Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

viernes, 18 de abril de 2014

LOS TIBIOS DE LA MARGEN IZQUIERDA

    
                       El reptil de Marhuenda, desenroscándose.

Desde Rio visiono espacios españoles donde los sátrapas que ampara el poder realizan el miserable discurso de siempre, mientras los que disienten, aceptan el juego canalla de ser atacados y ofendidos sin proclamar toda la verdad a viva voz. Que, por ejemplo, el gobierno de Rajoy enferma y mata en nombre de una patria falsa, traicionando la auténtica. También esto me indigna. En la mañana de hoy, desde la tertulia matinal de "Al Rojo Vivo", el energúmeno Francisco Marhuenda desarrolló su compulsión paranoica a paladar, estremeciendo su prepotencia niguneadora a la desdichada Cristina Pardo, moderadora que reemplaza las vacaciones de Antonio García Ferreras en Semana Santa. No se inmutaron, en cambio, Javier Aroca (algo gritón (aunque según él "con cariño"), Fernando Berlín (siempre cortito) y el inefable senador socialista por Madrid, señor Antonio Carmona, respetuoso de la Constitución y "el diálogo". Todos socialdemócratas, alguno más a la izquierda que los otros, sonreían y fraternizaban en líneas generales con el abyecto lacayo de Mariano Rajoy, dirigiéndole certeros estoques de esgrima...con punta de material plástico. 
A menudo pienso, que la desmemoria oficial ha extendido a buena parte del sector grandes dosis de indignidad. Cómo y por qué aceptar mansos los ataques de un felón, hidrófobo y machista de la calaña de Marhuenda, al que millones de ciudadanos aborrecemos? Tanto vale salir en la tele del señor José Manuel Lara, su patrocinador en "La Sexta' y el diario "La Razón"? Quienes creen que las verdades tienen un límite y hay que obedecerlo para salir en la foto, ensayando un tibio discurso, por el que cobran unas monedas, se equivocan. La gente en España se manifiesta a diario sin remilgo alguno, pese a las amenazas de todo tipo. Lo contrario de estos caballeros, tan "democráticos" y transicionales. Ante un elenco de personajes siniestros que detentan el poder, señores, no caben florituras, ni carantoñas, ni nada que deje de significar otra cosa que desprecio y señalamiento. El poder de los medios existe, y es sin duda significante. Aguardo por ello que pronto desaparezcan los tibios y las tibiezas heladas que apaciguan, operando como válvula de escape ante la creciente indignación popular, barridos por el vigor incomparable de la verdad en paños menores. Quiero verlo desde donde sea, con todas las fuerzas de mi alma...

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