana pasada.


El ensañamiento de la estrella de la COPE para con Zarzalejos, fue superado por los ataques al "periódico inane"por él administrado; destinados a beneficiar el pliego amarillento de Pedro José Ramírez como vocero de la derecha española.


Al parecer, al tándem involucionista le salió el tiro por la culata.


El reciente informe de la OJD (Oficina de Justificación de la Difusión) registra un avance del 3% anual en las ventas del ABC. En cambio, El Mundo se estanca, mientras se disparan las ventas de El País (de hecho el mejor periódico nacional, tras últimos cambios que lo sitúan en un primer plano europeo), y crecen las de La razón, La Vanguardia y El Periódico de Catalunya.


El frenazo en las ventas de El Mundo de un año a otro, certifica el fracaso de la incoherente teoría conspirativa, unida a la mediocridad de sus notas de opinión; encabezadas por las tan latosas de su director en la edición dominical, y las semanales de viva voz en la COPE


Otra nueva, favorable en su resolución, es la recuperación de Luz Casal tras el cáncer de mama que la retiró de los escenarios.


Aquí se impone una reflexión, y es la del estrés que padecen las figuras del espectáculo. En poco tiempo la parca se llevó a dos grandes Rocíos de la canción: Jurado y Durcal. Ahora la zarpa intentó arrebatarnos a Luz; una de las vocalistas y compositoras más originales y poderosas de las últimas dos décadas (la otra es Rosana).


Las malas noticias despuntan con la defectuosa política que regula los espacios televisivos del reality, en lo atinente a conflictos de pareja.


En un medio donde todo se merca, se ha traficado con la vida y la buena salud de varias mujeres. El Diario de Patricia es la porción menos cualificada de estos engendros, a los que tampoco escapan otros de mayor prestigio.


Yo no pongo en duda la buena intención de Ana Rosa Quintana, que -comercio aparte- es una dama culta y prudente, pero se impone una revisión, crítica y autocrítica de este apartado. Exhibir en público ante millones de espectadores a parejas en conflicto no es de recibo. Constituye, ya se ha visto, una invitación a la violencia; y no sólo a la de género.


Otros shows más inocentes en apariencia, suman algunos leños a esta hoguera de violencia. Me refiero a las variadas Escenas de Matrimonio y su reciente clon.


Asimismo, es deplorable el tratamiento de los restantes conflictos y separaciones matrimoniales; reales, supuestas o imaginarias. Aplaudo por ello la decisión de los señores Aznar, poniendo pleitos a los que se inmiscuyen en su vida familiar.


Si María Teresa Campos quiere volver a liderar algún formato televisivo debe medir sus pasos.


"Tomate" hay uno sólo y pese a que en ocasiones diviertan algunos comentarios satíricos que destina a algunos mamarrachos , ya es demasié.


Por cierto, resulta deplorable el aprovechamiento mediático que ha procurado la consorte del Juez Gómez Bermúdez sacando este libro sobre el juicio. Resta credibilidad a la Audiencia Nacional, poniendo en peligro a Pilar Manjón al revelar entresijos del proceso.

La sensación de que todo se compra y se vende afecta en este caso al Poder Judicial, y eso es muy grave.


No menos grave es el intento de enjuiciar al lehendakari Ibarretxe. Coincido con el comunicado de Miren Azcárate. Creo que entre los políticos catalanes sólo el jefe local del PP discrepa abiertamente con los demócratas vascos del nacionalismo.

Como siempre, Montilla es la media excepción.


Atención a la deserción escolar.

El bajo nivel de aprobados en cada curso y el desastroso panorama educativo, con una inversión inferior a otras regiones, erosiona cualquier posiblilidad de refundar nada. El reflotamiento de la FP (Formación Profesional) en la enseñanza media pasa por el reemplazo de la nefasta LOGSE, adecuándonos a los países europeos más avanzados en la materia.


En la arena internacional son preocupantes los conflictos internos en El Líbano, Irak, Pakistán y Bolivia, junto a los roces con Venezuela.



Los últimos son achacables a la suma de factores causadas por: A) las andanzas caraqueñas de Aznar; B) a las folclóricas y su fuego graneado contra el Rey; C) a la sostenida quema de su retrato por agitadores independentistas, y las burdas ofensas de "El Jueves" a la Familia Real; D) al desbocamiento de Chávez en la cumbre de Santiago; E) al imprevisto corte de manga del tercero, muy tensionado por la suma de factores expuestos; y F) a la respuesta del venezolano buscando capitalizar el "¡A ver si te callas! " en moneda antiimperialista.


A nosotros nos interesa especialmente América Latina. A más de las raíces que la lengua común y la Historia tejieron entre nosotros desde 1492, somos grandes inversores en un mercado que cuenta 500 millones de habitantes, proporcionándonos un notable espacio de comercio bilateral.


Cuando recomiendo no olvidar el castellano en la educación catalana, me refiero, además de ser nuestra otra lengua natural, a las oportunidades que ofrece el subcontinente para nosotros, por tradición mediterránea y la sostenida recuperación de los indicadores económicos del área en los últimos años.


A ellas se suman las del sur de los EEUU, donde el castellano comporta la segunda lengua en importancia.


Cualquier nuevo impulso o refundación del catalanismo que no observe esta particularidad, nos dejará tuertos. Y éste no es el reino de los tuertos. Hay que tener los ojos bien abiertos y echar mano del catalejo, o del telescopio si hace falta.


Y pienso que mucha, pero mucha falta nos hace.












OTRO ADIÓS

Es el de Francisco Candel, autor de más de cincuenta novelas que documentaron en clave dramática los azares de la inmigración a Catalunya durante los años ´50.

Él mismo era uno de esos charnegos (tal como se definía) que adoptaban -en su caso desde Valencia- la nueva tierra de adopción. Hombre de izquierdas y militante del PSUC en la heroica época de Gregorio López Raimundo y Antoni Gutierrez Díaz, Paco llegó a desempeñar el cargo de senador comarcal.

De la política le quedó el amargor. Rara vez los grandes escritores se armonizan con los cargos de representación. Quienes lo intentaron no pasaron a la Historia como políticos.

Su literatura, profusamente leída durante años, es hoy tan irrepetible como él mismo. En el nuevo siglo los inmigrantes nos llegan del Este, África y Latinoamérica.

De esa inmigración podrá salir quizá otro Paco Candel de piel cetrina u oscura, integrado a Catalunya, su cultura y tradiciones. No por cierto, de esta entraña social consumista y de poca lectura. La clase media pasulona y siestera domina el panorama, y de sus escritores brotan renglones menos emocionales aquí, y en otros lares.
Mandan por lo tanto -como me decía el otro día un amigo en el local de Torradas- las nubes de colores. Nos lo demuestran, edición tras edición Javier Marías, Ruíz Zafón o Enrique Vila Matas. También el público que los compra y en gran medida los exhibe en las raleadas bibliotecas, junto a adornos de porcelana y algún trofeo barrial, leyéndolos apenas.

Nadie cuestiona que ellos y otros colegas, aparte de ser fenómenos mediáticos creados por grandes editoriales, escriban bien. Pero la buena letra poco trasciende con el paso del tiempo y el imperio de la moda, sin albergar contenidos que nos relacionen con la vida.
Evadirse no siempre es necesario, a pesar de que algún texto bien llevado te lo ponga fácil.

Pasa lo que con el ya remoto Neorrealismo en Italia, y también con el nuestro, algo más modesto, ensayado de a ratos y en lo posible por Bardem, Berlanga, Fernán Gómez, Miquel Marti i Pol y el propio Paco, frecuente víctima de la censura franquista.
la ventaja de todos ellos sobre Paco fue la mayor difusión de sus obras. La de él se quedó en Catalunya, donde fue premiado y venerado, a pesar de haber escrito parte de sus libros en castellano. Por eso su velatorio se realizó en la Generalitat, entre el calor de sus más cercanos compatriotas.

No es que en esta época escaseen la miseria y hondos dramas; que los hay, aunque quizá no en la proporción y sentido de antes; cuando las novelas sociales y los proletarios o jornaleros andaluces de Paco alcanzaban las 22 ediciones.

Hoy nos ahogan las hipotecas y los créditos al consumo. Las ideas sociales no son un plato más en la mesa familiar. Y Candel; algo, mucho o todo Candel; el gran escritor y orgulloso charnego, catalán ilustre que ayer nos dejó un poco más solos, permanece ausente en las raleadas lecturas de las nuevas generaciones desde tiempo atrás.
Éso habrá que corregirlo, y rápido.

Volver a él será poner el pie en la realidad de una época que hoy cobra nuevas formas y desafíos. Para los nuevos inmigrantes y nosotros.

