Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

martes, 16 de julio de 2013

LA NUEVA ETAPA



Los que lamentan el descrédito de los políticos profesionales ante los ciudadanos, no calibran desde la protesta y el creciente intercambio de juicios críticos y movilizaciones, el avance participativo de la sociedad civil, antes subordinada a las decisiones de la sociedad política. 
Con toda su tragedia inherente, esta etapa va cerrando un pasado donde se delegaban tradicionalmente funciones y poderes. 
En los grandes partidos nacionales (El PP y el PSOE) y locales (me refiero, sobre todo a CiU y el PNV) nadie parece entender esta significante mutación. Por eso, sobre todo en el Gobierno, se intenta desesperadamente la vuelta imaginaria al pasado inmediato. Lo mismo sucede en la oposición global y en una institución como la Corona. O en el nacionalismo catalán, pisando el acelerador de la independencia, que viene a constituir la fuga hacia adelante, destinada a retomar el control de fugitivos votantes.
Ante las catastróficas revelaciones del llamado Caso Bárcenas y las grotescas reacciones del PP, complementadas por el silencio o las pocas frases arrogantes de Rajoy, nos enfrentamos a un patético desajuste. 
Ellos no aceptan las claras mutaciones al alza de la base social, que afectan incluso a buena parte de sus permanentes votantes. 
Lo mismo sucede con la ejecutiva socialista y su jefe actual. La impotencia de los mandones de ayer, ejecutores activos y pasivos de crueles medidas que afectan hoy la economía y la sociedad, carece aún de una respuesta vigorosa y centralizada en un Frente Social, con cabezas visibles. 
Pero es un hecho que ni la cacareada mayoría absoluta, o la tibia oposición a medidas objetivamente criminales que esparcen sine die el paro y la miseria en el territorio, valen para retrotraer al manso sufragio, y la delegación de plenas responsabilidades a la vieja y corrompida clase política, a un ayer muerto. 
Y progresivamente enterrado en muchas conciencias.

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