Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

lunes, 31 de marzo de 2008

LAS CATÁSTROFES DE CADA DÍA

El crimen de la pequeña Mari Luz se produjo por negligencia extrema de los juzgados correspondientes, encargados de enjaular al pederasta y asesino, con un ingreso en prisión pendiente de inexplicable ejecución. Tampoco se habían abierto diligencias advirtiendo a los vecinos de la barriada común, que el sujeto era peligroso y reincidente en sus estupros y desmanes sexuales.

El de una nueva víctima asesinada por su ex empleando una escopeta de caza en el mostrador de su propio bar, se suma a los que vienen recrudeciendo en las profundidades de la sociedad española.

El aborregamiento burocrático y la ausencia absoluta de dinamismo por parte de autoridades competentes que no competen, es lo que causa mayor repugnancia.

¡Qué poco valor damos a la vida humana; cuan escaso en nuestro interés en proteger a la infancia y las mujeres amenazadas!

Más que un monstruoso fallo cultural, falla la sensibilidad colectiva en esta sociedad, preocupada por la economía y la evasión; ciega ante el factor humano.

Los remedios existen, a condición de que nos sintamos partícipes del edificio social.

De no ser así, el resultado está a la vista.


domingo, 30 de marzo de 2008

LO INDEFENDIBLE

Es lo que intenta defender el director de El Mundo ante las malas perspectivas que para Jiménez Losantos cobra el pleito que le ha puesto Alberto Ruíz Gallardón.

Mediante un habitual salmo dominical -culturoso y abiertamente fariseico- que este domingo abarca dos páginas, vuelven a darse de trompicones las palabras y los conceptos, entregándonos un cúmulo de falacias.

El as de la Cope es una suerte de peligro público destinado a crispar el ambiente, propósito que hasta hoy consigue, pese a la derrota electoral del Partido Popular y su línea; concomitante con la del presentador.

En las soflamas que dirige de lunes a viernes entre las 6 y las 12 de la mañana, se suceden las descalificaciones e insultos más graves en la historia de la radio española.
Sus destinatarios son los rivales del PP o aquellos que en su interior no obedecen sus consignas. Entre los últimos destaca el Alcalde de Madrid; aunque las últimas cargas sobre Mariano Rajoy anuncien ataques de mayor magnitud; como pudo apreciarse el pasado jueves en su evocación del putrefacto cadáver itinerante de Felipe el Hermoso y el silencio que demandaba a las gentes Juana La Loca, conectado al silencio de Rajoy y su cadavérico (¿y putrefacto?) liderazgo.

Desde posiciones algo más suaves el señor Ramírez coincide con Losantos. Uno y otro detestan a Ruíz Gallardón y juzgan inadecuado el comando de la derecha por parte del registrador de la propiedad (de Aznar; o sea el PP).

Losantos ya perdió un pleito con Josep Lluís Carod Rovira. Tiene otros bastante gordos encima, pero el más sonado es el que procura disolver Ramírez recabando virtual clemencia a Gallardón.

El fondo de todo este contencioso se resume en la cierta alarma social que provoca el pleiteado. Es absolutamente falso que sea uno de los periodistas más cultos de España. En la base de la cultura cuenta el conocimiento enciclopédico, en tanto se funde en el respeto por el prójimo. Y este agitador de barricada carece del más elemental sentido del respeto por aquellos que no le agradan. En cierto modo, su psique equivale a la de un reyezuelo o dictador. No todos ellos fueron asnos; aunque sí emocionalmente tan primitivos como él.
Sus catastróficos mensajes patrioteros excitan a muchos oyentes suceptibles, estén a favor o en contra de lo que dice. El efecto es comparable a lo que consigue la violencia en las series televisivas o el mercadeo del corazón y su cortijo de lúmpenes famosos, flagelados cínicamente por periodistas sin escrúpulos.

Un sentido nihilista de la existencia, donde la esperanza en un mejor mañana permanece ausente, mientras el presente yace hundido en el fango de la politica venal, comportan el mensaje básico de la Cope y su pequeño César.

No digo que tras escucharle cualquier marido resuelva quemar viva o apuñalar a su mujer, o que dos automovilistas se líen a balazos luego de colisionar. Pero es obvio que semejante espacio no favorece la concordia universal; y menos aún la territorial en una nación que comprende otras.

En un Estado donde la cultura es un bien escaso, la mala digestión de estos contenidos incendiarios arriman fuego a la mecha del polvorín.

El daño enorme que han causado las maquinaciones de Ramírez y las soflamas de barricada propaladas por Losantos a una derecha democráticamente necesaria, condujo a su aislamiento absoluto; mayor aún que el padecido por la vieja Alianza Popular.

De haber ganado un PP carente de voluntad pactista las elecciones, sin mayoría absoluta, no hubiese podido gobernar. Es que la única utilidad de una estrategia aislacionista contando con una base de masas (y el PP la acredita) es la que favorece el golpe de Estado militar. En democracia, no sirve al propósito de quienes la esgrimen, sino a sus oponentes.

El triunfo socialista es, en gran medida, el tributo otorgado por la mala estrategia enemiga. Losantos y Ramírez son responsables de haber servido en bandeja el script de la misma.

Ahora, ante la que se le viene encima a este Frankenstein del eter -por la especial significación que un fallo judicial a favor de Ruíz Gallardón tendría en el presente impasse del PP- sale su creador a defenderle con uñas y dientes de papel amarillo.

De poco vale el recurso, por tres razones. Una, porque su criatura mediática y faldero de los obispos, es indefendible en meros términos éticos. Dos, al haber injuriado sostenidamente a un político honrado y competente durante mucho tiempo. Tres, al significar tan poco este pseudo alegato, latoso, confuso en su formulación, y ante todo falaz.

Otro más con el que envolver el pescado del lunes...








sábado, 29 de marzo de 2008

VARIEDADES

En casa, la política sigue su curso marcando un pica baralla entre Convergencia y Unió Democrática, a raíz de las constantes interferencias de Jordi Pujol, trabando las negociaciones de Durán i Lleida en Madrid.

Creo que lo mejor que podía hacer el procer de la catalanidad ancien, es dedicarse a criar conillets en Premiá de Mar. Su era ha terminado, amenazando este incordiante revival con hundir aún más la coalición, deudora de 200 millones de euros a La Caixa, de los cuales ya se cuentan impagos de Unió por valor de 50.000.

Considerando que CiU es un patrimonio político de la sociedad catalana (también lo es el PSC -aunque en otra medida, dada su condición sucursalista, por más que se niegue hasta la saciedad el entramado), reclamo de viva voz cordura y pie firme en Durán y Mas; dirigentes del único centro derecha cabal en Catalunya y el extraradio, tras el feroz desequilibrio ideológico del Partido Popular.

Otro latoso señor feudal poco resignado al ocaso es Aznar, responsable del escoramiento ultra de su partido; quién, en reciente gira por Buenos Aires y en compañía de su halcona favorita (Esperanza Aguirre), volvió por los fueros que se le conocen, proclamándose enemigo del terrorismo universal y columna de Occidente. También se quejó de los malos agradecidos de siempre, respaldando a Rajoy; en quien aseguró, confía; aunque por sobre todo destaque la confianza en su creatura favorita, el Partido popular, y en especial lo que resuelva en consecuencia el próximo congreso de junio.

Como tercer náufrago del tiempo político asoma la nariz y el anticuado bigote Carod Rovira, insistiendo en su candidatura presidencial en las futuras autonómicas. Ello, además de improbable -pues es un tema de Si Fi el que su formación llegue a instalar un honorable en la Generalitat durante esta década y la siguiente-, suena absurdo a cuenta de la lluvia ácida que viene derramándose impiadosa sobre su calva desde antes del fracaso electoral, por obra y gracia del egocéntrico Puigcercós, a quien, desde otras posturas más principistas se agregan los batalladores grupos de Joan Carretero y Oriol Beltrán.

El que al parecer, permanecerá incólume en su proyectado rol de jefe congresual, es el señor Bono. Lejos quedan pues las declaraciones públicas de algunos miembros del PSC (entre ellos la señora Carme Chacón, aunque ya se sabe lo que puede un cargo ministerial) sobre la improbabilidad del vergonzoso chanchullo.

Me temo que otras concesiones de ZP venzan las actuales resistencias de Durán sobre el punto.

Veremos...







jueves, 27 de marzo de 2008

ESBIRROS

Ayer, un esbirro de Libertad Digital sostenía que, ante la pasividad de ciertos pueblos frente a los desmanes de sus dirigentes, la receta del enfrentamiento bélico funcionó para bien de nuestra civilización. Tras citar los ejemplos del imperialismo militarista del Japón y la fiebre belicista de Hitler en la Segunda Guerra Mundial, Roosevelt y Churchill terciaron una tenaz contraofesnsiva, dándoles su merecido.

Todo venía a cuenta del islamismo fundamentalista, y la necesidad de defender de su terrorismo a Occidente sin prestar atención al pacifismo civil de los musulmanes.

Sin mencionarla, este sujeto (a quien por esas cosas de la vida padecí, en los inicios de mi carrera literaria) justifica la invasión de Irak.

De Libertad Digital y sus contenidos no puede esperarse otra cosa que el entusiasmo por líderes como George Bush y José María Aznar.

Semanas antes, el mismo opinante (es un decir) proclamaba su fervorosa adhesión al ex y su escriba mayor (José María Marco); sin cortarse un pelín.

Según su tesis, si los pueblos del Cercano Oriente desean vivir en paz, nada mejor que procurarles libertadores oportunos, al estilo de los que hoy campean a sus anchas por Bagdad y otras ruinosas ciudades del mapa.

La verdad, no creo que los pobladores de ningún territorio sean ajenos a sus déspotas. Una parte de ellos les odia; quizá otra permanezca neutral. Para los tiranos cuenta este segmento, y los que respaldan sus atrocidades, comportando otro segmento nada despreciable, basado en los tentáculos funcionariales del régimen en cuestión.

Si en un determinado país la gente se centra en sus asuntos, parte de los mismos no pasa por alto la vida política. En Irak la invasión liquidó la dictadura de Saddam Hussein y su férreo control político, al precio de anarquizar la sociedad civil eliminando las bases del estado iraquí.

