Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

miércoles, 29 de octubre de 2008

JOSÉ ANTONIO ZARZALEJOS: UNA ÉTICA A SEGUIR

No sólo ha demostrado valor y un alto sentido de la dignidad, periodística y personal el señor Zarzalejos. Siendo católico practicante, no dudó en diferenciar su credo del agresor mediático que ampara la Conferencia Episcopal en la Cadena Cope. Dirigiendo ABC resistió hasta su cese las presiones que intentaban forzarle una imposible conciliación con el provocador y sus varios protectores. Tampoco se cortó a la hora de denunciar ante la justicia al sujeto en cuestión, pese a que teóricamente, ambos pertenecen a un sector social escorado a la derecha.

Aquí se prueba una vez más que la entereza o la maldad de los individuos desbordan con creces las categorías dónde se los encasilla.

Para alguien como José Antonio Zarzalejos, la filosofía política se funde a la ética; contrariamente a lo que manifiesta a diario y desde hace años el señor Federico Jiménez Losantos.

Estas cruciales diferencias marcan lo que colabora a que nuestra democracia avance, o bien que, para desgracia de nuestra nación, regresionemos a estadios de barbarie; territorio quemado, donde la ofensa y el odio pretendan sustituir que la razón y el diálogo constructivo abonen la tierra de todos.

Al proceder con energía ante la justicia y los medios a la hora de plantarse ante el arbitrio y la brutal descalificación o las presiones en contra (independientemente de la ideología que ellas esgriman), el señor periodista Zarzalejos se ubica en una posición digna de ser aplaudida e imitada por sus colegas, y por los ciudadanos que amamos, por encima de credos o ideas, la democracia y la libertad.

LA DIGNIDAD DE UN PERIODISTA

Me refiero a José Antonio Zarzalejos.

El ex director de ABC señala las insoportables presiones que recibió cuando desempeñaba la función en el periódico, por parte de Esperanza Aguirre. Las mismas alcanzaron a los propietarios de la cabecera, forzando su relevo. Asimismo denuncia a Jiménez Losantos como vocero del diario El Mundo y su director, Pedro J. Ramírez.; sindicando al condenado Losantos (me refiero a los fallos judiciales en su contra) y sus esbirros, "como gente que proviene de la izquierda radical y ahora sirve a la extrema derecha".

Todo es verdad y en muchos artículos de este blog lo he comentado ampliamente.

El contraataque del Pequeño César y su patulea de arrepentidos, codo a codo con el señor Juan José Güemes (oficioso adlater de la Aguirre) no se hizo esperar. Según ellos, bajo Zarzalejos las ediciones del matutino -decano de la prensa nacional- no paraban de espantar lectores.

Don José Antonio sostiene en cambio que, el plan de la "ambiciosa y miserable" Aguirre y sus virtuales socios políticos era situar al prestigioso ABC como furgón de cola de "El Mundo"; objetivo plenamente alcanzado para desgracia de la templanza y la capacidad de diálogo que debe reinar entre los españoles, sea cual fuere su ideología.

Desde esta columna destaco una vez más (en otros post ya lo hice) la dignidad periodística y personal del señor Zarzalejos, y la estricta veracidad de todas sus denuncias (las de Juzgado de Guardia y esta otra).




martes, 28 de octubre de 2008

EL MEA CULPA, O BIEN MEARSE EN ELLA.

El perdón que reclama el señor Benach por su gasto excesivo en el lujurioso Audi 8 se le concede, no sin antes matizar las razones que esgrime. El desfase en la inversión no solo contrasta con la actual catástrofe económica que vive el mundo y sus reflejos catalanes. Para el caso, tendría el mismo significado en épocas de prosperidad.
Un funcionario público debe dar ejemplo de austeridad ante los ciudadanos que representa en su función respectiva.

Para ello le pagan; y en el caso concreto del señor Benach, admitirá ante la abrumadora mayoría de mileuristas (y flamantes parados), que el parné de su tarifa es muy, pero que muy bueno.
Otra de las peteneras ensayadas por el deponente sostiene que el Govern implementó medidas de ahorro en ciertas despeses de parque automotriz.
Puede, aunque no precisamente en la suya y tan criticada, o la efectuada por el señor Saura; tan frívolo y oneroso en sus criterios ambientales.

Huelga puntualizar entonces el manido contraste entre lujo y crisis, siendo crucial gérmen de cualquier clase de crisis moral, económica o política el insolente lujo funcionarial que ha venido manifestando nuestra variopinta fauna (y flora); especialmente observable durante los largos mandatos de Felipe González y Jordi Pujol.

A punto de cumplir cincuenta años y ya curtido en la cosa pública durante el último quinquenio, debiera estar al tanto el President del Parlament Catalá sobre las tentaciones que debe eludir, si desea que le votemos o que al menos le sonriamos sus compatriotas, de coincidir en algún semáforo con su reluciente y poderoso Audi de marras.

Si no adoptó hasta hoy la providencia, significa que su noción del mando y la jerarquía, largamente edificadas en su fuero interno, le autorizaban desde mucho antes estos excesos.

El mea culpa sólo es útil en la medida que quién lo esgrime cambie a fondo sus valores, y eso debe demostrase de aquí en más, teniendo en cuenta que a menudo la fragilidad de la naturaleza humana borra con el codo lo que escribe con la mano.

Los ácidos del poder desatan invariables tentaciones que disuelven la humildad, y con ella el buen juicio. El fardo heredado del boato franquista nos empuja en esa dirección.

Puede entonces que el truco de ser el mismo jurando ser otro, funcione un tiempo. Empero, la realidad elabora ácidos aún más poderosos, y con ellos se desvanecen las máscaras logreras y los gestos vanos.

Por de pronto, adimitamos que el catalán Ernest Benach tuvo la dignidad de admitir su craso error, desmantelando la TV, el reposapiés y el escritorio del vehículo oficial (sin archivar para el caso, la manida táctica de embanderase en la Senyera señalando que la noticia, originalmente publicada por el periódico "anticatalán" ABC, venía a representar una maniobra de la derecha española).
A pesar de lucir más inducido que espontáneo, este arrepentimiento es positivo en lineas generales.

En cambio, el gallego Touriño, otro maniroto de cifra millonaria, pasó de ello.
Del ex polluelo de Joan Ribó, conseller Saura, ni hablar. Tampoco dieron ejemplo alguno de contrición el alcalde madrileño Alberto Ruíz Gallardón (ídem de Fraga Iribarne), o el polémico Ministro de Justicia, señor Fernández Bermejo (zapateril hasta en la suela), empeñados en remodelar a elevado coste despachos y gabinetes de trabajo.

Antes dije que el mea culpa era un principio de cambio. Los que ni siquiera se lo plantean, resisten mudar el tercio.

Para ellos resulta más placentero mearse en culpas entregadas al subsuelo de la conciencia, que entonar el proverbial cante de los más sinceros y honestos.
Estos últimos son los que en principio necesitamos; hoy, mañana y siempre.






domingo, 26 de octubre de 2008

LO QUE TENÍAMOS (Y CONSERVAMOS EN EL CORAZÓN)



LOS 12 FAMOSOS ARTISTAS QUE ILUMINARON UNA ÉPOCA

Eran los campeones de un arte cotidiano, trasvasado a publicaciones que nos regalaban los ojos. En los años ´50 se montaron un curso por correspondencia que sembró leyenda.

No solo enseñaban por correo, lo hacían en persona y trazo desde la Escuela Panamericana de Arte, señalando una ruta promisoria. Ampliando la foto y su epígrafe veréis los nombres que la acompañan. Pratt y Breccia son los más trascendentes hoy; aunque los restantes acreditan mérito propio.

Entre ellos nos toca Carlos Freixas, hijo del gran Emilio y soberbio pintor de portadas al óleo, además de notable historietista.

En la Argentina de esos años -ya caído un peronismo víctima de sus errores- el cine nacional sucumbía a manos de la floreciente televisión. En cambio, las historietas permanecían incólumes, absorbiendo nuevos lectores.

Pesaba la larga tradición de las publicaciones semanales ofreciendo multitud de personajes desde los suplementos a color del diario "Crítica", y la ríada de ofertas, multiplicada semanalmente en la década del ´40.
Es que, a falta de medios, contaban los más artesanales, y los comics defendían el oficio y su considerable impacto popular.

Casi enseguida irrumpieron Héctor Germán Oesterheld y sus notables ediciones de Hora Cero y Frontera. En sus entrañas de papel se alimentaron mediante Ernie Pike y Tinconderoga los futuros sueños de Hugo Pratt y su Corto Maltés, esbozado ya en la previa larga saga de El Sargento Kirk, vecino de al lado de Bull Rockett en las páginas de "Misterix".

Yo me formé culturalmente en esa época, y no la olvido (¡quién podría!)Puntualmente recibí las lecciones que por correo de suscriptor me enviaba la Academia de los Famosos Artistas, dirigida por Enrique Lipszyc.

Admito humildemente no haber rendido jamás ningún examen ni haberme contactado con ellos, por una sencilla razón: mi verdadera afición eran las letras, no los dibujos; aunque disfrutara como loco del paquete.

Hoy, luego de que el maestro Carlos Roume me ilustrara un guioncito en 1978 (El Oscuro) y de haber conocido al "indio" Carlos Pereyra en su Academia posterior, o tras catear a Hugo Pratt en un reportaje que dio la vuelta al mundo, sigo en lo mismo, sin olvidar el legado creativo de los Famosos (y queridos) Artistas: el de crear por sobre todas las cosas.

