Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

domingo, 22 de febrero de 2015

SANTIAGO NIÑO BECERRA:EL PROFETA DE LA CATÁSTROFE



Un vecino de Vilassar de Mar con el que me crucé varias veces sin intercambiar muchas palabras. Hombre al que no le interesan otra cosa que las cifras y porcentuales. Su humor personal no existe. Es parco y elusivo en el trato social. Cuando abre la boca, su lenguaje es numérico y a menudo catastrofista. En su barba de quijada hay mucho de profeta, aunque su parquedad, de narcisismo comedido, le impide soltar sermones de la montaña. A cambio, escribe textos que se venden muy bien, y atiende su cátedra, o aparece en la tele. El mérito que exhibe, y nadie podrá arrebatarle, es haber precisado con antelación lo que se nos venía encima. Es de los que descreen de la lucha de clases y la rebelión de los oprimidos, apostando por el factor determinante -en términos absolutos- de los ciclos económicos.Eso sí, con la cobertura de una renta básica. En lo primero, Becerra se parece a muchos otros colegas. Sin embargo, hay certezas ineludibles en ciertos diagnósticos. El tema del brutal endeudamiento planetario y local durante décadas, unido a la imposibilidad de pagarlo por mucho más tiempo, por ejemplo. También el que vea razonable reestructurar las deudas según Syriza y Podemos. Descartando la lucha de clases en su fase más aguda, este economista catalán prioriza los acuerdos. El meollo del asunto, que se empeña en soslayar, radica en la fuerza social que acabará imponiéndolos. Allí mismo es donde vuelve a la burbuja académica de sus números, correteando a menudo con la bolsa de la compra por las calles del que fue mi pueblo por más de treinta años.

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