Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

martes, 9 de septiembre de 2008

LAS TARAS DE LA MAÑANA

Brotan como los hongos en la Cope, de lunes a viernes entre las 6 y las 12, desde la bocaza ofídica del señor Jiménez Losantos.

Hoy, en plena tertulia y a tenor de las recientes designaciones en las alturas del Poder Judicial y los pactos políticos que las posibilitaron, el retornado as mediático de la Conferencia Episcopal, dijo con la mayor naturalidad que "durante el franquismo hubo grandes magistrados".

No contento con ello hizo extensiva la virtud a Benito Mussolini y su oprobioso régimen.

¿Es posible concebir una brillante judicatura, o grandes magistrados sin que medie la plena vigencia del Estado de derecho. O es que acaso era el derecho humano un preciado bien en el fascismo peninsular y en nuestro fascismo agrario?

Quien diga que sí merece un chaleco de fuerza...

Pues bien; ante mi relativo estupor, los directores de "El Mundo" y "La Razón", quisquillosos demócratas enemistados con el socialismo y presentes en la tertulia, no le contradijeron.

El que calla otorga...

Al segundo de los oficiosos otorgantes lo ninguneó Losantos, cuando Francisco Marhuenda (diestro colocando la cabeza en el cepo) sostuvo con orgullo de meritorio que todos ellos "eran liberales".

"No sé lo que será usted...", terció con asco el patrón de la barcaza, sin completar la frase al ser interrumpido por otro tertuliano con un nuevo comentario ajeno al punto.

En cualquier caso, el franquismo orgánico del conductor de "La Mañana" y su desprecio por quien no piensa exactamente como él le asoman en la mayoría de sus reflexiones, inflexiones (y genuflexiones para con monseñor Rouco y sus lugartenientes).

Sorprende observar las anchas tragaderas de ciertos tertulianos para con este devaluado trasgresor del diálogo democrático.

No me refiero al señor Ramírez, suerte de primo hermano ideológico y emocional, más o menos respetado por éste con toda razón.

Esa razón es la que no asiste al temulento Marhuenda, a pesar de dirigir un periódico que la invoca como cabecera.

Creo que algunos personajes del periodismo, las letras o las vociferaciones que se creen liberales, debieran asumir que les apasiona lo peor de nuestro pasado. Otros sufrirían menos de confesarse masoquistas en pleno derecho a ejercer.

Si bien suelen ser complementarios en uno u otro grado, el sadismo y el masoquismo tienen traducción política.

Cualidades atribuibles a Losantos, Ramírez y Marhuenda, según lo expuesto renglones arriba, se derramaron como lava hirviente mediando los comentarios y actitudes servidas en "La Mañana" de este martes 9 de septiembre, mientras la cifras de paro aumentan y el frío lacerante del miedo económico empieza a calar los huesos de la sociedad española, sus nueve millones de pobres y los que vendrán...
En la tertulia que sintonicé hoy mandaron otros temas, dignos de Bizancio.

Éstos son los liberales que Francisco Franco nos legó secretamente al borde de la tumba, mientras despertábamos de su pesadilla...




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