Llevo
treinta y una temporadas viviendo en España, a las mismas sumo cuatro
años de primera infancia, continuada en Buenos Aires.
Este fue un
país magnífico para desarrollar una carrera literaria, con todo lo que
ella significa en mi caso particular. También me asombró la capacidad de
edición anual de libros. Más aún la masiva ausencia de lectores
cualificados.
Días atrás, Juan Marsé señalaba que
sólo uno de cada tres españoles lee un libro en su vida. Que los
compren significa poco. Además, hay que ver lo que compran y su razón
verdadera.
Una pluma poderosa tiene muy pocas chances en este país;
aunque el despertar social prometa cambios a mediano plazo. Algunos
seguidores de Face desean éxito a mis publicaciones Kindle. Las
agradezco de corazón, estimando sin embargo que, a fuerza de costumbre,
fuera de lo que escriba en el muro y en tanto no sea extenso, o complejo
para el entendimiento, no me leerán.
No hay comentarios:
Publicar un comentario