Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

viernes, 17 de abril de 2015

LA LEJANÍA DE LOS CAMBIOS DECISIVOS


Tras la proclama rimbombante de "alcanzar los cielos", Pablo Iglesias se nos volvió realista. Ahora, quiere el poder en la tierra más oscura e infértil de quienes se aferran a "lo posible". En el fondo, cree que al pueblo llano español lo integra una manada de borregos que votan lo que se les manda.Estudiosos del marxismo, saben que "un ejército industrial de reserva"; es decir los trece millones de parados, desahuciados y asalariados temporales, no son revolucionarios efectivos. En su rápida conversión desde el "realismo mágico" al "realismo práctico" ha enterrado viejas aspiraciones republicanas y de equidad social, con vocación de sepulturero. Sus adjuntos profesorales y los oportunistas que aún integran la corte real del partido (tipo Ramón Espinar), le siguen levantando polvareda. Bescansa,la ex jesuita de la Complutense y bruja de pócima conservadora, se reúne con jerifaltes bancarios, en procura de demostrar que, una vez instalados en el soñado predio de poder(el "Podemos" era eso, ni más ni menos, a pesar del tocomocho), se les permitirá continuar esquilmando a sus compatriotas. La imagen del obsequioso Iglesias entregando el pack de "Game of Thrones" en Bruselas, retrata una paulatina capitulación, anunciada tempo atrás. Al recibir el suvenir, el heredero de Franco no superó cierta sonrisa comedida, negándose a conversar con él "y ningún otro candidato hasta después de las elecciones". Esto es falso,porque lo hará con Rajoy (que además de presidente / basura es candidato) y algunos intermediarios del PSOE y Ciudadanos, formaciones de "confianza" que integran el sistema. De forma tal que, el soldado de fortuna y menguante líder de la plebe, aunque usurpador real de los títulos y honores del 15M y las mareas de protesta, recibe el "Chúpate esa!" que le rebaja los humos. Antes de ser aceptado Benito Mussolini por el pequeño Víctor Manuel y la oligarquía italiana, debió hacer méritos frenando las potentes movilizaciones de la clase obrera, sus sindicatos y los comunistas, mediante el empleo de sus "esquadisti", en sintonía con la policía y sectores del Ejército. El cuadro político y social español es muy diferente. Tampoco Iglesias se parece a Mussolini, aunque el negar a la derecha y la izquierda como parámetros ideológicos se le parezca un poco. Bastante poco en realidad. Cuando el futuro "Duce" renegó del socialismo y se volvió patriota pardo, le acompañaba un pasado combativo en el alerón izquierdo del PSI. A Iglesias, unas tertulias televisivas y poco más. El elevado potencial movilizador de la sociedad española frente a la crisis, y el gobierno genocida del PP fue aprovechado por los profesores de la Complutense para realizar este apaño, que hoy desnuda su verdadera naturaleza. La vieja despolitización social, una desmemoria cada vez más operante en los últimos años, la baja cultura general, y la estrategia carrillista del comunismo local y sus derivados, asociada a la socialdemocracia como furgón de cola arrojan este pálido saldo del progresismo. Lo que complica cualquier emergencia política es el cepo económico de Bruselas, Berlín y un paneuropeísmo criminal en un país con poca industria y bajo valor agregado en la producción de bienes. La enorme deuda exterior, agravada en estos años de caída en picado, sitúa a España en un perpetua dependencia exterior. No creo que las superestructuras políticas surjan de los pases mágicos, sino de la estructura social y sus grados de consciencia. La debilidad de los nuevos liderazgos son su producto actual, sin reflejar otra cosa que el momento preciso del estadio social, no los cambios constantes que afectan su mutación. Sin embargo, el momento convalida estos dirigentes. La fugacidad de UPyD señala, sin embargo, que los tiempos mudan rápido. Es cierto que Ciudadanos le reemplaza como marca blanca del PP, aunque nada es seguro en este Reino del Revés. Podemos, la crisis de Izquierda Unida y el padrinazgo de Felipe González en el PSOE lo demuestran a la baja, mientras la derecha y su gobierno permanecen, cojos, ciegos, sordos y mudos. Mandando, desde luego, en medio de escándalos de corrupción y latrocinios que se multiplican sine die. En otro cuadro continental, Rajoy y sus genocidas hubiesen caído hace tiempo. Merkel, la Troika y el FMI son sus valedores, sin que el futuro inmediato indique promisorios cambios decisivos. A lo sumo, todo indica que serán maquillajes.

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