Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

jueves, 11 de julio de 2013

"PUERTA DE HIERRO. EL EXILIO DE PERÓN."




Lo único bueno de este filme es la labor de Víctor Laplace encarnando esta vez a un Perón exiliado, meditativo y crepuscular. Lo demás resume pobreza argumental, pocos medios y escasa documentación sobre el núcleo sombrío del personaje real, alejado de la luz que potenció su sentido de la justicia social. Sin duda democratizador, aunque contrapesado por sus absorbentes ideas autoritarias. 
El arcaísmo del expatriado y proscrito madrileño lo resumen sus custodios: "Isabelita" y López Rega. En ellos confió, destinándoles el futuro de la nación tras su muerte. No sólo hizo eso. Las "Tres A" le pertenecen, y el desatino criminal tampoco se enuncia en la cinta. 
El edulcorado cuento de la joven sastra, hija de republicano, al que ella identifica con su viejo cliente, es bastante absurdo y deduzco, sirve para vender el producto en este otro mercado.
En sus días madrileños Perón frecuentaba amistades de extrema derecha, mientras su tercera esposa lo hacía con la hermana de Franco. No quiero decir que fuese fascista, pero incluso, sus simpatías con alguien como Rodolfo Galimberti y las "Formaciones Especiales" no parecen casuales.
El problema que observo en las dos últimas entregas sobre el personaje en diferentes épocas es una idéntica mirada benevolente, remarcada por bandas sonoras horrendas. 
Lo entiendo sin justificarlo. Ser objetivo con un emblema nacional, por más controvertido que sea en el tiempo, es muy difícil. Pero si se busca la verdad, hay que asumirla con todas las letras. 
Creo que he sido objetivo en mis tomos sobre el personaje; de ahí el título "Perón. Luz y Sombras". Jamás he sido peronista, aunque sí obrero textil y metalúrgico en Buenos Aires, viviendo además sus tres presidencias casi al completo. Por esa razón creo entender el sentimiento que embarga a muchos argentinos. 
El gran mérito que nadie podrá arrebatar a este militar y estadista, edificado en la voluntad y la pasión desde un origen humilde que nunca olvidó, es haber equilibrado los factores de producción al 50% entre el capital y el trabajo, incorporando una legislación social muy avanzada. Incluso hasta en su breve presidencia final llevó esos principios a la práctica. 
Ningún sistema político en el siglo XX igualó esos tantos. Del factor diferencial con otros líderes populistas tampoco documentan las dos cintas, visionadas en la semana gracias a la información suplementaria de su existencia.

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