Los que palpitan en el interior de los seres humanos que llegan a un país en pos de una vida mejor, y los que debemos ofrecérsela como oportunidad, para crecer juntos, siendo mejores y más universales.



viernes, 23 de noviembre de 2007

EL GRAZNIDO DEL CUERVO

Me refiero a Pio Moa.

En el vertedero de Libertad Digital acabamos de escuchar en letra impresa el graznido del pajarraco. Ha calificado a Fernando Fernán Gómez como "un artista del franquismo".

A más de no tener vergüenza, proyecta sobre un artista de enorme talento y limpia trayectoria una calumnia que no puede probar.

Fernando fue un trabajador del espectáculo. Jamás hizo proselitismo dictatorial ni rindió pleitesía alguna al Caudillo infame. Se limitó a brindar su buen oficio para de paso, ganar los garbanzos. Durante el periodo no delató a ningún rojo ni se afilió al Movimiento.

Moa se inventa una historia más en su sórdida justificación del alzamiento militar del 18 de julio del ´36, su lamentable triunfo tras una larga guerra y la inmediata dictadura genocida.

Hubo en efecto, una serie de intérpretes que se postraron ante su Régimen.

Algunos eran fascistas confesos, otros agacharon la cabeza e hincaron la rodilla en el piso para besar su capote ensangrentado. No daré nombres que todos conocemos. Pero el de Fernando jamás integró el aglomerado ni bailó un fandango.

Seguramente le irrita al cuervo el desfile incesante de gentes en el Teatro Español. También los tangos y los versos que rendían homenaje al anarquista indeclinable.

Eso era el grande artista.

Aunque por sobre todas las virtudes humanas, que eran muchas, se lo amó y respetó por su esfuerzo creativo en todas las áreas del espectáculo, y asimismo en las literarias.

En las últimas por cierto, no destaca el Cuervo. La venta de sus panfletos empastados se debe a otras razones.

Lo del Teatro fue conmovedor. Un espectáculo pletórico de sentimiento y amor. El tributo póstumo a un ser querido, en los cuatro puntos cardinales de la piel de toro y más allá...

En cambio, al granzador Moa no lo quiere nadie. A lo sumo, le utilizan como monigote, otros mucho más listos. Saben que el arrepentido de la banda asesina GRAPO está dispuesto a devolver a la democracia los años de cárcel que purgó, con todo merecimiento (en varios Blogs se apunta que remató a martillazos a un policía herido) y le dan alpiste.
Antes combatía las libertades con las armas; ahora con el pico envenenado.

En ocasiones, la amargura y la frustración generan un resentimiento de campeonato.

No es Moa el único ejemplar que revela estas dotes en la multimedia involucionista. Los folclóricos compadres del Cuervo son temerarios y lenguaraces. Jiménez Losantos y Gabriel Albiac no purgaron cárcel por terrorismo, pero brotan de la fértil cantera del arrepentimiento. El pasado ejercicio militante les proveyó sin duda alguna, de la dialéctica necesaria para ensayar con cierto éxito el transfuguismo.
El ex terrorista que lanzó este graznido -uno más en su abominable crónica revisionista y calumniosa-, merece que los colegas, amigos y familiares de don Fernando Fernán Gómez presenten una querella.

El progreso y la Historia le condenan de hecho. Aunque no estaría de más condenarle por otros medios que la justicia prescribe, cuando se intenta vulnerar el honor de un ciudadano ilustre; vivo o muerto.
Yo que ellos, no dudaría en hacerlo.

jueves, 22 de noviembre de 2007

FERNANDO

Se nos fue nuestro egregio Pelo de Zanahoria.
Sus amigos lo despidieron con tangos y poemas en el madrileño Teatro Español, donde se instaló la capilla ardiente. Cientos de visitantes de todos los ámbitos le sumaron su último adiós, entre ellos, el presidente Z.

Fernando, anarquista de alma, era un grande de la escena y la literatura, porque era un grande de la vida. Lo consiguió golpe a golpe y verso a verso desde su primer bocadillo importante, en una pieza escrita y dirigida por Enrique Jardiel Poncela en 1940.
En ese siniestro calendario de miseria y dolor mandaban Franco, su soldadesca, los curas y la comparsa falangista, sirviendo a los señoritos oligarcas y la corte de estraperlistas: los verdaderos dueños de la tierra, el dinero y los víveres.

Nacido en Lima y anotado en un registro de Argentina en 1921, este hijo de madre actriz y padre volátil del que pocos se acuerdan, desarrolló un atractivo epecial sobre los tablones de la escena y frente a la cámara.

Durante los últimos años ´40 y los iniciales ´50, fue un gran característico que hacía suyas las historias.

Delgado y avispado, proyectaba el arquetipo de aire inocente y buen fondo sentimental; una figura nada peligrosa para el Régimen.

Sin embargo, no tardó en mostrar otras facetas algo más hondas. Recuerdo especialmente La vida por delante, que dirigió e interpretó junto a Analía Gadé, su pareja entonces.

Ella era otro ejemplar que evolucionaba a marchas rápidas tras unos comienzos algo insulsos en el cine argentino.

En los setentas, la madurez de un intérprete que no paraba de encantar al público desde el teatro (dónde abordó, desde la comedia hasta los clásicos), la televisión y el cine, nos brindó su mejor trabajo hasta entonces en el último apartado mediante El espíritu de la colmena. Tampoco hizo ascos a la hora de interpretar al miserable chulo estraperlista de Pim, pam, pum, fuego, junto a Cocha Velasco y nuestro (Josep María) Flotats.

Muerto Franco y en su recta final la oprobiosa tiranía, Fernando se lanza a ganar, entre 1976 y el 2004, un galardón tras otro. Los flashes de la prensa y las cámaras de cine y TV reflejan su franca sonrisa en todas las edades. Gracias a ellos le vimos coger uno a uno: el Oso de Plata del Festival berlinés, el Lope de Vega, cinco Goyas, una Medalla Nacional de Cinematografía, el Príncipe de Asturias de las Artes y otro Oso de Plata Honorífico en Berlín.

Su ingreso al sillón B de La Real Academia Española se produjo en 1997.

No sólo se ponderaban sus doce obras teatrales (llevadas en más de un caso a la pantalla, por él mismo) y su autobiografía. Había impreso su versatilidad a 180 filmes, dirigiendo 25.

Criado por su madre y la abuela, Fernando amaba a las mujeres. En ellas proyectaba aquellas figuras que le habían dado lo mejor de sí, alentando su vocación de comediante; reflejada en gran medida por Viaje a ninguna parte (uno de sus filmes favoritos).

A la hora de hacerlas suyas y entregarse a ellas, las escogió bellas e inteligentes. Con María Dolores Pradera concibió dos hijos. Lo de Analía duró un tiempo. Pero habíéndole tomado el gusto a las criollas, realizó con la joven actriz Emma Cohen la más duradera y feliz unión.

Ella lo acompañó hasta el último instante, tras unos años de lucha sin cuartel contra el cáncer.

A diferencia de Francisco Rabal o Fernando Rey, que maduraron gracias a su labor con grandes directores en notables filmes, Fernán Gómez se elaboró casi en solitario, a fuerza de talento y muchísimo esfuerzo, superando épocas difíciles en las que mantuvo en alto la condición de astro. Su sensiblidad, unida a una importante cultura y multifacéticas dotes, le vuelven un ejemplar irrepetible.

Lamentamos que se haya ido. Pero si el límite de la vida y el rigor de su ley se impusieron a sus ochenta y seis impetuosas primaveras (nunca mejor dicho), el legado de este español universal permanecerá vivo entre nosotros, y en aquellos que nos sucedan cuando nos llegue la hora.

Hasta siempre querido amigo del arte y la vida. Donde palpite con fuerza un corazón entregado a la escena o la pluma, estarás tú; desde 1940 hasta el día de tu adiós...

miércoles, 21 de noviembre de 2007

LA SACRA FUERZA DE LA INSTITUCIÓN

Tercia anteayer el obispo Ricardo Blázquez, clamando perdones por lo imperdonable: las bendiciones a 40 años de tiniebla franquista.

Se entiende. Como en el teatro, la Iglesia de togas, salmos y agua bendita, esgrime sus dos vertientes escénicas: la sonrisa y la tragedia.

El cardenal Tarancón representaba lo que hoy el confesado discípulo, con la diferencia en su contra, diaria y machacona en estos días, de una formación política y tres medios (El Mundo, La COPE y Libertad Digital, ya multimedia) que, al enfrentarle en el día a día, gozan de un respaldo de facto por parte de la Conferencia Episcopal.

Quien la preside -teóricamente Blázquez- padece la neutralización activa de Rouco Varela y Cañizares; poderosos guardianes de la fe al servicio del pasado más inmediato. Parecen salidos de una secuencia de Iván el Terrible. Ellos se apuntaron un tanto nada despreciable, al obtener una masiva beatificación de clérigos franquistas, que ni el venerado protofascista Pío XII se atrevió a consagrar.

