Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

viernes, 2 de octubre de 2009

EL PUNTO DE INFLEXIÓN: LA HORA DE LA MENTIRA.


La Presidenta flanqueada por el gobernador ex kirchnerista, y la cuñadísima, igualita al marido.


Ayer la señora Fernández rechazó a la distancia los cortes de ruta de los obreros de Kraft.

Para salir en las fotos que difundieron las agencias internacionales sobre su escolta tutelar al depuesto Zelaya, o condenar al ministro terrorista (maquinador de la masacre de la AMIA durante la era Menem) de Ahmadinejad (títere a su vez de los clérigos iraníes de ultraderecha) no se privó de volar al Hemisferio Norte, exhibiendo progresismo a espuertas.

En cambio, ante la perspectiva de posicionarse ante la masiva movilización de los trabajadores que defienden sus derechos frente a la prepotencia e ilegalidad de la multinacional Kraft Foods -pitorreándose ante las resoluciones del temulento ministro de Trabajo, señor Tomada-, resolvió condenarlos sin desplazarse un kilómetro.

De repente, la dama se ha vuelto firme partidaria de la libre circulación de ciudadanos. Esta vez la apoyan los grandes matutinos que licenciaban los cortes de ruta de los sectores rurales.

La diferencia es clara. Los últimos servían a una causa reaccionaria aunque los pequeños productores llevaran razón. La patronal de Kraft, en proverbial actitud de clase, desconoce razones que la Constitución y las leyes de todos amparan. Han despedido delegados gremiales protegidos por el fuero laboral, junto a muchos activistas y obreros rebeldes. Son la vanguardia de un movimiento aguerrido que ocupó la planta de General Pacheco tres meses y hasta ahora no cejó en la defensa de sus derechos, sentando un precedente peligroso para el poder y buena parte de sus enemigos.

Lo señaló Moyano, perorando sobre la "ideologización de esa huelga", como si no conociésemos de sobra su ideología y la de los suyos.

El frente único objetivo entre los kirchner, los dueños de la tierra y los medios se ha plasmado en un periquete. Lo respaldan entre otros "humildes de la Patria" el mencionado gángster de la CGT, los funcionarios Daer, Delía, y probablemente Hebe de Bonafini, suerte de funcionaria "que se reiventa todos los días" según frase acuñada no hace mucho por la emperatriz del Bottox.

En realidad, Cristina Fernández define también su actitud de clase. Es una arrogante millonaria, socia nupcial y patrimonial de otro. Juntos han quintuplicado la fortuna inicial que acopió la usura, desde el poder. Es decir, han circulado libremente por multitud de negocios que la función pública facilita, aunque no proceda éticamente realizarlos; menos aún desde semejante investidura.

Los servidores públicos se han servido de los votos para perpetrar este atentado a la moral y la decencia de los ciudadanos desde cargos que no honraron ni honran, y ahora condenan la movilización de los que ganan apenas para vivir y reproducirse.

Dicen estos funcionarios y su corte de los milagros que son peronistas.

De los origenes de este movimiento a los días de hoy, las aguas bajaron turbias.

Según testimonia el pasado, el Coronel Perón se desplazó en compañía de su lugarteniente Domingo Mercante hasta Berisso en 1944, para respaldar las huelgas de los frigoríficos. Junto a Cipriano Reyes y muchos obreros recorrieron las calles encabezando la manifestación. Sus dueños, tan arrogantes (y anónimos) como los de Kraft Foods no daban el brazo a torcer. Los obreros y el "Coronel del pueblo" les ganaron la pulseada.

De Evita hay multitud de testimonios al respecto, pese a su actitud contraria al movimiento ferroviario, que al fin de cuentas era un servicio estatal pasible de ser utilizado por la vía del patriotismo.

El peronismo clientelar del presente dista de aquellos orígenes y muchas de sus tradiciones (mas contradictorias de lo que menta la leyenda).

La señora Fernández y su avieso consorte han manipulado algunas estos años, pero ante la emergencia de una clase obrera combativa temen el desmoronamiento del castillo de naipes montado en el último sexenio sobre las ruinas del menemismo y sus sucedáneos.

Una cosa son los antiguos piqueteros, otra una organización sólida templada en el combate fabril y la movilización callejera; contagiosa por cierto en un país castigado por una tajante división entre pocos ricos y muchos pobres.

Lo que abona el fértil territorio de una Nación es la justicia. Ahí está la raíz de lo "Nacional". Lo "Popular" es el factor interdependiente y por lo tanto no extrapolable; aunque algunos manumisos crean que la pancarta "nacional y popular" radica en las migajas ideológicas que les sueltan los transformistas de la política y la sociedad. Aquellos que salen al cruce de cualquier movimiento independiente. Lo hicieron tras el Cordobazo y la formación de sindicatos independientes de la podrida burocracia sindical peronista.

Los trabajadores de General Pacheco amenazan terminar con este paraíso de la gorronería y la explotación desde la dignidad de clase.

La Presidenta ha criticado al crítico cura Bergoglio, glosador de la miseria de las masas, definiendo su exclusivo pragmatismo para llevar a buen puerto el destino de los hoy excluidos por el sistema.

Desde luego, miente. En el fondo debe mentir hasta cuando dice alguna verdad. Pues a las verdades que no se sienten las desdicen los hechos.
La forma de combatir la contundente "realidad" de la miseria popular -o sea, "la verdad" única, según célebre frase del difunto Líder- es derrotando a los miserables. A todos. Por ahí se empieza.

Lo demás, se hace camino al andar.





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