Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

domingo, 30 de marzo de 2008

LO INDEFENDIBLE

Es lo que intenta defender el director de El Mundo ante las malas perspectivas que para Jiménez Losantos cobra el pleito que le ha puesto Alberto Ruíz Gallardón.

Mediante un habitual salmo dominical -culturoso y abiertamente fariseico- que este domingo abarca dos páginas, vuelven a darse de trompicones las palabras y los conceptos, entregándonos un cúmulo de falacias.

El as de la Cope es una suerte de peligro público destinado a crispar el ambiente, propósito que hasta hoy consigue, pese a la derrota electoral del Partido Popular y su línea; concomitante con la del presentador.

En las soflamas que dirige de lunes a viernes entre las 6 y las 12 de la mañana, se suceden las descalificaciones e insultos más graves en la historia de la radio española.
Sus destinatarios son los rivales del PP o aquellos que en su interior no obedecen sus consignas. Entre los últimos destaca el Alcalde de Madrid; aunque las últimas cargas sobre Mariano Rajoy anuncien ataques de mayor magnitud; como pudo apreciarse el pasado jueves en su evocación del putrefacto cadáver itinerante de Felipe el Hermoso y el silencio que demandaba a las gentes Juana La Loca, conectado al silencio de Rajoy y su cadavérico (¿y putrefacto?) liderazgo.

Desde posiciones algo más suaves el señor Ramírez coincide con Losantos. Uno y otro detestan a Ruíz Gallardón y juzgan inadecuado el comando de la derecha por parte del registrador de la propiedad (de Aznar; o sea el PP).

Losantos ya perdió un pleito con Josep Lluís Carod Rovira. Tiene otros bastante gordos encima, pero el más sonado es el que procura disolver Ramírez recabando virtual clemencia a Gallardón.

El fondo de todo este contencioso se resume en la cierta alarma social que provoca el pleiteado. Es absolutamente falso que sea uno de los periodistas más cultos de España. En la base de la cultura cuenta el conocimiento enciclopédico, en tanto se funde en el respeto por el prójimo. Y este agitador de barricada carece del más elemental sentido del respeto por aquellos que no le agradan. En cierto modo, su psique equivale a la de un reyezuelo o dictador. No todos ellos fueron asnos; aunque sí emocionalmente tan primitivos como él.
Sus catastróficos mensajes patrioteros excitan a muchos oyentes suceptibles, estén a favor o en contra de lo que dice. El efecto es comparable a lo que consigue la violencia en las series televisivas o el mercadeo del corazón y su cortijo de lúmpenes famosos, flagelados cínicamente por periodistas sin escrúpulos.

Un sentido nihilista de la existencia, donde la esperanza en un mejor mañana permanece ausente, mientras el presente yace hundido en el fango de la politica venal, comportan el mensaje básico de la Cope y su pequeño César.

No digo que tras escucharle cualquier marido resuelva quemar viva o apuñalar a su mujer, o que dos automovilistas se líen a balazos luego de colisionar. Pero es obvio que semejante espacio no favorece la concordia universal; y menos aún la territorial en una nación que comprende otras.

En un Estado donde la cultura es un bien escaso, la mala digestión de estos contenidos incendiarios arriman fuego a la mecha del polvorín.

El daño enorme que han causado las maquinaciones de Ramírez y las soflamas de barricada propaladas por Losantos a una derecha democráticamente necesaria, condujo a su aislamiento absoluto; mayor aún que el padecido por la vieja Alianza Popular.

De haber ganado un PP carente de voluntad pactista las elecciones, sin mayoría absoluta, no hubiese podido gobernar. Es que la única utilidad de una estrategia aislacionista contando con una base de masas (y el PP la acredita) es la que favorece el golpe de Estado militar. En democracia, no sirve al propósito de quienes la esgrimen, sino a sus oponentes.

El triunfo socialista es, en gran medida, el tributo otorgado por la mala estrategia enemiga. Losantos y Ramírez son responsables de haber servido en bandeja el script de la misma.

Ahora, ante la que se le viene encima a este Frankenstein del eter -por la especial significación que un fallo judicial a favor de Ruíz Gallardón tendría en el presente impasse del PP- sale su creador a defenderle con uñas y dientes de papel amarillo.

De poco vale el recurso, por tres razones. Una, porque su criatura mediática y faldero de los obispos, es indefendible en meros términos éticos. Dos, al haber injuriado sostenidamente a un político honrado y competente durante mucho tiempo. Tres, al significar tan poco este pseudo alegato, latoso, confuso en su formulación, y ante todo falaz.

Otro más con el que envolver el pescado del lunes...








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