El estropicio, hasta ahora el más aotroz del presente siglo, no tiene perdón. Eliminado el policía venal y prepotente que guardaba el orden en la tanda, kurdos, suniies y chiitas salieron a formar las suyas propias disputándose espacios.

Para la invocada seguridad de Occidente no hay peor amenaza que la de un país anarquizado, que suma ya un millón de cadáveres en enfrentamientos armados y terror a mansalva.

Si los ciudadanos iraquies vivieran centrados en sus propios asuntos en épocas de Saddam, nada de esto veríamos hoy.

Hitler, Mussolini, Stalin y Mao -citados por este pensador de pacotilla en su bando- contaban con una fuerte base de masas; tan entusiastas como los que le llenaban a Franco la Plaza de Oriente, y a Juan Perón la de Mayo.

Otros líderes han preferido el respaldo menos incómodo de mayorías silenciosas. Entre ellos Richard Nixon, expulsado de la Casa Blanca por espiar ilegalmente a sus rivales.
La superestructura política dimana de la estructura social, sin vuelta de hoja. En cualquier caso habrá muerto el marxismo, no Marx.

Creo que hay opinantes que debieran tener un poco de vergüenza. Y de paso robar menos ideas del prójimo. Éste me robó una vez y lo sigue haciendo tras rastrear mi Blog a diario.

Lo hace a espuertas sin un gramo de genio, acompañando sus rebuznos con sofismas fácilmente rebatibles.
Como todos los esbirros.

Por fuerza compré sobre las siete de la tarde el único periódico que conseguí: El Mundo.
Éste es otro campo abonado para los esbirros con vocación, a cambio de buena paga.

Sus articulistas respetan a José Bono más que anteayer. Empezando por los elogios deslizados en página 2, el previsible sorbetaje de Lucía Méndez y la reiterada abyección de Del Pozo; más hondo y oscuro que nunca desde el culo del periódico.

Tampoco se privan sus articulistas de gozar el quilombo imperante en ERC.

Gracias a este órgano provocador y las soflamas de la Cope, hostal de los esbirros episcopales, la extrema derecha mantiene viva la llama votiva del combate ante el maremagno tetrapéjico del Partido Popular, con Rajoy en México Lindo, y Zaplana componiéndoselas en el rol de portavoz in situ.

Menos mal que se había retirado. También el ex titular de Defensa de ZP, y no hace mucho.

Pero no. Los contumaces y obsesivos, estén en el PP o en el PSOE (si no, preguntadle a Bono) no dan tregua. Se van y retornan, como las garzas en la estación propicia, o los buitres al oler carroña.

Ustedes dirán a qué especie corresponde cada uno de estos pájaros. Yo, apenas remito mis ansias a explorar un panorama dónde, como en la Dinamarca de Hamlet, algo huele a podrido.





miércoles, 26 de marzo de 2008

LA GUÍA TELEFÓNICA

Debe utilizarse para aquéllo que sirve. O sea, encontrar números a los que se desea llamar.

La condenable ocurrencia del señor Bono nada tiene que ver con ello. Su instinto salvaje propicia otro uso: el de atizar a los nacionalistas con el mamotreto. De erigirse en instrumento de consulta, útil a la comunicación, la guía telefónica pasa a transformarse en arma arrojadiza, sustituyendo a la clásica porra.

Evoco el tormento que en primera instancia se aplicaba sine die en las comisarías argentinas, soviéticas, nazis y fascistas, o sencillamente educadas en el abuso y la golpiza, cuando cualquier chorizo, o militante obrero y anti dictatorial (sin hacer distingos) caía en sus manos.

Ellos te señalaban la guía para que marcases los teléfonos y direcciones de tus camaradas. De negarte, la reacción era encasquetártela para que entraras en razón.

¿A cuántos infelices los policías y torturadores del franquismo habrán atizado con una guía telefónica?

Por si algunos no lo recuerdan, la descargaban con todo su peso sobre la cabeza, órgano de donde brotan ideas especialmente peligrosas para los enemigos de la libertad. Por efecto de los repetidos golpes (o atizamiento, diría el castellano manchego Bono), sobrevenían el desmayo, o bien el derrame cerebral, y en ocasiones la muerte.

Las veces que caí en manos de estos especialistas, me libré por los pelos de un tormento que preludiaba otros más refinados.

Algún amigo mío tuvo menos suerte. Las secuelas le acortaron la vida.

Ahora, formalmente abolida esta práctica -entre nosotros al menos- el señor diputado electo nos la recuerda, probablemente sin la señalada intención, aunque munido del mismo espíritu.

Considera que nuestro nacionalismo es punible empleando la vieja medicina. El suyo ¡faltaría más! queda eximido del recetario.

Llamarle cabestro, según lo hizo nuestro amigo vasco, es insultar al reino animal. Ni la bestia más salvaje o repugnante a nuestros ojos, es perversa. En cambio, los repugnantes de nuestra especie lo son.

Éste es, nada menos, el atizador que ZP y sus amigos pondrán al frente del Congreso. ¡Menuda afrenta a la democracia y el Estado de derecho!

Si fuera un chiste sería malo. De verdad, suena horrible.

Es tan malo como suena. Y lo peor, es de verdad.




martes, 25 de marzo de 2008

¿POLÓNIA?

No. No es el programa de la 3. La realidad genera superiores carcajadas cuando manda el grotesco.

Leo y oigo que el señor Carod Rovira renuncia a ser jefe del partido, para eternizarse (de ser posible en la Generalitat) como furgón de cola del honorable Montilla. El puesto lo reclamaba para sí el robusto Puigcercós, cediéndole el del partido. Pero Josep Lluís (observad el matiz) es terco, como uno de esos personajes protestones y fracasados de los cortos chaplinescos en los años´10. La estética de mostacho estilo foca, sus camisas oscuras con pantalones y chaquetas haciendo juego con su mal humor tan independentista, redondean physique du rol de secundario.

Algo más moderno dentro de lo antique y démodée, Puigcercós lleva las de guanyar. Lo supera en prudencia y florentinismo. Es un decir; pues la verdad es que todo son chapuzas y apaños para seguir prendidos en alguna forma a la teta del Estado.

Estos dos caballeros no eran intercambiables; aunque tras los resultados del 9M puedan seguir funcionando a gusto y paladar... del PSC, aventando así la peligrosa vecindad de CiU.

Sobre las 10 de la mañana aterriza en Radio 4 Jordi Pujol. Su discurso es el de siempre. Catalanismo a ultranza, orgullo nacional a tope, descreimiento de los aires madrileños (en especial los que envuelven La Moncloa), ninguneo elíptico de ERC e indignación pujolesca (o sea, con seny) sobre los votos que, en vez de apostar por el futuro, reflejaron temer un retorno al pasado.

Traducido en contante y sonante, quiso decir que los sufragios que reforzaron al PSC como nunca antes, temiendo al PP, son menos consistentes que los debidos (y restados) al faro nacional que durante 23 años iluminó casa nostra.

No obstante, el mayor arresto de genio pujoliano se produjo ante una referencia del presentador a las horrendas declaraciones de su mujer sobre Montilla y la auténtica cepa catalana.

En ese instante abandonó el entrevistado las cortas toses y carraspeos que siempre han matizado sus dichos célebres, para insinuar con voz de trueno un plante en redondo que asustó mortalmente al presentador.

Al pobre le pagan para eso.

Con frecuencia, asustarse en Catalunya frente los padres de la patria ayuda a conservar el empleo.

Es que las vacas sagradas pasturan entre nosotros. Mimarlas con respeto y unción les asegura el porvenir, gracias al tanto por ciento que todos conocemos.

Cada vez me convenzo más que "Polónia" se queda corta.

Esto parece La India en época pre colonial.









sábado, 22 de marzo de 2008

EL JARRÓN CHINO

No es una historia policial clásica, de ésas que protagonizaba Charlie Chan.
Más o menos así definió Montserrat Nebrera a José María Aznar.

El objeto en cuestión retrataría el magno retiro de un ex presidente. Vale cuando es magno y es retiro. Pero aunque Aznar cumplimentó formalmente un retiro anunciado, desde entonces no abandonó la política ni dejó de tallar en la táctica y la estrategia del Partido Popular. A tal efecto comanda la FAES, recabando apoyos significativos. Sus tesis son las de Rouco Varela, la COPE; Libertad Digital (desde la TV y la Red) y sus opinantes de nómina. Los mismos que redactan sus conferencias y el último libro (hechura de José María Marco).

Pese a la suave crítica que le destinó El Mundo, los bandos del periódico continúan sosteniendo la responsabilidad de ETA en la masacre del 11M y la falaz teoría de la conspiración.

Las giras y conferencias de Aznar, vinculadas al prestigio del que goza en los círculos más reaccionarios del establishment occidental, demuestran por otra parte que sigue siendo un gallo de riña, dispuesto a picotear rivales y rematarlos con su espolón.

La conocida enemistad con el terrorismo etarra o yihadista es cuestionable desde su proclamado liberalismo, al promover otros terrores, activados por la administración Bush en Irak, los integristas israelíes en Palestina, los oligarcas gobernantes de Colombia, y la oposición golpista en Venezuela.

Allí dónde exista una causa injusta, surja de gobiernos u opositores, está él para aplaudirla en nombre de la libertad y una cruzada liberal propia de la Inquisición.

¿Tiene éso algo qué ver con lo qué se espera de un jarrón chino? ¿De verdad cree esta perspicaz dama, ex convergente integrada por el defenestrado Piqué a la formación, que Aznar va a quedarse quietecito ante sus contemporáneos?

En su guerra con el ineficaz Daniel Sirera, la Nebrera procura respaldar desde Catalunya la cruzada de Rajoy centrando (definámoslo con generosidad) al Partido Popular. De paso tienta resguardar en jade la figura del ex presidente.

Un señor que no lamenta el millón de víctimas en esa guerra que promovió junto a Bush, Blair y Duráo Barroso en la merienda de las Azores (reiterando que volvería a respaldar esa invasión) es un político peligroso, y en activo. Ante todo por la autoridad ganada en una formación que le debe en gran medida su razón de ser, y dos gobiernos.

Nebrera y otros creen que todo es agua pasada y se equivocan. Aznar refundó con decisión y habilidad el instrumento de poder político de la derecha española. Primero la centró. Desde el poder y obteniendo a base de paciencia y pactos una posterior mayoría absoluta procedió a descentrarla. Era lo que les pedía el cuerpo.