No hay otro legado que te haga más feliz.
Palabra
.

Pd: El maestro Roume (1923), entregado a pintar y esculpir bronces en Tandil, Enrique Vieytes (casi nonagenario) y el humorista Carlos Garaycochea (1929), ambos en activo enseñando a dibujar en sus respectivas academias, son los tres sobrevivientes del retrato. Carlos Freixas, nacido el mismo año que Roume, se nos fue con ochenta años cumplidos.

sábado, 25 de octubre de 2008

FUNNYMAN. EL CANTO DE CISNE DE DOS CREADORES.

PÁGINA DOMINICAL DE FUNNYMAN, CIRCA 1949

Éste no es cualquier cómic. Fue el último intento de dos creadores timados por una gran editorial neoyorkina, procurándose un nuevo éxito.

Resultó vano, pues Funnyman, personaje diseñado tomando como base el suceso cinematográfico de Danny Kaye, constituyó un fiasco.

El dibujante Joe Shuster y su amigo, Jerry Siegel, guionista de profesión, habían concebido Superman en 1934, siendo alumnos de Instituto Secundario y consumidores del cine, los pulps, las comic strips y los filmes en episodios de la época. Tras años de cocinar y depurar su criatura -horneada en el molde del popular Doc Savage, con características propias de cierto acento homérico- la ofrecieron a National Comics (luego DC), editora de los entonces novedosos comics a cuatro colores.

Superando marchas y contramarchas al fin resueltas por el habilidoso manager Max Gaines (padre de William, el posterior editor de MAD), en junio de 1938 se les publicó el personaje en Action Comics, cuadernillo mensual de 64 páginas (sin mayor suceso hasta entonces) a un coste de 10 céntimos.

Superman y sus poderes fueron un exitazo y rápidamente contó con magazine propio. Pero la bisoñez e inexperiencia de Shuster y Siegel les había llevado a ceder los derechos de explotación, y a su pesar debieron conformarse con realizar parte de la producción, junto a la versión diaria y dominical para los periódicos.

Del resto se ocupó la plantilla de dibujantes y guionistas de la editorial. De hecho no eran ya quienes lo controlaban, tanto en el papel, como en las audiciones de radio y el merchandising que arrastró tras él.

Por entonces el nuevo ídolo de masas, representante del poderío americano en el inconsciente colectivo de América y sus áreas de influencia, vendía un millón de copias al mes, sin contar sus reimpresiones de ultramar.

Así, del negocio fabuloso que convirtió al personaje en el favorito de los GI y marines durante la Segunda Guerra Mundial, siendo devorado en el home front por millones de chavales y adultos, sus autores recibieron mendrugos.
En 1947 ambos saldaron por algunos dólares la pequeña participación que aún les quedaba del Hombre de Acero, volcándose durante unos meses en otro héroe de doble personalidad con toques de ciencia ficción mediante una strip de pulso diario y presencia dominical.

Que fuese un payaso retrataba el verdadero estado de ánimo de sus autores. Auxiliado por John Sikela y otros dibujantes (entre ellos se contó un jovencísimo Dick Ayers, probable autor de la página dominical que colgué), Joe Shuster empezó a ser víctima de una progresiva miopia, que luego degeneró en ceguera. En cambio Siegel conservó la salud y hasta dirigió una editora de comics de breve vida, llegando a argumentar -como un free lance más- algunas aventuras de Superman.

En los años ´70 y ante los nuevos propietarios del producto (la Warner Comunications, que entonces preparaba la primera gran superproducción con el mismo) Neal Adams y otros dibujantes de fama se movilizaron, exigiendo una compensación para ambos, ya al borde de la ancianidad. Ésta llegó bajo el formato de una modesta pensión vitalicia.

Yo conocí a fondo Funnyman en la revista argentina Pucky, editada entre 1948/50 por la Editorial Manuel Lainez. Pude hacerlo recién durante los años ´70, al saldar la quebrada factoría los viejos archivos de todas sus revistas, empastados año a año en cada caso, desde su respectiva aparición.

El canto de cisne de Joe y Jerry me cautivó por su dinamismo, acompañado por el cierto sentido del humor que ya les había caracterizado en Superman, aunque el diseño era igualmente crudo y las historias elementales.
Quizá también por que, conociendo la tragedia vivida con su creación, les admiraba desde siempre. Lo sigo haciendo hoy, cuando hace ya tiempo no están entre nosotros.

Una de las cualidades que más me conmueve en mis congéneres es la capacidad de imaginar historias perdurables. Sin que estén a la altura de mis clásicos en la literatura y el cine, dos chicos de Cleveland me permitieron sobrevolar junto a Superman una infancia difícil.

A mí y a millones, ayer y hoy aún...



DR. BOBBS EN UN COMIC DE 4 COLORES


Reproduzco la cubierta de un viejo comic de 10 céntimos y a 4 colores publicado por Dell Publishing en los años ´40, tomando como base algunas historias ya ventiladas en la correspondiente daily strip. Permitirá sin duda apreciar el estilo del olvidado y sensible diseñador Jim McArdle.

LA FOTO ADEUDADA DE DOÑA ESPERANZA

LA ESPERANZA LEVITANTE


La foto, pletórica de vigor, es del año pasado; Esperanza, la de siempre.
Transida de liberalismo, la lideresa madrileña ha justificado a su admirado José María Aznar, en la conocida descalificación de los ecologistas y el cambio climático; sospechosos ellos y el fenómeno de arrimarnos al comunismo. A este desaforado émulo de lo que ni el mismísimo Joseph McCarthy se hubiera atrevido a desacreditar, en nombre de su famosa cruzada, le respalda la señora Aguirre i Gil de Biedma, esgrimiendo el siguiente argumento, digno de una novela de ciencia ficción.

"Son más importantes los individuos, los seres humanos, que el propio planeta."

¿De ser así, en cuál vive ella?

¿O es que tal vez piense que los individuos, seres humanos invocados con místico deje madrileño en su deposición, nos realicemos (puro espíritu) en el vacío sin polucionar en lo más mínimo el entorno material?

La levitación mental, síntoma evidente de una paranoia que aqueja a nuestro ex Presidente, parece haberse cobrado en su arrojada defensora, una víctima más...

UNA CARROZA DE 92.962,65 EUROS PARA SU MAJESTAD

En la foto, la magna efigie de Ernest I, trenzando las pezuñas.

El President del Parlament Catalá, señor Ernest Benach, se las gasta. La que encabeza el post es la cifra invertida en un lujoso Audi 8, con escritorio en madera abatible, reposapiés y televisor. No cuento el sueldo de su chófer y guardaesquenas. El gran amigo de Carod Rovira (generoso a la hora de administrar su presupuesto) no repara en lujos a la hora de viajar cuando toca, desde su Tarragona residencial hasta el Parlament, el Palau o alguna gira around the world.

¿Os imagináis a republicanos como Benach cortando el bacalao en una Catalunya independiente?
Joan Puigcercós avizora la mala imagen que proyectan sus rivales en la formación, por eso conduce su humilde Renault Laguna sin que se le caiga un pelo.

Bien por hacer lo que corresponde.

Desde otra ideología, teóricamente distante, el Conseller de Interior y ex comunista, señor Joan Saura, se ha montado un gabinete de labores digno de Versalles, aunque proyectado al estilo "Feng Shui", un exquisito detalle posmoderno que ha costado un huevo y la mitad del otro (y no hablo de los suyos, sino de los nuestros). Resulta que ahora el izquierdista Saura critica al republicano nacionalista Benach, sin autocriticarse en lo más mínimo.

La vieja herencia transicional funciona a todo gas en nuestra clase política.

Aclaro que las despeses de estos modélicos compatriotas se hacen de acuerdo a la ley. Pero las leyes las hacen los hombres, y para que su cumplimiento resguarde la ética y sean modelos a seguir deben aplicarse observando la humildad y consideración con los ciudadanos, les hayan o no votado.

Creo que -votos aparte- esto se está pareciendo demasiado al franquismo. Entonces, los arrogantes funcionarios del régimen observaban un comportamiento semejante respecto al ciudadano de a pié. La obediencia debida reinaba de facto privilegiando jerarquías. Hoy - y no se trata de que haya o no crisis económica- las felonías jerárquicas se perpetran bajo el sol y a plena luz del día, en un ambiente de normalidad democrática...

Buena parte de la debacle mundial que estamos atravesando tiene su origen en las derrochonas elites políticas y económicas que han gobernado el Primer Mundo mirándose el ombligo.

Las grotescas costumbres que observamos en muchos políticos de nuestra tierra, propias de nuevos ricos o señores feudales, se ajustan más a lo peor del Tercero.


miércoles, 22 de octubre de 2008

UNA FALSA MONEDA

Lo es Pilar Rahola.

Su columna de hoy en La Vanguardia lo reitera una vez más, bajo el título ¿Justicia o "garzonada"?

En apariencia, ella misma finge bascular ante el proceder justiciero de Garzón.

Sin embargo, sus cavilaciones no son sino, el mero camuflaje con el que, renglón a renglón va descalificándolo. La razón es sencilla. El origen conservador de Pilar Rahola (afiliada a CiU) se trasvasó al neoconservadorismo nacionalista de Eribert Barrera y Esquerra Republicana de Catalunya. Allí, ella y Colom (otro conservador de tomo y lomo aficionado al disfraz) hicieron lo [objetivamente] posible para debilitar la formación, dejándola inerme frente al voraz pujolismo (tarea en la que persiste hoy Colom desde Convergencia Democrática de Catalunya).

