Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

miércoles, 4 de febrero de 2015

LA FUERZA DE UN CARÁCTER



Si hay algo que es agradable de observar en la presidenta argentina es su falta de prejuicios. En eso, no en otras cosas que tampoco favorece la economía local de hoy ni la presencia de un joven Perón, se parece a Evita. Si Cristina Fernández cree que debe hacerse algo positivo para sus gobernados, arremete contra quién sea. Las amenazas, grandes o medianas le importan un carajo.Viene a ser la dama el reverso del viejo Alfonsín, que creía en determinadas cosas, aunque no lo suficiente como para saber enfrentarlas y resolverlas con el debido coraje. Algo más medido y cerebral, el fallecido esposo jugaba en esa liga. El éxito de la pareja reanimando el peronismo en estos trece años, que Menem hundió, desde la llamada "década perdida", de relaciones carnales con el Imperio, junto al fracaso inmediato de la jaula de grillos aliancista, tiene que ver con esa estructura interior, más fuerte que la de sus rivales y críticos, de pago y ocasión. Se le podrán encontrar defectos.Hay montones de especialistas abocados a hallar moscas en la sopa, aunque no descubrirán una incapacidad de decidir. Manda y mucho. El galimatías actual no radica en la fantochada del Caso Nisman, sino en quién la sucederá en las generales. Gobernar la Argentina actual significa reforzar la naciente equidad social, lidiando con enemigos de dentro y fuera.

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