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miércoles, 11 de diciembre de 2013

EL BLINDAJE PERFECTO DE LA CORRUPCIÓN


El blindaje perfecto para un sistema corrupto de una clase política y sus lazos indisolubles con empresas privadas y grandes bancos se realizó durante el posfranquismo, dando espacio a una diabólica mezcla entre el viejo régimen y la sucesoria monarquía constitucional. Las leyes de Partidos autorizaron listas cerradas para el voto y bloques parlamentarios monolíticos, destinando a dos grandes formaciones todas las garantías territoriales para hacer su agosto. A la financiación pública, sujeta al número de parlamentarios, alcaldes y etc, se agregaron las donaciones privadas, fuera de control estatal, a más del coladero de las llamadas Fundaciones, y las empresas fantasma. El paralelo reinado bancario, saltándose con desparpajo e impunidad las normas del Banco de España, sumó parné al PP, el PSOE, PNV y CiU desde los flancos estatales y nacionalistas. Los contratos públicos, sujetos a las mordidas partidarias, devinieron una práctica consentida, enriqueciendo a empresarios, funcionarios y políticos influyentes. El imperio del sistema y su estela de corrupción conoció su máximo apogeo durante el auge de la construcción, industria favorecida por la Ley del Suelo, sancionada por el contratista de armamentos, señor Aznar, durante sus presidencias. Con ella creció el endeudamiento público y privado (con cargo estatal), precipitando la crisis actual de la deuda soberana, y sus consecuencias, sometidas al imperio de una absurda moneda asimétrica y sus acreedores. En el camino quedaron las empresas del Estado que arrojaban beneficios (privatizadas para siempre), junto a buena parte de la industria y la agricultura, sometida a rigurosas cuotas de producción por la UE. Complementariamente, el incipiente Estado de Bienestar, inferior al de las democracias avanzadas, fue el premio consuelo ante el constante despojo ciudadano. Hoy, ya ni eso es posible. Lo mentado y otras dudosas mieses es lo que comporta la llamada Democracia Española. Un sistema destinado a políticos y banqueros, o empresarios ricos, y asalariados pobres. El actual gobierno basura desnuda con sus medidas, draconianas y esclavistas, la crudeza del sistema, ya anticipado por el último Zapatero. Las cifras de paro y pobreza, de hambre y desesperación golpean a esta sociedad, dramáticamente puesta frente al espejo de un terrible presente y la absoluta falta de futuro. No es la única en esta Europa cruel, gobernada otra vez por el capricho alemán, fabricante de guerras, crisis y modelos económicos que niegan los más elementales derechos humanos.

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