Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

domingo, 9 de diciembre de 2007

LAS MALAS ARTES

Lo que a veces escucho o leo, refleja mentiras y ponencias orales o artículos, que tergiversan sutilmente la realidad.

Éstas son las malas artes.

Jiménez Losantos es brutal; aunque directo. Ora disparatado, ora abiertamente malvado, pero la evidencia plena de sus dichos le acompaña la paradeta. Es caixa, faixa, o facha. Pero nunca ambiguo. Va de frente.

Otros en cambio, funcionan empleando la corriente alterna.

Por ejemplo, Javier Ortiz.

Este periodista -emigrado desde El Mundo hasta las páginas de Público- no puede ser más ambiguo.

En realidad, sus artículos invitan a explorar el doble vínculo en los mensajes.

Voy a su opinión sobre la masacre de Capbretón y me encuentro con "un tiroteo". Repaso el artículo de hoy sobre ETA y la pálida manifestación madrileña, y se reitera con mayor sutileza el handicap que otorga a los que matan por la espalda.

En palabras de Ortiz, son "una organización armada". No una banda terrorista, criminal y asesina.

Desde que este falso rebelde apacenta en el nuevo periódico, ni una sola vez los ha condenado.

Hoy dice que "ETA no representa para el conjunto de la sociedad española un mal tan preocupante como algunos pretenden", centrando las angustias que nos aquejan en el costo de la vida, los malos transportes, la violencia barrial y la inseguridad ciudadana, o el coste del petróleo.

O sea, nos acribillan a balazos a otros dos chavales en la flor de la vida; que encima nos protegían desde una misión en Francia, y al caballero ni se le mueve un pelo.

Si ETA no preocupase tanto a la sociedad española (y ahora a la francesa en la persona de Sarkozy), los topetazos entre los que negociaron fallidamente con el terrorismo y los halcones del PP, serían una mera historia de SiFi.

Parte de la inseguridad ciudadana que nos obsesiona (me refiero a la más cercana) es la que puso fin a la vida de dos jóvenes ecuatorianos en Barajas. Podrían haber muerto muchos más.
En la Estación Atocha no fue ETA, pero da igual. Casi doscientos muertos y mil quinientos heridos arrojó el atentado criminal de otra "organización armada".

¿O no los definirías así emparejando tecnicismos, Ortiz?

Bonito lenguaje el que emplea este antiguo columnista del involucionado Ramírez, para arropar en una definición neutra a pistoleros y terroristas. De paso menciona "el tiroteo" de Capbretón, en vez de retratarlo cómo lo que fue: un fusilamiento.

Raúl y Fernando no iban armados. El opinante les inventó unas "pipas" para no reconocerlo y pasar mejor su contrabando literario.

Sin embargo, al titular hoy su columna "La espalda es una opción", justificando la ausencia de masas en la concentración (realizada por "mal avenidos") de repudio al terrorismo, como futura estrategia para ningunear a ETA (argumento que oscila entre el delirio y la estupidez), Ortiz nos revela la opción verdadera de la banda criminal.

No es otra que la del tiro en la nuca y la bomba oculta de los que operan a nuestras espaldas.

Lo que justamente cabe, hoy mas que nunca es enfrentarlos; y vencerlos en medio de su actual agonía.

No, el obsequiarles flores ni floripondios. La indiferencia ante el terror lo estimula. Esto no es una pelea barrial ni un pulso de indiferencias. Luchamos contra la última banda terrorista de la Comunidad Europea. Feroz enemiga de la democracia y sus laboriosos ciudadanos.

Pese a las malas artes de los que pretendan hacernos creer otra cosa.


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