Lo de Irak -resuelto sin consultar al parlamento- fue la culminación de otros desaciertos. Una vez perdido el poder a manos de la izquierda, no ha cambiado el criterio; lo extremó aún más, respaldado por sus camaradas y votantes.

Empero, de celebrarse hoy nuevas elecciones la ventaja del PSOE sería mayor que la del 9M. El belicoso padrino lo sabe, por esa razón suelta prenda ahora en busca de pendencia con el ingrato Rajoy y su incipiente tropa.

Hay una importante diferencia entre el retiro pospresidencial de Felipe González y el de este otro ex.

Con todo lo abominables que hayan resultado la atmósfera de corrupción o el GAL en la estimación del periodo final en la gestión socialista de los años ´90, no pueden compararse a lo de Irak, la mentira del 9M y las miserias posteriores que desplegaron los halcones del PP y sus conseglieres, llevando a España a una crispación política desconocida hasta entonces.

Tampoco González se inmiscuyó -al menos significativamente- en el posterior derrotero del Partido y ZP (nuevo líder que por otra parte no designó).

Por contra, es Rajoy, ex ministro del último gobierno popular, un valido del prócer pepero.

Falta ver hasta dónde el muñeco se rebela contra el ventrílocuo.

Pues eso mismo fue Aznar; al menos hasta la jornada de derrota electoral.

A menudo se le sindica actuando desde la sombra. Yo mismo lo he escrito, y en realidad comporta un error de apreciación que sus recientes declaraciones se ocupan de redefinir con mayor claridad.

Por contraste la sombra, corpórea y amenazante, es él.

jueves, 20 de marzo de 2008

LA "FANTASÍA BÉLICA" DEL SEÑOR AZNAR

Debo reconocer una vez más, que la derecha española ha conseguido articular un brain trust de opinión con entidad propia.

En tiempos de González (me refiero a los del largo auge que precedió a la caída), los opinantes de la prensa y otros medios desgranaban melodías uniformes.

Tocaran bolero, chacha cha, salsa u ópera casi todas sonaban igual. Incluso hasta las que brotaban del ABC.

Antonio Herrero quebró el sonido monocorde desde una emisora que, con el tiempo compró la Cadena SER para transformarla lisa y llanamente en melódica; anulando una voz disidente con gran poder de convocatoria en los medios de prensa (Antonio era hijo del fundador de Europa Press), y audiencia creciente.

Lejos de tirar la toalla, Herrero y sus amigos pasaron varios meses después a la COPE; aunque ya entonces Ramírez -a quien cabe un importante papel en la quiebra monopólica de PRISA- había consolidado EL Mundo, tras ser despedido de Diario 16.

El contradictorio periplo del periódico y su director, un destacado involucionista, son de dominio público.

El auge de Jiménez Losantos (tertuliano de Herrero sin los aires actuales) es muy posterior, y aunque no tiene la calidad ni la dignidad crítica del fallecido comentarista, llevó la cabecera de La Mañana (creada por el susodicho) a un renovado suceso, luego de un período inocuo del Herrero, Luís (nada que ver como pariente, ni en materia de vigor y talento con el otro).

Las sostenida venta de El Mundo, los millones de oyentes que acredita la COPE y las legislaturas del PP, han permitido desarrollar desde entonces equipos de opinantes muy homogéneos y obedientes en la crítica y el blanco a batir. Entre ellos se cuentan nuevos valores (es un decir) y otros con tradición en la izquierda, o en el previo apoyo al PSOE.

El arrepentido Raúl Del Pozo está entre los últimos y peores. Es de los que hacen del "todos a una", el cometido del presente por medios refinados.

En su columna trasera de la fecha, víspera del Viernes Santo, lanza uno de sus bandos más abominables. Suele arroparlos en la pretenciosa letra de seda y armiño que se le conoce, extendiéndose el día de hoy en tecnicismos de experimentado golfista, amante de los paisajes del verde y cuidado césped que se procuran los ricos, o ciertos desertores de la miseria.

Tras comentar en calidad de gitano venido a más (él lo sugiere antes que nadie lo diga), haberse cruzado con un José María Aznar (rodeado de custodios) en exclusivo club del medio, apunta.

"Acaba de confesar a los británicos [de la BBC] que se tomó la decisión correcta[en Irak]. Se autoinculpa en la sarracina sangrienta, como un homicida de sí mismo, el político que, excepto en su fantasía bélica (el subrayado es mío), fue un buen presidente".

Renglones antes y muy suelto de cuerpo, sostuvo.

"Los socialistas explicaron bien sus desmanes, mientras la derecha más inocente de Europa (idem) se deja culpar de todas las iniquidades".

Lo último, equipara algo más suavemente el maricoplejines correctivo que el Pequeño César de la Cope aplica con asiduidad al PP. En términos políticos la inocencia no cabe. A menos que se la invente alguien como Del Pozo para lisonjear a sus recientes camaradas de ruta.
El término fantasía bélica, otorgado con donaire a la brutal decisión belicista de Aznar, es otra creación absoluta del articulista. O más bien fantasía tenebrosa; esta vez genuina, y tan disparatada calificando después buen presidente al personaje que le llevó el apunte a un tejano paranoico y belicista, contraviniendo el sentir mayoritario de sus compatriotas y votantes.

Procurando rebajar aún más la responsabilidad que le compete en el tan monstruoso timo del armamento de destrucción masiva y su terrible consecuencia, el genio literario (según criterio de Ramírez) echa mano del bombardeo de Belgrado (desmán legitimado por organismos internacionales), apuntándoselo al PSOE, cuando en realidad fue parte de la acción colectiva que poco después puso fin a un largo y destructivo conflicto fratricida, que en una forma u otra amenazaba extenderse al resto de Europa.

Fue justamente lo contrario que sucedió en el Cercano Oriente, donde la escalada de violencia y su número de víctimas empareja la fúnebre cosecha durante los ocho años de guerra entre Irak e Irán, deparándonos en casa 197 muertos y 1500 heridos de diversa consideración el trágico 11M. O sea, la quinta parte de muertos y heridos que se cobró ETA en treinta años, la intervención española en Irak la saldó en instantes merced a la revancha yihadista.
A ello, el desvariante plumífero no destina ni una pequeña letra de molde.
Seguidamente, desgrana con sutil pretensión de ujier ilustrado uno de sus frecuentes sofismas.

"Aznar creyó que se puede ganar una guerra sin soldados".

Que no pisaran el desdichado suelo iraquí tantos soldados españoles, como americanos o británicos, no exime nuestra condición de invasores y cómplices en una acción gansteril (Caballero Bonald, dixit), descalificada en su momento por la ONU y otros países europeos.

Las "fantasías bélicas" se quedan en éso, sólo cuando no se realizan en la práctica. Cualquier acción en tal sentido cobra otro valor, contante y sonante en sangre y devastación.

Quizá para este arrepentido, agrandado por su complejo de inferioridad y nuevos mentores, el millón actual de víctimas (a las que sumamos las nuestras) y un país en ruinas donde la línea divisoria entre la vida y la muerte se franquea con pasmosa facilidad, no signifiquen más que el pretexto para eximir al fantasioso Aznar y sus laderos de entonces de toda responsabilidad en el episodio. Y el caso es que la acreditan sobradamente, aunque la reciente admisión del error por parte del señor Rajoy entreabra otras perspectivas.

Para Del Pozo y los espécimenes del tenor -que son varios- cuenta suavizar las culpas, llevándolas al Nirvana literario o el olvido, mientras preservan la figura del jactancioso Aznar como jefe supremo e indisputable de la extrema derecha.
Y lo que más cuenta aún, del Partido Popular.





miércoles, 19 de marzo de 2008

"UNA DECISIÓN CORTA Y TRANQUILA"

Fue la que según declaró en su laxo inglés ante los micrófonos de la BBC el señor Aznar, adoptaron en el cónclave de las Azores, él, Bush, Blair y el portugués Duráo Barroso.

En las sobremesas de Franco, las decisiones cortas y tranquilas representaban el fusilamiento de cautivos republicanos (rojos, dixit). La del cuarteto (es un decir, pues in veritas mandaba Bush) condenó a la muerte o la mutilación a cientos de miles de iraquíes, junto a la destrucción de un país.

A esa tierra arrasada sin agua corriente ni luz, sacudida por incesantes atentados que se cobran decenas de vidas todos los días, le llama "posiblidad de establecer una democracia".

Entre las víctimas que se ha cobrado esta brutal invasión, mezclada con guerra civil entre chiitas, suniies e incesantes incursiones de Al Qaeda, la posibilidad de establecer cualquier forma de convivencia es nula; a menos que sea la de los cementerios.

Aznar hace éstas y otras precisiones sobre la tranquilidad de su conciencia, reiterando belicosidades ("lo volvería a hacer",-dijo) en dirección a España. Concretamente enfiladas al interior del Partido Popular, situado en un debate entre barones, apenas sofocado por la terquedad de Mariano Rajoy, y el tradicional verticalismo que gasta una formación vencida en las recientes elecciones.

La reiterada tesis belicista, es calcada a la que Jiménez Losantos y la Cope han venido agitando desde que el PP perdió las generales del 2004. Ahora, se trata de revalidar el mensaje fortaleciendo a los que en puertas adentro resisten el plante de Rajoy (autocrítico con la invasión de marras) y su anunciado cambio de equipo.

De momento, El Mundo se ha desmarcado de esta provocación. Ella debilita a la derecha en momentos de derrota y crisis programática. A Ramírez, eterno Maquiavelo en busca de su Príncipe, no le apasiona el registrador de la propiedad. Sueña con tutelar a un Sarkozy vernáculo (antes del desbarranque), pese a que por ahora deba sofrenar en tal sentido sus iniciales maniobras de papel.

Tampoco le place el gallego del PP al otro gallego de la Conferencia Episcopal, y a los sectores más intransigentes de su propia formación; entre ellos la expeditiva Esperanza Aguirre. Pero el de la "Jota" es zorro viejo y sabe que por la ruta que señala Aznar el PP jamás llegará a La Moncloa.

Está claro que su cínica y prepotente actitud es indefendible. Desde que abandonó el poder, el del bigote desteñido no ha parado de maquinar e incordiar; sea en la tribuna del FAES o mediante conferencias intemperantes y giras temerarias.

