Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

viernes, 12 de octubre de 2007

INVOLUCIONISTAS E INVOLUCIONADOS

La España moderna celebra su 12 de octubre entre involucionistas e involucionados.

No incluimos en las dos especies a los que están libres de cualquier variante democrática y optan por el terror.

Los primeros ocupan dos territorios; ambos rotulados por el alambrado de espinos que determina su intolerancia. Un sector hoy dominante en la cúpula del Partido Popular sintoniza con las posiciones de ninguneo y abierta provocación (a menudo rastrera y siempre tremendista), que la COPE y Jiménez (Losantos) destinan al gobierno y sus aliados.

La consigna es recuperar el poder para centralizar el Estado Español y disponerlo en el plano internacional bajo el liderazgo norteamericano, al modo en que Aznar lo procuró en su segunda legislatura.

Desde otro frente opuesto, vinculado a las dos autonomías más significantes, se concentra un núcleo de Esquerra Republicana de Catalunya, jaleando a las juventudes partidarias contra la Corona, en sintonía de hecho con las posiciones del Lehendakari Ibarretxe, representante del sector duro del Partido Nacionalista Vasco.

En apariencia dividida, aunque soldada por fuertes vínculos, la izquierda abertzale legalizada en las últimas elecciones autonómicas y los ilegales de Herri Batasuna, merodean el Palacio de Ajuria Enea y el ala derecha del nacionalismo, en procura de establecer pactos o acuerdos puntuales.

En sintonía con estos sectores por la vía patriótica; aunque pendulando arrítmicamente con el PSOE, encontramos a Convergencia i Unió; a la espera que Montilla o sus socios catalanistas disuelvan el Tripartito, sin descartar de últimas, una futura alianza con Esquerra.

De hecho, los nacionalistas de ERC y bastantes del PNV no acatan la Ley de Banderas y la Condición Real en la jefatura del Estado. Sensible a la ola de radicalización nacionalista y ansiosos de recuperar la Generalitat, los jefes de CIU tienden a compartir esta postura sin osar oficializarla.

Lo peor del caso, es que ninguna de estas formaciones cruza la barrera del chantaje separatista realizado sotto voce, y las reivindicaciones más o menos incesantes.

La República de ERC no aparece por ningún lado. Y el autonomismo de CIU tampoco supera la brisa mediterránea.

Considero que éstas son posiciones involucionistas, en tanto no haya definiciones serias, mientras se burlan la leyes ante la lenidad del Gobierno Central y ciertos jefes y alcaldes autonómicos.

Me refiero a la Ley de Banderas y el respeto a la Corona. Eso no quiere decir que me conformen determinadas leyes, ni la Constitución Monárquica. Pero mientras sigan vigentes hay que hacerlas respetar. Lo contrario conduce a la anarquía política y social; un verdadero callejón sin salida.

En el punto lleva razón Mariano Rajoy, y creo que -independientemente del solemne escenario que le hayan montado los asesores de imagen- su discurso junto a la enseña patria española es serio y nada censurable; exactamente lo contrario del penoso video grabado por los jóvenes socialistas progres agraviando a José María Aznar.

Volvemos al planteo inicial.

En la acera de los francamente involucionados encontramos al diario El Mundo y su director, Pedro J. Ramírez, responsables de la fantástica teoría de la conspiración que descabalgó del poder al PP, acusando del 11M a ETA, y no al terror islámico, identificado con pruebas en la mano por el PSOE, como respuesta a la intervención española en la invasión de Irak.

Pese a la extrema flojedad de los argumentos presentados y lo burdo de la acusación contra la formación socialista, Jiménez y sus adláteres, voces que secundan la letra impresa por el nuevo Hearst español (recordemos que el verdadero maestro de Ramírez fue pionero inventándose guerras), han venido insistiendo puntualmente en lo que significaría la imbecilidad de nosotros, los votantes, y asimismo la más clamorosa del PP, al dejarse birlar el poder teniendo en la mano todos sus resortes para investigar a fondo el luctuoso atentado.

A la Conferencia Episcopal y sus obispos, dueños del espacio mediático que ocupa Jiménez (Losantos), y por lo tanto, responsables últimos de sus dislates y los ataques frontales al Rey demandando su abdicación (como no señala el ABC, responsabilizando al provocador y no a sus patrocinadores), le corresponde un destacado sitial entre los francamente involucionados.

A la canonización de 428 mártires de la Guerra Civil en Roma, el próximo 28 de octubre, y las protestas clericales contra la Ley de Memoria Histórica, que afectaría fachada e interiores de iglesias y parroquias, se ha unido la voz del cardenal arzobispo Cañizares en Toledo, señalando la debilidad del Gobierno con ETA ("uno de los peores cánceres que tiene España en estos momentos").

Deduzco que en su elipses plural, el vicepresidente de la Conferencia Episcopal alude a otros, que Jiménez (Losantos), Cristina López y César Vidal se ocupan de exorcizar desde las ondas herzianas que emite la COPE, en los tres programas punteros de la mañana, la tarde, y la víspera.

En auxilio de estas posiciones intransigentes, ante un Ejecutivo que retira el ramo de olivo a los terroristas, reajustando su represión atenta a la Ley, desembarca inesperadamente el navegante Artur Mas, brújula en mano, sosteniendo "que habrá que volver a hablar con ETA".

Ya lo había hecho hace un tiempo Carod Rovira, en Perpignan y a espaldas del Gobierno.

El colmo de la copla es que Mas la canta en la taberna del puerto sin morirse de vergüenza. Bueno, habrá que sepultarlo en las urnas...










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