Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

martes, 25 de junio de 2013

EL PODER ESPURIO

                               
 José Ignacio Wert. Ministro de Educación y Deportes, con un 1,75 % de estimación pública. Uno de los sadomasoquistas más notorios del Gobierno español.

Hay personajes que han nacido para ejercer poderes espurios en medio del repudio generalizado.
El Gobierno de Rajoy y su partido son pródigos en clamorosos ejemplos del tenor, empezando por él mismo. Sin embargo, otros miembros de la formación, apalancados en las cámaras y los ministerios concitan un odio público aún mayor. Me refiero, entre otros especímenes, a Wert, Mato, Montoro, Bañez, Cospedal o Floriano. También a Bárcenas, hoy peligroso apestado por los candentes secretos que guarda en la recámara de su archivo letal.
En todos los casos, asistimos a personalidades fracturadas por el doble vínculo que establece una cumbre aislada y dolorosa. El dinero a espuertas integra el turbulento ritual practicado, pero eso no les blinda de un sentimiento que oscila entre la arrogancia y el autodesprecio. O sea, los ingredientes típicos del cóctel sado masoquista en la naturaleza humana.
Aunque procuren blindarse mutuamente y mediante los poderes a los que sirven, el rechazo ciudadano, manifiesto en las pitadas y abucheos multitudinarios que reciben a su paso, siempre bajo custodios, los enfrenta a la realidad. Esquivada desde una vida privada que cada día lo es menos, cobrándoles abultada factura en la esfera íntima.
El fracaso de la indecente política económica, patente en sus resultados sociales y productivos, no revela sofrenarles el cometido. En el fondo, los gobernantes actuales de España son unos mandados de guión previamente escrito, no por gran parte de sus votantes, sino la de sus mandantes, vernáculos y foráneos.
Aunque un tipo como el deslenguado Wert, espía mediático de toda la vida por cuenta de gente encumbrada, disfrute como un gusano con lo que está perpetrando, y Montoro se convierta, a sabiendas, en el torticero bufón del Gabinete, la relación social con los principales actores de la Educación y la economía doméstica -los supuestos feudos competenciales de ambos- está rota para siempre.
En verdad, todo el Gobierno, sus alfiles, caballos, peones y burros en cámaras y gobernaciones, están quebrados en estimación de voto y perspectivas de futuro. Fingiendo creer lo contrario, muchos aspiran a duplicar la legislatura.
Esta clase de fantasía deviene en recurso grandioso-patológico destinado a sobrellevar la ruina moral, cuando los recursos materiales cuentan, pero su potencia real es la de una mísera bombilla de 40 kilovatios a punto de petar.
Esto pasa cuando desde el puente de mando se estafa y sangra a los ciudadanos, procurando tapar miserias que se incrementan en volumen y hedor todos los días, sin que los loros de siempre y medios tarifados impongan el aplauso de la rendida admiración a la mayoría de habitantes de esta tierra.
Visto el panorama, llegará un momento en que tanta basura los sepultará a todos como lava de volcán.
El manto de los poderes espurios y corruptos es siempre el mismo. Simular ignorarlo no significa evitar el colapso final...

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