En confiada charla off the record con Javier Arenas, el señor Rajoy ha manifestando el más absoluto desprecio por las Fuerzas Armadas, al definir como coñazo su asistencia al desfile de efectivos militares que debe presenciar mañana, Fiesta Nacional del 12 de Octubre, en el Paseo de la Castellana.
Claro, "los soldaditos" que desfilan en Madrid o se juegan el pellejo en Afganistán no cuentan cómo tales a la hora de capturar votos. No sé, a ciencia cierta lo que ganan los soldados rasos u oficiales de este nuevo Ejército de voluntarios, aunque supongo que en ningún caso la paga debe alcanzar la Luna, o lo que gana un ministro, congresista, alto funcionario, o cargo rentado de un gran partido como el PP.
Para muchos políticos -y el señor Rajoy pasa a destacar desde hoy entre ellos- los efectivos que resguardan nuestra seguridad en áreas específicas (pertenezcan a las Fuerzas Armadas, la Guardia Civil, la Policía Nacional o los Guardias Urbanas), equivalen a los mozos de cuerda o la maestranza.
De ahí que le traiga al fresco el hecho de que estos servidores públicos desfilen orgullosos de su labor -con frecuencia riesgosa, y con un larguísimo historial de víctimas detrás- por las avenidas, flanqueados por hileras de ciudadanos que les estiman y respetan mucho más que él.
Durante la previa campaña electoral, otro micrófono abierto capturó cierto comentario de ZP, deslizado a un periodista.
Pues bien; por si no se enteran, este otro es mucho más serio y grave.
No hay comentarios:
Publicar un comentario