Sobre el señor Gelman ya escribí, años atrás,
un extenso artículo en el blog. Mi descreimiento sobre aquellos
incapaces de autocriticarse lo alcanza. El posterior poeta, tan
celebrado, integró la plana mayor de "Montoneros", la organización
terrorista cuyos atentados durante los gobiernos constitucionales de
Héctor Cámpora, Juan Perón y luego su viuda echaron más leña a la
hoguerra argentina. Los dos últimos desenvolvieron una democracia de
precario Estado de Derecho, pero con todo fueron votados. Las acciones
terroristas, multiplicadas por los trotskistas del ERP, precipitaron el
golpe militar del 24 de marzo del 76. Gelman volvió de México con la
democracia sin mencionar su pasada actividad en aquella partida,
comandada por provocadores ambiciosos, asesinos y aventureros. Era el
halcón que las circunstancias de una época posterior transforman en
paloma. Desde sus sobrevalorados poemas y aceptables escritos de opinión
defendió causas justas, convirtiéndose en un paladín de las letras,
condecorado por Juan Carlos I. No fue único ejercitando el transformismo
acrítico con benepácito oligárquico y festejos literarios. Sino que se lo pregunten a Horacio Verbitsky, patrón de
"Pagina 12" y ferviente consigliero de Cristina Fernández...
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