Entregada al periodismo tras su corta celebridad en las esferas oficiales de la Generalitat y el Parlamento Español, la mariscala de la derrota fue por libre, sin cambiar los afeites progres de su naturaleza conservadora. En la actualidad simpatiza con ZP y los socialistas mientras entrega tinta y saliva a la causa del sionismo; auténtica fuente de dinero, aplausos, lectores y viajes por el mundo Occidental.
Asidua a mediocres espacios de opinión y reñideros mediáticos, en los que manifiesta su peculiar feminismo con vigor de amazona y trazas de maruja del país, Rahola reitera una y otra vez su odio machacón a los hermanos Castro, el Che Guevara, Hugo Chávez y los terroristas de cualquier signo.

Lo último de todo suena ponderable y hasta sería creíble, de no considerar (cómo lo hace) terroristas al grueso de las masas árabes, tradicionales enemigas del "pueblo judío".

Ahora se mete con Garzón arguyendo su teórica soledad ante un emprendimiento que estima digno del "Llanero Solitario". O sea, propio de un personaje de ficción para consumo infantil, o adulto en una sociedad atrasada. A tal efecto, considera Rahola no valorar "en este caso, si la Transición fue buena o mala, pero fue, y ese es el espíritu bajo el cual conformamos la sociedad actual" .

La conformarán ella y Jiménez Losantos, no Garzón, y me temo que tampoco muchísimos españoles, catalanes, vascos, gallegos, andaluces , etc, etc.

Lo que a treinta años del pacto político oficializó la Transición, y con ella la Monarquía Constitucional, junto a la división real de los tres poderes y la plena vigencia del Estado de derecho abre la perspectiva de un amplio debate sobre el pasado histórico, que hoy - aunque a trancas y barrancas- toma por fin estado público (partiendo de la base que sancionó la Ley de Memoria Histótica, omitida por la articulista).

Nadie es el Llanero Solitario, salvo en los viejos comics, los seriales de TV o en la cabeza de analistas como Pilar Rahola.
Con todas sus fallas de instrucción, nuestro mejor juez encarceló a terroristas y represores. Su arrinconamiento de Augusto Pinochet sentó un precedente que el mundo contemporáneo no olvidará, a la hora de ajustar cuentas con los déspotas presentes y futuros.

Ahora llega esta pubilla de Canestoltes tildando a Baltasar Garzón de personaje de comic, con el inaudito pretexto de que nosotros "habíamos decidido cerrar el capítulo histórico del franquismo".

Lo habrás decidido cerrar tú. Nosotros no; Rahola. Por fortuna tampoco el magistrado que denigras, y eso es formidable por una razón poderosa y que escapa a tu estricta pequeñez de moneda falsa: La búsqueda de la verdad no prescribe jamás. Pertenece a la naturaleza humana y tiene adeptos.

Gracias a ello, no hubo dictadura, ni habrá ley, ni Transición alguna que la entierren. Si hoy lo hiciesen en el apartado que nos ocupa -por alguna de esas abrumadoras conspiraciones boyardas a las que son tan afectos algunos jueces, políticos o periodistas-, la fuerza de la Historia volvería a desenterrarla; enterrándolos a ellos, sin pasar por alto tu complicidad.

En otros artículos sostuve algo que seguramente me habrás leído sin calibrar debidamente. De no ser así léelo ahora.

La Transición fue positiva en su momento. A cambio, instaló en el inconsciente colectivo de esta nación la fatal ausencia de auto crítica.

Lo que se fundó por fuerza mayor pretende perpetuarse, y así estamos. No Garzón, ni yo, ni muchos otros. Sí tú, y varios pavos reales más, mediante un entramado de complicidades que abarca desde gentes de izquierda "bien pensantes", hasta Losantos, Ramírez, César Vidal y Pio Moa, pasando por un variopinto conglomerado de comediantes y presuntuosos: la herencia no deseada de la cultura que impuso la derrota republicana a manos de la sedición militar y su miserable régimen.

Entre los espécimenes más cercanos a tu estrategia de doble vínculo, figura el historiador -también pro sionista- Joan B. Culla, sosteniendo que "el juicio de la historia deben hacerlo los historiadores"; frase a la que te adhieres en un renglón de tu deposición, porque refleja la prepotencia de una elite intelectual adocenada, conformista y heredera del viejo monolitismo; a la que ambos pertenecéis (en el fondo digo, más histórico posible).

Semejante elitismo, propio de un estamento intelectual arrogante, sin brillo ni capacidad polémica real, más allá del artificio, marca a fuego el póstumo comentario.

"...Sin embargo también creo que las culpas penales de los que mataron a seres humanos con la impunidad de la fuerza de un régimen dictatorial no tendrían que quedar impunes. Sin embargo así lo decidimos, y así fundamentalmente, para bien o para mal el sistema de libertades actual. ¿Nos equivocamos? Probablemente. Pero la enmienda a ese error tenía que haber venido del ámbito parlamentario y social, y no de la vocación justiciera de un Llanero solitario. Una vocación que, encima, puede quedar en nada."

Por encima de la débil formación dialéctica de Rahola, considerando a las superestructuras políticas un producto independiente de la sociedad que las crea y nutre, asoma su oposición a que prospere la audaz iniciativa (o Garzonada, según los cavernarios al uso) del "imprudente" juez.

Es decir, su explícito deseo (y no temor, como refiere de vez en cuando) a que, lo parido en medio del alboroto y una polémica favorable al progreso, quede en nada.

Para que así ella, y parte de la sociedad española, puedan vivir con la "placidez" que señalaba Mayor Oreja; eso sí, adaptada "transicionalmente" a esta democracia poco reflexiva, en la que los mediáticos reaccionarios, devotos del reñidero y la buena vida farden de demócratas y progresistas, empleando el método fronterizo que hoy esgrime escondiendo el percal, esta conservadora retinta y moneda falsa en su quintacolumna de hoy.

















martes, 21 de octubre de 2008

DESQUICIOS Y ORÍGENES

A continuación, trascribo un fragmento íntimo y testimonial de Federico Jiménez Losantos, impreso junto al de otros arrepentidos de la izquierda, mediante libelo de reciente aparición, bajo el imaginativo título (digno del más plúmbeo Reader´s Digest" ): "Por qué dejé de ser de izquierdas".

"Mi familia venía de los dos bandos. Mi padre era falangista, mi abuelo materno era republicano, estuvo de topo y se murió justo al terminar la guerra.
Mis padres se conocieron de una forma muy romántica. Habían nombrado a mi madre maestra del pueblo pero como había maquis pensaban que a lo mejor no se atrevía a subir. La víspera habían matado a un primo hermano de mi padre que era alcalde de Santa Eulalia, a 30 kilómetros de mi pueblo. Se lo llevaron en un camión y lo arrojaron por un barranco. Mi padre, para asegurarse de que la maestra subiría al pueblo bajó armado a escoltar el coche correo. La maestrita, que era muy mona, pues se encuentra con un tío que va por la parte de afuera del correo, escoltándola. Fue irresistible. Yo creo que ese día ya la republicana se rindió. ¡Es que el falangista estaba cuidándola! Así se conocen en el ´49. Y en el ´51 nazco yo (...)"

El pretendido romanticismo en la evocación no puede ser más revelador en trazado y símbolos. Los perversos guerrilleros del maquis irrumpen en una aldea de gente laboriosa, bien alimentada y feliz de la España nuestra en la inmediata posguerra, sembrando el terror.

Mientras, una maestrita de familia republicana teme ser despeñada como el alcalde de Santa Eulalia, por los feroces vagabundos sedientos de sangre. Sin embargo, un gallardo falangista que escolta fusil en mano el coche correo resuelve incluirla en su esfera protectora, camino al pueblo y la escuelita, y la muy mona enseñanta republicana se rinde ante el irresistible encanto del noble guerrero.

Así, entre cartas autocensuradas y amenazas del maquis (retratado miserablemente como un antecedente histórico de la ETA) se enamoraron un falangista armado del régimen represor y la rendida hija de un difunto topo republicano, dando vida a don Federico Jiménez Losantos.

Para el vástago de esta pareja, la condición del amor es que se rinde alguien; más aún si se trata de una mujer republicana.

Esta identificación claramente machista con la figura del padre falangista (exaltado con un romanticismo propio del No-Do), nos desvela una de las taras más visibles de este personaje, proyectada ampliamente durante su juventud militante en la izquierda revolucionaria.

A diferencia de otros desertores de esa tronante ideología, luego insertados en la democracia, Losantos ha girado a la extrema derecha más provocadora, confundiéndola torcidamente con el liberalismo. Sin ser el único virando en tal sentido, vino a ser el más destacado cacique de esa miserable tribu, concentrada en la Cope, las variantes mediáticas de Libertad Digital y en algunas páginas de El Mundo.
Antes y ahora, la introyección que el astro del presente artículo hizo del verdadero agresor (el padre) y su identificación competitiva con el mismo, se mantuvo intacta con el forzoso agregado del posterior ninguneo materno en la segunda deriva ideológica.

En el relato, la maestra se rinde arriando sus banderas ante quien representa el orden dictatorial y su omnipresente terror. Ese amor -en versión FJL- más incurso por imperio de la circunstancia y sus caracteres en el Síndrome de Estocolmo que en una libre elección de pareja, dió lugar a la criatura que aún, en medio de retrocesos de audiencia -y juicios que pierde (tras haber extraviado el juicio allá lejos y hace tiempo)-, lidera y jalea desde las mañanas de la Cope a la España profunda.

