El
drama español equipara los de Grecia, Irlanda, Portugal e Italia. Entre
Rajoy y Samarás o Passos Coelho no abundan las diferencias a la hora de
obedecer las leyes del Euro y el Bundesbank. Sin embargo, nuestro
patético y cruel mequetrefe y su pandilla neofranquista son más
corruptos que los del extraradio sureño. Si fuéramos un territorio más o
menos soberano, esta mafia ya hubiera
caído. Pero en la conciencia de muchos españoles pesa la idea de una
Europa unida, aunque sea regida por el imperio alemán. El Gobierno/
basura especula en tal sentido, con que su política es la necesaria e
irreemplazable. Será así, para sostener esta idea pervertida que resume
el paneuropeísmo. La alternativa pasa por desestimarla, enfrentándola
con vigor. ¿Qué nuestra deuda externa triplica el PBI anual? Entonces
habrá que desconocer la deuda privada, exigiendo quitas. Sabemos que la
global no podremos pagarla jamás. La banca alemana y los franceses lo
saben tan bien como nosotros. Aunque aprietan el torniquete empleando a
sus agentes locales para exprimir la vaca hasta que no pueda dar más
leche. Tal es el destino de las tierras del sur si no hay un plante.
Para que lo haya precisamos un programa claro, y líderes creíbles. En
estos momentos la sociedad española, al igual que griegos, irlandeses
portugueses e italianos tiende a despertar a esta realidad. Pero el
tiempo corre, y con sus vientos de tormenta, generando tifones y tsunamis avanzan raudos el empobrecimiento y la miseria. De momento es
difícil ser optimista, en tanto no desestimemos mayoritariamente seguir
atados a esta maquinaria mortal. Pero tarde o temprano habrá que
hacerlo...
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