Si sus andanzas caraqueñas -del todo inadecuadas en un ex presidente español- llevaron al borde de una ruptura diplomática con Chávez, ahora pretende atarnos mediante arrogante bando, al averiado carromato de George Bush por conductos del PP.

De éso se trata; en momentos que la estrella de su protecteur tejano emite los póstumos destellos y su partido procura equilibrar fuerzas para enfrentar lo mejor posible y con un programa alternativo, al PSOE y los nacionalistas.

"El destino de Oriente Próximo era de extrema importancia para los europeos; también para los españoles establecer una alianza muy estrecha y sólida con amigos poderosos"

Éso farfulla imaginándose yanqui, quien mide el poder de una inmensa maquinaria bélica y los billones de dólares a su servicio como valor supremo.

La realidad de Irak, otrora el territorio árabe más occidentalizado del Cercano Oriente (a pesar de Saddam Hussein), es hoy la de un país en franca demolición.

"Los amigos poderosos" han abierto la caja de los truenos, y de poco sirven los medios materiales y el sofisticado bulldozer bélico que siguen empleando criminalmente para remediar lo que ellos mismos provocaron.

Los que señalan mentirosos por doquier, han mentido más que nadie. El sátrapa Hussein, carcelero de su pueblo, verdugo de sus disidentes, no almacenaba armas de destrucción masiva. Y aunque así hubiese sido, nada justificaba la guerra, y menos aún nuestra participación, quebrando una tradición centenaria que debió respetar Franco.

Nosotros hemos convalidado con tropas la invasión de una nación soberana, gracias a la mayoría absoluta de la que gozó este lúgubre y descarado glosador de guerras, en las que mueren los hijos, los padres, los abuelos, y los amigos de los demás.

Al inspector de Hacienda, presidente de España por gracia de los votantes, no le tembló el pulso entonces. Tampoco al cruel africanista, Generalísimo por la gracia de Dios y los auspicios del diablo durante cuarenta años.

Con todas las críticas que puedan hacérsele a ZP y los socialistas, ellos restauraron la tradición vulnerada por Aznar y el PP, cumpliendo el compromiso electoral. Los fracasados intentos de paz resolviendo el problema vasco prolongaban el mismo impulso; resistido no casualmente por el principal partido de la oposición durante la pasada legislatura.

Por suerte hemos afincado la democracia, y en ella, ciertos indivíduos no tienen porvenir; aunque los de hoy, ejerciendo su derecho a opinar o justificar lo injustificable, nos enseñen los dientes de tanto en tanto...







AL FILO DE LO POSIBLE

Fuentes bien informadas acreditan la posibilidad de que el republicano Mc Cain designe, si es elegido presidente de los EEUU, a don José María Aznar embajador en Madrid...o Bagdad; conocido cementerio de unas 700.00 personas (otros que se jodieron) desde la fraterna estadía de la US Force; dónde, según el ex mandatario español y presidente de honor del Partido Popular, se convive en una atmósfera de libertad.

martes, 18 de marzo de 2008

UNA BREVE APOSTILLA

Es la que resume el triunfo del PSOE, en base a dos comunidades donde retrocede objetivamente el nacionalismo tradicionalista.

Esto és, Catalunya y el País Vasco.

En otro post comenté la derrota de la extrema derecha limitando desde dentro los votos del PP.

Sin embargo, que el PSC y los socialistas vascos hayan arrasado en la votación, dejando atrás los votos de CiU, ERC o el PNV proyecta un notable giro españolista en estas comunidades. Es decir que, otorgando el mazo de las barajas a las colaterales del PSOE (aunque estén influenciadas por el correspondiente nacionalismo vernáculo) los votantes han reducido el antiguo poder de los soberanistas y separatistas en ambas comunidades. Al hacerlo, coinciden parcialmente con muchos votantes del PP.

Sin duda éstos desearían un franco retroceso autonómico en beneficio del centralismo español, mayoritario en el concierto estatal. Siendo otra la intención del reelegido ZP, la misma conserva el ponderante objetivo de equilibrar las comunidades, concediendo aquello que juzga posible a catalanes y vascos.

Ahora, a Rajoy se le plantea otro problema. Si se centra apartando de sí a los ultras -como parece- avanzará hacia un programa semejante al gubernamental. De conservarlos, volverá a fracasar, por las mismas razones que pifió el 9M en la conquista del Estado.

Quizá lo único que pueda otorgar ventajas a una estrategia opositora centrista sea una mala resolución de la crisis económica en ciernes.

De fallar Solbes en la receta curativa, se amplían las perspectivas de la derecha.

De momento pueden jactarse de haber crecido más o menos proporcionalmente sus papeletas en relación con las del PSOE en las pasadas generales. También -pese a que directamente no fueran responsables- del sostenido retroceso catalanista y los planes de Ibarretxe.

La parcial coincidencia entre los votantes centristas de sociatas y peperos en la cuestión autonómica y el papel de España totalizando esfuerzos, sugiere la consecución de ciertos pactos, ya anunciados entre las dos grandes formaciones.

La consigna de "si tu no vas ellos vuelven" fue explícita. El 9M desempeñó un importante papel definiendo un humor electoral equivalente, quizá, al de los votantes que, recordando el 23 F votaron al PSOE y sus moderados cambios prometidos entonces.

Fue una muestra pública de sensatez.

La de esta otra compulsa revalidó un criterio semejante. Su diferencia (alejada por completo de una imposible amenaza golpista; no de una crispación clamorosa) estribó en percibir que el Estado de las Autonomías no podía ser jaqueado todos los días por nacionalistas de uno u otro signo.
Los periféricos acentuando sus exigencias; los centralistas negando de plano la existencia de naciones en el concierto estatal.

De ahí los escaños menguantes en las alborotadas quintas de Carod e Ibarretxte; y pese a los esfuerzos denodados de Durán i Lleida por centrar la coalición en CiU.

El simétrico retroceso de los involucionistas y sus escribidores o susurrantes en los foros del PP cobra idéntico valor. Intentaron aprovechar sin suerte el desconcierto inicial de Rajoy y la cúpula popular, en pos de proseguir desarrollando una estrategia sin chances de establecer alianzas -decisivas para gobernar- con el refuerzo clave de vascos y catalanes.

Por ahora el polo más fortalecido tras las elecciones generales son la formación gobernante y su líder.

El poder de Rajoy, arañado en el último instante de la consiguente capa caída, es precario e inestable. Todo depende del congreso juniano; aunque hoy le respalden cautamente tirios y troyanos (mientas los de siempre prosiguen hostigándole desde las usinas de rigor) .

Lo cierto es que, por ahora y visto el panorama el escribano -salvando al fiel Paco Marhuenda- no tiene quien le escriba.

Las columnas económicas de los periódicos de la jornada auguran que, escribir desde el timón del Estado la ciencia numérica contra los temblores que presagia esta debacle financiera mundial, no dependerá de nuestros bolígrafos. Mandan los de la globalización.

Francamente señores, lo único que se me ocurre decir ante la que se viene es: ¡Socorro!












LA ESENCIA DEL GENIO

Vuelvo a Shakespeare en vista del zarandeo literario recién desatado en su torno.

Está la Espido (Freire, la colegui radiofónica del púmbeo De Prada) desde Público, detallando por segunda vez consecutiva otra de sus tramas en la columnita horizontal de todos los días.

Pues no. Así no se hace, mocita.

El genio de Statford-on-Avon se expresa con asombrosa destreza en cada parlamento que las nutre, joyas de síntesis que enrocan y desenrocan conceptos e ideas francamente extraordinarios. En Shakespeare las palabras tienen el filo y la agilidad de las dagas trazando surcos en el renglón.

No digo que los temas abordados en cada una de sus piezas, imitadas troncalmente hasta la saciedad un siglo tras otro, comporten pedrería.

¡Qué va!

Pero referirlas obviando aquello que las destaca muy por encima de otros clásicos,viene a ser como congelar un paisaje vivo y palpitante, o el majestuoso vuelo del Águila Real contra el azul del cielo, sin que las fotos sean siquiera piezas estimables.

Seré franco y brutal. El único escribidor de esta hoja que construye artículos viscerales con personalidad, es Manolo Saco.

El periódico ganará premios dentro y fuera por el diseño y esas cosas, pero el brillo en las ideas, su desarrollo y el ritmo en los contenidos, apenas justifican los 50 céntimos que cedemos al quiosquero.

Me dirán que la levísima Freire es una niña mona, y es cierto (si bien hay muchas del tenor). También concedo que su reciente afán introduce a ciertos lectores con poco sprint cultural en la obra espléndida e inimitable de mi favorito.

Si. Aunque de esa manera; pequeña y olvidable...


domingo, 16 de marzo de 2008

SHAKESPEARE Y SUS COMENTARISTAS

Me divierten las inserciones de pretensión shakespeareana en los medios. En previo post me ocupé del reaccionario y vacuo Sánchez Dragó. Antes había dado cuenta de la incoherente parrafada televisiva del señor Ekáizer sobre los roces en la interna del PP.

Repasando El País de la fecha encuentro a otro croniquero algo más ignoto, acudiendo al Gran Bardo en su análisis poselectoral del PP y sus batallas internas tras la derrota del 9M.

La desmesurada invocación no se corresponde con la real magnitud de una tragedia menor. Nunca un héroe o antiheroe equivale en su magna obra a un registrador de la propiedad, o a una funcionaria encumbrada, por más retorcida que sea.

Nadie en la historia del PP alcanzó hasta hoy una dimensión trágica, salvo la propia formación dejándose infuenciar por cenáculos extremistas. Quien más se arrima a ser observado con ese prisma es el ex inspector de Hacienda Aznar; aunque tampoco da la talla.
La subordinación a Bush -hijo de otro presidente y dueño de petróleo tejano- le reseva en la Historia el periplo de una terca mayordomía, elevada durante dos legislaturas al rango presidencial por la tragedia auténtica de Felipe González.

Y ahí voy. De la humilde pana sociata de los ´70 se puede arribar a las consejerías lobistas y los millones disfrutando de títulos y honores. Jamás consigues los dos últimos partiendo del funcionariado. Es que no tiene épica.
Y la épica es a un liderazgo perdurable, lo que la sal o el azucar a la manducanza y los postres.