De allí proviene el sujeto, y a la misma, nostalgiosa del franquismo representa, pese a la cacareada formación filológica y un largo ejercicio de columnista algo menos estridente en los periódicos.

Ahora me viene a la memoria aquella mención que el año pasado hizo de la nieve bloqueando la vivienda de su infancia durante los crudos inviernos de Teruel. Sin duda alguna la localización claustrofóbica del paisaje evocado reflejaba un profundo aislamiento psíquico e inadaptación social de los que Losantos nunca se libró.

Allí vivía el pequeñín con la maestra rendida y (empleo los estrictos términos que administra el dicente sin ánimo de ofender) y su custodio falangista.

Probablemente se quisieran, deseando como la mayoría de los padres lo mejor para el hijo. Por desgracia, no tuvieron suerte.

Ni él, ni nosotros con él.

De entre los "arrepentidos" que testimonian en el referido texto los orígenes de una reconversión falsamente liberal destaca uno solo; el ex admirador del Sandinismo César Vidal, didáctico de manual evocando su desengaño. Los restantes son figurones de relleno o chatarra. Tal es el caso de cierto farsante al que se inventan méritos no contrastados y del que ya me ocupé en previos post.
La de este último, limpialetrinas del vertedero y cuatrero literario de quién se tercie, prefigura otra despreciable y trágica historia que no merece comentario...





domingo, 19 de octubre de 2008

LAS TRES CABEZAS DE OCTUBRE



Huelgan mayores comentarios del que rebase la mención de sus protagonistas en el triple festejo más reciente del 17 de Octubre en la Argentina.

La Presidenta ("medicada" por facultativos en estos tiempos de soponcio) encabezó uno en la Capital Federal, mientras el marido (y Presidente del PJ) cabezoneaba otro en la provincia de Santa Fe.

Por su parte, Eduardo Duhalde (alias "el cabezón" en la vida real) presidió el tercero y bonaerense desde la disidencia.

Todos y cada uno se siente más peronista que el otro. Aunque desde ninguna de las tres cabezotas florecieron en esta Primavera austral, ideas audaces ni refrescantes.

La escasez de real fervor se percibió en los contados asistentes que, aparte de la gente de aparato y el virtual funcionariado sindicalista, rodearon contritos los palcos respectivos.
Allí, los oradores estrella no cruzaron la raya del folclore desangelado; más propio del tiempo de la "Moños" que de un país que mira al futuro.

Cómo tal, el peronismo agoniza sin que nada ni nadie se atreva a oficiarle de una vez por todas el entierro que se tiene merecido.


LA CALLE FLORIDA.1936



Vuelvo al irresistible Coppola y su añeja visión del centro capitalino. Esta vez cuelgo en mi espacio la estrecha calle Florida, desde hace años vía peatonal.

En el ´36 el esplendor de Florida superaba en distinción la calle Corrientes, de vía ancha. La pulcritud del paseo hacía juego con una impecable iluminación, propia y del neón destellando comercios muy concurridos. "Tonsa" (en segundo plano luminoso) era una zapatería tan prestigiosa como "Lutz Ferrando", la óptica representada por las gafas del primer plano. Más al fondo se anuncian pianos y las legendarias "victrolas" , presidiendo una columna destellante en la que figuran radios, música, pianos y discos.

No obstante, el cartel más ostentoso responde al espectáculo; presente en el neón de "La tía de Carlos", célebre pieza teatral y soterrada apología del travestismo, basada en un libro de Brandon Thomas (luego llevada al cine por Leopoldo Torres Ríos).

El deambular entretenido por Florida los fines de semana forzaba la elegancia de los viandantes. De lunes a viernes se imponían los trajes y vestidos algo más liberales de los empleados y funcionarios de oficinas y bancos, sin descuidar el tradicional sombrero de ala corta o los tocados femeninos haciendo juego con las prendas respectivas.

La coqueta arteria, con sus lujosos escaparates, untuosas salas de Té y el exclusivo templo del "Jockey Club", cenáculo de la hig porteña y la oligarquía criolla, era el orgullo del casco céntrico.

En la Florida del General Justo y el Fraude Patriótico, convergían al igual que hoy la Diagonal Roque Sáenz Peña, la castiza (y hoy tan desdibujada) Avenida de Mayo, las calles Lavalle, Corrientes, Córdoba, y la Avenida Santa Fe; junto con la del Libertador, la más representativa de las clases altas de la época.

Símil más o menos patibulario de la degradación urbana que afecta Corrientes, la Florida actual refeja palmariamente otra historia triste.

Su estrechez peatonal del presente espesa aún más el aire de soho que se respira. Aquí, los niños (por lo general inmigrantes del Este) tocan el acordeón sentados en un banquito, mientras las ofertas de cambio de divisas compiten con las de chaquetones de piel, el tarot y la adivinación.

Esta pobreza cotidiana y su cierta picaresca, se perciben con mayor desgarro en muchas madres que mendigan reclinadas en cualquier pared, asiendo un bebé en los brazos, mientras el pequeño más crecido te alarga la pequeña mano buscando unos céntimos. Les pertenezcan o no, manifiestan el claro desastre familiar y una niñez sin derechos.

La relativa vecindad de este conmovedor friso con la Casa Rosada y los ministerios, desnuda un contraste que se reitera en otros países menos desarrollados de América Latina.

En realidad, el pavoroso empobrecimiento de aquéllo que la cámara de Coppola captó 72 años atrás responde a múltiples causas. Las resume en sus efectos el retroceso social y económico del país en la esfera planetaria a partir de los años ´50 (sobre todo, tras caer Perón); aunque peculiares razones expliquen el concreto deterioro de la Capital Federal y su epicentro: abrumador en las dos últimas décadas.

Con la miseria acumulada en tiempos de dejación gubernamental y crecimiento demográfico, muchas familias criollas de las pauperizadas provincias de Buenos Aires y el interior del país migraron a la Capital, mientras la flor y nata de la burguesía -blanca y de ancestros europeos- se replegaba a los resguardados countries, afincándose algunos sectores en la tradicional Zona Norte en espacio compartido con restos de la clase media sobrevivida de las crisis.

La presente distribución de nuevos territorios corresponde a la extrema polarización de las clases, y el brutal crecimiento de la delincuencia y la inseguridad, conectado al floreciente negocio de los secuestros, la prostitución y el tráfico y consumo de drogas.

En las callecitas de Buenos Aires que glosa el tango de Piazzola y supo mimar el ojo de Coppola, el país de entonces se reveló apenas en ciertas instantáneas, reflejando la marginalidad de los durísimos años ´30. Ellas bastan para marcar la distancia que media entre la sensibilidad social del fotógrafo y Jorge Luís Borges.

Empero, los reductos delictivos del abierto bandolerismo y la baja calidad de vida de obreros y empleados estaban en la llamada Década Infame bajo el control oficial del Ejército y la policía brava.

La existencia de una clase media bien educada integrada por oficinistas, empleados y funcionarios estatales -aunque modesta en sus estratos más bajos- garantizaba además el valor agregado de un cierto equilibrio social que amplió decisivamente el peronismo en 1945.

Al multiplicarse la penuria popular y la sucesión de imponentes dramas que desquician la Historia Argentina de los últimos cincuenta años, el descreimiento y el individualismo salvaje ganaron fuerza como una nueva peste disgregadora del corpus social. A esos males se agregaron los de muchos inmigrantes de países vecinos huyendo del hambre a cualquier costo, junto a los avispados mafiosos de los países del Este.

Sobre el efecto devastador que provocan en la sociedad enferma los políticos y sindicalistas corruptos de esta democracia tullida, a todas luces insuficiente y sin elites competentes a la vista, ya opiné en otros post.

¿Quién mejor que un gran artista para entender que aquélla orgullosa Capital blanca de estilo europeo captada con tanto arte y sentido de la belleza por el ojo humano, entró a formar parte, allá lejos y hace tiempo, de un país del nunca jamás..?



sábado, 18 de octubre de 2008

CALLE CORRIENTES. 1936



Cierro los apuntes de este sábado lluvioso en Barcelona, colgando una imagen reservada en mi equipo.


La foto, verdadera obra de lienzo altamente artístico, pertenece al maestro Horacio Coppola en su insuperable catálogo de la ciudad de Buenos Aires, realizado en el lejano calendario de 1936.

En fechas cercanas, el ya centenario don Horacio - profesionalmente tallado en el Berlin de Weimar y en el París de los iniciales ´30-, visitó en Madrid la exposición de su obra, patrocinada por La Sala de Exposiciones de la Fundación Telefónica, y reiterada después en el Centro de Cultura Contemporanea de Barcelona.

Hoy, de su Calle Corrientes nocturna, de atmósfera urbana tan bien captada en la distante perspectiva que ofrece el emblemático Obelisco tramo arriba, con el reluciente automóvil de la época avanzando y un cercano tranvía sobre sus rieles mordiéndole los talones, nada queda, salvando el tránsito multitudinario de vehículos entre semáforos, la gente que va y viene, los cafés y las librerías; por fortuna abiertas a casi toda hora.

Lo que no siendo poco, avergüenza el esplendor de un pasado que lejos estaba de presagiar este presente, simbolizado por aceras quebradas que escupen fango a tu paso, junto a fachadas sucias, desprolijamente empapeladas y ruinosas.

En aceras donde antes transitabas con amigos, te lustraban los zapatos o comprabas el periódico, mendigan los indigentes, y los niños de hambre mal entretenida que, librados a su suerte y tu caridad ofrecen la consabida estampita de la Virgen por una moneda.

