Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

domingo, 14 de julio de 2013

ESCRIBIR Y LEER PARA CONOCER...


Escribo sobre lo que conozco a fondo. Siempre será insuficiente alcanzando la plena objetividad. Pero le ando cerca, porque me documento activando la metralla incesante de la reflexión. 

Mi actual libro Kindle sobre Perón -segmentado en dos partes- resume la fusión entre la novela histórica y el ensayo, sin desplazar el eje fundamental del personaje y su tiempo. En parte fue el mío, y continuará perviviendo en el conocimiento mientras mi memoria y grado de lucidez lo amparen. 

En su momento, ciertos miserables intentaron copiar mi esfuerzo. Cuando alguien pone el alma en lo que escribe, el ardid no da resultado. Imposible copiar un alma. Sin embargo esta labor, como casi todas las que llevo emprendiendo desde hace 17 años, sean novelas, ensayos o biografías, pasó de largo sin que buenos lectores llegasen a mis renglones. 

En el caso de mi "Perón", tanto en Argentina como en España fue así. En tierras del Plata porque, aún presas de sus emociones, no han desglosado la luz y las sombras del personaje. En España se explica por el desprecio y la simplificación que se destinó al controvertido sujeto. También, me atrevo a decir, al país de origen, considerado tercermundista aún hoy, junto al resto de Latinoamérica. 
La excusa justificando la incultura social, en periodos de prosperidad económica de flojo valor cultural y fiebre consumista, reconoce tal síntoma de insensata arrogancia. Es el factor que oculta un serio grado de pequeñez. 
Lo que se editó en España durante los últimos treinta años desvela, en general, ese síntoma de enfermedad. Uno de los que nos ha llevado a esta encrucijada, tan difícil de superar.
Al reeditar versiones en papel, corregidas y aumentadas mediante el soporte Kindle, no aspiro a remediar nada en este campo. Además, las cosas llevan su tiempo de cambio para mejor. De momento me doy la oportunidad de optimizar lo viejo, sumándole mayor calidad merced a la pericia y el estímulo de mi extraordinaria mujer. Ella, doctora en Literatura Hispanoamericana y co fundadora de la cátedra en la Universidad Federal de Río de Janeiro durante tres décadas, se hace cargo de las presentes ediciones, supervisando cada puesta en pantalla y facilitando la mejor lectura de las piezas.
Es un lujo que me llega desde las Américas, tan amadas durante y después de una larga estancia, en la que me formé, cultural y emocionalmente.
No hay en mi labor -creo haberlo señalado- intención alguna de fama o fortuna. Sólo el deseo  de comunicar. En principio lo disfrutamos ella y yo. Si las urdiembres comunes son útiles a la marcha de la Historia, los lectores del presente o el futuro acudirán a las mismas.
Uno de los grandes obstáculos para que ello suceda, es que pocos leen auscultando los renglones con ojo crítico. Es decir, para aprender algo que no saben y quieren saber. Todo depende del enfoque dispuesto en la lectura.
Y del grado de inteligencia emocional. Para leerme, acreditarla es requisito insoslayable, porque transmito emociones y criterios elaborados desde la conciencia y la inspiración, poniendo el acento en aquello que considero acertado, justo, y útil para avanzar despejando paisajes sombríos. 
La maravillosa complejidad de la existencia lo requiere, a menos que no busquemos ser cada día menos inútiles. 
Sólo ante ese desgraciado inmovilismo, tan frecuente, leer o visionar cualquier cosa será vivir en babia.

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