Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

lunes, 3 de febrero de 2014

LAS MALDITAS HERENCIAS DE LA TRANSICIÓN


Mi hartazgo ante la ausencia de polémicas fecundas en España crece. En los programas mediáticos o artículos periodísticos se reiteran conceptos sin profundizar en la Historia para abonarlos. Tertulias "de izquierda" presentan números vivos de rondó, en los que coexisten voces de protesta con personajes cavernarios, esgrimiendo un lenguaje y conceptos bárbaros. Fuera de las claras imposiciones de los propietarios de los medios y cadenas de TV, en relación con estas indeseables presencias, constantes y grotescas, existe en el trasfondo una cultura tardofranquista, de la que participa buena parte de la izquierda española y su sociedad. Viene a constituir una suerte de ADN colectivo, que el presente drama empieza a desdibujar.
Fórmulas televisivas como las de "Al Rojo Vivo ", "Las Mañanas de la Cuatro" o, "La Sexta Noche", e incluso a veces en "El Intermedio" (el mejor espacio de todos) se reitera la manida fórmula, diversionista, en la medida que los mensajes de los derechistas de pago, representantes del poder, ocupan parte de esos espacios sin que la mayoría de tertulianos de izquierda aporten algo útil, más allá de las denuncias de corrupción y los justos ataques al gobierno. Siendo necesarias, no alcanzan a complementarse con iniciativas unitarias de mayor brío.
La cultura de la "Transición", basada en la desmemoria colectiva sobre las lacras vivientes del franquismo, la masiva decapitación autocrítica y la aceptación del Estado monárquico, por más constitucional que pretenda acreditarse, rige el comportamiento generalizado. En ese sombrío marco, los debates parten de una débil base conceptual, tara que desvelan muchos artículos en los medios virtuales, menos sujetos al tácito código vigente; aunque poco innovadores.
La ausencia de un espíritu emprendedor, tendiente a organizar una salida avanzada a esta crisis brutal, causada por la débil estructura productiva y el paneuropeísmo dominante, arroja este saldo, rezagado en relación con la actual emergencia de la sociedad civil.
Una élite intelectual no se forma de la noche a la mañana. La hoy existente carece del vigor intelectual y emocional acorde con las circunstancias. El artículo de Vicenç Navarro en "Público" ha reflejado mi propio criterio, mitigando en algo la soledad que viven mis conceptos y ponencias. Es que aunque viva en Brasil, no me fui de España. Lo que se lleva en el corazón no se pierde en vida.

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