Sobre la Avenida del que fuera centro rugiente en una moderna capital de estilo europeo, aún permanecen -a Dios gracias- las multisalas del prestigioso Teatro Municipal General San Martín, el otrora colosal Cine Ópera, y algunas otras salas entregadas a una que otra peli, y la comedia más o menos bufa.

No faltan, eso sí, las pizzerías que hicieron famosa la especie italiana, mejorándola absolutamente, ni las luces de neón o los restaurantes que sirven el churrasco como manda la mejor parrilla del mundo si median los billetes.

La antigua magia de la Avenida, con sus arrebatadoras leyendas de tango, amores malevos, copas y tertulias que se apagaban con el sol dejando ceniceros repletos de puchos apagados en los bares de cualquier esquina, se desvaneció estragada por un paulatino retroceso económico y cultural.

El grande y querido Coppola vivió esta espeluznante transformación de calles y ochavas con gente adentro, sin retratarla. Quizá, digo yo, por que no era lo suyo.

A los que transitamos la Calle Corrientes en mejores tiempos -por ejemplo, doce años después de la foto y por espacio de unos treinta y tres abriles- siempre nos quedará el referente a mano de esta imagen, fundida a las nuestras.

Eso sí, éstas menos relucientes, aunque siempre entrañables en la memoria de los que, arrastrando el fardo de los años acostumbramos desandar senderos.



EL JUEZ JUSTICIERO Y EL IMPERIO DE LA VERDAD


Me refiero a nuestro estimado Baltasar Garzón; un magistrado que profundiza la joven Democracia Española proyectándola hacia el mundo.
En otros artículos de este blog sostuve que la Democracia es un régimen que, partiendo de la libertad del ciudadano y la división de los tres poderes que la acreditan y resguardan, nunca termina de realizarse.

Este magistrado, respetado en Occidente por todos los que defendemos el Estado de derecho y el imperio de la Ley, ha dado un nuevo paso al frente en la plena vigencia de la Memoria Histórica.

Gracias a él, Augusto Pinochet y algunos asesinos del Proceso austral no se salieron con la suya. Tampoco duermen tranquilos los que no respetan la vida desde una banda criminal de fachada patriótica, o los de otra banda internacional, igualmente sanguinaria que segó la vida de doscientos españoles y mutiló a muchos otros.

Ahora le toca el turno a los fascistas que avanzaron a sangre y fuego contra la legalidad republicana desde junio de 1936, imponiéndola a todos los ciudadanos durante el tenebroso y largo mandato perpetrado por el franquismo y sus asesinos seriales.

Garzón no se corta a la hora de instruír nuevos procedimientos contra este viejo régimen y sus matarifes. El que la mayoría críe malvas jusnto al jefe, no es obstáculo para que la ética funcione, desgarrando el oscuro velo del pasado fascista.

Secundados por oscurantistas de todo pelaje, los guarros de [casi] toda la vida alzan sus voces y plumas contra la estricta Memoria, en nombre de la Transición Democrática; cómo si ella no fuera el producto de un mero impasse favorecido por las circunstancias, más que por un sentimiento colectivo de estricta justicia.

Una de las alforjas que no sirven para este viaje es la vieja amnistía que los representantes del viejo régimen pactaron con la nueva elite democratizante. En su momento evitó quizá otra guerra civil. Hoy debemos superarla sin temores ni prejuicios. Las nuevas generaciones y la correcta educación de nuestros niños y jóvenes lo hacen posible, y por demás necesario, en lo que atiene a nuestra higiene cívica.

Es por ello que, a treinta años del forzoso pacto y una vez consolidado el Estado democrático, no veo por qué razón deba mantenerse el silencio sobre las víctimas de un oprobioso régimen militar-clerical, ya difunto.

Si [presuntamente] todos los españoles estamos de acuerdo en defender la democracia, cabe profundizarla sin prejuicios hasta el fondo de las tumbas anónimas y los crímenes tramposamente olvidados, que hoy se lanza a destapar, con el valor y la audacia de siempre, el juez Garzón.

Recordamos una vez más que, si los beneficiarios de la larga noche que nos envolvió, rescataron a voluntad y en público los restos de los deudos, impidiendo igual procedimiento a los familiares de los muertos por Franco, la Falange o sus amigos de la Legión Cóndor, Gestapo y la Ovra -operantes en España hasta bien entrada la Segunda Guerra Mundial- es de estricto sensum que hoy toque hacerlo a los hijos o nietos de los combatientes republicanos.

La sola existencia de un juez como Baltasar Garzón desvela en tal sentido, el vigoroso imperativo ciudadano.

A él nos sumamos sin que nos tiemble el pulso ni se nos tuerzan los renglones.


LA GRAN ESPERANZA CAMBIA DE COLOR


Barack Obama, senador por el Estado de Illinois y candidato presidencial por el Partido Demócrata.

Las encuestas de ayer sitúan la ventaja de Barack Obama sobre McCain en cuatro modestos puntos.

Probablemente, en Occidente el respaldo popular (y no tanto) al senador afro americano supere en muchos puntos más el anhelo de rectificar los errores de la última década, de cara a las futuras relaciones políticas y económicas entre los EEUU y el resto del planeta.

Ayer, la modesta y digna directora de un instituto secundario comarcal me pronosticaba una debacle mundial en el caso de triunfar el casposo y atortugado héroe de una guerra injusta. Mc Cain no será Bush, pero se le parece hasta en el estilo facilón de Sarah Palin, la cutre compañera de fórmula.
La alarma de esta docente representa la que aqueja a muchos españoles, europeos y latinoamericanos.

De contar sus votos (junto al nuestro), Barack ganaría por goleada.
Así, tras largos años de otorgar al color blanco el bien de la esperanza, la fuerza del progreso, unida a una crisis económica de campanillas y el aura luminosa que acompaña el irresistible ascenso de un político prometedor, mudamos tonos.

No es que el tradicional racismo (abierto o soterrado) que acompañó nuestros mundanos privilegios haya desaparecido. ¡Qué va!
Es el temor mismo a desaparecer lo que a nuestros ojos abrillanta el súbito color de esta esperanza...


miércoles, 15 de octubre de 2008

YouTube - KING OF THE ROCKET MEN 1949 REPUBLIC SERIAL TRAILER

YouTube - KING OF THE ROCKET MEN 1949 REPUBLIC SERIAL TRAILER

En este breve post figura el trailer del serial comentado. A la página, You Tube agrega otros trailers de los sucedáneos de Rocketman (en la etapa pre Dave Stevens, que como se sabe se inspiró en el serial y otras yerbas para diseñar esplendidamente a su héroe moderno en los ´90), y algunos del Captain America y Superman.

martes, 14 de octubre de 2008

EL HOMBRE BALA ORIGINAL


No podía faltar en la reseña del Hombre Cohete, su antecedente balístico.
Al igual que Spy Smasher, Bulletman -superhéroe verdadero, capaz de volar y atraer las balas enemigas con su casco- fue un personaje menor, aunque atractivo en la galería de la editora Fawcett.

Esta bella cubierta de Emmanuel Raboy -el mejor artista de la compañía y peor ilustrador (por lo inadecuado) de las páginas dominicales de Flash Gordon, desde 1948 hasta su temprana muerte- no refleja el más modesto arte que Jack Binder, Charlie Sultan y otros entregaron al personaje -habitual, primero en Whiz, luego en Master Comics, y además en su propio cuadernillo de 64 trepidantes páginas a cuatro colores- durante los años ´40.

Desde la Argentina de entonces, declinante pero próspera aún, nos conformamos con leer las espaciadas apariciones de Bulletman en el blanco y negro de la revista Pif Paf.

Pese a visionar los seriales años después de estrenados en el norte, y nos deleitasen las humildes reimpresiones criollas de los esplendentes comics norteamericanos, a los chicos de entonces no nos faltaban estímulos para desperezar con cualquier pretexto -audiovisual o gráfico- la tan necesaria imaginación...

LAS PELÍCULAS POR JORNADAS: EL HOMBRE COHETE DE MI INFANCIA




En otros artículos comenté los sabrosos menús de los miércoles tarde en el "Cervantes" de Quilmes; bases de mi cultura cinematográfica y parte de la vocación narrativa acreditada luego.

El combo infantil mezclaba los shorts de Chaplin, Laurel y Hardy o Los tres chiflados con La pequeña Lulú (de los Estudios Paramount), El super ratón (de Terrytoons), los de Disney y algún sorpresivo film "B" con vaqueros, o policías y ladrones, agregando el plato fuerte de dos capítulos del serial en episodios.

Creo que en 1952 visioné por vez primera "King of the Rocket Men"(El rey de los hombres cohete) durante seis miércoles seguidos.
El impacto entre nosotros, los chavales de la época, fue absoluto. Representaba el deseo inconsciente de emular a Icaro en doce emocionantes episodios.

La vestimenta del hombre cohete y sus fantásticos vuelos surcando el espacio saciaban nuestra sed de fantasía; factor que reflejaron los carnavales del siguiente calendario, mediante pequeños hombres cohete de ropajes fabricados en casa, a base de cartulina platinada, adherida a cazadoras de cuero en desuso.

El argumento que la Republic Pictures ofrecía no era novedoso. En un escenario de persecuciones automovilísticas de cámara acelerada, micrófonos ocultos, explosiones y despeñamientos e imágenes de TV, el héroe volvía a proyectar la doble personalidad que la máscara (para el caso, una escafandra ovalada) encubre en el científico Jeff King (encarnado por Tristam Coffin).


