El de Arturo Fernández llamando a votar al PP me parece bien. Está en su derecho de votarle y llamar a que le imiten. Pepe Sancho hizo otro tanto hace poco. La diferencia es que Arturo es un caballero y Sancho, además de alzar voces reaccionarias desde las tertulias matinales de Luís del Olmo, es un maltratador, según denunció la madre de su hijo.
En cualquier caso, la gran mayoría de artistas de este país votará a las izquierdas.
El señor Carod Rovira pide el sufragio catalán para condicionar el apoyo a ZP. Días atrás declaró que España nos había meado. Lo habrá meado a él; yo nací aquí, amo a mi pequeño país (dixit Artur Mas) y no tengo la misma sensación. Tampoco apruebo en otro compatriota que lidera un partido y cogobierna la Generalitat junto a los señores Montilla y Saura, un exabrupto de este tipo.
Durante sus veintitrés años de honorabilidad jamás Jordi Pujol (que sí es un hombre culto y centrado) echó mano de un recurso semejante para congraciarse con su base. Tampoco lo hicieron en campaña, los señores Mas, Durán i Lleida, Albert Rivera o su conmilitón Joan Ridao, bastante más fino y equilibrado en su independentismo.
Después, este admirador de la China Popular y héroes tan dudosos como el kosovar Thaci (alias La Serpiente), tiene el morro de exigir que se adecenten los planes de estudio para que nuestros jóvenes salgan de la indigencia cultural que hoy les sumerge.
La verdad, no creo que a este extremista le interese mucho la formación cultural, pues de ser así no emplearía ese repugnante lenguaje ni guardaría silencio ante las tropelías de los balilas de ERC o los maulets dels collons para con los candidatos populares, cuando ellos con todo derecho despliegan su proyecto autonómico en centros de estudio y ciudades catalanas.
De la torpeza españolista cercana in corpore al espíritu de la Grande y Libre propia del señor Bono ya supo dar cuenta Artur Más en aquella certera respuesta, de sentimiento a sentimiento, ampliamente comentada por la prensa y este Blog. En campaña vuelve a la carga sin variantes, de manera que agregar comentario al rebuzno es poco interesante.
En cambio, la intervención del señor Felipe González en los mitines de ZP aporta un nuevo ingrediente. El del insulto al señor Rajoy-del que luego se retractó- es uno.
Sus antecedentes de caudillo arrogante que una vez en el poder ni siquiera se dignaba a poner pie en las Cortes, son legendarios, y merced a penosas circunstancias por todos padecidas, terminó pagándolos muy caro su formación.
Ahora aparece en calidad de refuerzo a un candidato con el que nunca simpatizó...
La verdadera razón de este cariño súbito es garantizar a los bancos y entidades financieras que el izquierdismo del actual Presidente y sus audacias sociales no irán más allá de lo que convenga a la Europa Comunitaria y el curso de la Globalización.
Conociendo los vínculos del millonario ex Presidente con lobbies y corporaciones, fundamentales en la reciente designación que lo acredita [Mono] Sabio de este viejo continente, entendemos la jugada.
La misma contrapesa el respaldo que Merkel y Sarkozy (sumando el de George Bush en el penúltimo estertor) brindaron públicamente a la candidatura de Mariano Rajoy.
De paso, su figura revive ante los viejos votantes del PS la gran ilusión del ´82, cuando la mayoría absoluta era un hecho y la Alianza Popular de Fraga Iribarne -precedente histórico del PP durante la Transición- se arrinconaba en el arcaísmo que hoy reiteran sus descendientes. Intentando desesperadamente restaurar el poder perdido tras el desbarrancamiento [igualmente] arrogante del último, y hoy [también] millonario José María Aznar.
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