Creo que en la España contemporánea encontramos figuras trágicas, locales y nacionales, que superan a estos personajes; más propios de otros géneros.

No siendo muchas, existen. De González paso a Jordi Pujol. Precediéndolos asoma Adolfo Suárez, protagonista de una gran mutación. No cualquiera atraviesa el rubicón que lleva a la democracia desde las cumbres del franquismo. Manuel Fraga hizo lo suyo. Sin embargo, en comparación con los otros ocupa un sitial menor, localizado en Galicia (copiando algunos pasos de Pujol) luego de pifiar al comando de su divina creatura: Alianza Popular.

En los héroes de Shakespeare -auténticos arquetipos en su dimensión- observamos grandes transformaciones. En ellas mandan el contraste junto al consiguiente atractivo de su grandeza y miserias. La luz y las sombras.

En cualquier líder político de fuste se aprecian serios contrastes entre el despegue y su aterrizaje.

Tal vez el drama político más hondo del siglo xx corresponda a Lenin y los bolcheviques.
En ellos las ansias de timón y justicia acreditaban una base teórica. Eran brillantes, abnegados y tenaces como pocos. Superaron cárceles y exilios prolongados. Querían transformar el mundo suprimiendo las clases, y lo hicieron, al precio de edificar gigantescas colonias penales, multiplicando cementerios (junto a secretas fosas comunes) en atención a sus millones de víctimas. Luego Stalin serializó las periódicas masacres.

Individuos que lideraron naciones, como Mussolini, Tito o incluso Pétain (héroe subsidiado por una sociedad fracturada y sus ocupantes extranjeros) eran místicos y ambiciosos de poder, imbuidos de una noción cuartelera de la existencia. Hitler llevó la figura del liderazgo destructor del mundo civilizado hasta el borde del abismo existencial.
En esa fase de la historia europea, el poder político no acostumbraba a nacer de las urnas.

Concedo que los dos primeros sean mucho más interesantes que el galo; al fin de cuentas mero funcionario de rango en la milicia, afortunado en Verdun. Sobre Hitler, de hecho el más analizado al detalle, se dijo casi todo. De ahí la cantidad de biógrafos que acrediten a cada uno.
Rebelde ante quien fue su mentor (Pétain), De Gaulle edificó una leyenda patrocinada por Londres y la Segunda Guerra Mundial, que continuó después por otros medios.
Con diferencias de tono y circunstancia lo mismo caben a Eisenhower y al enérgico Winston Churchill (heroico ante los nazis, hecho que cambió su pálida estrella de entreguerras terciando en asuntos militares y gobiernos conservadores).

Entre nosotros, la mención del misticismo patriótico da de lleno en Jordi Pujol. De lejos, es quien mejor supo calibrar la estrategia nacionalista que podía triunfar por medio de los votos, aprovechando a fondo las armas del lenguaje, la tradición sobrevivida y un orgullo nacional maltrecho por el franquismo, que tentaba revalidarse.

El mérito de Felipe González consistió en edificar su liderazgo de mayoría absoluta, rechazando el marxismo sin renegar de ciertas conquistas sociales. La integración definitiva en la CEE y la OTAN no le eximen empero, de una insensata arrogancia y manifiestas dejaciones, que a la postre precipitaron un ocaso, apenas revertido por su flamante cargo eurocéntrico.

El drama de Suárez resulta el más doloroso por su atribulado ascenso y veloz caída. El contraste de pertenecer políticamente a dos mundos opuestos precipitó, quizá, este largo adiós en la penumbra, acompasado por tragedias familiares bien conocidas y lamentadas por sus compatriotas.

El presente ejemplo de ZP poco tiene que ver con sus predecesores. Semeja estar de invariable buen humor llueva o truene, aunque con el menos simpático Rajoy se le aprecien ciertos vasos comunicantes. Ambos se sienten a sus anchas en Ferraz y Génova, mandando codo a codo con barones cuyo ascenso regula el aparato.
Serían, a no dudarlo, razonables intérpretes de una pieza de Ben Hecht.
Aparte del abuelo heroico y fusilado durante la Guerra Civil, mediando ZP nos enfrentamos a un arquetipo de fondo calculador, que supo escalar los peldaños superiores del PSOE en el momento justo.
La tara del momento justo, es que no siempre va enlazado al carisma personal que funda una leyenda.

En cierto sentido nuestro modesto ZP se parece al menos modesto Tony Blair (a ambos les bautizaron "Bambi"sus camaradas). Sin su tirón, este vallisoletano supo esquivar ciertos probados errores del británico (entre ellos Irak), tras heredar un poder perdido por formaciones conservadoras tras la evidente fatiga del periodoTatcher.

Cualquier semejanza entre el reelegido estadista y Shakespeare es producto de la casualidad; etc,etc. Así rezaban las pelis.

Igual cantar de cantares reza para Rajoy y sus presuntos sucesores, arremolinados hoy en torno a él.
Hemos dicho que la clave Shakespeareana radica en un enfoque basado en los contrastes.
Si el modelo no los acredita, la madera de líder es inexistente o bien se aguanta a trancas y barrancas, aguardando un relevo que produzca el milagro. A lo peor les ayudan Rouco y sus amigos.
Ante lo último (una amenaza previsible), y entre lo poco y la nada en materia de cambios, anda el PP...

Los grandes creadores consiguen reflejar la base de una tragedia personal a base de observar la escena con pasión y distancia. Una obra que perdure tiene esas características; propias del unicornio, por regla general vecino a una tropa de caballos, carentes de aquello que le distingue.
Y las crónicas que leo últimamente aferrando a Shakespeare por la solapa, carecen del bien.

Mi criterio biografiando a Perón tuvo en cuenta la dualidad del personaje. Era un ejemplar excéntrico y atractivo que yo conocía bien, ansioso de imponer justicia social por medio de una firmeza teñida de autoritarismo y egolatría. He disfrutado intensamente su redacción.
Ella dio un vuelco a mi vida.

Pocos han leído los dos tomos que reseñan el singular periplo de este hijo de india y blanco criado en la pobreza del predio patagónico. Y quienes lo hicieron a expensas de mi cortesía haciendo mal uso de ella, no poseen talento alguno para tomar ejemplo de nada, ni fuerza operativa para transformar el escenario literario, o el político. Más bien diría que integran la división menor de aquellos que niegan el valor del trabajo ajeno y los incipientes ideales de justicia para todos, en aras de la ambición.
A los que no leyeron ni leerán mi obra, les recomiendo que al menos digieran mejor a Shakespeare, ajustando sus análisis al patronaje.

Convengamos que el talento es un valor escaso. El genio isabelino lo demuestra siglos después de abandonar este mundo, cediéndonos lo mejor de sí: su legado. Interpretarlo no es fácil, pese a que tantos se llenen la boca loando su obra.
Al parecer, se ha puesto de moda amagando con superar las citas de Borges.

Ni me va ni me viene que tantos se compren el pasaje de ida a sus obras maestras. Estoy persuadido de que de seguir así, volverán a la estación terminal ignorándolo todo.

Lo hicieron antes otros y lo harán otros después. Mientras tanto, reseño los de ahora en mi portátil, paladeando lentamente mi copa de Rioja.

Es del mejor. Como cabe a la interpretación ajustada de un clásico impregnado de modernidad...y lo que venga.


















sábado, 15 de marzo de 2008

DIMES Y DIRETES

Las declaraciones patrioteras de la señora Ferrusola criticando los origenes del señor Montilla y su déficit idiomático, inhabilitadores -según la dicente- de su presidencia en la Generalitat no pudieron ser más infortunadas.

Montilla es criticable por otros items, no éstos. A pesar de que CiU salió al cruce del despropósito, el mismo no hace sino favorecer el declive de la formación.

Como en el caso del ex presidente Aznar, la sombra de Jordi Pujol se corporiza mal en ocasiones.
Los que se retiran oficialmente debieran hacerlo sin cortapisas. Incluyo en la tesis a Felipe González.

A menudo, los que fueron se adaptan mal al presente. Animales políticos que en un grado u otro marcaron épocas, insisten en volver al centro del escenario, con antiguos defectos agrandados por la falta de uso y ciertos deseos de revancha pública ante el ocaso inevitable; aunque lo vivan con aplausos de vez en vez.

Se me dirá que Marta Ferrusola no es el marido. Claro que no; faltaría más. Pero es su mujer, y a mas de compartir hijos comparten neuronas. Oriol las sintetiza espléndidamente sin necesidad que su madre refuerce desaciertos.

Ni bien franqueo El Mundo me encuentro con un abominable articulo sexista del señor Pedro Cuartango. Su paralelo entre Pedro Zerolo y Linda Lovelace, incluyendo fotos (¡oh, quién habrá inspirado semejante ocurrencia!), no es de recibo. Se me dirá que tampoco son adecuados los previos comentarios del probable ministro socialista sobre el orgasmo, su marido y los votos.

La diferencia es que Zerolo no es un actor porno. Si el intento es reducir al diputado canario a las miserias de Lovelace o la patética Cicciolina peninsular, a causa de una explícita sexualidad asumida sin complejos, debo objetar el procedimiento.

Otros personajes públicos ocultan sus aficiones sexuales -desveladas por un motivo u otro- sin que los tantos que las conocemos hagamos de ellas materia de comentario alguno.

Meterse con la cama de alguien no es lo mismo que meterse con alguien en la cama.
¿Me explico?...

Hay gente empeñada en rebajar el prójimo a su altura. Hablo de la estatura moral. No conozco personalmente al señor Cuartango. Le elogié alguna vez, le objeté otra el trazo de cierto paralelismo histórico y le condeno ahora, por lo que juzgo una vileza. Inexcusable, pese al sibilino comentario entusiasta que desliza hacia Zerolo y los orgasmos zapateriles en el remate de su deposición.

Ganarse el pan no justifica la injuria, abierta o maquillada con pálidos coloretes. La suya, míster, procura una digestión invariablemente mala.
Su estómago sabrá...

Otro de los desequilibrios que afectan nuestra vida cotidiana; por lejos el más importante para esta crónica, es el que afecta a los candidatos periféricos, en relación con el fuerte bipartidismo actual, centralista a la hora de escoger una opción política.