Su enemigo en la sombra reitera otro desdoblamiento de un colega, transformado en el misterioso Vulcano, ansioso de capturar armas secretas de la sociedad científica a la que King y él mismo pertenecen.


El cast de primera fila se completaba con la devaluada Mae Clarke; rutilante actriz de la Warner Bros en los iniciales años ´30. Por entonces, no sabíamos que en 1931 James Cagney había aplastado un pomelo antológico en su bello rostro durante la célebre secuencia de "Public Enemy"(El enemigo público número uno), ni que Mae había compartido previos inicios en el espectáculo ganándose el pan como bailarina junto a su colega de fatigas, Barbara Stanwyck (con quien compartían piso) en un club de lesbianas.


Ya cuarentona, a una desangelada Mae le tocaba el rol insustancial de estar en peligro durante el metraje, con apenas bocadillos. En la mayoría de los seriales tal era el sino de las hembras; sumisas y raramente intrépidas ante el galán de turno. Curiosamente, el traje sastre gris y el corte de pelo la asimilaban al look de la Stanwyck en esta época; aunque las diferencias entre la madurez adecuada y el talento de una y otra eran patentes. Sin juventud, la Clarke extraviaba el encanto, mientras Barbara imponía sus edades en la pantalla.

Creo que lo mejor de este serial de flojo guión, radica en los vuelos del personaje -mérito de los hermanos Lydecker- y el salto inicial o los aterrizajes del fabuloso stuntman Dave Sharpe; muy creíble en las trepidantes escenas de acción a puño limpio y caida libre, junto a los infaltables Dale Van Sieckel y Tom Steele.

Con la materia viva de Sharpe, los Lydecker habían orquestado los mismos efectos especiales para "Captain Marvel" (El Capitán Maravillas) en 1941. Ocho años después lo reiteraban puntualmente para el último gran serial en episodios de la compañía, impreso en 22 días de un mes de abril, al coste de 165.000 dólares de la época.

Con la naciente TV en pleno desarrollo, la Republic y sus seriales tenían los días contados. De ahí que -contrariamente a lo realizado en los casos de Captain Marvel y Spy Smasher-, en vez de negociar con la Fawcett Comics los derechos de Bulletman (El hombre bala), procediesen a copiar alegremente la idea, adoptando parte de la escafandra y sus vuelos de papel, inspirados por los ejemplares de la popular Whiz Comics.

Quién probablemente haya sacado más partido del serial (sin mencionar otros dos productos del sello en los que se utiliza el atrezo del hombre cohete cambiándole el nombre en cada ocasión), fuese Tristam Coffin. No quizá en materia estelar; sí en los repartos de varios filmes de los años ´50 y muchísimas series de la TV. Entre ellas, recordamos su protagonismo en "26 hombres", western sobre los Rangers de Texas. Apuesto e inexpresivo en su juventud, el cano Tristam acreditó mayor solemnidad artística en la madurez, a base de plantarse ante una cámara.

Hoy, el recientemente imitado hombre cohete, cuyo único superpoder era volar mediante sus propulsores, reposa en formato VHS en mis anaqueles. Sirviéndome para recordar emociones pasadas pataleando el piso de la sala de cine, y vivando al unísono la aparición del héroe volador con los niños de entonces, cuando los títulos del auténtico postre que sucedía al bocata (preparado en casa por mamá), encendían la más pura ilusión de volar impartiendo justicia en la tierra.



domingo, 12 de octubre de 2008

LA CRUZ DE JUAN

En El País de la fecha el señor Juan Cruz, escritor de libros, periódicos y guiones de cine, descorcha un ambiguo comentario sobre "lo más sincero que ha dicho Mariano Rajoy en su larga carrera política".
Se refiere al ninguneo de las Fuerzas Armadas calificando de coñazo su más reciente desfile patriótico.

Don Juan Cruz nos aclara que a tal efecto, tomó prestado el espacio tradicional del mediocre crítico de cine Carlos Boyero, ex servidor reverencial de maese Ramírez en el diario El Mundo; y hoy cedente por imperio de la tradicional manumisión ante viejos y nuevos amos.

En ningún párrafo testimonia el sustituto de ocasión su respeto por los efectivos que en la fecha desfilan por el Paseo de La Castellana. La finta viene a comportar otra turbia herencia del izquierdismo que profesan -entre otros especímenes- los bien alimentados escribas de Prisa.

Dichos señores pueden permitirse opinar, ensalzando al líder del PP en detrimento de su miserable comentario sin definir nada más, gracias a que los órganos de seguridad que dispone nuestra Ley Fundamental basada en el Estado de derecho, resguardan escrupulosamente la vida de los ciudadanos, facilitando a la par de los jueces y las leyes el libre uso que de ella realicemos, de cara a los medios y la actividad política.

Seguro que la paga mensual del comentarista desborda unos cuantos meses la que cada treinta días reciben los miembros de los cuerpos armados que, en ropa de fajina y otras cargas desfilan hoy en Madrid. No son por cierto, las escuadras franquistas que irrumpen vencedoras en la Capital del Reino, sino las a menudo revistadas por una joven mujer, catalana y socialista.
Por contra, ciertos desdenes como el de Cruz, apuntan a equipararlas.
Sin mensurar las diferencias y el riesgo inherente a una profesión sujeta a la mayor disciplina y a una irrestricta función democrática, el articulista se autoriza, empero, el ocurrente matiz burlón, criticando levemente al señor Rajoy, sin desestimar por ello el torpe e inescrupuloso comentario, que un señorito compostelano henchido de tarado orgullo civil vertió, a micrófono mal cerrado, durante un solemne cónclave partidario de fruto amargo.
Y no justamente, por que se lo amarguen comentarios tan ambiguos como el referido...

sábado, 11 de octubre de 2008

MICRÓFONO ABIERTO, CERRADO DESPRECIO



En confiada charla off the record con Javier Arenas, el señor Rajoy ha manifestando el más absoluto desprecio por las Fuerzas Armadas, al definir como coñazo su asistencia al desfile de efectivos militares que debe presenciar mañana, Fiesta Nacional del 12 de Octubre, en el Paseo de la Castellana.

Claro, "los soldaditos" que desfilan en Madrid o se juegan el pellejo en Afganistán no cuentan cómo tales a la hora de capturar votos. No sé, a ciencia cierta lo que ganan los soldados rasos u oficiales de este nuevo Ejército de voluntarios, aunque supongo que en ningún caso la paga debe alcanzar la Luna, o lo que gana un ministro, congresista, alto funcionario, o cargo rentado de un gran partido como el PP.

Para muchos políticos -y el señor Rajoy pasa a destacar desde hoy entre ellos- los efectivos que resguardan nuestra seguridad en áreas específicas (pertenezcan a las Fuerzas Armadas, la Guardia Civil, la Policía Nacional o los Guardias Urbanas), equivalen a los mozos de cuerda o la maestranza.

De ahí que le traiga al fresco el hecho de que estos servidores públicos desfilen orgullosos de su labor -con frecuencia riesgosa, y con un larguísimo historial de víctimas detrás- por las avenidas, flanqueados por hileras de ciudadanos que les estiman y respetan mucho más que él.

Durante la previa campaña electoral, otro micrófono abierto capturó cierto comentario de ZP, deslizado a un periodista.

Pues bien; por si no se enteran, este otro es mucho más serio y grave.







NESTOR KIRCHNER: ¿PROBABLE DIPUTADO EN EL 2009?


Muy orondo, Néstor Kirchner avanza quién sabe dónde, junto a una partida de adláteres.

Presidente del reflotado Partido Justicialista, el consorte presidencial y ex mandatario se aferra desesperadamente a un cargo que represente votantes, procurando despejar el área de competencias riesgosas para el poder. Permanente nido de avispas, el enjambre peronista tiene su reina propia, amenazada por nuevas movilizaciones del sector rural, permanentes acusaciones de corrupción y los reflejos australes de una crisis económica mundial que no dejará territorio sin descalabrar.
En esa atmósfera revuelta, con sectores ultras que pretenden hundir la estrategia condenatoria que el matrimonio ensaya con militares genocidas y compadres asociados, reflotando el cadáver de José Rucci y con él, la teoría de los dos demonios, destinada a los reciclados montoneros (hoy socialdemocratizados) que respaldan desde el gobierno y ciertos medios de prensa lo que la justicia sanciona, Kirchner opta por oficializar su poder real.
Por ahora, el ex jefe de la siniestra Juventud Sindical Peronista en los años ´70, señor Hugo Moyano -al frente de la CGT más asociada al poder (la otra responde a Luís Barrionuevo, vinculada a Eduardo Duhalde)- declara "un lujo" la virtual candidatura del marido de Cristina Fernández por la Provincia de Buenos Aires en el 2009.
A un paso del calendario, nada garantiza que los planes se cumplan. No al menos en la medida que pretenden el matrimonio y sus asociados.
Las actuales metástasis de Wall Street son peores que los remolinos del Tigre o las pirañas del Amazonas.
Lula lo está probando en sus carnes. Por si los Kirchner aún no; pronto se van a enterar...


viernes, 10 de octubre de 2008

EL ESPÍRITU "NAZIONAL"



Reproduzco la cubierta de nuestra "Sapiens", del mes de marzo. El titular principal que acompaña la imagen de Santiago Bernabéu lo dice casi todo. El Estadio del Real Madrid lleva su nombre por mérito propio, enmarcado eso sí, en una época infame; factor que hoy pone en cuestión la naturaleza de los honores.