Fueron 435, los subversivos de ayer y santos de hoy. Murieron por la doble fe. Confiaban en Dios, y el Caudillo, obediente a su gracia. No puedo aplaudir estos crímenes, ejecutados contra civiles desarmados. Tampoco su adhesión al Golpe de Estado que desencadenó la Guerra Civil.
Setenta años después les cae la breva.

Ergo: quién no manda en la jerarquía clerical de nuestros días, es el Presidente, sino el que está enfrente.

Un tanto en contra de la templanza, parte de las heladas brisas del Vaticano. Este Papa es tan conservador como el que partió para siempre, cuando apenas era un hilo de voz y mueca eclesial.

Sería conmovedor sino fuese tan patético. La agonía del predecesor fue una suerte de la padecida por Franco, sin los tubos; aguantado en base a los mimos de claustro, la ciencia, y los honores recibidos por asestar el póstumo mandoble de cruz al comunismo. Le aprovecharon hasta el último suspiro sin piedad alguna.

En nuestra terrena miseria, ante el dilema que enfrenta a progresistas en desventaja y retrógrados mayoritarios bendecidos desde la cúpula, elegimos abstenernos; reservándonos el derecho a financiarles o no.

Una vez más negaremos toda colaboración a la sacra corporación, desde el rutinario formulario de Hacienda.

Es nuestro recurso para restarles poder de maniobra. De gobernar Juan XXIII o Paulo VI, lo pensaríamos dos veces.

Esto de la COPE -convengamos- son negocios que entrelazan la común visión de la Historia y una común vivencia de la histeria entre los dueños del circo y sus bufones.

Devotos de la iniciativa, validamos el criterio de los oyentes y lectores, al tiempo de reclamar a viva voce una urgente ley educativa que nos libere del presente atraso. Invisible si nos atenemos a la proliferación de flamantes todoterrenos y viviendas hipotecadas.

Necesaria y real, por éso mismo.


martes, 20 de noviembre de 2007

MAS

En otros artículos del Blog he manifestado mis simpatías por Artur Mas.

Mi amigo Ramón Bernat Mestres, vilafranquí ácrata y catalanista, artista plástico y autor de novela negra (escrita y publicada en catalá), me dijo el otro día.

"Mas es de lo mejorcito que tenemos. Ni punto de comparación con Carod o Montilla."

Desde mi templado catalanismo opino igual. Su acto del vespre vuelve a confirmarlo como firme valor relevando al Tripartit. Gran impulsor de Estatut (ahora en peligro, por causa de los temblores en el TC), aguantó dos victorias de primera minoría, legalmente escamoteadas por el frente de centro izquierdistas (del PSOE e IV) y nacionalistas de una izquierda (ERC) que los hechos y la improvisación de este partido asambleario suelen minimizar

Nada resultó altisonante en su discurso de hora y media, en un escenario repleto de convergentes, unionistas y gente de otras formaciones o estamentos. La presencia de María Llansana (de ERC) daba a la buena imagen del ponente el fraterno y estético complemento de una ceremonia de Oscars.

Mas probó una vez más su condición espartana y austera del político modelo que sirve a un proyecto.

El contenido de la intervención se centró en el derecho a decidir el destino del país en todos los órdenes. No planteó ningún referéndum o carga a ultranza contra el florentinismo monclovita. La refundación del catalanisme sería más bien un valor ético hecho programa, que restaurase una autoestima nacional que los ciudadanos venimos perdiendo frente al resto de las comunidades y naciones del mapa.

Tampoco renegó de la herencia ideológica sembrada y tan largamente fecundada desde la Generalitat por Jordi Pujol. Pero los tiempos han cambiado y la adaptación a un electorado que pide mayores definiciones en el terreno programático exigen claridad.

En el campo de la educación, sobre todo en la media franja, el desastre vernáculo es catastrófico.

Fallan los contenidos y por consiguiente los educadores; alcanzados por el desánimo y sueldos insuficientes.

Creo que deben reforzarse los idiomas; en especial el castellano y el inglés, sin perjuicio de impartir a fondo el catalán. Si bien el bilingüismo es un hecho incontrastable en nuestro día a día, los chavales de la secundaria practican el castellano vulgar que aprenden en casa. Además, es inaudito y gravoso para su formación que no se estudie la literatura del Siglo de Oro. Los jóvenes nuestros no saben quiénes fueron Vicente Blasco Ibáñez, Rosalía de Castro u Ortega y Gasset.
Creo que tampoco conocen a los escritores del país (que los hay, y muy buenos). No se puede ignorar a Josep Plá, Joan Amades, Pierre o Miquel Martí i Pol y decir que se ama el país.
Los grandes de la literatura universal y los del siglo XX apenas se abordan en los programas.
Otro fenómeno que delata nuestra insuficiente autoestima es que no se implante en los programas de Estudio una historia de las comarcas catalanas (incluyo el Roselló). Yo viajo casi todos los días por nuestro mapa. La razón excede el comercio. Coincidimos con Artur en la afición que una respuesta personal a mi mensaje bloguero puso en claro.

Bien. Ahora hay que fomentar el turismo interior. Ver con previa instrucción, es multiplicar la riqueza de la visión. Nuestros compatriotas son nuestros vecinos de al lado. ¿Qué une y complementa a un catalán de Mollerussa y a otros de Gandesa o Torroella de Montgrí?

Entre unos y otros median historias comarcales que en el fondo son una sola.

Fusionándolas en el conocimiento se hace país, sin perjuicio de fomentar el turismo universal para ser, desde Catalunya, más universales. De paso, conseguimos que mayor cantidad de ciudadanos se sienta parte de la nación, sin que sus raíces provengan de esta tierra.

La cultura refuerza nuestra competitividad. Los productos y servicios tienen un valor cultural agregado. Si les falta, perdemos ante los que producen y sirven mejor.

Creo que Mas y su equipo son conscientes de buena parte de estas razones. Eso transparenta este acto tan importante. Por eso el mismo excede un marco estrictamente partidario.

En resumen, el discurso de Artur caerá como el plomo en Madrid. De momento se le comparará con Ibarretxe. Así lo sugieren los periódicos de derecha e izquierda.

Personalmente no me disgusta la comparación, aunque esté lejos de ser exacta. El lehendakari y Artur se parecen en su clara noción de la dignidad nacional. De ahí al referéndum del vasco hay distancias que no descarta cubrir, sin que este sea el centro que hoy aborda su refundación.

Ganará votos, en la medida que cada uno de los apartados que hoy nos afectan (educación, transportes, presupuesto autónomo, etc) se hagan realidad palpable en su programa.

El amor a la tierra debe llevarse al plato, la educación y la previsión social.

La patria es tangible, señores, en la medida que el bienestar alcanza a sus ciudadanos. Ahí es donde se afirma, con sólida base, el sentido de la pertenencia...



EL ANIVERSARIO

Se cumple un nuevo aniversario de la entubada muerte del sátrapa.

Franco era eso, no le deis más vueltas. Gran parte de los supuestos males que hoy nos aquejan creyó liquidarlos a sangre y fuego. Sus métodos, acreditados en el norte de África eran implacables. Su triunfo fue aparente. España era en su histórica complejidad, una nación de naciones, no la Grande y Libre que altisonante y majestuosa en el sansonete, malamente disfrazaba sus miserias.

Algunos demócratas de agua poco clara, consideran su práctica genocida una plácida era. La confusión entre un terror que imponía obligados cumplimientos y la placidez, corresponde a espíritus cómplices, estimulados por la nostalgia del privilegio.
Otros más entusiastas y fachendosos, cantan "Cara al Sol" con su aguileña bandera al viento y el brazo falangista en alto.

Algún par de obispos que yo sé, rezarán en la fecha un responso por su alma; aunque pocos creyentes sigan su ejemplo.

El dictador es un apestado de las crónicas desde que abandonó este valle, al que tantas lágrimas sumó.

Los que no se atreven a defenderlo a cara descubierta, y los que sí, como el periclitado De la Cierva y el siniestro Pío Moa, se quedan solos, por más Mundos y Esferas, o Libertades Digitales que les patrocinen los rebuznos, con el pretexto de que "nos salvó de los rojos".

Puede; quizá. O no y de ninguna manera. En todo caso, la ucronía plasma el ilusionismo de los que vuelven al mundo del revés, partiendo de una necesidad inconfesable.

Eso sí, el que un día la plasmó con ayuda de tropas del Duce y la Legión Cóndor, no nos salvó de su repugnante y opresiva tiranía.

Dicen que antes de estirar la pata, el cazador que firmaba fusilamientos a los postres, musitó: "Qué duro es morir..."

