Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

lunes, 29 de octubre de 2007

EL TRIUNFO DE LA CORPORACIÓN FAMILIAR

No acaparó el 50% de los sufragios pero le anduvo cerca. Y le bastaron para descartar la prueba del ballotage. Aparcada a 20 puntos largos de distancia, Elisa Carrió triunfó sin embargo en la Capital Federal; un feudo liberal y antiperonista.


A esa carta había apostado Elisa, distanciándose de una campaña de izquierdas, que en las elecciones pasadas le restó los diez puntos que ayer ganó. La mutación le permitió sumar algunos votos de derecha, arrancados a la agrupación del gobernador capitalino y Presidente del Club Boca Juniors, Mauricio Macri (no encabezada por él), y al desdichado López Murphy, acaparador del 1% de las papeletas.


Sin pelos en la lengua, el comentarista político Jorge Lanata sostiene que Cristina Kirchner no tiene un programa propio ni sabe lo que va a hacer. Su marido tampoco. Por instinto y tradición se distanció de Carlos Menem, adoptando medidas opuestas, con la ventaja de no verse atenazado por una dolarización económica que frenaba las exportaciones; en auge gracias a grandes mercados y sostenida alza de precios. Además, contó con Roberto Lavagna, una herencia a todas luces benéfica en el area económica. Lo demás, fue matizar subvenciones en el mercado interno, combinándolas con su respaldo a veinte grandes empresas (entre ellas, varias son españolas). De cara a los agentes sociales invirtió la ruta conciliadora con el pasado, ensayada por el último Alfonsín y durante toda la década menemista.

Es un peronista en el método, que regula su oportunismo y se adapta a cualquier circunstancia.

En algunas cosas es de izquierda y en muchas más de derecha. Su chance se agranda al no existir, como en épocas de Perón, un fuerte proletariado industrial ni un Ejército hegemónico.

En cierto modo lo tiene fácil. Se lo debe a Menem y la globalización.

El artilugio de situar a su dama reinando en el tablero es forzosa. Los Kirchner son una pequeña corporación propietaria de pisos, terrenos, con tradición en el manejo de la cosa pública y por ahora alquilan Casa Rosada. La tradición peronista de mover la dama, creada por el padre de Perón en las chacras patagónicas y reproducida por el hijo en el campo político en dos controvertidas ocasiones, permanece vigente en la tradición y el imaginario social.

Fomenta además el amor por la familia corporativa y voraz, sumándole el toque de equidad para con la mujer.


Con sueldos bajos y algunos trabajos que se agregan para llegar a final de mes, el 40 % de los argentinos "va tirando". El 20% supera holgadamente el listón, y el 10% vive en countries o en torres vigiladas. Son los ricos, y en ocasiones famosos. El 30% restante, come mal y vive peor, o en la lisa y llana indigencia. En cualquier caso, los Kirchner han conseguido erigirse en símbolos del combate contra el desempleo y de una cierta estabilidad económica. Si a ello sumamos el seguro respaldo de los más pobres y atrasados (los ricos y ellos fueron el respaldo de Menem), la ecuación ofrece la victoria de esta mujer sin importancia; al menos en sí misma.


En la esfera internacional, la posición de Argentina como país deudor ha mejorado sustancialmente. Crece sostenidamente y el superávit fiscal, unido a las exportaciones, aseguran un buen colchón de divisas y planificar con calma los pagos de su enorme deuda externa.


Los coqueteos con Chávez, así como las tibias relaciones con George Bush no sitúan la política internacional del país en un área de liderazgo en Latinoamérica, como de la que hoy presume el Brasil de Lula. Pero a Kirchner, no le interesa parecer un estadista ni liderar a sus vecinos. En éso, es más corto que Menem y bastante más patagónico que Juan Perón.


Poco importa. Mientras fluyan algunas inversiones, se exporte y se cuente con superávit le alcanza a los Kirchner; al fin de cuentas provincianos, metidos a gobernar un país por las circunstancias.


En el correo de mi portátil recojo un mensaje girado desde Buenos Aires. En él, una querida amiga, me dice.


"No estoy contenta. Yo quería llegar al ballotage. Es demasiado lo que se le entregó hoy a esta mujer. Pero en fin, ya estoy resignada. Este es un pueblo sin memoria y le falta educación."