EL TURBULENTO SIGLO XXI

Vivimos un siglo XXI, donde la inequidad social y el crimen político, organizados desde las esferas púbicas, en coordinación con las privadas, tienen barra libre. Nací en el previo, lleno de esperanzas por un mundo mejor, pese a los dramas, siempre existentes. Sin nueva guerra mundial que provoque desastres y genocidios, la miseria de muchos y las matanzas constantes siguen, en demasiadas ocasiones, un curso silencioso y letal. En otras, se manifiestan con la brutalidad criminal de siempre, mediante atentados, y conflictos que brotan como las setas, convirtiendo en papel mojado la vieja Declaración de la ONU sobre Derechos Humanos. En particular, mi optimismo no declina, aunque colisione muy a menudo con la realidad. Soportado en los principios de equidad y justicia, alzará perpetuamente sus banderas en pos de superar la propia existencia, testimoniando la conducta y el oficio de este escritor.