Desde luego, para alguien como él, morir fue más duro que matar.

domingo, 18 de noviembre de 2007

PROGRAMA DOBLE II: EL CUERVO

No titulo a ningún político; es otro filme degustado este pacífico fin de semana. De repaso obligado a la actualidad; but no comment.

La Paramount de 1942 atravesaba por ciertas dificultades estelares. Sobre todo en el apartado masculino. Los americanos más jovenes y las grandes estrella se habían alistado en la Marina o la Air Force. Sobraban maduros secundarios, pero faltaban galanes. Y héte aquí que la habil Sue Carol, ex flapper metida a representar actores y actrices, entevió la ocasión de colar en nómina a su protegido y amante Alan Wardbridge Ladd, un rubio Apolo con poco más de 1, 60 de altura.

Ladd, que entonces estaba casado y era padre de una niña, ya había intervenido en algunos filmes y hasta en un serial en episodios de El Avispón Verde.

El mal fario de pasar más o menos desapercibido se quebró parcialmente en 1942 gracias a Juana de París; un vehículo antinazi de la RKO para el lucimiento de Michéle Morgan y Paul Henreid. Allí caía como un héroe de la resistencia.

Carol se ocupó de que volviese a caer ese mismo año, menos gloriosamente pero de manera efectiva para su futuro en el cine, mediante El Cuervo; filme basado en un cuento de Graham Greene, adaptado a la pantalla por W.R. Burnett y Albert Maltz.

Lo dirigía Frank Tuttle; un periodista pasado al cine al finalizar los ´20, que acostumbraba a trabajar con izquierdistas como él.

Eso explica que el el albor de los talkies dirigiese al célebre Eddie Cantor, y que en El Cuervo interviniesen Maltz y el actor Marc Lawrence (como él, posteriores blacklisted durante la era McCarthy).

El abordaje del género negro, que tan buenos resultados dio a la Warner Bros desde Altas Sierras y El halcón Maltés, se adaptó a escenarios baratos y un cierto aire menos dramático que en las violentas entregas del otro Estudio.

Con todo, la cinta rezumaba tensión y violencia. A pesar de figurar cuarto en el reparto (detrás de Veronica Lake, Robert Preston y Laird Cregar), Ladd interpretaba con gran economía de gestos y un aire peligroso a Philip Raven, el asesino por contrato. Una toma inicial nos lo revela cariñoso con un gato, y violento con la mujer de la limpieza que lo espantó. El recurso de mostrar a los que maltrata o elimina como seres despreciables conserva el tono durante los 80 minutos de la entrega.

También que quienes lo alquilan para despachar a quién robó una fórmula útil a la defensa nacional son perversos en extremo. Mandado a hacer para un rol por el estilo, cumple el voluminoso y lúbrico Cregar.

Pero los billetes con que paga el servicio fueron denunciados en números de serie como robados. Advertido Raven, inicia la caza de los traidores. Su propósito es vengarse, sin interesarse por lo que significó para el futuro de su país el material entregado.

La casualidad de un viaje en tren y el compartir asiento, le procuran un nexo con la novia de un policía (Preston) que justamente sigue la pista de Cregar; sospechoso de vender secretos a los japoneses. Ella es el cebo para que este aparente propietario de un cabaret la contrate como cantante e ilusionista.

El resto de la trama es acción pura. Cregar, que también viaja en el convoy, advierte que Raven y la chica están juntos y trama su posterior secuestro, tras fracasar denunciándole a él.

A posteriori Ladd salva a Lake de una muerte segura y consigue acceder al edificio donde un anciano en silla de ruedas (el gran caracteristico del silent screen Tully Marshall) maneja todos los hilos del sabotaje.

Ladd consigue neutralizar una vez más al lugarteniente de Cregar (Marc Lawrence) y lo liquida, mientras el viejo palma de un infarto, y un inmediato tiroteo con la policía se salda con la muerte del antihéroe, del que Lake se había apiadado con bastante cariño, al contarle retazos de su terrible infancia.

El factor romántico, sostenido por el final feliz entre Preston y Lake no oculta el soterrado y más hondo de ella con el asesino angelical, piadoso con las niñas tullidas (así lo revela otra de las imágenes iniciales), las madres con bebés en los brazos y los mininos.

Buenos diálogos y un acertado manejo de los símbolos (cuando Raven, rodeado por la policía en un depósito, se ve obligado a ahogar un gato -"ser libre y que no precisa de nadie"- para que no maulle, enuncia "que su suerte se acabó"), componen lo mejor de un relato que conserva intacto su interés.

Se advierte, no obstante, las premuras que comporta un bajo presupuesto; centrado en interiores, con una sóla escena de acción al aire libre, de Raven, saltando desde un puente hasta el vagón abierto de un tren en marcha bajo una lluvia de balas.

El Cuervo fue muy bien recibida por el público. Desde entonces Ladd fue un astro de nota en Paramount y Hollywood.

Emparejado con Lake en algunos filmes, dio pié a que Warner Borthers ensayase luego una fórmula romántica con Bogart & Bacall, a partir de El sueño eterno.

Su vida fue sin embargo menos feliz. Asunto que detallo ampliamente en un capítulo de mi libro "La Piel de los Dioses". Tampoco la dicha llamó a la puerta de Verónica Lake y mucho menos a la de Laird Cregar (como ya dije, comentando los prolegómenos estelares de "Laura").

Nacido en 1862, Tully Marshall falleció un año después.

Robert Preston, muy celebrado en las tablas de Broadway y poco en el cine, pese al padrinazgo de Cecil B. DeMille, siguió bajo contrato con Paramount hasta que la vieja vocación lo devolvió a sus origenes. Lo que no le impidió ganar mucho después y poco antes de fallecer, un Oscar secundario por su rol de Victor o Victoria.

Albert Maltz fue perseguido por los cazadores de brujas y encarcelado un año. Marc Lawrence se fue a Italia, y Frank Tuttle abjuró de su comunismo; acción que le permitió trabajar en la industria; aunque lejos de que sus futuras faenas recordasen al cineasta del pasado.

Jean Pierre Melville y Alain Delón revivieron veinte años después parte de la historia y su atmósfera en El samurai.

Y al caer esta tarde de domingo, deleitado frente al televisor y las imágenes de los que fueron y ya no están, volví a recordar lo de tantas veces, en dos continentes: mi indómita pasión por una era de grandes filmes y arquetipos del pasado que el tiempo se llevó para siempre




sábado, 17 de noviembre de 2007

PROGRAMA DOBLE I: LAURA

De vez en cuando me desenchufo de mi mundanal ruido y amparado por la calefacción de mis dos mascotas me arrellano en el sillón, frente al televisor. Habiendo insertado el DVD escogido, aguardo su puesta en pantalla y vuelvo, again, a Laura. Ese film tan emblemático e inolvidable.

En realidad, no fue un vehículo para el lucimiento de divos o divas. El libro de Vera Caspary, muy bien escrito y recibido por los lectores, se bastaba sólo como reclame para brindar un razonable espectáculo en blanco y negro.

Se rodó con un regular presupuesto en 1944, año de mi nacimiento, en los sets de la Twentieth Century Fox de entonces; la que comandaba Darryl F. Zanuck.

Así, mientras la diarrea estival me llevaba al borde de la muerte en la Barcelona de posguerra, nacía otro clásico de Hollywood y el cine.

Allí hizo su debut americano como director el judeo austríaco Otto Preminger, con antecedentes de importancia dirigiendo filmes y montando piezas teatrales en Europa, y que en lo inmediato provenía del teatro y roles de complemento en algunas cintas. El patrón del Estudio no quería meterlo a dirigir, pero al fin este emigrado antinazi de fuerte carácter y buen sentido de la oportunidad, se impuso a Zanuck, que al fin de cuentas era otro judeo americano culto, y se había iniciado escribiendo guiones para el perro alsaciano Rin Tin Tin.

En principio, el papel más importante estaba destinado a Laird Cregar, el grandote siniestro de El cuervo. Su muerte por infarto destinó el personaje al actor teatral y ex bailarín Clifton Webb; uno de los homosexuales más deshinibidos del ambiente.

El refinado actor, habitual figura en los repartos de Broadway, pertenecía a la jet set farandulera desde los años ´20, pero la suerte le esquivó durante años una carrera estelar en el cine. Al fin la consiguió intepretando al verdedero eje de la historia; que no es la criatura que borda Gene Tierney sino él; un refinado escritor tácitamente gay (aunque el filme no lo explicite) obsesionado por Laura; creativa de una agencia publicitaria cuya carrera impulsó a raíz de un primer encontronazo en un restaurante.

La historia despega con su relato, en primera persona evocando a una muerta.

En apariencia es Laura; asesinada de un escopetazo que le desfiguró el rostro. A cargo de la investigación asoma el tipo Dana Andrews como el detective Mark McPherson.

Hasta entonces tampoco Andrews se había lucido en la Fox. En cuanto a Tierney, ya era importante entre las estrellas jóvenes de Zanuck. Su intervención en La Pecadora de Shangai, El camino del tabaco y el western sobre Frank y Jesse James, que Fritz Lang rodó con Henry Fonda y Tyrone Power, seguidos de El diablo dijo no, de Lubitsch, y Belle Starr, la habían popularizado ante los espectadores.

Aunque sin duda la estrella absoluta del sello por estas fechas eran Betty Grable y sus bien torneadas piernas; favoritas en los decorados musicales de la casa y los frentes de guerra.

En Laura se aprecian diálogos inteligentes; un tema musical que haría famoso al compositor David Raskin; y escenarios de interiores espaciosos en los que domina la estética elegante, diseñados por Thomas Little.

Los secundarios de la historia no pudieron ser mejor escogidos. Judith Anderson, la gran actriz teatral (la malvada criada en Rebeca) compone a la madura amante y financista de un gigoló, del que Laura se prenda, encarnado por un joven Vicent Price.

La sobriedad y contención de Andrews, el detective que al comienzo de la historia se enamora de la bella joven que cree muerta (presente en un lienzo pintado al óleo por uno de los pretendientes que le aventó el celoso y obsesivo Lydecker), es opuesta a la frivolidad y cinismo de un escritor que conmueve a su público tarifando su invocación a los sentimientos.

Cuando la presunta muerta resucita ingresando a su piso, ignorante de que los periódicos y la radio han anunciado su asesinato, ante los ojos del adormilado investigador se corporiza un sueño.

Quizá sea uno de los instantes más recordados de un filme que no decae.

Otro sitúa a Laura bajo el foco policial de McPherson, en un interrogatorio que en realidad es una escena de celos. El detective pierde cierta objetividad frente la indecisión sentimental de ella hacia el gigoló crápula.

Pero al final el encuentro amoroso entre ambos se produce; casi en simultáneo con el hallazgo del culpable.

Ha sido Lydecker quién mató, aunque no a Laura sino a una joven amante de este otro, confundiéndola con ella en la penumbra de su piso, echando mano de una escopeta que había escondido en el interior de un gran reloj que regaló a su objeto de deseo.

Ante la reincidencia de ella con el detective, otro ejemplar "apuesto y musculoso" que la trae de cabeza, decide eliminarla a plena luz, acción que impiden el detective y sus ayudantes.

El violento fin del escritor era precedido por una retransmisión de su programa semanal, versando justemente sobre la eternidad del amor.

Tras el suceso de la cinta, Clifton Webb se convirtió en una estrella. Dana Andrews se consolidó como galán de carácter en la Fox, y Gene Tierney subió puntos en la estimación pública. Justamente ella y Price protagonizarían poco después El castillo de Dragonwyck, filme inicial del escritor y productor Joseph Mankiewickz.
Sin duda alguna su mejor labor artística sería la de perturbada mental y asesina en Que el cielo la juzgue, un technicolor dramático de John M. Stahl. La carrera de Preminger (hombre con fama de cruel e irascible dentro y fuera de los platós) tuvo en adelante luz verde, con buenos resultados hasta la década del ´60.

Yo superé la diarrea estival merced al casual cruce de mi madre con una vecina, cuyo sobrino, salvado por la experimental obstinación de un médico barcelonés, anticipó mi destino.

Gracias a su ciencia pude disfrutar de Laura años después, y hasta hoy.

En cambio, la pobre Gene Tierney fue desdichada durante mucho tiempo.

Amante secreta en los años ´40 de John Kennedy, desarrolló un casamiento causalmente poco feliz con el modisto Oleg Cassini, y luego un desastroso lío amoroso con el juerguista y principesco Alí Khan.

Madre de una hija disminuida síquica, su salud mental empezó a resentirse en los iniciales años ´50.

La corporización del sueño que ella representó para muchos fans, fue para la Gene Tierney real una pesadilla.

Consiguió abandonarla con los años, y tras desposarse felizmente con un magnate texano, vivió en el equilibrio hasta que un efisema pulmonar (herencia fatal de su tabaquismo compulsivo) la llevó a la tumba con 70 años.

Sin embargo, la redondez absoluta de este clásico noir y la presencia de Gene, joven y hermosa, siguen vivos, junto a una melodía que jamás olvidaremos.

Esta tarde de invierno en Vilassar de Mar lo comprobamos una vez más.











jueves, 15 de noviembre de 2007

VERDADES

Lula ha señalado la condición democrática de Chávez.

Pruebas al canto: "Ganó tres referendos, tres elecciones y cuatro plebiscitos"

Verdades imposibles de negar que reitera el carioca, esconden bajo apariencias la naturaleza de un régimen corrupto.

Un poder que se invoca revolucionario y recomponedor de una nación moralmente quebrada, pecisa de la mística, que refuerzan las prebendas y sobornos. La corporización totémica del Líder argamasa privilegios sectoriales imperativos: sin botín, no hay tropa.

¿Eran menos corruptos los beneficiarios del Pacto de Punto Fijo, alternándose en el poder para pitorrearse de los venezolanos pobres; que son enorme mayoría?

No sé si eran más o menos corruptos que Chávez y su pandilla, pero sabemos que fueron déspotas encubiertos por una democracia formal.

Perón, ex golpista vocacional, hizo lo mismo con los protagonistas de la Década Infame (alargada en realidad, tres años más). Eran políticos que se repartían el poder apelando al fraude electoral, reservándose el trozo más grande del gruyére los rancios conservadores, apoyados por el Ejército.

A bombo y platillo el criollo fundó La Nueva Argentina. Que resultó tan taimada como la vieja, bajo los afeites de un estatismo gigantino de tono nacionalizador.

Chávez, otro veterano de los golpes de Estado, fundó la República Bolivariana. O sea, nuevo odre para un viejo vino.

Nadie pudo negar al primero una mayoría de votantes en las dos elecciones presidenciales que mediaron, entre 1946 y 1952.

Tampoco negamos el mérito a Chávez. Por eso creemos que Lula lleva razón. Aunque también distancias de su par.

Pero la coacción social y política que supone la investidura de Libertador en un país, es enorme. Tras domesticar al poder judicial, liquidando a sus opositores más mediáticos, Chávez pretende legitimar su perpetuación en el poder.

El "Todo por la Patria", ha sido, es y será el sansonete de los tiranos y demagogos.

Sacrificados patriotas, al estilo de Franco, Stalin y Fidel Castro (hasta hoy) demostraron que éso es posible. Pero perpetuar un régimen opresivo lo es menos.

En Rusia, sus ejecutores pudieron durante setenta años. Mussolini duró apenas 20. Hitler 12. Kim Il Sung y su dinastía vienen superando el medio siglo. También los comunistas chinos y los vietnamitas. Pero los cambios en el interior de estas sociedades regidas por el despotismo llegarán, aplastando a los aplastantes.

Chávez no es comunista. Ni castrista siquiera. Nada en petróleo al alza y promueve, es exacto, cierta redistribución de la riqueza. Son las braceadas que lo mantienen a flote sin modificar nada. Por regla de tres, su sociedad es tan clasista como antaño, y los marginados forman legión.

Venezuela es un país de grandes mansiones y chabolas miserables. A la clase media se la está cargando el paracaidista boliviariano, mientras el crimen por hora se mantiene incólume en la estadística.

En Marruecos, impera la ley de un monarca alahuita tan despótico como su padre. Nos filtran por mar, aire y tierra miles de futuros indocumentados sin que se les caiga un pelo. Son parte del excedente laboral, que diría Marx. Sin embargo, ningún prominente compatriota nuestro le manda callar, ni Aznar fue previamente al territorio, para galvanizar a sus tan castigados opositores.
Mandan la diplomacia y el comercio en el norte de África, y la descalificación o la injerencia descararda en los asuntos internos de un país soberano allende los mares.

Visto el panorama, ¿en qué estamos y quedará la Madre Patria, maeses?

El creador del PP, veterano inspector de Hacienda fue, convertido en socio espiritual de Bush, a inspeccionar y alzar partes de sanción en territorio Venezolano, despotricando en potrero ajeno.

Claro; aquí despotrican otros por él. Ahí están para demostrarlo, el diario El Mundo, las folclóricas, Acebes, Zaplana y Rajoy (cuando no lo afecta la Kriptonita), etc.

Lo reitero. Chávez me gusta tanto como Perón. Dediqué al último tres ensayos escritos y dos publicados.
Verdadero identikit del populismo latinoamericano, corporizado en el general mesiánico que ama que lo amen sin amar a nadie, se aplica por entero a Chávez, con algunas distancias que el sujeto más arrimado al Caribe no se atrevió a recorrer.

