Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

viernes, 24 de abril de 2015

BIGGER THAN LIFE (1956), OTRA OBRA MAESTRA DE NICHOLAS RAY



No la había visionado antes.Lo hice ayer noche, y la admiración por Nicholas Ray y James Mason subió varios decibeles sobre la que ya acreditaba por el director y el actor.He leído varias reseñas sobre este film, impreso en Cinemascope y color por la Fox. Al parecer, Nick descubrió la historia original de Burton Roueche en el "New Yorker", centrada en la familia de un profesor de secundaria, que debe simultanearse conduciendo taxis tres tardes a la semana para pagar las facturas. Más allá de las analogías sobre la falsedad de la armoniosa familia americana media y el macartismo en los años 50, el filme aborda la psicosis como fenómeno destructor. A raíz de una dolencia que pone plazo fijo a su vida, al jefe de esa familia (un trío junto a esposa e hijo) los médicos le administran una nueva droga en pastillas, basada en la cortisona. La mejoría inmediata, unida a un consumo superior al de la receta médica, agrega un nuevo factor de destrucción: la paranoia psicótica. El gran James Mason (productor, y adaptador, junto a Ray, Richard Maibaum y Ciril Hume del guión) borda esta suerte de transición entre Jekyll y Hyde con una naturalidad asombrosa. Este grande de la escena no llegó a ser un astro de magnitud, salvando su etapa británica, originaria de su posterior traslado a América. Tampoco lo fueron Laurence Oliver o Charles Laughton. Los códigos del Star System no suelen celebrar el talento escénico.

El profesor de James padece transformaciones que afectan seriamente el equilibrio familiar, al desatar delirios de grandeza, con gastos insoportables para el presupuesto doméstico,junto a una agresividad omnipotente y de fondo criminal, centrada en su pequeño vástago, y que de rebote recibe la madre, encarnada por Bárbara Rush, (esa floja copia al carbón de Jane Wyman). La inclusión del solvente Walter Mathau como colega amigo de la familia, es otro acierto de Ray como contrapeso sensato a la locura de su amigo. Él y la esposa impiden que el padre,extraviado ya cualquier signo de normalidad, asesine al hijo en la penúltima escena de este drama, intenso y creíble. Creo que Nick se mueve como un pez en el agua cuando aborda tragedias íntimas. Esta cinta rompe el escaparate del american way of life de las familias tipo, que la década del cincuenta y Hollywood obsequiaban al mundo.Siendo muy estimables los melodramas de entonces que plasmó Douglas Sirk, no reflejan ni lejanamente las tragedias veraces como Bigger Than Life (Delírio de Loucura en Brasil). El final feliz que cierra el espectáculo no empaña los previos fotogramas realistas.Una mención especial merece el astro infantil Chistopher Olsen interpretando al hijo maltratado. Los restantes secundarios proyectan la solvencia que Nick supo escoger para sus mejores obras.

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