Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

martes, 17 de febrero de 2015

LA VOLUNTAD HUMANA



 Manuel Alfonso Ortells,barcelonés. Preso 5564 de Mauthausen


La voluntad de supervivencia humana al horror y el tormento no tiene límites. Alcanza cumbres que ni sus propias víctimas soñaban.No nacemos con el destino predeterminado, ignorando nuestros propios recursos en las encrucijadas del tiempo. La resistencia de ciertos héroes, soportada en el hondo amor por la vida, superan la del acero y el granito. Están ahí, vivos en presencia o memoria, para señalarnos la deslumbrante potencia que alcanza el valor, sobre todo cuando cuando se defienden principios de justicia social y el propio honor. Recuerdo las confesiones del preso tupamaro Mujica, descubriendo en sus trece años de cautiverio que las hormigas gritaban. O la voluntad de hombres como Nelson Mandela y Vâclav Havel, encerrados por déspotas. Son apenas tres referentes, que luego prodigaron ese inconmesurable tesón democrático en sus países, a la hora de gobernar. Los más nunca lo hicieron, pero su paso por la Historia termina reavivando cada martirio, en las horas más difíciles para muchas personas arrinconadas por la injusticia. El español Manuel Alfonso, preso de Mauthausen, pertenece a esa liga de obstinados en no olvidar. Se lo debe a los camaradas que perecieron, y a la propia dignidad. 

Cabe no hacerlo hoy con los represores y asesinos, que, desde el poder, en España y muchos territorios, encierran en los guetos comunes de la miseria a millones de víctimas de sus tropelías. Para ellos, cabrá igual trato que se dio a los viejos opresores. 
A medida que tortura y mata, cada poder ilegítimo va fabricando su propio cadalso. La memoria de los que han sobrevivido integra las fibras que tejen la soga, del inexorable ajuste de cuentas.

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