Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

domingo, 9 de febrero de 2014

VICTORIA OCAMPO Y ALBERT CAMUS


A Victoria Ocampo, legendaria alma mater de la revista "Sur", la fascinó el "Calígula" de Albert Camus. Tras comprar los derechos y publicarla en Buenos Aires se encontraron en Nueva York durante la inmediata posguerra. Luego en Villa Ocampo, mansión bonaerense de la editora y escritora, donde residió el autor un par de dias, y después en París. A diferencia de la pasión que vinculó a Victoria y varios personajes en los años ´30 y´40, con Camus las relaciones fueron amistosas, y algo distantes por parte de él. Los separaba una concepción del mundo.
Así lo revela este diálogo postal rescatado en el tiempo, que ella documentó.
"...Qué extraño. Hay algo en usted, una clase de apertura al mundo, una mirada ávida dirigida al mundo entero, como de un atísimo acantilado, que no es precisamente francés. No es el mirar francés encerrado en su propia percepción. Es el mirar del que busca perfecciones ajenas todavía, allí afuera"
-Él me contestó, medio en serio, medio en broma:
"Olvida usted que no soy francés. Soy africano".

Camus había nacido Pied-noir en Argelia. Ese era su "Altísimo acantilado", de corte universal. Además, por aquellos años, Albert Camus vivía un apasionado idilio con la actriz e hija de republicanos españoles María Casares. De manera que la broma, era en serio.

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