De profesión enseñante y con vocación que desborda aulas, Eduard pone al alcance de nosotros su interpretación de la ciencia económica, aplicada a la realidad.
Aunar esfuerzos con un amigo no es fácil. Pero de entrada lo hemos conseguido, al compartir criterios y experiencias vitales del pasado fundiéndolas en el presente.
Eduard y la sensitiva madre de sus hijos integra el plantel de un IES vecino a los Pirineos.
No es casual que, en este centro el administrativo sea doctor en Historia, el Director imparta Matemáticas y a su vez sea licenciado en Historia, y el secretario sea un titular de Tecnología interesado en que sus alumnos aprehendan la Historia de la Ciencia.
Hay más. La profesora que comparte seminario con Eduard y su mujer, cuela en el programa La Historia del Cine; otra de las que imparte Lengua Castellana es una poetisa de aúpa, y entre las Ciencias transmite la suya un humanista de apreciable cultura.
En Historia y Arte no se quedan atrás los dos profesores, que además, son excelentes personas.
Se comprende entonces, que Eduard cuente para un emprendimiento que había aparcado en los años ´90, con el estímulo ambiental necesario. De ahí que sus artículos reproduzcan el consiguiente estado de ánimo, agregado al dominio de la economía.
Desde mi soledad de lobo estepario lo envidio. Por el medio que disfruta, la familia que consolidó y el manejo de estas difíciles coordenadas.
Aunque por encima de esa envidia, ante todo sana, lleve, a él y a todos los citados en la mismísima entraña del corazón.
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