Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

viernes, 9 de octubre de 2009

"LA VIDA DE LOS OTROS", LA SUYA Y LA NUESTRA.

No es la primera vez que menciona el filme. Ahora lo convierte en piedra arrojadiza señalando a los Kirchner émulos de la Stasi en materia de espionaje, cómo parte de otras vilezas.

Transformado en un demócrata ejemplar por obra y gracia de su pertinaz ambición, Eduardo Duhalde, ex de muchos cargos y pocos méritos toma la delantera en la carrera presidencial por suceder al matrimonio que actualmente detenta el poder. Vuelvo a destacar la importancia que cobra su paje cultural, señor Parentini Posse, en estos cultivados arrestos. Sin su oficiosa guía no se hubiese operado este claro avance intelectual en "El cabezón".

"La Vida de los otros", magno filme de Florian Henckel von Donnesmarck, narra la paulatina conversión de un espía de la policía política en épocas de control comunista de Alemania del Este, en virtual demócrata. El proceso de espiar sospechosos con vida afectiva mientras la de él no existe va ganándolo, en sintonía con las grietas que fisuran las últimas temporadas de un régimen oprobioso y condenado a desaparecer, junto al muro alzado dividiendo Berlín que vedó tantos años la ruta a la libertad.

"El de los Kircher es un régimen policíaco"- sentenció ayer en Córdoba el amigo de José María Aznar, tras aclarar que lo vienen espiando desde la línea telefónica y los micrófonos ocultos.

Estoy persuadido de que esta vez es unas pocas en la que no miente. Es más, afirmo que lo sabe por haber ordenado desde sus oficios y cargos diversos procedimientos semejantes, e incluso más tenebrosos. ¿Cómo sino podría haber saltado desde los balnearios municipales a esferas tan importantes en materia de fortuna y poder el bañero plebeyo?

La magia negra del peronismo y sus tradiciones lo hicieron posible...

No puede ignorar, desde luego, que la policía bonaerense, bajo su control permanente durante largas temporadas, registra el grado de corrupción y delincuencia más elevado entre los órganos estaduales.

Tampoco existen pruebas contundentes de que este reconocido "Padrino" del peronismo haya estado conectado al narcotráfico; aunque las sospechas siguen sin desvanecerse. En cualquier caso, parece difícil que su gran fortuna parta de las filigranas como abogado, o los meros negocios inmobiliarios. A ello suma su fidelidad política durante casi diez años a Carlos Saúl Menem, otro prominente hombre de Estado (que casi lo hunde para siempre).

La olla podrida del peronismo en versión mafiosa ha conocido las múltiples cocciones de una larga trayectoria clientelar en los últimos veinticinco años.

Al frente del Gobierno tras el estrepitoso derrumbe de la gestión aliancista y el breve aleteo de Adolfo Rodríguez Saa, el poderoso visir de Lomas de Zamora es responsable de la tan gravosa pesificación, y luego, del arribo al poder por parte del estrábico Nestor Kirchner y su pandilla (futura Presidente incluida).

¿Qué credenciales, aparte de su insaciable sed de poder, ofrece a la Nación el demócrata de última hora? ¿Cómo osa compararse con los espiados del filme que menciona, gente honesta aunque debilitada en el concierto social autoritario impuesto por un abominable sistema?

En el fondo, el veterano espía y manipulador propone otra fórmula de gestión estatal que esta vez reparta turnos de gestión con los restos de la UCR. O sea, un pacto de "Punto Fijo" a la criolla, donde el trato entre "cavalieres" sustituya la voraz logrería de los que hoy cortan el bacalao, por negocios más equitativos.

Me refiero a la señora -inquieta por la libre circulación de ciudadanos- que lo espía a él, gusano de la manzana resuelto a pudrirla, desde los pininos hasta ahora.

Charlando hace poco sobre el decenio de Menem, me decía un conocido: "La diferencia entre "El turco" y estos otros, es que uno devolvía favores, estos otros no te dan nada y a cambio exigen sumisión total".

