La vice de Rajoy y la Canciller del
Bundesbank que, de paso sirve al poder financiero mundial, intercambian
babas en Berlín. Al parecer, la pétrea Merkel está encantada con la miniatura y su
jefe/ trasto. Aplican los recortes y vertidos de sangre laboral
apropiados, mientras la ex becaria jura por su triste vida que el
Gobierno que integra "seguirá haciendo los deberes". Santamaría, esa
mezcla de muñeca de bazar y novia de "Chuky", está muy contenta en la foto. El mérito acompaña esta turbia felicidad.
Hay que admitir que esta abogada del Estado se esforzó para llegar donde está. A costa claro, de
que muchos ciudadanos españoles no puedan llegar a ninguna parte...
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