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domingo, 23 de febrero de 2014

LA TRAMA Y EL MONTAJE DE UN RÉGIMEN HÍBRIDO


Acabo de visionar el programa de Jordi Évole sobre el 23F. El final en suspenso es una concesión al régimen. No podía ser de otra manera. Pero la veracidad del armado que reune al detalle todas las piezas, complementada por los testimonios vertidos, no dejan sombra de duda sobre el montaje efectuado con el fin de reforzar la Monarquía Constitucional, no votada por los ciudadanos.
La exaltación de la figura de Juan Carlos Borbón i Battemberg fabricó un heroe -ya lo dije antes en otros artículos-, validando su figura como defensor de la democracia transicional. En verdad, un híbrido. El empleo del reaccionario y aburrido José Luis Garcí (premiado luego por un comprensible "Oscar") para montar esta película real, llena de complicidades, entre ellas la del Departamento de Estado y el PC local, con el visto bueno del Kremlin, señala la gran estafa perpetrada y el reparto político posterior, de naturaleza caciquil, una vez eliminado el molesto Adolfo Suárez, otro ex valido de Franco. Para ello bastaba Juan Carlos I, designado heredero por el dictador. La consecuencia de esta sucia maniobra, medrando con el temor público a un retorno no deseado, hundió por más de tres décadas la memoria histórica, embastando al franquismo sobrevivido, y los jóvenes ambiciosos del PSOE y el PP en un sólo mazo de baraja. Luego llegaron el voto aborregado, la alternancia de la derecha y los socialdemócratas de baja densidad en el poder, junto al atraso cultural de un país sin memoria ni industria competitiva, aferrado al turismo, y luego al ladrillo.
La adhesión a la OTAN y la posterior al MCE se realizó desde la dependencia de Alemania y Francia, con el visto bueno USA. El resto lo vivimos hoy en nuestras carnes. Paro brutal, atraso cultural permanente, empleos precarizados y devastación del espacio público y los previos beneficios, o concesiones para salir del paso.
Ante crisis semejante de deuda soberana, pública y privada, y la sujeción a los dictados del Bruselas y el IV Reich, los antiguos políticos se arrancan la máscara de la bohonomía para desatar lo que les venía pidiendo el cuerpo: enriquecerse a espuertas con el dinero público bajo la extrema protección del Estado parafascista, desde el poder o la oposición, junto al silencio absoluto del arco partidario, desde la derecha hasta la izquierda, mientras hoy, los jóvenes de esta España arruinada y víctima de varias traiciones, emigran, y los viejos sucumben en la miseria, la mendicidad, la muerte o la obediencia al "amo". Ese término despreciable, fruto de relaciones feudales que parecen volver a imperar.

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