No es del todo cierto. Qué lo digan sino los "gordos" de Moyano, las madres de Hebe y los piqueteros de D´elía, o la señora María Seoane, ex cajera del ERP, beneficiada por el todopoderoso gremio de los conserjes, mediante la poltrona mayor en la emisora municipal. Hablo de unos pocos, porque nadie en la Argentina (ni en ninguna parte) permanece años en el poder sin soltar gabelas abundantes, o bien selectivas.

Sin embargo, en el país contemporáneo ha predominado la selección, por sobre el equilibrio de la repartija; ésta es la razón última de los constantes desgajamientos del kirchnerismo, en beneficio de Macri, De Narváez, Reutemann, Solá o Duhalde. A ello se unen los sabotajes de la Sociedad Rural y sus huestes ante las retenciones, la caída internacional del precio de la soja, y ahora el frente mediático, cuyo espinazo desea quebrar la Casa Rosada sancionando la nueva Ley de Medios.

Si la manipula o no dependerá de conflictos emergentes, como el de Kraft Foods, no de los intelectuales "nacionales y populares" fascinados por las relaciones de aparato.

La audacia y descaro de Duhalde, en sintonía con los de su virtual socio menor Cleto Cobos, y el empeño oficioso de los diarios La Nación y Clarín, tienen esa base, objetivamente respaldada por el piadoso Bergoglio ante el desdoro oficial generando incesantes legiones de pobres, desamparados, enfermos y moribundos.

A Duhalde le preocupa que lo espíen, no el padecer de estos últimos.

El handicap del peronismo ha sido siempre el sentimiento, no una ideología vagamente populista que supo adaptarse a opuestas circunstancias sociales, políticas y económicas.

Tras el camposanto social y económico dejado por Menem y sus sucesores, los usureros Kirchner supieron interpretar ciertas variables en la utilización de símbolos caros a un sector importante de la sociedad. La Memoria Histórica y una política internacional a medio camino entre el Primer Mundo y el Tercero (versión pobre de lo que hace Lula Da Silva desde Brasil) rindió sus frutos en las últimas generales.

En realidad, el cuadro que presenta hoy el gran país austral tampoco es el de seis años atrás. Sin embargo, lejos está de restaurarse el viejo equilibrio entre las clases, y por ende, un contrato social ya desgarrado hasta los pavorosos extremos que alcanzan delitos y crímenes, abatiéndose sobre indefensos ciudadanos de cualquier edad y condición.

Los reflejos australes de la crisis económica mundial son por ahora limitados, en comparación con el pesado fardo de la deuda externa y el pago de sus intereses, vital emolumento a la hora de solicitar créditos al FMI o el Banco Mundial.

El salto al ruedo del torvo ex Presidente parte de una evaluación correcta de las dificultades que atenazan a sus desagradecidos pupilos de Santa Cruz. Hace un par de años lo ignoraban y escarnecían haciéndole "pito catalán". Hoy le temen, por eso le espían. A diferencia de lo que edificaron los alemanes, hermanándose libres ya del comunismo en medio de inevitables dificultades, Duhalde busca la revancha pura y dura aprovechando la desvertebración popular.

Imitando al Perón que deseaba ser patriarca en Madrid y ya en Buenos Aires aceptó reasumir la presidencia, este veterano aprendiz movió fichas.

Creo no obstante, que otra clase de temor debe primar en los futuros electores en relación con sus pretensiones. El pasado y presente de este sujeto, sus invariables relaciones mafiosas con factores de poder, políticos, gremialistas y hasta con militares poco resignados a "caer más bajo" -unida a ciertas amistades del extrarradio, ya comentadas en este espacio-, presagia la suma de nuevos males.

¿Se debe entonces, apoyar al actual Gobierno contra el nuevo frente único; suerte de Unión Democrática que el señor Duhalde pretende encabezar? No, desde luego. Lo ideal sería oponerle otro frente, cívico y con programa social, elevando la baja densidad de esta democracia. Los trabajadores de General Pacheco señalan el camino posible de la autoorganización como imán social apto para superar el impasse.

De momento, lo que cabe es denunciar la maniobra sin ceder a los enemigos un palmo de consciencia, ni la búsqueda incesante del grado de organización política que requieren el presente y el futuro.







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