Tampoco apuesto a que lo haga. Es poco razonable que remplace a Fidel Castro, cuando al Comandante en su chandal lo entierren, en fechas cercanas.

Los problemas futuros para Venezuela son dos. Uno es el desastre social que el actual Presidente no remediará sobornando a los pobres. Perón lo intentó un tiempo, con los resultados previsibles. El otro es la ausencia de un liderazgo creíble como alternativa al mesianismo.
Si la previa farsa democrática duró casi cuatro décadas, es natural que su contracara masiánica perviva mucho tiempo. El tic tac de la historia marca flujos y reflujos constantes.

Un tercer obstáculo asoma como amenaza de graves conflictos en el futuro. Triunfante el golpe de Estado que en un momento dado asestará el Ejército, ¿qué será de los pobres y cuál será el futuro de esa Nación?

A la patronal local de FEDECÁMARAS (promotora del pasado pustch), a José María Aznar (que lo respaldó) y al rudimentario inquilino de la Casa Blanca los que viven en precario les importan un carajo.

"Son los perdedores", los "pobres habrá siempre" que el miserable Menem sentenció junto a Aznar, y les dictó gente como Bush. Es la filosofía imperial que en lo posible conviene esquivar para no dar al traste con nuestra averiada leyenda de humanismo hacia el Tercer Mundo.

Los impulsos de Juan Carlos I, a quien pagamos un dinero los contribuyentes, debieran remitirse a observar el estricto interés de España, sintonizando en lo posible, con el de los venezolanos.
Un poco de sensatez y menos orgullo patrio facilitarían la labor.
De esa forma, ni Chavez ni los involucionistas e involucionados que pasturan en casa harían su agosto. Uno, recordando las crueldades de la colonización y los cuellos cortados de sus indígenas. Los otros, condicionando malamente nuestras relaciones internacionales.

No es tan problemático ser sensato. Hay que mirar más al otro y menos a uno mismo. La riqueza de algunos no justifica la pobreza de muchos.
En ese ámbito, el espejo que nos refleja miente tan a menudo como el de la reina bruja en el cuento de Blancanieves.




miércoles, 14 de noviembre de 2007

LARAINE DAY.OCHENTA Y SIETE AÑOS INSUSTANCIALES

Inicié este Bolg comentando el deceso de Jane Wyman. Tras reseñar su vida y obra grosso modo, dije que con Kate Hepburn se habían muerto todas las grandes de Hollywod.

Cierto. Por que con todo el tibio encanto que se llevó, la recién desaparecida Deborah Kerr fue al fin de cuentas una estrella menor. Reseñando sus películas olvidamos incluír "Sombras de sospecha", penosa despedida de Gary Cooper, ya enfermo de cáncer.

En ese patético film de mal suspense y peor resolución, Deborah actuaba a tono con la cierta ausencia de un enfermo, sin estarlo.

Quiero decir que reveló su real indigencia estelar, mediando un flojo director y un guión estúpido.

Laraine Day, fallecida ayer en Utah, fue una indigente al completo; aunque con suerte. Pescó la onda estelar a comienzos de la década de los ´40, luego de figurar como enfermera enamorada de Lew Ayres, en la serie del Dr. Kildare, donde brillaba el característico y grande Lionel Barrymoore, componiendo al Dr. Gillespie en silla de ruedas.

Luego trabajó con Joel McCrea a las órdenes de Hitchcook en Enviado especial (1940), una de sus películas americanas más flojas.

Ni McCrea -que reemplazaba con frecuencia y cierto aire de doble a su amigo, el inalcanzable Gary Cooper(entonces bajo contrato con Sam Goldwyn)- ni ella, otorgaban a los héroes ese toque tan necesario, propio de los grandes filmes.
En aquellos años secundó románticamente a Cooper, Cary Grant y John Wayne en otras cintas, que tampoco destacan mucho en la filmografía de ellos, ni en la de sus directores.

En realidad, la gran película y único protagónico de esa trigueña que jamás enamoró a la cámara ni a los espectadores, fue La huella de un recuerdo (El medallón; en la Argentina). Dirigida por el interesante John Brahm, allí se portaba mal con los hombres, usándoles uno a uno, para luego abandonarlos, cada vez más rica...y trastornada.
Si bien el papel de psicópata y cleptómana le calzó como un guante, brillaron más la trama -de sombríos destellos- y el medallón; leit motiv que, gracias a un retrato al óleo permite al psiquíatra y marido abandonado saldar cuentas con ella; a punto de casarse con un millonario.

Gene Raymond y Brian Aherne interpretaban a dos de los ejemplares timados. El tercero, quien la pintó con el medallón (que robó) se suicidaba, saltando por el ventanal de un edificio.
El papel, poco adecuado para el joven Robert Mitchum, amigo de Laraine y en los comienzos de su carrera, era otro de los que le ganaron un puesto importante en los film noir de la época.
Ya que poco antes había rescatado, desde otro rol secundario, a Katharine Hepburn de las garras de Robert Taylor, en Corrientes ocultas, melodrama psicológico de entraña criminal impreso por Vincent Minelli sin mucha suerte en taquilla.
La huella de un recuerdo insinuó una carrera de mala hembra en el género, que Laraine Day no reiteraría hasta la modesta versión televisiva de Perdición, junto a Frank Lovejoy y Ray Collins.

Lejos estuvo su vida privada de romper marcas o causar algún alboroto. Fracasado el primer matrimonio con un vocalista de swing, encontró al hombre de su vida en el promotor de béisbol Leo Durocher.
Ya mayor, rodó algún filme menor, fracasando en la TV con un show propio de 15 minutos.
La memoria de algunos de sus conocidos en Hollywood la refieren más lista y aprovechada, que actriz. Su discreto retiro a una vida familiar confortable tras poco más de veinte años de carrera así lo demuestra.
Por eso quizá, duró tanto. Rozar las nueve décadas sigue siendo privilegio de pocos.

Aunque la historia grande del cine no repare mucho en ella, ni salgamos corriendo a buscar sus películas.








.

martes, 13 de noviembre de 2007

ESOS SE JODIERON

No hay frase más despectiva y brutal. Es algo que de pronto, frivoliza en tres palabras el hambre, la miseria, las enfermedades y la muerte de millones de seres.


Se lo dijo en 1999 José María Aznar Aznar a Chávez, en relación a África, Haití y Centroamérica, en Washington, durante un encuentro en la Casa Blanca. Lo contó el último en plena Cumbre, poco antes que el Rey lo mandara callar.


Chávez podrá mentir en varias cosas. Los demagogos suelen llevar consigo una agenda repleta de mentiras, para esparcirlas como el azúcar, cuando conviene.


Pero creemos que ésta no es una de ellas. Es real. Las amistades peligrosas impulsan conceptos que prefiguran un comportamiento posterior, enfilado hacia determinada zona oscura.


Antes creíamos que el poder había trastornado a Felipe González. Recordamos lo que Ramírez (el de El Mundo, vaya pieza) contó sobre la frase aquella de "Los vamos a matar", que le soltó, refiriéndose a ETA, anticipando así la creación del GAL.


Convengamos señores, en que ningún trastorno ni frase alguna puede compararse a la que refirió el marrullero venezolano sobre el jefe espiritual de PP.


Aún era Presidente Aznar cuando algún virus del alma le fabricó estas pústulas.


A los que nos gobiernan les asaltan impulsos non sanctos que no imaginamos. Aquí y en Rawalpindi, o en el país más pacífico del mundo. Algunos terminan siendo de dominio público, otros no.

Hay que atenerse a lo que hicieron, y también a lo que no declararon pero acaba sabiéndose, para conocerlos a fondo y evaluar su rol histórico. Será, con muy pocas excepciones, para concluír, una vez más en lo frágil de la más alta instancia.

Aunque nazca en las urnas, el poder es una peligrosa travesía del desierto.


Lo trágico es vararse en él, padeciendo espejismos que fabrican la soledad, y un incontrolable terror cercano a la magia negra.
Ella fabrica monstruos

lunes, 12 de noviembre de 2007

LA PATRIA Y LOS PATRIOTEROS

La segunda respuesta a Z llegó flamígera en boca de Acebes, acusando al gobierno del bochornoso affaire de Santiago de Chile. Su tolerancia hacia Chávez habría facilitado los insultos a Aznar, respondidos con templanza por Z, y frenados en seco por el Rey.


De las audacias de José Mari en Caracas, ni mú. Está bueno esto de tirar la piedra y esconder la mano señalando al de enfrente.


