Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

martes, 7 de abril de 2015

FICCIÓN Y REALIDAD EN LA CABEZA DE UN TRONADO

   
                                      El gran espectáculo que quita el sueño al egocéntrico Iglesias.


Es bien conocida la afición de "Pablemos" por "Juego de Tronos". En estos momentos, dialogan los novios o lo que sean, (me refiero a las variables escenificaciones románticas de Iglesias y Tania Sánchez), sobre las implicancias políticas de la serie. Por encima de lo que digan en la emisión radial de "Carne Cruda", es ridículo otorgar al creador de una serie de origen literario,George Martin-buen escritor, aunque la gran superproducción signifique otra cosa por su carácter mediático de grandioso espectáculo-, una insólita categoría política. Esta estimación superficial desvela el infantilismo contumaz de estos profesores de la Complutense, poco maduros políticamente, y negadores de la hondura histórica que señala la constante lucha entre explotadores y explotados a través de los siglos. En "Juego de Tronos" no aparece este perpetuo combate. Solo retrata la perfidia y ambición generalizadas de personajes torvos y despiadados. Los principios sociales brillan por su ausencia. La reina de los dragones y sus veleidades antiesclavistas, por ejemplo, combina elementos de una justicia mística, conectada a valores religiosos(algo típico en los escritores norteamericanos de sagas heroicas), en medio de sangrientas batallas y mares de sangre. El resto de los personajes compiten, desde la cumbre de los diversos reinos, unos con otros por mayor poder y riquezas. 

En el imaginario de líder de "Podemos", la reducción conceptual conectada al relato elogiado comporta la Columna Jónica de su pensamiento, derivándolo a esta muestra de ciencia ficción combinada con fantasía heroica, muy entretenida, aunque intransferible al campo político. No al suyo, desde luego. Lo observamos a diario, mientras "Podemos" administra un simbolismo de rebeldía menguante en la sociedad española, introduciendo elementos de desánimo, fraccionamiento y capitulación en la izquierda social.

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