El valenciano Bernabeu, hombre de confianza y protegido del General Muñoz Grandes, era un deportista de ley y convicciones propias. Sin embargo, respaldó arma al hombro la sedición fascista en 1936. Tres años después, el caporal -que había fugado de Valencia para servir a Franco- ingresó triunfal, junto a su fusil y otros marciales sediciosos en la vencida y derrotada Barcelona.

En descargo de este antiguo votante de la CEDA, cuentan sus valientes enfrentamientos con el siniestro general Millán Astray -a quién expulsó del Estadio por manosear a la esposa de un camarada, jugándose el pellejo- y el desagrado del régimen ante la espontánea condecoración -que con medalla propia otorgada por el franquismo- hizo de motu proprio al general judío Moshé Dayan siendo aún inexistentes las relaciones entre Madrid y Tel Aviv.

Presidente del Real desde 1943 hasta 1978, Bernabéu vivió y murió en medio de una pobreza digna, e inusual para un vencedor de los obreros y campesinos de su patria. En muchos sentidos fue la mosca blanca del funcionariado dictatorial, a quien respetaron con sagrada unción los hinchas de su equipo, y los de más allá.

El ex caporal bregó apasionadamente por el deporte (jugaba fútbol desde la niñez y fue un crack al que vivaron multitudes en su primera juventud) desde el Club de sus amores, al que hizo grande y poderoso.

La objeción que hacemos al singular bautismo del Estadio que alzó, radica en una virtud sectorial, plenamente desarrollada en un medio opresivo y degradante, a costa de la verdad histórica. Que se sepa, este hombre entregado al fútbol permaneció indiferente ante las atrocidades perpetradas contra los vencidos.

Es más. Entre las virtudes que ofrendó el laborioso Bernabéu al régimen que impusieron él y sus camaradas, se contó su especial anticatalanismo, ya manifiesto antes de la Guerra Civil en el área deportiva, mediante la tenaz oposición a las cuotas autonómicas dispuestas por el régimen republicano en la Selección Nacional de Fútbol.

Devoto del Real, Franco utilizó al popular Bernabéu para potenciar escuadras que debían superar al Fútbol Club Barcelona, sofrenando el inquietante orgullo catalán en las contiendas deportivas.

Aún hoy se considera héroe nacional a este servidor del "Caudillo por la gracia de Dios", mientras sobre la tumba del President Lluís Companys, votado en dos ocasiones por la gracia de los catalanes, y fusilado por los compadres de Bernabéu tras un secuestro en Francia facilitado por Pétain y la Gestapo, aún se proyecta la sombría mancha de un juicio franquista.

Esta mañana en el bunker de la Cope, Losantos y su partida de impresentables (entre los que deponían [el arrepentido] Gabriel Albiac y Luís Herrero) peroraban con fluidez sobre el "bando nacional y los nacionales".

Así se autodenominaron por propia voluntad los militares sediciosos que, avituallados por Hitler y Mussolini masacraron españoles respetuosos de la Ley y el Estado de derecho, desde el trágico mes de junio de 1936.

Para ellos y sus secuaces, los republicanos no eran hijos de esta tierra que deseaban mayor justicia social. Eran apátridas rojos que traían el comunismo.

Como si la indiferencia de americanos, británicos y franceses ante la alianza de los sediciosos con Mussolini y Hitler, no fuera causa del patético aislamiento republicano; asociado a la consiguiente entente con el armamento servido por el Kremlin (a precio de oro), y su potenciada delegación local.

Treinta años después de muerto el dictador, su legado de "una Grande y Libre" enemistada con las autonomías y los pueblos de España, sigue vivo en el ánimo, la pluma y la voz, de éstos y otros sujetos.

Por la misma razón -sustancia de un "espíritu nazional" sobrevivido a 30 años de la Transición-, aún el Estadio del Real Madrid responde al nombre y apellido de "Santiago Bernabéu"...







martes, 7 de octubre de 2008

LAS 65 HORAS

Los comisarios de la UE intentan que, en nombre de los que en verdad representan, nos reventemos como bestias de carga. La extensión a 65 horas semanales en el ritmo laboral apunta quebrar para siempre el espinazo de las leyes sociales, que sin ser nada del otro jueves, tanto costó conseguir.

Esta pomposa Unión Europea se ha edificado ladrillo a ladrillo, decreto a decreto, para dominar mejor a sus asalariados; explotándoles a gusto y paladar.

Sus legisladores, auténticos turistas de alto standing, con sueldos que orillan los 12,000 eurazos mensuales, están orondos.

Nosotros lo estamos menos. La vuelta de tuerca que nos priva del descanso, el ocio, la cultura, el sexo y todo lo bello que ofrece la vida, aumentando los ritmos laborales y su espacio horario, corona una brutal trayectoria de abusos y recortes salariales.

La moneda única duplicó el costo de la vida sin que los sueldos equiparasen el disparadero. Lo hemos vivido en carne propia desde el fatídico 2001. Y sólo fue el anticipo; una suerte de prueba de Pavlov con el perro que funcionó, merced a su enorme, voraz descaro, y las anchas tragaderas de los perros.

Ahora los turistas y sus titiriteros -auténticos beneficiarios de esta grotesca fábula y su enorme plusvalor- pretenden que paguemos su crisis económica.

Por eso apresuran el trámite explotador, sumando 17 horas a las previas 48.

En medio de sus dentelladas, en un mar financiero teñido de sangre, los escualos permanecen unidos en el objetivo. En cambio, los que vendemos nuestra fuerza de trabajo no contamos con órganos que les planten cara.

Hace mucho que los sindicatos europeos arriaron las banderas del combate, izando las de la conciliación. Los cargos rentados y las licencias laborales, respaldadas por créditos generosos y oportunidades de los que no goza el asalariado medio, han triunfado sobre la moral de representación.

De nuestros parlamentarios "de izquierdas" o suavemente reformistas, ni hablar. Poco pueden esperar de semejante casta funcionarial los cientos de millones de mileuristas en los 27 países que integran la "unión", de quienes embolsan mes a mes, de 7.000 euros para arriba.

En la diferencia salarial -paralela a la de los ejecutivos en las grandes empresas- radica la clave de esta dominación. También parte de la brutal crisis financiera y el descalabro económico presente.

Las 65 horas semanales, complemento de la extensión en años de la edad jubilatoria, disponen un nuevo estadio de esclavitud carente del menor bienestar.

La ecuación del trabajar para vivir se cambia por el de vivir para trabajar. Y luego perecer despacio, como los pobres caballos de tiro; aquellos desdichados cuadrúpedos que sesenta años atrás veían morir cada día un poco nuestros azorados ojos infantiles, cuando traqueteaban el hielero o el croto con los carros repletos de bloques y bártulos por la vieja barriada de asfalto empedrado, vecina al cementerio.

lunes, 6 de octubre de 2008

SE PRECISAN HÉROES

En este tiempo impiadoso y desesperanzado se precisan héroes. Habiendo sucumbido los del siglo XX ante el peso de la la realidad, no hubo tiempo de fabricar otros. Un repaso al panorama mundial de hoy retacea la especie.

Sin embargo hasta el momento, la humanidad requiere postulantes.

Es un viejo asunto que nos persigue a lo largo y ancho de los siglos. Los héroes (me refiero al liderazgo político, no a vidas ejemplares o ciertas conductas de la cotideaneidad) alejan nuestro miedo ante el porvenir, brindándonos una cierta perspectiva de futuro.
De bote pronto, ante la necesidad se encienden nuevos escenarios para los viejos arquetipos. Resulta que para algunas cabezas templadas en la revisión, Franco nos salvó del comunismo y las penurias de la Guerra Mundial, en vez de encabezar -tal como fue- una sedición realizada por encargo de los viejos poderes fácticos que apuntaban al rezago español y la miseria popular, defendiendo privilegios.

O bien que el Che Guevara y Fidel Castro agujerearon el monolitismo comunista para insufrarle nuevos bríos.

Todo es cierto. Franco nos salvó del comunismo y la Guerra mundial, a cambio, claro, de oprimirnos, fusilarnos, exiliarnos y amordazarnos. Fue como matar el cólera diezmando a la población.

O sea, un recurso preventivo.

Y así, preventivos permanecemos hoy; aunque imaginemos lo contrario.

El Che Guevara y Fidel vitalizaron un sistema decrépito, prolongando la vida de su esquizofrénica fórmula social. Si, aunque de paso borraron del mapa un régimen oprobioso, gobernado por la hambruna, el despotismo y otros intereses.

Ahora los izquierdistas del orbe, en retroceso global, se inventan la heroicidad del argentino Rodolfo Walsh; un pistolero cuya única virtud fue renegar a última hora de sus coleguis del bandolerismo, a la vez que denunciaba las verdaderas intenciones de los militares sediciosos y su atroz genocidio, ejecutado en nombre de la patria.

La ostentosa mención de la patria demanda héroes.

Su necesidad en este mundo plano, y sujeto a números que hoy por hoy se descalabran a cada minuto, arrecia. Ante las vacantes, desenterramos cadáveres del camposanto a los que brindamos un horizonte.

Precisamos espécimenes que no se obtienen a través de anuncios clasificados. Los fabrica la Historia cómo tales, aunque para dejarlos luego en pelota.

Como venimos y nos vamos de este mundo...






sábado, 4 de octubre de 2008

RODOLFO WALSH

En "El País" de hoy su ex director, el economista Joaquin Estefanía, dedica al desaparecido escritor, militante nacionalista y héroe de la izquierda argentina Rodolfo Walsh, un encendido panegírico, a raíz de la edición española de "Operación Masacre", su libro más famoso.

Dirigente montonero en plena disidencia con los jefazos de entonces (la mayoría exiliados), Walsh alcanzó a escribir un certero bando sobre la dictadura militar genocida, que llegó a publicar entonces el matutino en lengua inglesa "Buenos Aires Herald". Casi enseguida fue ultimado -no sin batirse a tiros con valor- por un comando represor, en el que figuraba el siniestro marino Alfredo Astiz.

Los elogios de Estefanía a Walsh no mencionan que, además de denunciar el fusilamiento de civiles en un basural bonaerense por efectivos policiales que respondían al dictador Pedro Eugenio Aramburu en 1956 mediante su mejor trabajo de investigación, el escritor ofició como matarife en jefe de Montoneros, planificando los respectivos asesinatos de Augusto Timoteo Vandor y José Alonso, encumbrados burócratas del sindicalismo peronista.

La previa trayectoria de Walsh, hijo de peones de campo irlandeses y educado por curas, señalaba un temprano nacionalismo; para el caso de derechas. Su paso por la tristemente recordada Alianza Libertadora Nacionalista (grupo armado cazador de comunistas que prohijaba desde el Gobierno el primer peronismo) no le impidió evolucionar hacia las márgenes izquierdas del río, mientras se afincaba en el periodismo.

La brutal represión que anticiparon los salvajes bombardeos rebeldes de Plaza de Mayo sobre la inerme población civil en junio de 1955, y el posterior derrocamiento de Perón, se prolongó desde una nueva dictadura, encabezada por el Ejército y la Marina de Guerra, con anuencia de los viejos enemigos políticos, vencedores de un peronismo proscrito desde entonces.

El año siguiente el conato de sublevación que encabezó el General peronista Juan José Valle fue abortado a sangre y fuego. Por vez primera en el País se fusiló a oficiales del Ejército (Valle entre ellos), extendiéndose la represión a políticos y sindicalistas.

Walsh fue quien con el tiempo denunció uno de los episodios más oscuros de la época. Luego su trayectoria le uniría tempranamente a la Revolución Cubana y su agencia de noticias Prensa Latina, por él creada junto a Ricardo Massetti y otro ex aliancista a quien leí en mi juventud y hace cuatro años tuve la desgracia de conocer: el oscuro y envejecido Rogelio García Lupo.

La conversión declarada al peronismo rebelde por parte de Walsh (antes pertenecía al menos romántico) se produjo a finales de los años ´60, cuando El Cordobazo y otras puebladas sacudían el poder de nuevos dictadores militares, tras breves interregnos civiles.

La concupiscencia de los burócratas sindicales con el abstruso admirador de Franco, General Onganía, generó nuevas corrientes y divisiones en la clase obrera, influyendo a la juventud nacionalista, pronto convertida al peronismo más combativo.

La eclosión de Montoneros tras el secuestro y asesinato del ex dictador Aramburu permitió a Walsh -formado como cuadro de Inteligencia durante incesantes viajes a La Habana- encarar la jefatura operativa del grupo.

Al mismo se deben crímenes tan bien planeados como los ya citados, y otros, perpetrados contra jefes sindicales de menor rango (Rogelio Coria, Dirk Kloosterman, y otros tantos gremialistas elegidos, mal que pese, por sus bases fabriles).

La creación del diario "Noticias"-órgano Montonero- tuvo en Walsh su mentor. Previamente lo había hecho con el semanario "CGT de los Argentinos", en respaldo del gremialista socialcristiano Raimundo Ongaro, a la vez que señalaba a Vandor como verdadero ejecutor del metalúrgico de Avellaneda Rosendo García (caído durante cierta reyerta sindical en un bar bonaerense) mediante otra labor de investigación ("¿Quién mató a Rosendo?")

Tras el breve ejercicio de Héctor Cámpora y el retorno pleno de Perón al poder llegó el "ajusticiamiento" de José Rucci (al que en modo alguno pudo ser ajeno Walsh), mientras el mayordomo del anciano Líder redoblaba sus ataques -también armados (e inducidos por el patrón)- contra la izquierda en todas sus variantes.

La colisión final entre Juan Perón y su ala juvenil montonera -a la que alentaba en sus cargas asesinas desde el exilio en Puerta de Hierro-, no tardó en producirse.

La tristemente famosa masacre de Ezeiza, implementada por el oficial de Inteligencia Manuel Jorge Osinde (destacado esbirro anticomunista durante el periodo 1946/55) en pleno retorno aéreo de su jefe, era un claro y masivo anticipo de una guerra declarada entre la derecha fascista (bien vista por los entonces silenciosos militares) y la izquierda guerrillera.

Walsh, al igual que Juan Gelman, Horacio Verbitsky y Miguel Bonasso (director de "Noticias"), intervino activamente en la carnicería. Sin embargo, una vez muerto el egocéntrico anciano, expulsado López Rega por los sindicatos y derrocada por las FFAA su calamitosa viuda, el periodista y cuadro de Inteligencia acentuó su disidencia con la miserable cúpula montonera; partidaria de una insensata táctica de acoso y derribo del debilitado Gobierno Constitucional, en la creencia de que "el Pueblo" se rebelaría contra los autores del previsible golpe militar.

Por si las moscas, la cúpula de la organización había partido a tierras lejanas (México, Cuba o Francia) impartiendo instrucciones operativas a los "militantes de base"; debilitados y en la práctica inermes ante el arrollador bulldozer represor, movilizado por Videla, Massera y sus secuaces.

Los planes económicos de choque requerían el terror masivo y miles de secuestros y asesinatos. Por ello, la nueva incursión de los cuerpos armados devino auténtica pesadilla. La descomposición de la sociedad argentina y la ferocidad militar administrando masacres de Estado inauguraron una etapa luctuosa y siniestra; equiparable a los peores despotismos del siglo XX.

Prácticamente aislado, con una hija muerta por los crueles amos del país, y lleno de amargura, Walsh -que desestimaba huir del infierno- sobrevivió pocos meses a las incesantes encerronas de los victimarios y sus chivatos.

Su mensaje final (obtenible en Internet), en el que vinculaba la sangrienta represión militar al draconiano plan antiobrero de José Alfredo Martínez de Hoz, retrata el coraje y la lucidez de un hombre honesto, y tan comprometido con su tiempo como el director del "Herald", periodista de Ley que debió abandonar el país bajo protección de la embajada norteamericana, tras publicar la denuncia del colega.
Su conmovida mención de la penuria obrera en la triste etapa, soslayaba su especial contribución a la pesadilla, asesinando dirigentes obreros de una clase a menudo idealizada, y que en los hechos daba la espalda a la lucha armada de los que con arrogancia proverbial actuaban en su nombre.

A pesar de los errores y horrores que vivió o promovió- entre ellos el tan común de fustigar a los enemigos de Perón, licenciando la naturaleza dictatorial de su régimen inicial- este póstumo matiz lúcido de Rodolfo Walsh nos lleva a respetarle; a diferencia de los que ayer y hoy siguen amparando en la soberbia y el pasapalabra una rocambolesca conversión democrática.

En el dudoso homenaje que le brinda en la fecha el ex militante de izquierdas y compatriota Joaquín Estefanía, -estrafalario al calificar de nazi a una autotitulada Revolución Libertadora, dictadura seudoliberal cívico militar que he criticado en mis libros sobre Perón; pero que con toda su negatividad dista de ser comparable a la última intervención militar- impera la voluntad de mitificarlo, omitiendo aquello que justamente humaniza a Walsh.

Esto es, la superación del equívoco entre el deseo de justicia y los medios que fatalmente conducen a su opuesto.

Nacido en un país de escasa tradición democrática, Walsh cayó empuñando un calibre 22, creyendo en el "socialismo nacional" y la Revolución Cubana. Años antes, los vietnamitas habían derrotado al Ejército invasor más poderoso de la tierra, mientras tronaban otros combates emancipadores, confundiendo muchas cabezas.

Me atrevo a presumir que quizá, de haber sobrevivido, su conducta autocrítica -movilizada por la pasión de investigar a fondo ciertas realidades-, se hubiese manifestado en una forma u otra.

El periplo trazado por este escritor y hombre de acción desde la derecha cerril, (violenta y amparada desde el poder), hasta la izquierda (también cerril y violenta, aunque instrumentada desde el llano), retrata tradiciones que su generación argamasó durante casi medio siglo en América Latina; tierra de caudillos carismáticos, militares autoritarios, oligarcas voraces, y poblaciones hambreadas, a menudo insumisas.

Nuestro objeto de reseña dejó un ejemplo final. El de la buena letra y la investigación de tramas criminales le suman tantos; aunque también se los resten numerosos delitos y faltas; muchas de ellas atroces al segar vidas humanas.

Su "Operación Masacre", "El caso Satanovsky" (otra denuncia sobre un crimen político, tributario de tramas económicas delictivas) o "¿Quién mató a Rosendo?" son obras meritorias.

Por contra, el espeso silencio del periodista y escritor ante las lacras del régimen peronista y su sino mafioso, o el castrismo que ayudó a consolidar desde el oficio, nos revelan adhesión a formas de gobierno enemistadas con la democracia, y en el fondo asociadas con el enemigo que se proclama combatir.

No evaluar de cualquier personaje público lo malo y lo bueno en su justa medida, desdibuja lo que del mismo cuente para la Historia.

El rigor de una crónica se estima por lo que tiene de veraz. Y el señor Estefanía (entre otros mixtificadores pobremente documentados) es de los que volvió a orinar fuera del tiesto.