Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

viernes, 24 de abril de 2015

EL PODER DE LA EVOCACIÓN



            imagen de "Cinema Paradiso"


En setenta y un años, la temprana pasión por el cine te permite acceder a muchos filmes. Dicha afición, parte en mi caso desde muy temprano, a partir de los tres añitos, cuando mi madre, hermana y abuela, me colocaban frente a la gran pantalla blanca del barcelonés "Cine Versalles", hoy convertido, como tantas salas, en garaje. Ese poder, tan persuasivo de la sensibilidad femenina para captar la belleza, te influye, marcándote para siempre, entre otras cosas como cinéfilo empedernido. Ellas guardaron en una caja los carteles de los filmes que iban viendo y que regalaban las salas españolas de entonces. Yo las repasaba con fruición en el Nuevo Mundo, donde la tradición familiar continuó, potenciando considerablemente la mía. Por esa razón, la afición se multiplicó en Argentina y los cines quilmeños, cinco en total, y más adelante en las veladas del "Lorraine".

La TV, los formatos de VHD, DVD y Blue Ray hicieron el resto desde mi regreso a Barcelona, llegando a una actualidad que, en el nuevo siglo compartimos intensamente con mi mujer desde Rio de Janeiro (un paraíso del DVD). 

En nuestro piso, abarrotado de libros y filmes, entrego buena parte de mi tiempo a escribir, leer, o visionar materiales antiguos y modernos con incesante entusiasmo. Desde los filmes clásicos, asoman recuerdos vitales de momentos pasados. No sólo sucede con el poder evocador de la música, también con imágenes que se superponen, combinando ficciones y realidades, para un pasajero de tránsito relativamente largo. Las fotos que cuelgo en este muro, el otro Cult, y en mi blog, acreditan un doble vínculo entre pasado y presente, regalándome el placer de la evocación. Por esa razón disfruto que lo hagan otros, al nivel que sea. Éste es un deleite irresistible para un viejo que se siente joven y ama la vida con generosidad. Cada instantánea resume otras de mi viaje. Por lo general, la memoria no me falla en cada título y sus actores, evitándome recurrir a Wilkipedia, aunque no descarto su auxilio puntual. Las teclas de Internet te permiten en segundos anoticiarte someramente sobre lo que quieras. También están los libros, una fuente de profundización, necesaria para entender muchas cosas. 

Mis biografías sobre actores y la industria del viejo Hollywood, extendida hoy a la novelística de ficción, responden a esa inquietud, por desdoblar fantasía y realidad (otro de mis ítem favoritos), sin extraviar el vínculo existente entre ambas, que resume cada hecho histórico en concreto. Se trate de cintas, obras literarias o cualquier obra artística o científica. Sólo entender te permite conocer cualquier cosa a fondo. Y es apasionante hacerlo con todo aquello que para uno valga la pena...

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