"Produce cierta fatiga nauseabunda glosar sus mamarrachadas. Es la fatiga que provoca la pacotilla artística, mezclada con la náusea que sobreviene en presencia del artista en ayuno de talento, del impostor que disfraza su vacuidad de espaviento."
El artículo sigue, acopiando cantidad de términos rebuscados y fatigosos para el lector. Poco importa el tema abordado ante la magnitud del estropicio que promueven sus fatuas letras.
A este pavo real del pobre concepto y las palabras que tropiezan entre sí, le han premiado y encolumnado en un diario importante. Se le considera un icono cultural. Es obvio que la clase de cultura que transmite el pavo no es más que la proyección narcisista de su real vanidad.
Un escritor puede ser excéntrico o estrafalario, en tanto nos divierta. De Prada es francamente aburrido.
Avanzar sobre sus renglones nos lleva a pensar en la insoportable vacuidad del ser, cuando al talento lo reemplazan meros fuegos de artificio.
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