Su rasgo principal es la crueldad. Luego es patético. Por último, un error de la Historia.
La
presunta del señor Rajoy amparado en su coral mayoría absoluta es una
nueva estafa a los ciudadanos. Ofrecerá el taimado avestruz
presidencial su versión triunfalista, en contraste con el
empobrecimiento generalizado, repitiendo los redundantes y absolutistas
sansonetes de siempre, mientras dispone lanzar nuevos ajustes (el de las
pensiones de es de aúpa y aquí te espero), acompañados(¡cómo no!) de alzas tarifarias en diversos rubros.
Quienes aguardan un aclaratorio sobre las presuntas sospechas de
corrupción y saqueo de los dineros públicos en el PP, del que Bárcenas
era una destacada pieza contable, esparciendo sobres y sobresueldos
millonarios -seguramente pactados con la cúpula partidaria-, no
escucharán del penoso y cruel notario, metido a realizar funciones que lo
exceden, una sola frase al respecto.
De hacerlo, todo el tinglado,
con él a la cabeza, se iría al diablo. Aunque si medimos a fondo el
deterioro político y moral del Partido y su Gobierno, concluiremos que
están acabados, creo que para siempre.
Podrán seguir haciendo de
las suyas un tiempo merced a la flojedad de buena parte del concierto
opositor, pero será cosechando nuevos odios que se suman a los ya
observados en la sociedad española, convertida en una caldera a presión
que quizá estalle -así proceden estos fenómenos- en el momento menos
esperado.
Al peligroso recalentamiento se le agregarán nuevos leños
por la vía de Bácenas, junto a otros destapes políticos y judiciales.
Cuánto más pervivan Rajoy y los suyos, el descalabro constante de la
moral pública, los derechos democráticos y la erosión de las
instituciones, será mayor.
La prensa internacional lo presagia en
sus portadas, mientras el ridículo señor Margallo (o Marcallo), pretende
vender una frívola imagen próspera del monumental desastre local y su
real trascendencia planetaria.
Por desgracia, ya lo he dicho, millones de paisanos lo vivimos en nuestras carnes...
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