Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

sábado, 27 de julio de 2013

LAS VERDADERAS RAZONES DE UN HOMENAJE



La Revolución Cubana fue en su momento un rayo de esperanza para la América vasalla. Hasta entonces cualquier gobierno progresista al sur del Río Bravo era acusado de comunismo, y reemplazado por dictaduras militares oligárquicas y crueles, sujetas a la aprobación del Tío Sam. Tal fue el mérito principal de una gesta que los jóvenes de entonces creíamos avanzada, de lo que mandaba la Historia. No fue así. Tampoco para una isla que, si bien democratizó socialmente a los ciudadanos, edificó en el privilegio a una casta burocrática equivalente al estalinismo soviético; aunque sin sus expresas masacres. A cambio, la purga de largos períodos carcelarios, precedidos por torturas y coacciones tremendas a los opositores del Partido Único, ha venido señalando sin ambages la naturaleza tiránica y brutal del régimen.
No procede socializarlo todo, guiando a la población como si fuesen párvulos, eliminando toda forma de iniciativa privada. 
Los constantes fracasos económicos de Castro y sus sucesivos equipos fueron parchados por la ayuda soviética antes, y la de Venezuela desde que Chávez asumió el poder. Cierto es que, a diferencia de muchos países latinoamericanos no se observan en Cuba escenas de una miseria atroz. Pero el país no se desarrolla, y las gentes viven en la pobreza. 
Digna, dicen algunos. Aunque la pobreza misma es indigna para los seres humanos. Se señala el cerco comercial imperialista y el encono de Washington como razón del subdesarrollo; aunque en materia de educación y sanidad, la labor registre aspectos notables. Probablemente de ello haya que tomar ejemplo. No de muchas otras cosas. 
El presente homenaje de varios líderes latinoamericanos a la envejecida Revolución corresponde a una posición independiente respecto de las maniobras tentaculares de los EEUU buscando retomar posiciones geopolíticas, parcialmente conquistadas en México, Chile, Colombia o Perú, y plenamente en Honduras, República Dominicana y Paraguay. Desde luego procede, porque niguna de las neciones representadas por Evo Morales, Nicolás Maduro, Rafael Correa, Hugo Mujica y Daniel Ortega (el peor de todos) desarrollan experiencias como la cubana. Ni falta que hace...

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