Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

sábado, 27 de septiembre de 2008

LA SALSA DE HOLLYWOOD

Paul y el amor de su vida

Se fue Paul Newman (1905/2008) dejándonos sus salsas. No conocemos la que sus compatriotas degustan gracias a su ingenio empresarial; sí en cambio sus películas, de irrepetible esencia y protagonismo.
Paul salió de la Guerra Mundial camino al Actor´s Studio y tras algunas temporadas teatrales le contrató Hollywood. Dicen que en sus comienzos de galán joven imitaba a Marlon Brando, sin alcanzar su talento. Menos ciclotímico y caprichoso que el otro, desarrolló sin embargo una trayectoria sostenida y uniforme durante más de sesenta filmes, marcando un estilo propio.
Su porte atractivo y unos expresivos ojos azules bastaron para que las mujeres del mundo le adorasen. Lo demás, se lo agenció a base de esfuerzo y criterio, seleccionando guiones que cuadraban en su registro dramático, y hacían juego con buenos directores.
Yo no voy a hacer lo que otros hacen glosando sus filmes: interpretados durante casi medio siglo. En eso están los acopiadores de información, útiles y diligentes aunque saturen el mercado lector, dentro y fuera de la Red.
Me basta recordar a Newman en cualquiera de sus películas para celebrar su tránsito por el Séptimo Arte.
Sus roles me convencieron y divirtieron, conmoviéndome alguno. Su vida, mezclada con la pasión por la velocidad pilotando coches de carrera, y el talante demócrata y progresista del que hizo gala hasta el último instante, reflejaron el buen pasaje por este valle de lágrimas.
Si escogí la imagen que lo refleja en el inicio de la madurez con su mujer, es debido a que la maravillosa Joanne Woodward (con quien celebró hace poco sus Bodas de Oro) fue la exacta media naranja; una que además de compartir oficio y amor por las causas justas, le impulsó sin duda alguna a manifestar su talento, aferrándole a la vida tras el trágico suicidio de un hijo adolescente, habido en un primer matrimonio.
Con Joanne concibió tres hijas más durante una larga y feliz unión, que hoy quebró la muerte.
Y fueron éstas, sus cuatro damas del corazón, quienes le asistieron en el último instante; aguardado desde que en agosto pasado le detectaron un cáncer de pulmón causado por su ya olvidada afición al tabaco.
Paul partió arropado en la calidez de los suyos con 83 años y nueve meses de existencia. Su cierta longevidad fue todo lo creativa y feliz que el buen talante y la inteligencia le autorizaron.
En vista de lo que nos deja su otra salsa, refrendo la inclusión de Paul en mi galería de favoritos, perteneciente a un Hollywood azaroso e irrepetible.

Posted by Picasa

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