La dirección del PP intenta desesperadamente instrumentar en su beneficio el asunto. Ellos, que prohijan complots imaginarios sumergidos en la sombra sociata mientras desayunan con las exaltadas coplas de Jiménez y su troupe folclórica sobre la grandeza de una España mancillada por soberanistas e independentistas, insiste en guerrear su pre campaña electoral manipulando, una vez más, todo aquello que les permita esgrimir la almidonada defensa de la patria.


Ahora se volverán húsares ad hoc de Juan Carlos I; el que mandó callar al gorila rojo, como le llaman el pequeño César y sus tiroleses (por lo del eco propio, semejante al rebote acústico en las alturas del Tirol) con bata de cola.


Convengamos. De rojo, Chavez no tiene nada; pese a que juguetee cromáticamente con el tono. Su régimen dirigista no eliminó la propiedad privada de los medios de producción. Coacciona, eso sí, a aquellos que no le sirven el diezmo. Pero su idea totalitaria no parte, como en Fidel Castro, de la comunización. Los humildes orígenes del venezolano se asemejan a los de Perón. En el fondo les deslumbraban los grandes propietarios. Por eso, estos pequeño burgueses de origen campesino no se atrevieron a eliminarlos.

A lo sumo, coaccionaron o arruinaron a los menos dóciles. En cambio Castro, hijo de un gran hacendado, intentó emularle fundando otra hacienda mayor: la que abarca la isla entera del caimán. Para hacerlo, debió eliminar la propiedad privada, encarcelando opositores, o expulsando a los capitales extranjeros y su perniciosa influencia fáctica.

Son los estorbos del poder absoluto. y ellos no disponen de otra fórmula, por carácter y formación.

Las tres versiones resumen identificaciones parentales con agresores, que son mentores a la vez.

La figura rectora del padre y la presencia de madres vigorosas, fraguaron temperamentos ambiciosos y paranoicos. La circunstancia militar en Perón y Chávez, se transforma en una creación ya adulta en Castro. Jefe de un ejército guerrillero relativamente pequeño, el ex pistolero universitario lo agrandó una vez en el poder, nombrándose a sí mismo Comandante.

Pero la necesidad de controlar con mano de hierro los arsenales y la base de masas, es común al trío.

El régimen venezolano, enredado en las regalías en alza que promueve el precio del petróleo, se corrompe aceleradamente. Crea propietarios reales, alimentando a los poderosos de antes. Las limosnas previsionales que abarcan la educación y la sanidad de muchos menesterosos, son las sobras del mantel en la merienda petrolera. Los bocados más apetecibles los engullen aquellos que se benefician del sistema capitalista en su vertiente gangsteril.

Estos patriotas hacen de la Patria un ítem de giñol. Uno de taberna; desencajado y de a ratos amenazante.

La versión democrática del patriotismo cerril que trae aires del pasado, lo encontramos en el declinante Aznar y su más fiel puppeton. O sea, Acebes. Son peligrosos si llegan al poder. En el llano querulan desaforados, pero son rebatibles y hasta cierto punto entran en vereda.

De darles la llave de La Moncloa, que Dios nos ampare. Los obispos de la COPE no lo harán, desde luego.

Del subsiguiente mote que Chávez destinó a Juan Carlos invocando la bravura de los toros mihuras, poco hay que decir.
¿Quizá se siente torero, o más bien se avendría a tareas de cepillado y piensos?


En todo caso, convengamos que quién más lejos está de los bípedos es el destemplado trovador de rancheras. Su malsana afición al espectáculo y la acción pura le impiden pensar lo que dice.
Quien embiste torunamente resoplando los morros es él.
Fidel, enfermo, ya no está para apuntarle desafíos en los que fue experto durante los últimos cincuenta años.
Todo lo contrario de nuestro Acebes, sujeto a los libretos que le alcanza su jefa de Gabinete; la argentina Cayetana Álvarez de Toledo, íntima de las folclóricas.

Ellos son los nuevos haraldos de España. La plácida, que tanto añora Jaime Mayor Oreja.






LAS TRIBULACIONES DE UN MONARCA

Ya he dicho que soy republicano. También que simpatizo con Juan Carlos I. Ha declinado los poderes absolutos que heredó de Francisco Franco, aviniéndose a conservar los de representación, convalidados por el voto popular.


El 23 F fue coherente con los previos pasos, preservando la Ley Fundamental que consagró el Estado de derecho y la división de los tres poderes que rige, mediante el sufragio voluntario, nuestro funcionamiento democrático. Con la derrota golpista, se cerró el cierto periodo de inestabilidad latente, promovido por los nostálgicos de la dictadura en la sociedad civil y los cuerpos armados.


Hasta hace poco, la imagen Real era respetada en todos los ámbitos. En el exterior, se le atribuyó con toda razón buena parte del mérito en el desarrollo de la Transición. A esa imagen colaboró el talante personal de este hombre simpático y abierto al mundo. Su charmé tan español, le fundó una solera que esparció leyenda. Alto y apuesto, siempre elegante y con un toque campechano, este deportista y padre de familia ejemplar, era el Rey perfecto, sujeto a las atribuciones que regulan el funcionamiento de la Monarquía Constitucional.


¿Cambió él durante el último año? No. Cambiaron España y el mundo.


Los trastornos autonomistas, la remoción a izquierda y derecha de la Historia Patria y la incidencia económica de nuestro país en el concierto mundial, unidas al auge terrorista en Europa y varios puntos del planeta, tras el espantoso derribo aéreo de las torres gemelas produjeron la mutación. Nosotros padecimos uno de sus ecos en la estación de Atocha. Costó 192 muertos y 1.500 heridos.


Durante su presidencia última, José María Aznar había aceptado de mil amores el liderazgo brutal de George Bush. El concepto global de lucha antiterrorista, de dudosa implementación y efectividad bajo el liderazgo de EEUU y con Bush al frente, sedujo al Presidente.


De hecho, la política exterior española pegó un brusco giro. No sólo en Medio Oriente. Las relaciones críticas con la dictadura castrista y el apoyo al golpe de Estado en Venezuela fueron reflejos latinoamericanos de este nuevo paso.


El electorado descabalgó al PP del poder y el nuevo equipo, capitaneado por José Luís Rodríguez Zapatero, con su canciller a cargo de las relaciones exteriores, enderezaron el rumbo.
Mediante el nuevo trato mejoraron las relaciones con Cuba y Venezuela; pacíficas durante la gestión de Felipe González. La derecha mediática e involucionada reaccionó de inmediato. El eje interior se centró en el terrorismo, vinculándolo a ETA y a un complot imaginario del PSOE destinado a recuperar el poder. Su eje exterior, propinó sendos ataques a los restaurados amigos del Gobierno Z, sumándoles al boliviano Evo Morales, Néstor Kirchner y ahora, el Presidente de Ecuador, Rafael Correa.

Para los involucionados y los involucionistas del Partido Popular los terremotos autonómicos se transformaron en convergentes aliados de la destrucción de España.


El núcleo folclórico, con la aquiescencia de esta formación, se lanzó al ataque contra la supuesta permisividad Real ante el mentado caos. Los independentistas vascos y catalanes jalearon a sus bandas juveniles para humillarle, mediante la quema de efigies monárquicas.

La reacción de Juan Carlos I fue la indignación, manifiesta hacia el más peligroso descrédito; el mediático y folclorista.


Ahora, en plena Cumbre Latinoamericana y ante la innecesaria provocación del amigo de Castro y Ahdmadinejad, seguida por otras protestas de Daniel Ortega, estallaron sus nervios, crispados desde tiempo atrás.

La época en la que nuestro monarca era venerado puertas adentro y paisajes afuera (los latinoamericanos son muy apreciados por él), era cosa del pasado.

El clamor popular en Ceuta y Melilla ante su visita, acompañado por Doña Sofía, apenas restauraron la alegría de antaño.


La tensión de hoy, mezclada con cierta fatiga propia de la edad se advierten claramente en una sonrisa a media asta y cierto dejo de amargura. Detesta a Chávez y se le nota. Pero tal como acaba de señalar Margarita Saez Diez en el curso de una tertulia televisiva, días atrás y durante un desafortunado periplo venezolano, Aznar se despachó a gusto criticando a Chávez.


El otro se desquitó sin que le faltaran razones. Pensemos cómo hubiéramos reaccionado si él o algún otro personaje de tal magnitud del extrarradio, hubiera procedido igual, machacando a Z o el Gobierno en nuestras propias narices.


Siguiendo la ruta que le condujo a ser el líder menos valorado en las encuestas, Mariano Rajoy apoyó de mala gana la intervención moderada de Z en la Cumbre; guardándose muy bien de censurar las provocaciones de Aznar en Caracas. Este tipo de collonades, propias de una mentalidad imperialista (el aznariano afecto por Bush es una consecuencia, no una causa del factor), son las que hacen peligrar las inversiones españolas en el exterior; en especial las del área citada.


