La foto, pletórica de vigor, es del año pasado; Esperanza, la de siempre.
Transida de liberalismo, la lideresa madrileña ha justificado a su admirado José María Aznar, en la conocida descalificación de los ecologistas y el cambio climático; sospechosos ellos y el fenómeno de arrimarnos al comunismo. A este desaforado émulo de lo que ni el mismísimo Joseph McCarthy se hubiera atrevido a desacreditar, en nombre de su famosa cruzada, le respalda la señora Aguirre i Gil de Biedma, esgrimiendo el siguiente argumento, digno de una novela de ciencia ficción.
"Son más importantes los individuos, los seres humanos, que el propio planeta."
¿De ser así, en cuál vive ella?
¿O es que tal vez piense que los individuos, seres humanos invocados con místico deje madrileño en su deposición, nos realicemos (puro espíritu) en el vacío sin polucionar en lo más mínimo el entorno material?
La levitación mental, síntoma evidente de una paranoia que aqueja a nuestro ex Presidente, parece haberse cobrado en su arrojada defensora, una víctima más...
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