Lo único bueno de este filme es la labor de
Víctor Laplace encarnando esta vez a un Perón exiliado, meditativo y crepuscular.
Lo demás resume pobreza argumental, pocos medios y escasa documentación
sobre el núcleo sombrío del personaje
real, alejado de la luz que potenció su sentido de la justicia social.
Sin duda democratizador, aunque contrapesado por sus absorbentes ideas
autoritarias.
El arcaísmo del expatriado y proscrito madrileño lo resumen sus
custodios: "Isabelita" y López Rega. En ellos confió, destinándoles el
futuro de la nación tras su muerte. No sólo hizo eso. Las "Tres A" le
pertenecen, y el desatino criminal tampoco se enuncia en la cinta.
El edulcorado cuento
de la joven sastra, hija de republicano, al que ella identifica con su
viejo cliente, es bastante absurdo y deduzco, sirve para vender el
producto en este otro mercado.
En sus días madrileños Perón
frecuentaba amistades de extrema derecha, mientras su tercera esposa lo
hacía con la hermana de Franco. No quiero decir que fuese fascista, pero
incluso, sus simpatías con alguien como Rodolfo Galimberti y las
"Formaciones Especiales" no parecen casuales.
El problema que observo en las dos últimas entregas sobre el personaje en diferentes épocas es una idéntica mirada benevolente, remarcada por bandas sonoras horrendas.
Lo entiendo sin justificarlo. Ser objetivo con un emblema nacional, por
más controvertido que sea en el tiempo, es muy difícil. Pero si se
busca la verdad, hay que asumirla con todas las letras.
Creo que he
sido objetivo en mis tomos sobre el personaje; de ahí el título "Perón.
Luz y Sombras". Jamás he sido peronista, aunque sí obrero textil y
metalúrgico en Buenos Aires, viviendo además sus tres presidencias casi
al completo. Por esa razón creo entender el sentimiento que embarga a
muchos argentinos.
El gran mérito que nadie podrá arrebatar a este
militar y estadista, edificado en la voluntad y la pasión desde un
origen humilde que nunca olvidó, es haber equilibrado los factores de
producción al 50% entre el capital y el trabajo, incorporando una
legislación social muy avanzada. Incluso hasta en su breve presidencia
final llevó esos principios a la práctica.
Ningún sistema político
en el siglo XX igualó esos tantos. Del factor diferencial con otros líderes populistas tampoco documentan las dos cintas, visionadas en la
semana gracias a la información suplementaria de su existencia.
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