No voy a defender a Chávez. Por la hoja de ruta que despliega -semajante a la de Juan Perón, entre 1946/48-, será dictador al completo aunque preserve formalmente la fórmula de Montesquieu en el país. Pero su intervención contra un ex Presidente que debió guardar el decoro en tierra extraña, encontró la víctima propiciatoria en el tonto útil, e indefendible fuera de esa Cumbre.


Las consecuencias, una vez más, las paga Juan Carlos I; junto a nuestro prestigio en el exterior. Sus tribulaciones, hoy por hoy, no dejan de ser en el fondo las nuestras






domingo, 11 de noviembre de 2007

ROCES E IMPERIO

Los roces entre Hugo Chávez y Daniel Ortega con Su Majestad son la consecuencia de rencores amasados entre una gran potencia y países pobres. Sin mirar la XVII Conferencia Iberoamericana, podemos agregar el reciente pleito con Marruecos.

España se he transformado en algo más que un país próspero. Es una potencia. Y las potencias son modernos imperios. Hemos reemplazado a EEUU en materia de inversiones en los principales países de su antiguo patio trasero. Nuestras entidades financieras y comerciales han penetrado mercados precisados de servicios y dinero. Aquí dentro los servicios no funcionan del todo bien y el dinero falta, pero a la hora de traficar y expandirse allende los mares, España funciona.

En Argentina nos hicimos con Aerolíneas, YPF (a través de Repsol), Telefónica, y varias otras que no viene al caso nombrar en este blog de opinión.

Chávez, manipulador del petróleo venezolano y con una ambición que se la pisa, es rencoroso. Y sabe que José María Aznar y la patronal española respaldaron el golpe de Estado en su contra. Es lógico que utilice el traspié para protestar. Lo hace años después del affaire, pero eso poco importa. España es una potencia imperialista, inferior a Francia y desde luego a los EEUU, pero potencia imperial al fin. Y la única bandera que alza Chávez hoy, de cara a sus vecinos y los amigos de sus aliados en Irán o Cuba, es el antiimperialismo.

En la mesa famosa, Rodríguez Zapatero defendíó a Aznar al ser éste acusado de fascista por el venezolano, con argumentos sensatos. Era un Presidente elegido por los votos en un país en el que impera el Estado de derecho. Claro que apoyó un (fallido) golpe de Estado en la lejana Venezuela contra otro mandatario elegido por el sufragio popular.

Zapatero no alcanzó a decirle que los ciudadanos españoles le habían hecho pagar éso y la errónea alianza que nos llevó a intervenir con tropas en Irak. Tampoco se lo permitían el protocolo ni la buena educación.
Pero eso Chávez, bastante menos protocolar y educado, lo sabe. Y tampoco importa a su estrategia. El negocio promocional está en la descalificación permanente de quien no le hace gracia, o sirva a sus contragolpes de merengue. Mientras, asfixia a los medios locales que lo enfrentan e intenta perpetuarse en el poder, respaldando estas acciones a golpe de talón petrolero y algunas dádivas a los compatriotas menesterosos.

La salida del Rey mandándole callar es lógica. Aparte de sentirse incómodo con su cercanía(reflejada en todas las fotos y secuencias de la reunión que se tomaron), el exabrupto del venezolano estaba fuera de lugar. En realidad nos tiene acostumbrados a estas planificadas escenas de coraje. Forman parte de su arsenal exhibicionista y vocinglero, generalmente rematado por canciones. Además, se siente fuerte entre sus pares continentales.

Luego, cuando el nicaragüense Daniel Ortega insistió en el punto, Juan Carlos I se levantó, y en medio de un cabreo silencioso y la mal disimulada sorpresa de los asistentes, se largó.

Hubo otros problemas en la Conferencia. Son los que hoy recrudecen entre Argentina y Uruguay por las pasteras finlandesas y su instalación contaminante en la franja de territorio charrúa que limita con el vecino. Pero estos nada tienen que ver con lo que en parte de la población sudamericana -la más humilde- se está larvando contra nosotros. Se parece a lo de Marruecos, donde también las inversiones españolas crecen.
Ser una potencia imperial arroja ganancias (poco reinvertidas en casa). Pero en un mundo desigual, genera inconvenientes muy molestos.



DESMARQUES Y SALIDURAS

Malgasté un par de euros comprando El Mundo. Son provechosos en un sólo marco posible: el de la crítica.

Si el desmarcarse de Aznar orienta nuevos movimientos en el PP, Ramírez que al fin de cuentas es un mercader de papel impreso con ciertos traumas políticos(dejémoslo ahí), toma distancias del folcrorismo tremendista de Libertad Digital y el sansonete de las folclóricas, pluralizando su hoja.

El plural no elimina la esencia, presente en el insufrible editorial. Uno más que tan pocos leerán, y que al fin reposará en el container papelero de los martes, junto a cartones y envases, a la espera de la recogida y el reciclaje.

Por orden de lecturas cabe un suspense sobre la mentada pluralidad, recalando en la página de Anson. Él mismo años atrás se encargó, preocupado por las formas, de que no le aguijonearan con la tilde el cognom en la sílaba última.

Su encendido discurso, asoma partido en tres tristes trozos, bajo el restallante titulo de "Las Cartas Boca Arriba".

En el primero, el tigre de la Real Academia salta sobre el obispo Setién, oficiante sacro del nacionalismo eskauldún. En el segundo se desliza con aire felino hasta La Venus del Espejo, acariciándola con su mejor garra. Por último, se desata en celo sobre la actriz Aitana Sánchez Gijón.

Dicen que a la vejez viruela. Nada más exacto para evaluar este alto grado de calentura escénica, hecho homenaje, en letra e inspiración del conocido miembro. Para manifestar el subidón no era preciso montar la elegía en media página y citando a Alberti.

Lo sugerente del caso es que a Anson le gustaba la "Aitana roja", no la de monárquica de "belleza achampañada". Se refiere a la escena.
Yo también me refiero, cuando pienso en ella. Me flipó para siempre en "La camarera del Titánic" por dos razones que hacen una: el personaje es una farsante que actúa; y la que actúa compone a la timadora de maravilla. Cuando sales del cine ruegas al cielo que en vez de la Primitiva te caiga en suerte su número de teléfono.

Todo va en gustos y hervores. Confieso sin pudor alguno que a mí me excitan desde siempre las camareras o las que fingen serlo. Me las pide mi pasado arrabalero; el de algunas jornadas fabriles y changas en el gremio de la construcción, cuándo, sudando la gota gorda pasaban las camareras del bar de enfrente contoneándose frente a la obra.
Mis amores con las proletarias fueron de lo mejor.
Si antes de frecuentarlas era rojo, después me puse de un rojo subido.
A Anson le ponen las rojas por otro causal algo menos espontáneo; se lo exige su ideología. A veces, buscamos la identidad en el romance; en otras destinamos la violencia del tigre en el sexo.

La del último, se ceba con las víctimas.

En realidad, la violencia y el erotismo son difíciles de separar en cualquier catre; sea oficial o de campaña. Sólo el sello inconfundible de la ternura lo consigue. Pero que yo lea, Anson se puso la piel de tigre en la página.

Sus movimientos con Setién, La Venus y Aitana, son tres acciones de claro acento selvático.

Por si las dudas, le recomiendo que lea (o repase) "L. A. Confidential", de James Ellroy, y si le atrapa la trama hasta el sofoco, que busque entonces el ámbito propicio para hallar una doble más accesible que Aitana. En Madrid seguro que lo hay.

Ser el profesor Unrat de El Ángel Azul no es bueno. Pero quedarse a medio camino es peor.

Allí, sometido a nuevas tentaciones, podrá seguir distinguido señor, desfogando la pasión del jugador, poniendo las cartas siempre boca abajo.

Como le gusta servirlas, aunque diga lo contrario.

Por último, cito someramente los desmarques de Ramírez, remitidos a la edición catalana, que supervisa el diligente Álex Salmon.

En "A Fondo"; páginas 26 y 27, se recogen dos testimonios de estropicios franquistas, reservando un espacio en la última que critica la aplicación de Ley de Memoria Histórica.

En la 28, María Llansana, de ERC se despacha sobre el maltrato español a Catalunya.

El resto del periódico es obviable, salvando uno de los puntos fuertes del pliego: sus partes económicos.

Hay, no obstante en el trasero de la hoja, un interesante dato aportado por Carmen Rigalt: el ghost writer (o amanuense literario, así lo refiere ella) de José María Aznar es, en este flamante libro y otros emprendimientos de estilo, José María Marco, integrante folclórico de la troupe tremendista en el apartado de las castañuelas.

Eso sí. Creemos que es mas ghost que writer (para mayor claridad, consultad el diccionario Inglés / castellano).