Las huellas de la tragedia
La instancia de lamentos
por doquier desde las esferas oficiales en el atroz accidente de
Santiago, se superponen a los que lamentamos de verdad sus víctimas, y
las que sobrevivirán en medio de serias heridas y la mutilación.
Hay formas de morir que proporcionan los recortes salariales y sociales.
Estar en el paro es como hacerlo en la nieve. El hundimiento de la
sanidad pública acentúa este lúgubre
panorama. Y estos miserables, con el funebrero Rajoy a la cabeza,
pretenden con lágrimas falsas, destacar unas víctimas sobre las otras
menos visibles, capitalizando el momento para sobrevivir en el pantano.
Con relación a la luctuosa catástrofe en concreto, recordamos aquella del
subte valenciano, de la que surgen responsables. Habrá que mensurar en detalle si, a más del exceso de velocidad en una curva del trazado, hubo precariedad en
el servicio. Entre tantas podas estratégicas (el lamentable estado vial
de las fracturadas carreteras presagia nuevos desastre de magnitud), todo es
posible.
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