Visiono
La Cuatro, y en ¡¡Te vas a enterar!!, el mejor espacio de la tarde, me
enfrento a dos "periodistas" que defienden al amigo de pupitre de José María Aznar, Miguel Blesa, hoy de nuevo tras las rejas. La descomposición
periodística, atacada de venalidad en su ala derecha, no tiene
precedentes.
El día que los pagos secretos que reciben quienes,
desde los periódicos, emisoras y cadenas de TV, proclaman defender la
libertad del prensa -en nombre de la estafa,
el saqueo y el continuo destrozo del espacio público, junto a los
derechos sociales y laborales- vean la luz, se oficializará lo que todos
intuimos.
Anoche, Eduardo García Serrano defendía a Franco desde
"Intereconomía", resistiendo compararlo con Hitler y Stalin, ante una
diputada de Izquierda Unida. No hace falta acudir a este fascista para
retratar lo peor del periodismo en España. Otros son algo más
sofisticados y, sin mencionar al dictador, defienden a este horrible
gobierno, tan cercano a su memoria. Con eso basta para saber de qué
plato están merendando. Francisco Marhuenda es el más abyecto de esta
subespecie; aunque no es el único. Comporta largo y frondoso el listado
de canallas. Comprende varones y mujeres fácilmente identificables en
estilo, figura y voz. Los argumentos son pancartas conformistas,
instando a aceptar los hechos que esparcen la miseria como si fuera
azucar, sin remisión. El problema es que se mezclan con otros opinantes
no contaminados por el soborno en varias tertulias, empobrecidas por su
participación, de radio y TV.
Luego, no hay debates. O de haberlos,
la pérdida de tiempo negando las tretas, los tópicos y mentiras de
siempre, provoca fatiga en quienes asistimos como testigos silenciosos
al pobre espectáculo.
Por esa razón, y salvando alguna excepción,
cada vez más desestimo perder mi tiempo. Porque el tiempo es oro en
materia de conocimiento y reflexión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario