Hace poco, el lacayuno carca mostró sus habilidades diplomáticas con Evo Morales.
Remitir
el concepto del país a una "marca" que se vende y se compra en el
marcado internacional, eviscerándole el tan menguado bienestar social y
esta tremenda corrupción, es propio de sujetos como García Margallo.
Ahora este vendedor de baratijas disfrazado de canciller, pretende que
creamos en desventaja económica al jefe de la banda, obviando las cajas
de puros y sobres que el Registrador de la Propiedad, en malhadado
ejercicio del Poder Ejecutivo, embolsó muy ufano merced a Lapuerta y
Bárcenas, en las últimas dos décadas.
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