Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

martes, 12 de febrero de 2008

VILEZAS II

La de Alfredo Pérez Rubalcaba tachando de peor titular de Interior a Mariano Rajoy desde la Transición, es de juzgado de guardia. El interés de su amnesia política oculta el sórdido ejemplo de José Barrionuevo y la etapa de los GAL, cuando el señor Rubalcaba era portavoz de Gobierno.
A más de aflojar seriamente los muelles de la memoria ante el peso de la realidad, la falta de autocrítica potencia la desvergüenza.

Otra vileza más cotidiana, sin cadáveres ni desmemoria, corresponde al señor Albert Castejón, durante el programa Espejo Público, tras relatar la presentadora Susana Griso el luctuoso periplo de un chorizo de origen magrebí, ensartado en las verjas del Retiro madrileño al intentar fugarse saltando la filosa valla de hierro portando un ordenador portátil robado minutos antes.

Por fortuna sólo le pilló la pierna sin seccionarle la arteria femoral; gracias lo cual la policía y los bomberos pudieron liberarlo aserrando el filo, para enviarle al hospital y luego plantarlo algo cojo ante el juez.

Mientras las imágenes de las fuerzas del orden y el ladrón herido compartían pantalla, Castejón exclamó "¡bendita verja!"

El desafortunado comentario del colaborador, retrata el alborozo de los que apoyan la Ley del Talión, representada cabalmente por la pena de muerte o la flagelación árabe.

Mientras, la Griso reía complacida, como si todo fuera una ejemplar fábula de Esopo.

El frustrado sujeto acreditaba varios robos, aunque poco importa.

La vida o el dolor humanos no pueden ser motivos de diversión. El hecho de que el amigo de lo ajeno proviniese del Magreb agregó el soterrado toque racista al relato.

Quizá esta gente hubiese moderado el instinto punitivo si la pierna ensartada en el hierro perteneciese a uno de los nuestros.

Antena 3 se salta controles de calidad emitiendo sus espacios frívolos. A las temeridades de El Diario de Patricia se ha sumado ésta; inferior en tragedia a la de Svetlana, sin que por ello quede libre de nuestra condena en lo referente al decoro y la ética que deben observar los espacios de TV en cualquier horario.

Espejo Público no sólo reflejó esta vez imágenes del dolor. A ellas sumó el mal ejemplo brindado por sus animadores.

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