En nuestro sistema electoral se puede llegar a ser el tercer partido más votado y no sacar más que dos escaños.
Es cierto que entre el virtual millón obtenido por Izquierda Unida e Iniciativa per Catalunya, los
once millones de votos del PSOE y los diez del PP, o los 774.000 de CiU (redondeando los diez escaños) hay tremendos desequilibrios. La ley D´Hont determina circunscripciones territoriales y listas cerradas que premian la concentración del sufragio en relación con el número de votantes. Luego son los escaños quienes deciden la presidencia.

Ahora, los perdidosos de la izquierda recurren a los tribunales en toda España.

Quizá pienso, debiéramos estudiar la conveniencia de instalar el ballotage francés, de efecto presidencial directo, que en dos rondas permite expresar diversidades y concentrar luego el voto en las formaciones y candidatos que hayan encabezado la primera vuelta. De esta forma la devaluación de los rezagados sería menor en la consideración pública, pesando políticamente a la hora de formar gobierno.





viernes, 14 de marzo de 2008

IRA Y TEMPLANZA

Creo que la democracia es el mejor de los sistemas. Sostener que es el menos malo comporta rebajar su grandeza.

La democracia no es única. Las hay avanzadas, que son pocas, y las menos. España es una potencia planetaria, que en la materia se sitúa a medio camino. Emparejar el desarrollo económico con la democracia avanzada requiere mayor rodaje y cultura ciudadana. En treinta años avanzamos bastante; aunque todavía estemos a distancia al haber edificado una sociedad que apenas se implica en política, más allá del voto.

Nosotros intentamos progresar en este mundo desigual, hacia una que nos brinde la posibilidad de mejorar materia y espíritu, haciéndonos más solidarios con nuestros pobres y los del mundo.

Esa visión, ese enfoque, constituye el desafío a alcanzar. Del mismo depende que el nacionalismo español y el de sus naciones se equilibre y fusione en beneficio de la comunidad.

Ayer noche visioné a Josep Antoni Durán i Lleida en dos entrevistas. La de Antonio San José (en CNN+) y con Mónica Tarribas (en TV3). Su discurso atinado es el de siempre. Al mismo, agregó ante el primero que la encrucijada y superación de su cáncer le lleva a valorar mucho más los afectos.

Con Tarribas, el factor emocional se centró en su nacionalismo. Pidió respeto para Catalunya. Ahora bien; ¿hasta qué punto nos respetamos a nosotros mismos? En el fondo es la ausencia o mediatización del valor lo que bloquea el respeto por los demás.
Resulta cómodo echar la culpa a los otros de nuestra pereza. En la base de esta sociedad la autocrítica es un fenómeno desconocido. En cambio, acreditamos la falsa percepción de ser los mejores. Ello conduce a que, por ejemplo, si alguien (con frecuencia un inmigrante) nos habla en castellano, respondamos en catalán.
La arrogancia contradice las elementales normas del seny famoso. Me apena insistir de continuo ante mis compatriotas que ésta es una tierra de todos, y que nos corresponde en cualquier caso ser anfitriones cordiales y civilizados.

Cuando el señor Carod Rovira llama a la rebelión -supuestamente democrática- contra una España que nos mea, está insultado el buen gusto y la inteligencia. Ofende a quienes no sentimos como él, agraviando a nuestros hermanos de cualquier comunidad, y faltando a la convivencia.

Un par de mañanas atrás, el negado Jiménez Losantos definió "la autocrítica" como un patrimonio fiscalizador, propio del estalinismo.
Ademas de ser falsa y especialmente grotesca tal atribución, desnuda los extremos de su propia terquedad nacionalista, superior en densidad patológica a la de cualquier miembro del PP o ERC.

Sin duda alguna ambos polos de la ira abren fuego contra la templanza. Conscientes de perder gas, a menudo ensayan o promueven nuevos disfraces y marionetas.
Hace poco, Rosa Díez sostuvo muy suelta de cuerpo que nuestras naciones (se refería a catalanes y vascos) eran una fantasía. Representa cabalmente a una española del País Vasco que niega cualquier otro sentimiento nacional. Su vecindad con la extrema derecha en estos asuntos la sitúa en su grupo de pertenencia; a pesar de declararse izquierdista.

Sin formular con acierto las reales causas del rezago catalán, exige Durán en nombre de casi todos, la publicación gubernamental de las balanzas fiscales, el traspaso del Aeropuerto del Prat (considerando además que el 50% de las compañías extranjeras están radicadas entre nos, y sus ejecutivos y los nuestros viajan de continuo al exterior, en forzoso puente aéreo hasta Madrid), la sanción sin cortapisas del Estatut y la modernización en las hoy colapsadas comunicaciones inter territoriales.

El caso es que, aunque más valga tarde qué nunca, reaccionamos con gran pereza y retardo ante las carencias (entre las que incluyo, cómo no, la educación).

Si nuestro respeto se queda en la superficie del orgullo nacional, mal vamos. La realidad de los últimos veinte años es lo suficientemente expresiva al respecto.

Ahí están los límites del discurso ensayado tan machaconamente por nuestros respetables patriotas.

El caso de Esquerra mueve a menor respeto. Éso mismo decantan los recientes votos. La razón es fácil de entender, aunque sus ofuscados dirigentes, militantes, y quienes votan el programa independentista descarten asumirla. La generalizada ira estructural lo impide. No quieren pertenecer a España, y este rechazo dibuja los dudosos valores del rencor y el encono permanente.

No conozco personalmente a ningún capitoste de ERC; sí a muchos de sus simpatizantes, y en todos observo una característica común: la ira a flor de piel.

Ni siquiera hace falta que hablen de política. Su forma de encarar cualquier aspecto de la vida cotidiana delata una perpetua insatisfacción.
En los acérrimos nacionalistas españoles se observan rasgos semejantes: cerrazón, insistente querulancia, maneras autoritarias y desajustes neuróticos (o sicóticos) que acentúan cualquier obstáculo real o imaginario que se les presente.

Debe ser muy desagradable vivir en un país que no te gusta. A ellos les apeteceria poder residir en otro, refundando Catalunya a gusto y paladar. De momento no abandonan el barco. Se quedan, para bregar por lo que consideran justo; a pesar de que la inmensa mayoría de los catalanes acepten formar parte de España, como nación (es mi caso) o provincia (el de muchos otros) sin tenerles muy en cuenta.

Esta democracia les permite actuar en consecuencia, ajustándose teóricamente a leyes que en ocasiones respetan a regañadientes.

A diferencia de ellos, Duran i Lleida es uno de los políticos nacionalistas que con mayor equilibrio interpreta el vínculo entre Catalunya y el resto de España. Por ello respeta escrupulosamente la ley.

Sin embargo, ahora clama por el respeto ajeno, cuando a nosotros cabe el respetar otras comunidades menos desarrolladas, económicamente hablando.
Sería injusto olvidar la enorme contribución de los inmigrantes internos y ahora externos a nuestro desarrollo. El bilingüismo es un derecho y tradición que debe promoverse según lo establece la Ley Fundamental.

En ocasiones dicha ley no se cumple. Siempre es difícil que, existiendo dos lenguas en un territorio el fiel de la balanza sea equilibrado. Si en nuestros años de plomo el celo dictatorial se ensañaba con una de nuestras lenguas, sin llegar a tales extremos y en ciertas áreas (sobre todo la educativa) se observa el arrinconamiento de la otra.

Hasta ahora, las reivindicaciones lingüísticas -consideradas por Oriol Pujol "pilares del país"- han beneficiado nuestro idioma de entre casa. A no dudar que había un rezago en su práctica cotidiana por efecto del franquismo, y éste fue cubierto por la Inmersión. Pero los auténticos pilares de un país son una sociedad democrática, tolerante y abierta, no otra blindada a la diversidad.
Ahora, cabe elevar la enseñanza del castellano hasta un plano que permita el renovado despliegue lingüístico; eliminando cualquier vestigio de menosprecio por nuestro otro idioma, de gran valor histórico y vigencia internacional.

El PSC e IC comparten el discurso de Durán y parte del de Pujol (hijo), aunque no lo manifiesten por motivos políticos y espacios propios de poder en el Ajuntament y la Generalitat.

El "catalanismo" que alzan en su común discurso deviene excluyente, al valorizar la forma y no el fondo de las relaciones ciudadanas. Sin llegar al extremo de ERC, insisten en confrontarse con los españolistas acérrimos y los no tanto, promoviendo aquéllo que nos divide, y no lo que debe unirnos por mandato histórico y vigencia democrática.

Una cosa es reclamar al gobierno central competencias que, de correspondernos mejorarán nuestra pequeña nación. Otra negar a la nación de naciones o cuestionarla, pretextando ser blanco de ofensas que nos destinan la ultraderecha y sectores del Partido Popular.

Ya va siendo hora que, además de respetarnos mutuamente seamos fraternos. El extraordinario avance de España en las tres últimas décadas, superior al de toda su historia, debe centrarse en mejorar nuestra calidad democrática, favorecida por la creciente integración europea.

La fórmula radica en la templanza. Y ver más allá del morro, desterrando la ira, y su excrecencia: los ismos
Frecuente excusa para descargar sobre otros las frustraciones propias y el temor al mañana.









miércoles, 12 de marzo de 2008

LA CRISIS DE ERC

Algunos post en mi hotmail solicitan que escriba sobre el tema.

No hay mucho que decir. Y si hubiera lo dije antes de esta otra debacle. ERC es una formación irregular en materia de funcionamiento. Por lo tanto sus posiciones también lo son. El beneficio de tener a Aznar como enemigo supremo y la debilidad del PSC les permitió alcanzar cuotas de poder en el Parlament y la Generalitat. Su voto contrario al Estatut y la Ley de Memoria Histórica, contradichos ambos por declaraciones que fustigaban a los que negaban de plano el uno y la otra, son perlas menores, en comparación con otras calamidades de dominio público.

De acuerdo que su impulso permitió reparar los destrozos que Colom y Rahola causaron al Partido en la previa etapa. Pero ni Carod ni Puigcercós han conseguido rebasar la inserción a la carta socialista en el Tripartit.

El desmarque funcionarial del segundo, destinado a sujetar en firme las riendas de un partido anarquizado por el funcionamiento asambleario -arcaico e impráctico a efectos políticos-, no presenta ventajas sobre el pragmatismo funcionarial del primero.

El nudo gordiano a romper es la escasez de votos, hoy pavorosa.

La independencia de Catalunya puede ser un ítem romántico y sentimental, pero su realización en el actual concierto europeo se queda bailando en el imaginario de muchos, a la hora del voto.

Y no es que ellos lo hayan hecho mal. Qué sí lo hicieron; aunque otros lo hicieran mucho peor antes. El problema radica en la inviabilidad de la fórmula. De una acertada, dependen en gran medida los aciertos en su consecución. Cuando su base falla, el fracaso no tarda en palparse.

La mezcla de arrogancia extrema y sumisión final, reporta ventajas remitidas a ciertas circunstancias. Yo he visto ese funcionamiento en los sindicatos argentinos durante décadas. Ganaban prebendas sus dirigentes y algunas migas del festín los trabajadores. En teoría, los gremialistas pregonaban consignas de poder proletario (en su versión peronista o no) que los hechos desmentían.

Era un vulgar curro al que se daba dimensión profética de vanguardias fabriles meneando la patria.

Y la actual pancarta independentista catalana, alzada junto a la correspondiente Senyera por jóvenes ansiosos de tocar poder, a medida que las circunstancias mediatizan ideales (en comportamieto que empareja a aquellos sindicalistas criollos de la época de oro), diluye perspectivas.

Cuando las mismas menguan hasta el extremo que ha determinado el 9M, la ilusión queda en paños menores, afectando no sólo a sus impulsores, sino el criterio de aquellos que les votaron tiempo atrás. Las caras largas la noche del domingo en la sede de ERC admitiendo la rodada, eran un muestrario de la desolación. La del candidato Ridao -un colega cinéfilo y muy valorado en los madriles por su capacidad técnica encarando debates- reflejaba el mayor abatimiento.

Ahora, el reforzado PSC respaldará al fardador Carod y sostendrá el Tripartit cómodamente.

De hecho representa una barrera local alzada contra apetitos hegemónicos de CiU, que Madrid desviará a otras aguas.

De paso, Montilla y Chacón conservan lazos con las izquierdas patriótica y ecologista, maltrechas hoy aunque siempre útiles para el mercadeo y la gobernabilidad, probando que en la familia del PSOE caben esos ideales, junto a los de la tolerancia y la capacidad de asociación.

Si la crisis económica se complica y el Gobierno no la resuelve, puede que los viejos principios de ERC vuelvan a cabalgar.

Nunca se sabe.

Lo cierto, es que esta hora, manden Carod o Puigcercós, les proyecta furgón de cola...




LÁGRIMAS INTERCAMBIABLES

Anteayer derramaban lágrimas los que homenajeaban el presunto mutis de Rajoy, o aquellos embargados por la emoción de situar su futuro caballo en el tablero. Al efecto, recordamos que se llora de emoción por distintas razones. El lagrimal cosecha por igual sus frutos ante tragedias o alegrías.
Horas atrás, en la derecha española hubo intercambio de lágrimas. Los moderados lloraron de alegría ante su nuevo Lázaro. El sector duro habrá llorado de rabia. No es la Esperancita quien copa la banca. Ella se alineó, por ahora, junto a Mariano; enfrascado en depurar -esa es la verdad- la jaula de grillos. Su declaración, salvando a José María Aznar de ejercer presiones sobre su pasada gestión, no se la cree nadie.
Él mismo le debe, tanto su candidatura en las dos generales como la secretaría general del partido. Que ahora se distancie con cautela del mecenazgo es comprensible; el FAES y la invasión de Iraq, no pueden trazarle una venturosa hoja de ruta en la presente legislatura.
En la edición de hoy también El Mundo da otro cauto paso al costado en relación al presunto relevo de Rajoy, mientras la miniatura de la COPE, más frontal según el hábito, enseña los dientes.
La perspectiva que señala un corrimiento al centro en la estrategia de los barones que respaldan a Rajoy, es inequívoca. Para ellos la derrota electoral determina los cambios en ciernes. Si Catalunya otorgó la victoria a ZP, habrá que establecer nuevos lazos con el centro derecha catalán. La estrategia hacia el País Vasco es más compleja.
En cualquier caso, quien está en inmejorables condiciones de pactar hoy con CiU y el PNV, es el Gobierno; no una oposición en crisis de debate interno. Por ello, si alguien apuesta a que la extrema derecha del PP y sus mentores ideológicos aceptarán mansamente el presunto viraje centrista y un recauchutado liderazgo, se equivocan. En su ambigua declaración sobre la presentación de cualquier afiliado como aspirante a comandar la formación, y las consecuencias que deberá afrontar, sugiere la Aguirre (y su Ira de Dios, nunca mejor dicho) que el caso no está cerrado. Ella y sus poderosos aliados no son comunes y corrientes...
Habrá guerra. No dubt. De momento tampoco será abierta. Mientras, en el número 13 de la calle Génova, lágrimas impregnadas de rabia y odios brillan desde ayer noche, como afiladas navajas a la luz de la luna.

martes, 11 de marzo de 2008

LA GUERRA EMPIEZA EN CASA

Echan a volar los trastos en el Partido Popular y aledaños.

En el post anterior mencioné la prisa de los involucionados e involucionistas en enterrar A Mariano Rajoy. Pero el tiempo vuela, y con él nos llega la sorprendente resistencia del muerto. Estaba vivo, coleando y dispuesto a dar la guerra con los que le desean recuerdo.

No le bastó la derrota, menos catastrófica de lo que consideran rivales externos, e internos sobre todo.

Con ciertas variantes, el candidato vencido mantuvo las posiciones conservando previas distancias con los vencedores.

Esta resistencia a morir políticamente revela la profunda crisis política en la que se debate hoy la derecha española. Por un lado, los sectores más extremos procuran cohesionar el lepenismo en sintonía con sus ideólogos mediáticos y la Conferencia Episcopal. Por otro, Rajoy intenta reconducir la formación hacia posiciones más centristas.

Retorno brevemente a la columna de Sánchez Dragó, ilustrando en su remate las ilusiones que la extrema derecha ha puesto en Esperanza Aguirre.

"Como Judith, Como Salomé, ha cortado dos cabezas juntas -la de Holofernes/Rajoy y la del Bautista/Gallardón-, de un sólo tajo.

Impecable e implacable inteligencia política. Estoy contento. Se van del PP los sociademócratas. Llegan los míos.
Es la hora de los liberales".

Amigo de la señora Aguirre, este sirviente de su majestad está bien informado sobre las reservas que el sector mantenía desde lejos para con el supuesto "socialdemócrata" gallego.

En un post antiguo escribí que el difícil equilibrio entre el centro y la extrema derecha en el interior del PP, correspondía en realidad a dos partidos diferentes.

Rajoy basculaba entre unos y otros, remitiendo su posición al mero funambulismo.

Cuando la crisis entre Ruíz Gallardón y Aguirre volví a reiterarlo. Hoy la realidad confirma zafarranchos de combate entre los dos polos. El más agresivo tiene su bastión en la COPE y Libertad Digital, en frente único con El Mundo y el sacro patricinio de Rouco y sus laderos.

¿Hasta dónde podrán resistir Rajoy y sus aliados -respaldados por La Razón, el ABC y el grupo de Carlos Herrera en las ondas- la feroz embestida de los otros?

¿Será un líder de transacción capaz de erigirse en otro con base propia?

Él, impregnado de cierto mesianismo de última hora, cree que los diez millones de votos a su programa se la han otorgado. Para sus rivales internos cuenta el fracaso electoral. Por más votos que haya sacado el PP, es presidente el que está en frente...

De aquí a junio, altura del año donde el Congreso del Partido resolverá el destino final de su cúpula dirigente -y de paso el terco empeño de Rajoy en permanecer como candidato del lejano 2012-, veremos temblar el edificio de Génova.

Mientras, los rayos y los truenos desencadenados por tormentosos mundundis y folclóricas seguirán esparciendo en el firmamento político de nuestra amada Piel de Toro, los despiadados puntazos.

A REY MUERTO, REY A ENTRONAR

Hablo de sentar en el trono al otro u otra que la derecha española y sus sirvientes mediáticos coloquen en el tablero; alineado junto a sus peones, alfiles, caballos y torres negras.

Ayer cargó contra lo que queda de Mariano Rajoy el que apuesta primero. Tratándose de un juego que requiere previa campaña, el intrigante no parará hasta conseguir el candidato que se ajuste a una serie de acuerdos entre él, los obispos, la COPE y los recalcitrantes del Partido Popular.

Hoy reiteró la apuesta junto a otros directores de hojas a juego, en el espacio del pequeño César.

Todos se deshicieron en elogios dignos de un funeral. La conversión en procer le llegó a don Mariano, cómo llega siempre tras el gran batacazo.

Solícito ante quien admira, Francisco Marhuenda -nuevo director de La Razón- fue el único en farfullar su conversión en CID para la nueva batalla.

La cosa mueve a risa.

Con un cadáver político no se ganan batallas. Sólo admite la liturgia del recuerdo magno y las secretas voces, comentando sus torpezas y el consiguiente ridículo.

La apuesta mayoritaria en esta tropa de corsarios, sigue la moda de escoger mujeres poderosas. A tal fin despliega El Mundo de hoy el cantar de cantares de un mediocre escriba, financiado por la Comunidad de Madrid en los espacios de última hora del canal autonómico.

Las Noches Blancas asoma en pantalla de Telemadrid sobre el tránsito de jornada; instante propicio para que los insomnes cambien de cadena, o los que se levantan para el último pis vuelvan a dormirse, pasando de él una vez aliviada la vejiga,

En su columna de hoy, titulada Shakespeare, el señor Fernando Sánchez Dragó, conocido troglodita, glosa la supuesta grandeza de Esperanza Aguirre, la aspirante a Tatcher de España. Tan liberal (sic) como él. No contento con ello, mezcla las urdiembres y personajes del Gran Bardo con Santa Teresa e invectivas dirigidas a ZP (el peor presidente de España, según refiere).

No me he puesto a pensar cuál mandamás fue el peor, en los años nuestros de la democracia. Pero ahora que el tío descorcha la polémica con tan mala folla, sugiero que nadie como José María Aznar para alzarse con el merecimiento.

