Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

domingo, 12 de abril de 2015

EL FACTOR DE LA INVISIBILIDAD




Me reconozco implacable bloqueando amigos de muro, que ni siquiera lo son de alguien. Un escritor quejoso de su "invisibilidad" mediática fue mi última víctima. Utilizó, sin citarme, el término "invisible", impreso por este autor en varios artículos.Inteligente y poco escrupuloso, no supo respetar mi rigor. Perdonar una de esas transgresiones no integran mi folclore, y más, habiendo sido víctima en mis comienzos literarios de estos bucaneros quesaquean la reflexión ajena y la creatividad. En esta época, de viaje cultural a los infiernos de la ignorancia, menguó la riqueza del lenguaje. No es mi culpa. Yo, habiendo consumido productos culturales desde los cinco años, procedí en sentido contrario durante los últimos veinte de novelista e historiador,puliendo mi lenguaje constantemente. A veces, en artículos de prensa descubro copias. Es imposible copiar mi pensamiento, sí en cambio, ciertos términos empleados de uso poco frecuente que, sin embargo, se aplican con acierto a textos de autor. El fondo de deshonestidad intelectual preside dichos comportamientos. Por lo general no cito frases de otros.Prefiero emplear las mías, pero en caso de hacerlo lo documento expresamente.Igual procedimiento cabe a mi importación de artículos que otros se han preocupado en descubrir. Con las fotos soy algo más liberal, sin cruzar cierta frontera de la ética cuando se trata de buenas notas o fragmentos de obras. 
Se me podrá señalar como quisquilloso bloqueando al señor que cito sin nombrar. Es que el asunto de la invisibilidad, es una realidad sangrante que sobrellevo airoso al entender mi tiempo y sus penosísimas circunstancias. Vivir fuera de épocas penumbrosas tiene un coste. El que pago es inferior a lo que disfruto en proporción. Sentirse seguro de sí es un error, solo si el mérito del talento y la claridad de las ideas no lo acompañan. Ese problema lo desconozco. Tendré otros, no ese mismo. El de la invisibilidad es comparativamente menor. 
Quizá, como cualquier ser humano durante su vida, el extraordinario H G Wells, filósofo e historiador británico, tuvo esa sensación, volcándola en "El Hombre Invisible", quinta novela, publicada por capítulos hacia 1897 en el "Parson´s Magazine". Su creación era golpeada salvajemente hasta morir en la novela, editada luego. 
A los escritores excéntricos se los golpea de otro modo, solo si se dejan llevar por la marea mediática,ahogándose en ella. Las quejas del ex amigo de muro desvelan que la asfixia surtió efecto. En mi caso, considerando que ahogados son los que me ignoran o copian, disfruto del privilegio. No siempre ser invisible conduce a las desdichas de Hawley Griffin, el joven genio al que nadie hacía caso.

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