LAS VUELTAS DE LA VIDA

Ya no resido en España. Ni proyecto hacerlo sin que ello impida preocuparme por el destino de sus clases populares, castigadas por el tardofranquismo de su élites,operando como capangas de los verdugos imperiales del neoliberalismo. 

Cabe al respecto, que narre una reiterada experiencia allí vivida desde que aterricé en Barajas, allá por el ´82.

Durante años, y en especial en los peores momentos del 2002, no me libré de que muchos compatriotas me preguntaran por qué la República Argentina daba muestras de crisis constantes, y la tan dramática del "corralito", que preludió la mayor de todas tras la Guerra de Las Malvinas.

Intentaba explicarles las raíces históricas de la tragedia, guardándome una respuesta más sincera: "Si vosotros no integrarais la Unión Europea estaríais peor". Así pensaba, evaluando el conjunto de la sociedad local, sus alcances culturales y la capacidad productiva real del país. 

El gobierno de Néstor Kirchner corrigió radicalmente ese estado de cosas que tanta curiosidad les despertaba, adoptando una serie de medidas audaces e innovadoras. De ello, no pudieron o quisieron enterarse mis conturbados vecinos. La foto fija sigue allí, promovida por el interés oligárquico de estimular la competencia entre los pueblos.

Sin embargo, lo peor para esa sociedad, conformista y mansa, llegó por esas mismas razones de suave bonanza, hasta entonces favorables en apariencia, ante la emergencia del IV Reich, el desplome del ladrillo y las nuevas reglas de juego.

Un país sin tejido industrial ni agroindustria, sujeto a las cuotas de producción comunitarias en el agro, profundamente desmemoriado, con élites políticas y culturales fiscalizadas por la banca, votantes aborregados, y sin otro recurso de punta que el turismo,a la que se sumaba un creciente endeudamiento exterior desde los ´90, reclamado el pago perentorio de las deudas más intereses, por los nuevos amos continentales, no podía desarrollar otro proyecto final que éste, el del vasallaje. 

Desde esta postración, es posible la emergencia? El subdesarrollo español, afincado en el sector servicios, promueve la estructura colectiva mental correspondiente. En realidad, que la nación sea la IV potencia europea refleja palmariamente los límites actuales del continente. El achicamiento productivo y la reducción de los beneficios sociales en los países del sur, trasladando activos a la metrópoli alemana, es el lógico resultado de la concentración capitalista. Lo mismo sucedió -y sucede aún- en la relación entre EEUU y el resto de países latinoamericanos, con una diferencia: la existencia de un bloque que resiste los términos de la ecuación. 

Con su integración al NAFTA, México, un gran territorio, de política exterior independiente en el pasado, se ha convertido en colonia. Es lo que sucede en Europa con los deudores de Alemania y Francia, sujetos a las leyes comunitarias, el euro y la política fiscal que dictan Merkel, la Troika y el Bundesbank. Con la específica salvedad de que en el subcontinente se puede resistir la abducción, en Europa no, a menos, claro, que se abandonen la CEE y el Euro. Es lo que a mi juicio deben hacer Grecia y España. Décadas de servidumbre, dependencia y falso orgullo continental, solo útil para esclavizar aún más a sus ciudadanos, lo impiden. En el fondo, es la que promueve el mecanismo perverso que movía la curiosidad de los que me preguntaban en el 2002, por qué diablos un país tan rico como Argentina vivía semejante crisis.