Por desgracia para Dragó y otros dragones de mechero, mucho me temo que Josemari, el de mostacho decolorado, delicados sweters rosados y melena de pueta(en la crítica voz criolla), jamás retorne a La Moncloa.

En su último trabajo, este taquígrafo de extravagante y vacuo estilo ha descalificado con su habitual ingenio de segunda clase a los españoles. Postrado de admiración ante un cutre espumarajo hecho libro, el poco pulimentado Miguel Ángel Rodríguez (eterno portavoz del devaluado Aznar) lo tildó de españolazo, cuando Jordi Gonzáles les juntó en La Noria.

No pertenece desde luego Dragó, a la clase de españolazos que el domingo manifestaron su voluntad, reeligiendo a José Luís Rodriguez Zapatero.

Pero en el fondo, la opinión de la mayoría le importa un pimiento a este orientalista pentagonal. Pronto -nos aclara- se irá de paseo a África, y luego a la India (por desgracia con pasaje de vuelta).

Antes de pergeñar la referida columna, seguro que uno de mis predadores más obsesivos, le habrá dicho.

"Léete el libro que me envió este individuo. Vincula a Perón con las tragedias de Shakespeare. De paso revisa su Blog. Tiene algunas ideas. Hace unas horas definió monclovitas a ZP y Rajoy. Quizá te sirvan esta clase de ocurrencias. Eso sí, comprobarás que de liberal no tiene nada."

No en su versión. Desde luego. Soy más honesto y mejor persona que los maquinadores, sus paniaguados, y los rezos murmurados a coro junto a Rouco Varela y sus acólitos desde el 2003.

Además, desde mis libros y artículos he colaborado para que vuestros falsos heraldos de la libertad mordiesen el polvo el domingo pasado.

Y la verdad, es que lo conseguimos. Se xodieron, a pesar de los rezos y los votos en contra.

Lo reiteró sin exhabruptos ayer ZP, cuando le preguntaron qué opinaba sobre los rezos conferencistas, redoblados en la víspera del domingo.

"Ellos confiaban en los rezos;yo confío en los votos."

Ahora, caballeros, a lo vuestro, que viene a ser lo de siempre. Eso sí, de liberales, nada.

Así lo explicita una vez más la página que hoy dedica El Mundo al recurrente "esclarecimiento" del 11M...



lunes, 10 de marzo de 2008

EL NACIONALISMO REGIONAL BAJO LLAVE

La tiene el Gobierno desde ayer.

Exceptuando a los salvajes que convierten la idea de nación en otra de crimen, los nacionalismos regionales permanecen bajo control. La aplastante victoria del PSC y en menor medida los socialistas vascos sobre ERC, CiU y el PNV manifiesta el cambio de rumbo.

Los sufragios que les refrendaron con nueva presencia en las Cortes garantizan a ZP tratos menos ríspidos que los previsibles, de haberse impuesto las formaciones ajenas a las colaterales del PSOE.

Si desde 1982 el PSC no conocía esplendor semejante,¿quiere decir que la Historia retrocedió un cuarto de siglo?

He vivido en territorios que no sólo volvieron a lo peor del pasado; lo superaron en miseria y horror.

Aunque el ayer se duplicarse, la situación de Catalunya y su claro ejemplo -el más destacado en significación por la fuerte tradición soberanista que impuso en su momento Jordi Pujol- revelan un retorno a fórmulas que compatibilizan la idea de España heredada de la Transición, con los avances autonómicos.

En otra medida lo mismo sucede en el País Vasco; aunque sin punto de comparación, a pesar de la virtual desaparición de Eusko Alkartasuna.

Donde vivo acaba de hundirse ERC, mientras, como apunta hoy en Público Ignacio Escolar, toca techo y suelo a la vez CiU. Los jóvenes votantes, algunos de ellos desengañados del oportunismo independentista, enfilaron en otra dirección.

La sujeción del voto nacionalista al socialismo representa un peligro que el unionista Durán i Lleida, católico y conservador, ha señalado esta mañana en su comparecencia ante la prensa. No hay que olvidar que la distancia de ocho escaños obtenidos por el PP y los once de la coalición, es de sólo tres.
Consciente de ello, el jefe unionista tendió un ramo de olivo a lo "rescatable" de ERC, reclamando elípticamente a el retorno al catalanismo y su cuna política, ante el cierto desbande que augura el reciente trasvase de votos al PSC.

No es nueva esta oferta, desde siempre resistida por el funcionamiento asambleario y la estrategia de frente parcial con IC y los socialistas vernáculos, desarrollada por el tándem Carod/Puigcercós.

De aceptarse hoy, a más de sepultar el Tripartit, lo que queda de la rodada independentista en la víspera, resultaría absorbido por el debilitado nacionalismo de centro derecha, ayer hegemónico en la lid autonómica.

La plana mayor, acosada por la disidencia intransigente desde la integración al primer Govern, no puede aceptar aquello que rompería definitivamente la maltrecha formación.

En realidad, ERC no pasó de desempeñar un papel ambiguo, oscilando entre la ruptura y la integración, para replegarse a esta última en los momentos decisivos.
La sensación de fragilidad, hoy más palpable que nunca, partió de una mala estrategia, acentuada por las torpezas de Carod y el resto del equipo.

No me refiero al sonado episodio del cava, sino al concepto totalitario, plasmado en asuntos diversos. A las multas por los carteles que tanto daño nos hacen -evitadas escrupulosamente durante los mandatos de CiU-, junto a los trámites inacabables practicados con comerciantes, empresarios (y hasta con la quejosa propietaria de un circo ambulante), se sumaron los intentos de rigurosa manipulación, desplegados por el señor Tresserras desde el área cultural (ya criticados en este blog). Comentario aparte merecen los viajes del señor Carod a Perpignan (tomándose el cafelito con ETA) y Escocia (departiendo con el correspondiente colegui independentista), o las algaradas de compadre ante las cámaras de TV y los periodistas.

Las tropelías verbales de Joan Tardá en Madrid prolongaron la sensación de incompetencia que muchos españoles -y sobre todo los votantes catalanes-, percibieron del equipo dirigente y sus funcionarios públicos; imposible de modificarse pese al buen oficio y la templanza observada en el último instante por el cap de llista Joan Ridao.

Al comportamiento inmaduro en esta elite de aparatchiks impacientes, se sumaron los desmanes juveniles de sus niñatos; apenas sancionados en alguna ocasión con una separación partidaria light.

En marco muy alejado de ese caos observamos a CiU; formación seria de centro derecha, con larga tradición gubernativa y buenos gestores en varios ayuntamientos.
Sin embargo, recién con la crisis de Cercanías y los desastres en la planificación del AVE o las carencias del Aeropuerto del Prat se destapó la formación, en la persona del moderado Artur Mas.

Tanto él como Durán salieron a terciar ante las contradicciones del Tripartit y la cierta incompetencia de Montilla. En un primer momento, el derecho a decidir, alzado con vigor por Mas, pareció cobrar envión de masas. La realidad posterior ha desnudado, empero, la real ausencia de un programa capaz de atraer los votos perdidos en las pasadas generales.

Durante la campaña de CiU, un amago de tragedia y cierta imprudencia verbal trabaron la captación de los viejos y nuevos votantes. El cáncer pulmonar del señor Durán -extraordinario luchador y cabeza de lista- se conjuró a tiempo.

Pero el [lógico] rencor de Mas [gran împulsor del nuevo Estatut) ante las falsas promesas de ZP, y su frustración de candidato más votado dos veces en autonómicas de las que resultaron beneficiados sus rivales del PSC, junto a ERC e IC, le llevaron a que saltara la liebre antes tiempo, condicionando un futuro pacto de gobernabilidad entre PSOE y CIU, a la supresión del Tripartito por contrapartida gubernamental.

Semejante error, perpetrado ante luz y taquígrafos, fue mal recibido en Catalunya. No de balde la coalición, desgastada por veintitrés años de poder, había perdido la mayoría absoluta, y luego la Generalitat a manos del Tripartit; una de cuyas formaciones constituía, en realidad, una herencia autoritaria no deseada del pujolismo.

Las elecciones de ayer sitúan al PSC en el centro neurálgico del nacionalismo catalán. Cabe señalar que este referente de las generales no tiene por qué transladarse con pelos y señales a las autonómica; aunque marca una incuestionable tendencia emocional. Es imposible negar que, por más autonomía operativa que pretenda reflejar, esta sucursal del PSOE se vincula mas íntimamente al destino de España que los catalanistas puros; representados en Convérgencia por el blindado hijo de Pujol.

El mestizaje de tinte liberal, pese a sus credenciales nacionalistas, no sólo beneficia al honorable Montilla y varios integrantes de su equipo, sino a la concepción política; de inamovible marco estatal aunque voceros del Partido deslicen lo contrario. En cualquier caso ZP se mostró tolerante con las autonomías. La sanción de nuevos estatutos -pese a que el nuestro esté semiparalizado aún- favorecieron su imagen ante la izquierda y muchos nacionalistas, restando márgenes de maniobra a las otras formaciones ante la dureza españolista representada por el PP.

Los votos de ayer y el fruto de 25 diputados sobre 47 escaños a cubrir, demuestran que los ciudadanos catalanes con derecho a voto (y el de amigos inmigrantes que aún no votan pero aconsejan) prefieren las realidades antes que los discursos patrióticos. El revalidado Presidente y sus conmilitones locales prometieron realizarlas en su gran mayoría. Y a pesar de no haberse lucido en el Tripartit, insisten en el propósito.

Los avances liberales en materia de sexo y los de atención a incapacitados, junto a la suba de las pensiones, y otros beneficios sancionados en el concierto estadual, así lo sugieren.

De aquí hasta su realidad palpable entre nos, el papel del viejo nacionalismo será destacado, en tanto ayude a gobernar a unos y crecer a los otros. De implicarse en lo último, las chances de supervivencia no sujetas al carro de los poderosos serán una realidad; democrática y por sobre todas las cosas necesaria.

Pero si cómo dijo esta mañana el desencantado Durán, la disyuntiva fuera socialismo o nacionalismo, oponiendo el progreso social a la machacona realización nacional en vez de unir los vectores en un sólo haz, perderán la partida y todas las llaves del claué catalán, los que ya una vez olvidaron, embriagados por una transitoria perpetuación de poder, el necesario equilibrio de los factores de producción.