Ayer
en la Villa de Madrid, quedó embotellada la Revolución Francesa. Sí. Ya
saben lo referido por la increíble alcaldesa de la villa, Ana Botella, la
consorte del prominente expresidente Aznar, fervoroso del comercio de
armamento y las guerras, sobre el magno salto histórico. Para ellos
(deduzco que ambos opinan igual) fue algo horrible y luctuoso, digno de
condena. Es lo que piensan sobre la
Libertad, la Igualdad y la Fraternidad. Así son de retrasadas estas
herencias vivientes de la Inquisición y el franquismo. Las fobias
encapsulantes y antisociales, van de la mano con la ignorancia más
cerril. Es la característica de la extrema derecha española,
subrepticialmente disfrazada de centrista en épocas no muy lejanas. Las
actuales son más reveladoras de sus rudimentos. Ahora, los asnos
rebuznan. No tengo nada contra la especie y sus rebuznos, pero los que
cobran forma humana emitiéndolos, son menos útiles, simpáticos, y
bastante más prescindibles.
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